martes, 21 de noviembre de 2023

PARA LA HISTORIA DEL ALTIPLANO PUNEÑO



 EL FALLIDO VIRREINATO DE PUNO

Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

Publicado en revista ALDIA, Puno noviembre de 2023

L

a ciudad de Puno pudo haber sido la capital del virreinato del mismo nombre, de haber prosperado el proyecto para crearlo que el sacerdote Francisco Carrascón y Solá propuso en 1801 a la corona española desde el Cusco.

La iniciativa de Carrascón y Solá consta en un voluminoso expediente con el título de "Nuevo plan para restablecer la perpetua tranquilidad del vasto Imperio del Perú y produce su­mas ventajas a todos los dominios de S. C. M. 1801”.

El mapa de Carrascon

La exposición de motivos que aparece en el expediente presentado el 8 de agosto de 1801, gira alrededor de tres ejes principales[i]: Primero “…las causas que determinaron la suble­vación de Túpac Ama­ru, concomitantemente las razones por que el Collao fue el foco donde culminó con fuerza la revolución y donde se hi­zo más larga y violenta la resistencia al poderío español”; segundo, “la in­conveniencia de su alejamiento de los centros de gobierno coloniales Lima y Buenos Aires, con las dificultades y peligros que se desprenden de la falta de un rápido y eficaz gobierno”; y, tercero, “la índole altiva y levantisca de los moradores de la región”.

Al parecer, la argüida razón de las distancias de la Audiencia de Charcas creada en 1559  –de la que las provincias puneñas formaban parte- que las alejaban de los centros coloniales de decisión política, tanto Lima del Virreinato del Perú (creado en 1542) como Buenos Aires del Virreinato de La Plata (creado en 1776), fue la principal motivación que impulsó a Carrascón y Solá y su pequeño círculo de colaboradores a elaborar el proyecto, cuya aprobación real habría hecho que el nuevo virreinato apareciese relativamente equidistante de ambas capitales virreinales de la época.

La finalidad central de la propuesta visaba la necesidad de estabilizar política y socialmente el sur andino, atendiendo las aspiraciones de las masas altiplánicas que no recibían la atención de las autoridades coloniales de Lima y Buenos Aires, salvo para la recaudación de tributos. Un gobierno puneño dotado de suficiente autonomía, podía rescatar los antecedentes de adecuada satisfacción de las necesidades vitales de aimaras y quechuas. Carrascón y Solà insistía repetitivamente en esa filosofía política en sermones, rezos y actuaciones públicas.

Las propuestas y planteamientos del Proyecto

Las más destacables propuestas que contiene el Plan en mención, en síntesis elaborada por el Dr. Pastor Ordoñez Soto[ii] son las siguientes:

“-Erección de un nuevo Virreinato, independiente de los de Lima y Buenos Aires, en la Villa é Intenden­cia de Puno, el que debía compren­der el Obispado del Cuzco, el de La Paz, el Gobierno e Inten­dencia de Potosí, el Partido de Cochabam­ba, el Arzobispado de Charcas y los obispados de Santa Cruz y Arequipa, con un área de 280 leguas de largo por 100 de ancho

-La traslación de la Audiencia del Cuzco á la Villa de Puno, aumentando su personal con ministros sacados de la de Charcas;

-La for­mación de un ejército propio del Virreinato;

-Construc­ción de un canal de desagüe de la LAGUNA de CHUCUITO hacia el puerto de Quilca, con dos carreteras de sus inmediaciones bordeadas de arboleda, principalmente cedros que sirvan para construcciones marinas;

-El establecimiento en la Villa de Puno de una silla Episcopal, con seis parti­dos, catedral con deán, arcediano, chantre, dos canónigos, agregando a éstos el cura en la condición de canó­nigo penitenciario y dos capellanes de altar y coro.”

La ubicación geográfica de Puno fue de excepcional importancia durante el dominio hispano, dado que fue lugar de tránsito entre el Virreinato del Perú y el Virreinato de Buenos Aires, cuya intendencia de La Paz comprendía los territorios de Lampa, Azángaro y Carabaya. Después de una década (1787), estos territorios pasan a la Audiencia del Cusco. Como quedo dicho el proyecto propone la virtual desaparición de la Audiencia del Cusco (y por tanto su pertenencia al virreinato del Perú) mediante el traslado de sus órganos políticos y jurisdiccionales a la ciudad de Puno reforzados con “ministros de Charcas”, conformando un gobierno propio, que Elan Vera sugiere como adelanto “al autonomismo de David Jiménez o el federalismo de Hernán Fuentes”.[iii]

Ámbito del nuevo virreinato de acuerdo a las circunscripciones
aludidas en el proyecto de Carrascon
No obstante lo anterior, debe señalarse que no siempre es fácil precisar en el tiempo la suerte de las circunscripciones que integraban virreinatos y audiencias, debido a la confusión de las estructuras eclesiásticas (obispados, vicarías, parroquias, etc.) con las administraciones políticas coloniales cuyas denominaciones y ámbitos de competencia variaban de tiempo en tiempo. El proyecto de Carrascón y Solá apuntaba también a racionalizar y organizar esa situación organizativa caótica.

La propuesta de la construcción de un canal de “desagüe de la Laguna de Chucuito al puerto de Quilca…” constituye un planteamiento poco técnico, pero pionero de las distintas propuestas para el aprovechamiento de las aguas del lago Titicaca, desde Ángel Forti-Enrique Torres Belón hasta Tsungo Nokasi, pasando por Jorge Sarmiento y Antonio Bazoverry[iv].

