EL LEPROSORIO
POLITICO
DEL PERU NEOLIBERAL
Por: Aureliano Turpo Choquehuanca, PhD.
K`elk`akuk
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a
lepra es una enfermedad contagiosa y mortal, muy aliada en los tiempos de poder
esclavista del Imperio Romano, pues, los enemigos de los cesares romanos fueron
en muchas ocasiones infectados por la lepra y confinados a la periferia del
poder central del cesarismo romano de aquellos tiempos del cristianismo. No
olvidemos los primeros cristianos fueron los aliados del emperador Constantino,
quién fue el primer obispo y el impulsor de la religión cristiana, que se vino
en denominar, la religión católica, apostólica y romana que provocó un sisma
que dio origen a la iglesia protestante de Lutero y Calvino, finalmente lo
convirtió en la religión oficial del imperio, entregándole al mismo tiempo
inmensos terrenos y casonas para su funcionamiento como institución religiosa
del imperio romano.
La
enfermedad que corroyó durante centenares de años a las sociedades europeas
fundamentalmente, se ha trasladado a todos los espacios territoriales
colonizados por ellos y perfeccionados con la ciencia y la tecnología de la
muerte occidental y angloamericana. Siendo la lepra muy contagiosa y mortal
para el ser humano, se ha subjetivizado y
anida en la mente del colonizado colonizador, quién a través de la
dogmatización, manipulación y de la alienación impone sus conocimientos y saberes
infectados con la lepra, enfermedad que destruye la subjetividad y los
conocimientos y saberes de los pueblos y naciones forjadores de grandes
civilizaciones ancestrales, particularmente de la región tawantinsuyana, hoy
identificada como “América del Sur”.
El
tiempo y el espacio de la colonización euro-española ha sido la primera
experiencia de esta enfermedad leprosorio, pues, la llamada Santa Inquisición
diseminó su bacilo leprosorio infeccioso del cristianismo, infectando y
destruyendo la subjetividad de los pueblos y naciones de la civilización
comunitaria de ayllus del Tawantinsuyu desde el siglo XVI a la fecha. Para
nadie es novedad que imposición de valores culturales y visiones filosóficas y
políticas medievales, que han servido para desestructurar la sociedad
equilibrada y armónica no clasista de los tawantinsuyanos. La sociedad
codiciosa y egocéntrica de España y Portugal han contaminado con sus saberes y
conocimientos leprosorios, la sabiduría de su cosmovisión de la vida y la
sociedad, hasta el extremo de convertirlos en católicos, apostólicos y romanos
a la fuerza y la amenaza de los tribunales de la fe, que persiguió y
achicharroneo a seres humanos que no eran de su mundo cultural.
Esta
práctica colonial de los invasores euro-españoles está reñida con la más mínima
enseñanza católica del decálogo de Moisés, sin embargo, su prédica de
obediencia y amor al prójimo no era otra cosa que el sometimiento a la política
leprosoría del poder colonial, que ha dejado sus bacilos leprosorios en las
instituciones coloniales como las gobernaciones, municipios, audiencias,
capitanías, parroquias, escuelas parroquiales y universidades, donde la lepra
del saber de la cultura occidental se impuso muy sutilmente, del que se
valieron para negar la esencia de los valores culturales de la sociedad comunitaria
no clasista del Tawantinsuyu (América del Sur).
La
práctica leprosoría española estuvo precedida de la acción evangelizadora y
castellanizadora del “indio salvaje”, que había encontrado el sabihondo español,
para sojuzgarlo por centenares de años al constructor de las grandes
civilizaciones, hasta el extremo de hacerle negar su propia identidad
pluricultural, su pertenencia territorial tawantinsuyana y personalidad
etnohistórica civilizatoria. De esta manera instituyeron el robo, la mentira, la
flojera y todos los males sociales feudales de Euro-España, que los Españoles
Americanos: criollos y mestizos heredaron para continuar con la política
leprosoría del colonialismo interno, vía el régimen republicano liberal que cimentó el
colonialismo mental al estructurar Constituciones Políticas y las leyes que
daban paso a la libertad del mercado capitalista que se expandía por los
llamados países independizados de América latina y anglosajona.
