domingo, 17 de noviembre de 2013

NOTAS CULTURALES


Cuadro de texto: Notas CULTURALES

 
PUCARÁ ENTRE TOROS Y DEGOLLADORES
LA REPUBLICA SUR 17 de noviembre de 2013. Por: Juan Carlos Soto, con aporte de Kleber  Sánchez
Pucara Milenaria. Se ubica a dos horas de la ciudad de Puno. La mayoría de sus pobladores son artesanos amasadores de toritos de arcilla. Este territorio albergó a una de las antiguas culturas altiplánicas que tenía como deidad al temible Hatun Ñakap.
Es un hombrecillo pétreo que infunde miedo. La hosquedad de la roca donde lo tallaron agrava su forma siniestra. Mide menos de un metro,  retaco, con boca cuadrada. Tiene un cuchillo en la mano izquierda y con la derecha sostiene a la altura del abdomen una cabeza humana decapitada. El monolito representa al Hatun Ñakap, el degollador de los Pukaras, cultura preínca que floreció al norte de Puno, 500 años antes y 200 años después de Cristo. Es un personaje polémico, dice Juan Palao, estudioso de estas antiguas civilizaciones. 
Los lagrimones que brotan de los ojos lo definen como una deidad idolatrada con guillotinamientos. Sin embargo, los cráneos apilados en dos columnas  que se  tallaron en la espalda dan otra lectura. Parece el prontuariado de un criminal, el registro de las víctimas sacrificadas. ¿Feroz guerrero o un sacerdote a cargo de los sacrificios? El misterio permanece.

En la información del museo lo señalan como el pishtaku, asesino de la mitología andina que atacaba a sus víctimas en caminos solitarios: les quitaba la grasa corporal y los dejaba moribundos. Con el sebo se fabricaban aceites, jabones, etc.   
El arqueólogo Jimmy Bouroncle Castro descarta la conexión entre ambos personajes. El mito del pishtaku es reciente, dice. En Puno se le conoce como Kharisiri.
El Degollador está en el museo lítico de la plaza de Pucará, el distrito puneño a dos horas de viaje de la ciudad capital. Es una de las piezas mejor talladas y explícitas en fiereza. Fue rescatada de los alrededores de Qalasaya, un templo ceremonial edificado en una de las deformaciones de la meseta del Collao, las faldas del cerro Calvario. Las ruinas se encuentran en la parte alta del pueblo. Las protegen un enorme peñón de color rosáceo, tonalidad similar en los suelos que originan el nombre: puka en quechua significa rojo
Los andenes moldean la arquitectura piramidal del centro. En la explanada destacan edificaciones en pie y  tres  hundidas a manera  de estadio.  Nuestro colega, Liubomir Fernández, nos dice que estos tres niveles representan la muerte, vida y la divinidad. Sin embargo, el arqueólogo Marco López descarta ello. Afirma que esas escalas son las fases de ocupación. Antes de los Pukaras, en esos territorios estuvieron los Qaluyo, se desarrollaron casi en simultáneo con los Tiahuanacos o sirvieron de base a esta cultura. Los incas conquistaron estas áreas a 60 años de la conquista española.
Es probable que los rituales con las cabezas decapitadas se efectuaron en Qalasaya. La única tesis que sustenta ello es la expresión monolítica. No se ha encontrado evidencias tangibles de sacrificios, como los cuerpos momificados de doncellas en volcanes, dice Palao. 
El culto a la decapitación no es un ritual propio de Pukaras. También predominó en la costa de la época preínca. Los Nazcas capturaban a sus enemigos y los guillotinaban con la creencia que ese acto quitaría fuerza a los ejércitos que debían vencer. En los mantos Paracas hay bordadas figuras humanas que muestran como trofeo de guerra las cabezas. No se descarta una relación entre Paracas y Pukaras.
El  Hatun Ñakap no es el único monolito sanguinario. El museo conserva un felino devorándose una presa. Estos animales también aparecen representados en la cerámica ceremonial. Tenían características de deidades. Cabezas decapitadas, la estela del rayo, figuras antropomorfas, cerámicas y utensilios son otras evidencia de esta cultura.
LLEGÓ AL NORTE DE CHILE.- Son siete de la mañana en el Altiplano. El sol brilla alto en esta temporada, primera semana de noviembre. El amanecer se pinta dorando los cerros alfombrados de ichu seco. Aún predomina el buen clima, apenas sopla un viento helado, nada comparable con lo gélido del invierno, en cuya estación las temperaturas caen varios grados bajo cero, mueren niños y el ganado.  Pájaros con alas negras y pechos grises planean, otros pían posados sobre el peñón hosco que parece prolongarse artísticamente en las ruinas. Hemos subido hasta la explanada sintiendo los pies de plomo y respirando el poco oxígeno disponible a casi cuatro mil metros de altura. Desde aquí, las calaminas de las casas brillan por la radiación solar, el templo de San Isabel tiene torre decapitada. 
No todos los monolitos están en el museo, también en los alrededores de las ruinas. Los pukaras fueron  agrícolas, desarrollaron con maestría los waru waru, camas de tierra rectangulares altas para salvar a los cultivos de inundaciones.
Marco López señala que esta civilización se expandió hasta el norte de Arica. Evidencias se hallan en Moquegua y Arequipa. Sus habitantes intensificaron el comercio con la costa, de esta traían cochayuyo y pescado.
Son nueve de la mañana. En la plaza principal estacionan tres buses, descienden pocos turistas. Es temporada baja. Al frente de la iglesia se arma como un mercado persa donde se venden artesanías, ponchos, guantes, etc. Predominan artesanías de toritos, piezas de cerámica que retratan al animal con los ojos desorbitados, lamiéndose las fosas nasales y la cola enroscada. La  reproducción corresponde al vacuno enjaezado con adornos y un rocoto en la nariz, vestido  así para una fiesta tradicional.
Artesanas los ofrecen, el par por S/. 20. “Nosotros somos los originales”, nos dice una mujer  que también tiene al dios degollador en miniatura con su trofeo de guerra en el abdomen y el cuchillo en la otra. "Llévese, le dará suerte", nos dice.
CLAVES.- Pucará es un distrito de la provincia de Lampa, departamento de Puno. Está a dos horas de Puno, camino a Cusco. La mayoría de sus pobladores se dedica a la artesanía, que la comercializan en ferias fuera de Puno. 

