sábado, 22 de julio de 2023

INCREIBLE Y PENOSA ESTADISTICA

 LOS CONTRASTES SOCIALES

DE PUNO

Víctor Hugo Mendoza Pérez

Un informe del Instituto Peruano de Economía da cuenta que el 64.2% de la población infan­til de la región Puno de 6 a 35 meses tiene anemia; es decir, 7 de cada 10 niños; en con­traste, un informe de la compañía Unión de Cer­vecerías Peruanas Backus y Johnston indica que en esa zona mensualmente se consumen 900 mil cajas de cerveza, es decir, 6 millones 600 mil litros del licor, convirtiéndose en el primer consumidor de este producto a nivel nacional.

Como se sabe, la anemia es una afección que se desarrolla cuando la sangre produce una cantidad inferior a la normal de glóbulos rojos sanos. Entre los síntomas están fatiga, palidez, dificultad para respirar, aturdimiento, mareos o ritmo cardíaco acelerado y se relaciona con la desnutrición. Los estragos que provoca la desnutrición que se pade­ce en la infancia son los más lamentados por una sociedad, ya que en esta etapa el mayor impacto lo sufre el cerebro del niño, en el que se producirían alteraciones metabólicas y estructurales irreversi­bles. Los niños no desarrollarán todas sus faculta­des del cerebro.

La ciencia nos indica que la infancia es considerada como una etapa trascendental en el proceso evolu­tivo del hombre, caracterizada por dos fenómenos: crecimiento y desarrollo, para lo cual es fundamen­tal una adecuada nutrición. El índice de desnutri­ción infantil en menores de 5 años en Puno es de 11.2%, a diciembre del 2022.

En el otro lado de la moneda está el alto consumo de cerveza en Puno, donde se consume la cuarta parte de todo el licor que produce el Perú; 900 mil cajas al mes. Cada caja de cerveza cuesta 70 soles, o sea cada mes la población puneña gasta en ese licor cerca de 63 millones de soles.

En una recepción de un conjunto de morenada, dia­blada o saya se consume entre mil 500 a 2 mil cajas de cerveza. En un matrimonio o bautizo la cifra os­cila entre 300 a mil cajas de cerveza.

Este contraste de salud con el consumo de licor en Puno, llama mucho la atención, porque nuestros hermanos de esa región priorizan el consumo de licor a la alimentación de sus hijos. Todo esto con­lleva a explicar el bajo nivel de educación; solo 33% llega a estudiar en institutos superiores o universi­dades.

Merece indicar que el 41% de la población en la re­gión Puno es pobre y solo el 51.1% de hogares tiene acceso a cuatro servicios básicos, según indicado­res a este año del Ministerio de Desarrollo e Inclu­sión Social (MIDIS).

Estos datos merecen que las autoridades, diri­gentes y población en general de Puno reflexio­nen. ¿Cuál es el futuro que queremos heredar a nuestros hijos? ¿Tener una población desnutrida y con anemia o satisfacer nuestros vicios? Y no me digan que libar licor en esas cantidades son costumbres ancestrales, porque los kollas e incas no eran así. <>




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