El asfaltado de una parte de la avenida Bolívar y el
acondicionamiento del resto de la misma (sacar la berma central, incluyendo a
los árboles) para convertirla en la "Avenida del Folklore" ha
generado una polémica abierta en nuestra ciudad.
Los "defensores del medio ambiente y la naturaleza" han pegado el grito al cielo bajo el estribillo "Es un ARBORICIDIO", los fanáticos del folklore (sean o no, danzarines) han amortiguado el impacto del hecho con la excusa de que era necesario el "arboricidio" para dar paso a un escenario adecuado para la "gran veneración".
El gobierno regional se ha esmerado en presentar la obra como un gran acierto suyo, el municipio que hizo el expediente técnico ha preferido un perfil bajo. Mauricio Rodriguez se presenta como el gran benefactor de las danzas y los danzarines.
Más allá de las implicancias políticas de la obra, hay repercusiones sociales y hasta religiosas, innegables. Como que hay verdades o realidades que no se pueden negar. Empecemos citando éstas últimas:
REALIDADES
1.- ¿Era la avenida Bolívar una vía agradable a la vista con la berma central o una vía adecuada para el desfogue del transporte?. Ni lo uno, ni lo otro. Esta avenida no fue utilizada para el transporte, porque está llena de comerciantes, talleres mecánicos al paso y encima destrozada, especialmente la parte que asfaltó el gobierno municipal de Víctor Torres Estévez.
2.- ¿Los árboles que estaban ubicados en la berma adornaban la vía o era usados para otros fines?. Que se sepa, el municipio jamás efectuó el mantenimiento adecuado a estos arbolitos, ellos crecieron como pudieron o las condiciones del lugar se lo permitieron. Es más, estos árboles eran utilizados como urinarios públicos, tapasol o muestrario de la mercadería de los comerciantes. Ni siquiera los vecinos, menos quienes hoy protestan en voz alta, se preocuparon por ellos. Entonces, a llorar al río.
IMPLICANCIAS
1.- Pese a la dureza de la realidad, ¿se justifica sacar a los árboles?, ¿no existen formas y técnicas para reubicarlos y no condenarlos a la muerte?.
2.- Es evidente que esta avenida en las condiciones en que se encontraba o se encuentra aún, requiere cambios y mejoras, pero no solo para una actividad que va a utilizar la vía UN SOLO DÍA AL AÑO (el día de la veneración). Se necesitan cambios y mejoras para que sirva al transporte urbano, para el tránsito peatonal, para mejorar las condiciones de vida de los vecinos, para el deporte (puede servir para pruebas atléticas o competencias de ciclismo, etc.)
3.- ¿Es justo que reclamemos o justifiquemos la implementación de esta gran avenida, sin berma central y sin árboles, sólo para el folklore y específicamente solo para la segunda parte del concurso de danzas en trajes de luces?, ¿es que para los grandes gestores de la obra solo importa danzar y no la devoción a la Virgen de la Candelaria?. Que se conozca, la iglesia ni los devotos organizados han sido consultados para efectuar este cambio, porque así como se pensó en la comodidad para danzar debió plantearse, incluso con mayor prioridad, las condiciones o el lugar donde se le va a rendir honores a la Santa Patrona de Puno. Todo lo visto y escuchado hasta ahora hace colegir que se ha pensado solo en bailar y no en la devoción a la virgen.
Lo más probable es que en los siguientes días resurja la confrontación entre el padre Inocencio y el presidente de la Federación Folklórica por la presencia de la santa imagen de la Patrona de los Puneños.
Es cierto que todo cambio o avance puede generar hasta impactos traumáticos, pero también es cierto que si las cosas se hacen en forma planificada, con estrategias oportunas y bien elaboradas, los proyectos de desarrollo tendrán un gran impacto positivo y no controversial como el que se está viendo.
Cuidado que en lugar de "arboricidio" estemos hablando luego de un "folkloricidio".
Salvo mejor parecer.
Los "defensores del medio ambiente y la naturaleza" han pegado el grito al cielo bajo el estribillo "Es un ARBORICIDIO", los fanáticos del folklore (sean o no, danzarines) han amortiguado el impacto del hecho con la excusa de que era necesario el "arboricidio" para dar paso a un escenario adecuado para la "gran veneración".