SEGUNDA FERIA DEL LIBRO “JULIACA 2013”
Escribe: Feliciano Padilla LOS ANDES 17nov13.- Entre el 5 y 10 de noviembre del año en curso se llevó a efecto la “2da. Feria Internacional del Libro: Juliaca 2013”, organizada por una comisión de poetas y escritores juliaqueños, cuyo núcleo central fue la Editorial “Hijos de la Lluvia”. La trascendencia y los resultados alcanzados han sido favorables para el desarrollo cultural de una ciudad como Juliaca, reconocida sólo por su actividad comercial y económica, en general.
La feria del libro de Juliaca constituye un buen comienzo. Así, con limitaciones y dificultades, nacen las tradiciones. No se puede decir que todo Juliaca haya estado pendiente de lo que se hacía en la feria; sin embargo, ha sido capaz de movilizar a gran parte de su juventud en busca de buenos libros. La principal función de las ferias es poner en contacto a los lectores con los libros. Se trata, pues, de una verdadera fiesta de los libros y las editoriales independientes. En las grandes ferias de libros como en las de Guadalajara, Tijuana, Los Ángeles (California), la de Lima, etcétera, la fiesta es para las grandes editoriales transnacionales que logran ingentes cantidades de ingresos, cosa que no sucede cuando la feria es visitada sólo por editoriales independientes del país, como en los casos de Juliaca, Arequipa, Chimbote o Trujillo.
Está claro que las editoriales independientes como Hijos de la Lluvia, Cascahuesos, Sieteculebras, Lago Oculto Editores, Saqra y; en general, las que operan desde las provincias, están conformadas por grupos de amantes de la literatura que fomentan la publicación de libros, cuyos autores radican en la periferia y no en la ciudad de Lima. Debe destacarse la labor titánica que estas editoriales hacen para publicar libros; de la misma manera, el esfuerzo de los creadores jóvenes que buscan visibilidad en un mundo donde todo funciona alrededor de Lima, en perjuicio de lo que ellos, los limeños, llaman literatura de provincias o literatura regional.
La verdad es que la literatura nacional es una sola. Tiene carácter heterogéneo y su riqueza está en su diversidad y diferencia. Si el centro decidió otorgarnos el mote de literatura regional, hay que aceptarlo, a condición de que la literatura de Lima sea, también, literatura regional limeña; claro está, privilegiada por el centralismo y aceptada y apoyada por el canon imperante.
Respecto del canon debe considerarse que hay en el país dos tipos de ellos: El canon impuesto al mercado por las transnacionales que, con excepciones indiscutibles, son capaces de vender gato por liebre, aprovechando el marketing desplegado por los medios masivos de comunicación, como son la TV, los periódicos y las revistas especializadas, tal como sucedió con los libros “La Chola Chabuca” y “El precio de ser Magaly Medina, mi verdad: la cárcel, que sólo en diez días se vendieron cerca de 400,000 ejemplares de cada “libro”. Bueno, paralelamente a este canon existe el canon académico que emerge de las Escuelas de Literatura de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Universidad Mayor de San Marcos, Universidad Federico Villarreal y, en menor medida, de la de San Agustín. Este canon mantiene una actitud de reconocimiento y valoración de la llamada “literatura regional”. No está condicionado por el lucro o las ganancias comerciales, sino, por intereses netamente académicos, aspecto que favorece ampliamente a los creadores que no somos limeños.
Este es el contexto en que se realizó la Feria del Libro de Juliaca. Asistieron a la feria muchos escritores. Pude notar la presencia de varios amigos entrañables: Miguel Adrián Cáceres Ortega que llegó de Sucre (Bolivia), Marco Fonz (México), y los peruanos Lolo Palza, José Gabriel Valdivia, Darwin Bedoya, Christian Reynoso, José Córdova, Rubén Soto, Miguel Ildefonso, Yuri Vásquez, Marú Delgado, Alex Rivera de los Ríos, Javier Núñez, entre los que conozco personalmente. La comisión organizadora constituida por Walter Bedregal, Darwin Bedoya, Carlos Mendoza y otros escritores juliaqueños menos conocidos, funcionó en la medida que les permitió sus posibilidades.
El escenario en el que se llevó a cabo la feria del libro de Juliaca fue el patio de comidas de Plaza Real, aunque los dos últimos días se trasladó a una carpa especialmente levantada fuera de las tiendas comerciales. La región Puno requiere de una feria del libro. Hace cuatro años, aproximadamente, por iniciativa de Óscar Clinio Ramos, propietario de la Librería Laykakota, se trató de hacerse una feria del libro en la Plaza de Armas de la ciudad capital, pero, fue un fracaso. Tengo la impresión de que Juliaca es buena plaza. Lo que tendríamos que hacer los puneños es empujar el carro para que la feria siga adelante. Felicitaciones para Juliaca porque de esta manera está sentando las bases de una actividad tan necesaria para promover la lectura y contribuir al desarrollo cultural de la región.