Los
gobernantes republicanos de los primeros años de la “independencia del Perú”,
conservadores, tradicionalistas, liberales y republicanos no hicieron otra cosa
que continuar con las formas de explotación colonial servil y esclavista,
afirmando su poder colonial en los latifundios y las haciendas, donde el pueblo
kechua, aymara es convertido en paria al servicio de los nuevos encomenderos
aristocráticos y oligarcas, hambrientos de poder socio-económico, político,
jurídico y religioso. La imposición de tributos al “indio”, la usurpación de
las tierras comunitarias de producción, la explotación desmesurada de los
recursos naturales no renovables, han sido fuente de ese poder que ha destruido
el sistema económico comunitario de reciprocidad, de todo el ordenamiento
social comunitario no clasista que garantizó el bienestar de más de 12 millones
de habitantes tawantinsuyanos (América del Sur) a la llegada de los genocidas
españoles.
Durante
la afirmación del Estado-Nación republicano liberal (s. XVIII-XX), la sociedad
latinoperuana ya era una neocolonia de los países capitalistas europeos,
interesados en los recursos naturales necesarios para el florecimiento de sus
industrias y fábricas, donde la acumulación de capital lo convertirá en
potencia económica y militar. Mientras el pueblo forjador de la riqueza nacional,
cada vez más era reducido a una bestia de trabajo, pues, no tenía reconocido
sus derechos fundamentales, laborales, mucho menos el derecho a la atención de
la salud ni a la formación profesional. Derechos constitucionalizados que solo
eran válidos para las elites criolla-mestizas citadinas, especialmente de la
capital limeña.
Esta
realidad del colonialismo interno republicano, a lo largo de la llamada vida
republicana se ha enlodado mucho más en el leprosorio político neoliberal de
los últimos tiempos, donde los gobernantes supuestamente “demócratas”,
“nacionalistas” y “populistas” han transformado el país en un inmenso
territorio lleno de lepra y políticos leprosos. Los llamados países emergentes
o en vías de desarrollo capitalista como Brasil, Chile, Argentina y otros
países contagiados con la lepra política, se han convertido en los principales
impulsores de la corrupción, el latrocinio estatal y la anulación de valores
culturales y éticos, que sistemáticamente se instalan en las instituciones
gubernamentales: poder ejecutivo, poder judicial, poder legislativo y todas las
instancias públicas y privadas que enajenan a diestra y siniestra las riquezas
que la Madre Tierra nos ha brindado, para el bienestar del soberano.
La
empresa trasnacional llamado ODEBRECHT brasilera, heredera del poder colonial
portugués, hoy reconocido como el gigante sudamericano se ha convertido en la
más grande productora de la lepra política y económica, que viene destruyendo
el futuro de los pueblos aún sometidos al colonialismo interno republicano,
como es el caso del Perú neoliberal oligárquico. El libre mercado sancionado en
la CPE de 1993, constitución fujimorista que garantiza la lepra política de los
neoliberales del orbe, es el principal instrumento del robo y el saqueo de los
bienes materiales e inmateriales del soberano, pues, el enriquecimiento
ilícito, el soborno a altas autoridades
del Estado-Nación republicano neoliberal y la institucionalización de la
corrupción a plano nacional, regional y local es la clara expansión de la lepra
política neoliberal de los gobernantes y sus partidos políticos que sonsocan al
soberano para legitimar el robo y la corrupción de estos supuestos
modernizadores y defensores del pueblo.
¿Qué
hacer ante tanta miseria gubernamental, enferma de lepra política neoliberal?
