LECTURAS
INTERESANTES Nº 752
LIMA PERU
8 ABRIL 2017
MACHISMO EN MARCHA
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT
EN SUS TRECE” N° 342, 7ABR17, p. 12
L
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a Señora no miente cuando dice lo que dice. A saber:
que fue a entrenarse por si acaso hubiese una inundación apocalíptica en la
ciudad de Lima; que la foto en cuestión fue tomada en un momento de fugaz
descanso; que después de esa escena ella volvió al simulacro de ahogamiento y
socorro en la piscina que le sirvió de escenario (dado que ella carece de ese
servicio en su domicilio); y que se trata de una campaña de demolición
organizada por sus enemigos, envidiosos de su condición de funcionaría de
carrera y con un prestigio bien ganado; que dicha conspiración para asesinarla
moralmente probablemente haya sido instigada por el doctor Tocinovski, uno de
sus más conspicuos adversarios.
La Señora, en efecto, parece ser el blanco de una
campaña impía y su caso nos hace recordar al de otras señoras de altas
cualidades que han sido castigadas por la maledicencia y una misoginia de
sospechoso origen.
¿O ya no se recuerda todo lo que se ha dicho de la
señora Pilar Nores, depositaría de los bienes adquiridos por su esposo de
acuerdo a ley y a la voluntad de ambos cónyuges? En nuestra memoria están las
canalladas que se dijeron y escribieron a raíz del falaz descubrimiento de
“Rayito de sol”, el fideicomiso que le permitió a la pareja García-Nores
comprar, con el ahorro de muchos años, un modesto departamento en una zona
menos que mesocrática de París.
El caso de la Señora también nos recuerda el de la
honorable Susana Higuchi de Fujimori, quien, azuzada por una oposición
golpista, hizo denuncias disparatadas sobre supuestos robos de donaciones
presumiblemente cometidos por familiares del señor Fujimori y, más tarde,
formuló denuncias delirantes en contra de su esposo, las mismas que
encontraron un eco perverso en la prensa de aquel entonces. ¿Cómo es, entonces,
que la señora Higuchi, una vez recuperada su autonomía, se desdijo de esas
denuncias y hoy es un punto de apoyo emocional de su hija Keiko, heredera
fidelísima de su padre? ¡Todo fue una farsa urdida por la oposición angurrienta
y el verdadero carácter de la señora Higuchi asomó después de que se libró de
su influencia!
La
señora Nadine Heredia es otro ejemplo de lo que la maquinaria de destrucción
mediática puede hacer con personajes de impecable conducta. Todos sabemos que
su gran personalidad la llevó a asumir algunas funciones directrices en el
gobierno de su cónyuge, que tanto le debía en cuanto a la construcción del
partido y la elaboración del plan de gobierno que los llevó al poder. Bastó que
el brillo de su inteligencia y las resonancias de su carácter se distinguieran
en algunas reuniones del Consejo de Ministros para que la prensa caníbal se
lanzara contra ella pintándola como una mujer que usurpaba funciones oficiales
y ejercía una influencia excesiva en el entorno del presidente. ¡Como si a la
hora de contribuir con el país la territorialidad, entendida por los machos
alfa, fuera un criterio a tomarse en cuenta! Después, claro, vinieron las
agendas robadas, los chocolates Godiva y las imaginativas confesiones de un
delator brasileño deseoso de ganarse gollerías
judiciales con tal de embarrar a
quien sea.
Si
sumamos todo esto a las campañas difamatorias en contra de las congresistas
Úrsula Letona, Alejandra Aramayo, Lourdes Alcorta, Karina Beteta, Betty
Anaculi, Cecilia Chacón y la mismísima Luz Salgado, presidenta del Congreso,
podemos llegar a la conclusión de que el machismo más tóxico y miserable se ha
puesto otra vez en marcha. ¡Mucho cuidado! <>
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