PROMOCION CULTURAL Y LINGÜÍSTICA y CONSULTA PREVIA EN PUNO
PACHAMAMA RADIO 17NOV13.- Las autoridades regionales de Puno se mostraron dispuestos a impulsar una política cultural y lingüística, así como apoyar los procesos de Consulta Previa, tras una reunión con funcionarios del Viceministerio de Interculturalidad (VMI), informó hoy el Ministerio de Cultura.
El coordinador de la Dirección de Lenguas Indígenas, José Antonio Vásquez, explicó la necesidad de planificar un censo lingüístico en servicios de salud, justicia, agricultura, medio ambiente, producción y turismo, entre otros sectores, con el fin de programar capacitaciones a dichos funcionarios con un manejo oral de la lengua.
“Queremos impulsar con las autoridades locales los procesos de investigación lingüística en Puno, así como mantener un diálogo fluido con la sociedad civil, las organizaciones de pueblos y comunidades”, informó Vásquez.
Luego de esta exposición el especialista de la Dirección de Consulta Previa del VMI, Álvaro Orosco Chávez, relató a los asistentes que la Base de Datos de Pueblos Indígenas que el Ministerio de Cultura publica progresivamente, incluye cuatro pueblos andinos: el jaqaru, el quechua, el aimara y los uro. Estos tres últimos en Puno.
En consecuencia, si alguna ordenanza regional o medida administrativa afecta directamente a alguno de estos pueblos originarios, la consulta previa se puede llevar a cabo con la asesoría técnica del Viceministerio de Interculturalidad.
Los asistentes recibieron materiales sobre consulta previa y publicaciones elaboradas por la Dirección de Patrimonio Inmaterial del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, y se acordó conformar un equipo local para impulsar las expresiones culturales y las lenguas locales, generándose compromisos para enero del 2014.

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