¿Cómo salir de este leprosorio político neoliberal? ¿Cuál es el camino a seguir
para curarnos del leprosorio político neoliberal? No será nada fácil encarar
esta enfermedad centenaria que aniquila instituciones y seres humanos, sin
embargo, el soberano en su sabiduría ancestral, recrea una respuesta histórica,
política, jurídica y socio-económica, sustentada en la experiencia de miles de
años de la estructura socio-económica comunitaria de reciprocidad del siglo
XII-XVI. Experiencia que ha servido a los intelectuales europeos y
latinoamericanos, para proponer sociedades utópicas como el socialismo y el
comunismo, partiendo del falso reconocimiento del comunismo primitivo y del
imperio socialista de los Inkas.
Tomás
Moro, fue el primero en reconocer la grandeza de nuestra sociedad comunitaria
no clasista, explicada en su libro “La Utopía”, aunque no especifique las
particularidades del florecimiento cultural regional de las distintas
civilizaciones conformantes del Tawantinsuyu (América del sur), que los rescató
de las distintas crónicas que circularon por Europa. Sin embargo, la hegemonía
del liberalismo jacobino en el pensar político, ha encaminado el industrialismo
modernizante, con la finalidad de superar el sistema feudal y afirmar el
capitalismo emergente, para desgracia de los países que se independizaron de la
dominación colonial euro-española y portuguesa de la hoy llamada América Latina
y anglosajona, de África y Asia.
Muchas
empresas europeas interesadas en la enajenación de nuestras riquezas naturales,
se brindaron en unos casos y en otro lo impusieron de conformidad a la política
leprosoría colonialista, a los distintos gobiernos oligárquicos republicanos
del Perú, ofreciendo dinero para el emprendimiento modernizante y la hipoteca
de nuestro futuro como pueblos y naciones. Práctica política leprosoría que
subsiste hasta el día de hoy y lo han confirmado los gobiernos de Alberto
Fujimori, Alan García Pérez, Alejandro Toledo Manrique, Ollanta Humala y Pedro
Pablo Kuczynski y sus apóstoles leprosorios. Si miramos retrospectivamente lo
que ocurrió con el guano y el salitre, la goma, el caucho, el petróleo, el gas y los minerales y la
producción agropecuaria, entenderemos como nos han mentido y nos han engañado,
haciéndonos creer que era para solucionar la pobreza y la miserable
sobrevivencia de los más vulnerables habitantes del Perú-Tawantinsuyano.
Los
partidos políticos leprosorios de la derecha y la izquierda, hermanos gemelos
venidos del occidente europeo modernizante, llegan a territorio tawantinsuyano
después de la llegada de las carabelas de Colón y los caballos de Pizarro. La
política leprosoría del occidente europeo, llegan hoy en los modernos
aerotramsportables aviones y barcos modernos, en calidad de mercancías, es
decir, en libros que los pongos políticos latinoperuanos los tomaran como su
texto dogmático para continuar con el colonialismo mental y fortalecer el
colonialismo interno republicano neoliberal, así encontramos literatura
marxista, liberal, neoliberal que determina la desgracia socio-económica,
política, jurídica, cultural y religiosa de la sociedad de todas las sangres. Muestras
de todo ello los tenemos con las guerras fronterizas, golpes de estado, guerras
civiles, guerrillas y persecución y genocidio al pueblo cuando insurge en
defensa de sus derechos fundamentales.
