EL
MÍTICO CERRO BAÚL
Fidel Alcántara Lévano
C |
omo un Apu generoso bajo un
limpio cielo azul de la tierra moqueguana, se eleva el Cerro Baul, imponente y
majestuoso. En su umbral maravilloso de telúrica presencia, su leyenda es fina
esencia que atestigua identidad de un misterioso pasado.
Juan Carlos Salas |
Desde la carretera Moquegua a Cuajone se le divisa en toda su extensión. Desde su cumbre, ofrece todo un horizonte de novedades y multicolor paisaje de un verde esmeralda que llena de regocijo espiritual y despierta tanta belleza, un profundo amor a la naturaleza por ser una ofrenda maravillosa de la creación terrenal que, a pesar de los años, no deja de ser interesante y misteriosa. No es nada raro, en una tarde sol cuando el cielo está despejado, observar como si estuviesen cerca, el área volcánica de la ciudad de Arequipa que no viene a ser otra que una comunión divina entre el hombre y el entorno que lo rodea del cual aún es un extraño a pesar de tanta modernidad.
Torata, alrededor del 600 d.C. y edificaron una colonia cuya capital estaba en la cima del Cerro Baúl.
Según los restos encontrados en su parte superior, están las ruinas de una ciudad de aproximadamente 10 hectáreas de superficie, con edificios de uno y dos pisos, centros de almacenamiento, extensas plazas ceremoniales. Fue un lugar para hacer rituales a sus sagradas divinidades, donde a la par se desarrollaba la vida en sus distintas formas y de acuerdo a sus costumbres y a la época en que les tocó vivir. También fue escenario de la resistencia de los Coshunas que encima del cerro se parapetaron y resistieron el ataque de las tropas de Mayta Cápac. En el siglo X u XI de nuestra era los Wari abandonaron el Cerro Baúl dejando enterrada la mayoría de los componentes más representativos de dicha cultura y en otros casos quebradas o la misma vez destruidas por el fuego conforme se ha verificado en las excavaciones realizadas en el mismo lugar.
Fernando Chaupis |
Es una atalaya impresionante que dentro de su mundo
insondable, guarda grandes mitos y secretos. Es una mole de viejas edades, eterna
vigilante de una riqueza que celosamente guarda en sus entrañas la tierra que,
por ser un prodigio innato de ancestrales orígenes, debe ser resguardada de la
depredación, deterioro y mal uso.
Cerro Baúl, es un incansable vigía tutelar de los pueblos que lo rodean y que como el sol, alienta sus vidas. <:>
Juan Carlos Salas |
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