El gobierno regional se ha esmerado en presentar la obra como un gran acierto suyo, el municipio que hizo el expediente técnico ha preferido un perfil bajo. Mauricio Rodriguez se presenta como el gran benefactor de las danzas y los danzarines.
Más allá de las implicancias políticas de la obra, hay repercusiones sociales y hasta religiosas, innegables. Como que hay verdades o realidades que no se pueden negar. Empecemos citando éstas últimas:
REALIDADES
1.- ¿Era la avenida Bolívar una vía agradable a la vista con la berma central o una vía adecuada para el desfogue del transporte?. Ni lo uno, ni lo otro. Esta avenida no fue utilizada para el transporte, porque está llena de comerciantes, talleres mecánicos al paso y encima destrozada, especialmente la parte que asfaltó el gobierno municipal de Víctor Torres Estévez.
2.- ¿Los árboles que estaban ubicados en la berma adornaban la vía o era usados para otros fines?. Que se sepa, el municipio jamás efectuó el mantenimiento adecuado a estos arbolitos, ellos crecieron como pudieron o las condiciones del lugar se lo permitieron. Es más, estos árboles eran utilizados como urinarios públicos, tapasol o muestrario de la mercadería de los comerciantes. Ni siquiera los vecinos, menos quienes hoy protestan en voz alta, se preocuparon por ellos. Entonces, a llorar al río.
IMPLICANCIAS
1.- Pese a la dureza de la realidad, ¿se justifica sacar a los árboles?, ¿no existen formas y técnicas para reubicarlos y no condenarlos a la muerte?.
2.- Es evidente que esta avenida en las condiciones en que se encontraba o se encuentra aún, requiere cambios y mejoras, pero no solo para una actividad que va a utilizar la vía UN SOLO DÍA AL AÑO (el día de la veneración). Se necesitan cambios y mejoras para que sirva al transporte urbano, para el tránsito peatonal, para mejorar las condiciones de vida de los vecinos, para el deporte (puede servir para pruebas atléticas o competencias de ciclismo, etc.)
3.- ¿Es justo que reclamemos o justifiquemos la implementación de esta gran avenida, sin berma central y sin árboles, sólo para el folklore y específicamente solo para la segunda parte del concurso de danzas en trajes de luces?, ¿es que para los grandes gestores de la obra solo importa danzar y no la devoción a la Virgen de la Candelaria?. Que se conozca, la iglesia ni los devotos organizados han sido consultados para efectuar este cambio, porque así como se pensó en la comodidad para danzar debió plantearse, incluso con mayor prioridad, las condiciones o el lugar donde se le va a rendir honores a la Santa Patrona de Puno. Todo lo visto y escuchado hasta ahora hace colegir que se ha pensado solo en bailar y no en la devoción a la virgen.
Lo más probable es que en los siguientes días resurja la confrontación entre el padre Inocencio y el presidente de la Federación Folklórica por la presencia de la santa imagen de la Patrona de los Puneños.
Es cierto que todo cambio o avance puede generar hasta impactos traumáticos, pero también es cierto que si las cosas se hacen en forma planificada, con estrategias oportunas y bien elaboradas, los proyectos de desarrollo tendrán un gran impacto positivo y no controversial como el que se está viendo.
Cuidado que en lugar de "arboricidio" estemos hablando luego de un "folkloricidio".
Salvo mejor parecer.
Comentario del Editor.
¿Y dónde están y qué han hecho esos
dizque “ambientalistas” frente a la contaminación de la Bahía Interior de Puno que
agoniza ante sus propias narices? ¿Y frente a la criminal contaminación de los
ríos Ramis, Suches y otros tributarios del gran Lago? ¿Y frente a los
increíbles destrozos que perpetra la minería en Ananea, Sandia, etc. y en las
zonas de protección de la reserva Bahuaja Sonene?. Esto solo para nombrar los
más graves casos que deben suscitar grandes luchas por la defensa y
preservación de la realidad ecológica puneña. En vez de esto, los grupúsculos
que ahora aparecen oportunistamente, han salido a gritar con evidente hipocresía
por los arbolitos de la Av. Bolivar, solo como una de sus acciones dirigidas a
hacer efectiva su oposición política a las autoridades regionales. La Capital
del Folklore Peruano necesita con urgencia un escenario como el de Oruro, Bolivia,
para mostrar al mundo su rico arte coreográfico popular. Y las autoridades
competentes no deben detenerse en ese propósito. (Guillermo Vásquez Cuentas)
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