Ahora
bien, la realidad socio-económica, política, cultural, jurídica y religiosa en
el Perú republicano neoliberal es de pestilencia y de leprosorio político, que
merece ser erradicado desde sus raíces coloniales y reconstituir la sociedad y
el Estado comunitario plurinacional, plurilingüe y pluricultural como reto del
siglo XXI. Por cerca de 200 años de colonialismo interno republicano nos ha
demostrado la ineficiencia y el descalabro en la gestión gubernamental y en la
construcción del Estado-Nación Latino Peruano, fracasaron los criollos y
mestizos gobernantes, que insisten en seguir en el manejo gubernamental,
llevándonos a las elecciones generales y
ofreciéndonos lo de siempre incumplidos. ¡¡Basta de esta política leprosoría de
los colonizados colonizadores liberales, neoliberales y socialistas marxista e
indigenistas!! Nuestra alternativa de vida la reconstruiremos nosotros los pueblos
y naciones kechuas, aymaras y amazonenses del Perú-Tawantinsuyano, pues,
tenemos la experiencia de lucha contra la dominación colonial española y la
dominación republicana, fortalecidos en nuestra lógica de pensamiento cósmico
de la vida y la sociedad ancestral y contemporánea, que en un primer momento de
nuestra lucha no estuvo sistematizada como hoy, para enfrentar a la política
leprosoría del Perú oligárquico neoliberal.
Tenemos
también la experiencia de como los apóstoles de la política leprosoría del Perú
neoliberal, enarbolan nuestras preocupaciones políticas, sociales, económicas,
culturales y jurídicas, con el único propósito de mantenerse en las esferas del
poder del Estado-Nación republicano y seguir la política leprosoría neoliberal
como lo han demostrado a la saciedad los ladrones y corruptos de LAS CUATRO
PESTES LEPROSAS DEL NEOLIBERALES: Fujimori, García, Toledo, Humala y el actual
gobernante Pedro Pablo Kuczynski. Máximos exponentes de la enfermedad adquirida
del occidente europeo latino-anglosajón y asiático.
El
primer paso es forjar y fortalecer nuestro instrumento político con clara
definición ideológica y política que responda a nuestra cosmovisión de la vida
y la sociedad ancestral y contemporánea, para enfrentarnos sabiamente a los
partidos políticos leprosorios que vienen destruyendo nuestras riquezas
naturales y con ello nuestra propia vida, la naturaleza y el cosmos. Aquí radican
los fundamentos de nuestra respuesta a las ideologías de la muerte y la
destrucción de la vida y el planeta, y es aquí donde encontramos nuestra
fortaleza de resistencia a los cerca de 500 años de ocupación colonial de los
invasores europeos y latinoamericanos del Perú neocolonial y neoliberal.
Un
segundo paso es el de desarrollar una campaña de descolonización política
neoliberal de derecha e izquierda y afirmar nuestro destino histórico, político
y jurídico, y emprender el K`apak Ñan hacia un nuevo PACTO SOCIAL COMUNITARIO,
que nos permita ser a nosotros los responsables
de nuestro destino político, redactando una nueva constitución que garantice el
bienestar de toda la sociedad pluricultural, plurilingüe y plurinacional, para
sepultar definitivamente el régimen republicano del Estado-Nación neoliberal
colonialista. El centralismo unitarista republicano ha fracasado y no podemos
seguir dentro de ese fracaso que los criollos y mestizos han labrado a su
beneficio.
Un
tercer paso es aglutinar a nuestros profesionales, intelectuales kechuas,
aymaras y amazonenses para debatir nuestras propuestas de transformación y
reconstitución de un NUEVO ESTADO CONFEDERADO DE PUEBLOS Y NACIONES DEL
PERÚ-TAWANTINSUYANO. Proyecto histórico de cara a los retos y paradigmas del
siglo XXI, pues, el tercer milenio es nuestro y no tenemos que rifarlo
confiando en el mestizo citadino neoliberal izquierdista y derechista, apestado
con la lepra política extracontinental. Al mismo tiempo hacemos un llamado a
los kechuas, aymaras y amazonenses asimilados a los partidos leprosos a
abandonarlos y asumir su destino y responsabilidad con el futuro de sus hijos y
los hijos de sus hijos.
¡¡KAUSACHUN
NOK`ANCHIS MUNAYNINCHIS, HATUN PAK`ARIYNINCHISPAK!!
Aswan
Karu llaqtamanta pacha, marzo del 2017.
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