El trámite del famoso expediente

Un dictamen fechado en setiembre de 1883 sobre el proyecto propuesto, tal vez el único, emitido por el Fiscal de Concejo de Indias, opina porque sea remitido al virrey del Perú, a fin de que éste -oyendo a todas las partes involucradas- emita informe acompañando los actuados por cada una de las propuestas.

No se sabe si el virrey cumplió el cometido asignado, pero lo cierto es que a los pocos años, el tramite del expediente fue paralizado y el grueso volumen terminó refundido en el Archivo de Indias, donde Pastor Ordoñez obtuvo una copia cuyo paradero se ignora. Se especula que el proyecto no pudo ser resuelto debido a los acontecimientos que vivió España en la primera década del siglo XVII tales como la guerra con Inglaterra, la intervención de Napo­león en España y el proceso independentista de las colonias americanas.

Con los años, las intenciones centrales del proyecto parecen haberse validado con el desmembramiento de la jurisdicción de Charcas del Virreinato peruano con la subsecuente creación de la república de Bolivia.

El Alto Perú, del que Puno formaba parte, estaba distante de los centros de decisión política, tanto Lima del Virreinato del Perú como Buenos Aires del Virreinato de La Plata. Fundamentalmente, es para resolver ese problema que Carrascón y Solá formula el planteamiento de creación del virreinato de Puno, ya que, de prosperar las gestiones respectivas, este nuevo virreinato aparecería relativamente equidistante de ambas capitales virreinales.

Quien fue Francisco Carrascón y Solá

Francisco Carrascón nació en Zaragoza el 1 de marzo de 1759. Cursó estudios en la Universidad de aquella ciudad, que completó en los conventos dominicos de Pamplona y Orihuela.

Carrascon fue uno de los ideólogos y luchadores de
la revolución cusqueña de 1814
Se sabe que fue “fue capellán de dos regi­mientos de caballería en España; que en 1798 fue nombrado por S. M. canónigo racionero de la Iglesia Catedral del Cuzco”

Debió ser un religioso muy culto que conocía a cabalidad la realidad colonial del centro y sur del subcontinente americano; ámbito a cuyos cambios -que juzgó necesarios- entregó sus mejores esfuerzos intelectuales, como en el caso del proyecto que nos ocupa y en la promoción y asesoramiento ideológico a los líderes de la rebelión cusqueña de 1814.

Como dato curioso, José Antonio Benito[v] cuenta que quienes impulsaron y protagonizaron la revolución cusqueña liderada por los hermanos Angulo, eran casi todos, clérigos católicos: Ildefonso Muñecas, cura tucumano en Catedral de Cusco, líder de las guerrillas. Juan Angulo Torres, cusqueño, cura de Lares. Vicente Centeno, cura cusqueño, capellán de Béjar y Mendoza; Mariano José de Arce, cura arequipeño. Justo Sahuaraura Inca, cura de Soraya (Aymaraes). Manuel Molina, cura huamanguino. Eduardo Becerra, cusqueño, capellán de Pumacahua. Pedro Mendoza, cura de Urcos, y Francisco Carrascón, cura español, racionero de la catedral de Cuzco”.

Algunos historiógrafos[vi] lo tienen como “personaje colaborador de la causa revolucionaria y directamente implicado en la misma”. Miguel Molina[vii] lo pinta así: “La trayectoria de Francisco Carrascón desde que llegó a tierras cuzqueñas estuvo plagada de múltiples episodios conflictivos, de rivalidades con autoridades e instituciones. Un itinerario vital que devela una personalidad con claroscuros, compleja, inquieta, beligerante. Una personalidad rica en matices y capaz de los comportamientos más audaces”.

Se declaró partidario del establecimiento de una nación peruana independiente y del propósito de garantizar la “perpetua tranquilidad del Perú”. Su lucha fracasó por el triunfo de la causa realista. En mayo de 1815 fue condenado a muerte, pero el General Ramírez optó por enviarlo donde el Virrey, a Lima. Este lo envió a España donde estuvo encarcelado, antes


[i] Pastor Ordoñez: EL PROYECTO DE FRANCISCO CARRASCÓN Y SOLÁ PARA LA ERECCIÓN DE UN NUEVO VIRREINATO DE PUNO.. En Cirrus, Puno 18 de julio de 1925

[ii] Pastor Ordoñez fue primer presidente del Instituto Americano de Arte de Puno, elegido en 1941, año de la fundación de esa prestigiada institución cultural.

[iii] Elan Vera. Tesis doctoral:  CULTURA Y POLÍTICA EN PUNO: EL DISPOSITIVO DE LA IDENTIDAD ETNOCULTURAL en UNMSM 2010

[iv] Guillermo Vásquez Cuentas: EL APROVECHAMIENTO DE LA CUENCA DEL TITICACA. En RELACIONES DEL PERU CON CHILE Y BOLIVIA. Ed. Centro de Estudios Internacionales CEPEI, Lima, 1989.

[v] José Antonio Benito R. EL CLÉRIGO FRANCISCO CARRASCÓN EN LA REVOLUCIÓN DE CUZCO (1759-1827) Articulo en Perù Catolico. https://perucatolico.com/c/la-iglesia-ante-el-bicentenario/

[vi] Manuel Jesús Aparicio Vega : EL CLERO PATRIOTA EN 1814, Ed. Municipalidad del Cusco s/f

[vii] Miguel Molina Martínez : Articulo EL ECLESIÁSTICO FRANCISCO CARRASCÓN EN LOS SUCESOS DE 1814 EN EL CUZCO. ¿INSURGENTE O PATRIOTA FINGIDO?. Revista Complutense de Hisoria de America Nº 36

 

 

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