domingo, 29 de junio de 2025

RECORDANDO UN IMPORTANTE LIBRO PARA LA HISTORIA DE PUNO

DON IGNACIO FRISANCHO

Y LA HISTORIA REAL DE PUNO

DATOS POLÉMICOS, POCO CONOCIDOS, PERO VERÍDICOS DE LA CIUDAD DE PLATA

Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

L

os temas históricos no son privativos de aquel campo del conocimiento humano que los historiógrafos pudieran reclamar de su exclusivo dominio. El ingeniero en Física Nuclear Ignacio Fri­sancho Pineda, ya fallecido, con su libro "DE ALDEA A CIUDAD. TRAYECTORIA HISTÓRICA DE PUNO”, así lo demostró.

Él nos brinda una visión general de las tem­pranas peripecias de la ciudad más importante del altiplano peruano; visión que es al mismo tiempo enjundiosa y relacionadora de datos puntuales, de pormeno­res, de imágenes y símbolos.

A lo largo de su libro, muchos mitos y leyen­das forjadas en nuestra difusa y a veces contradictoria tradición his­tórica son traídos abajo por la contundencia de datos que aparecen en documentos de autenti­cidad indiscutible y has­ta ahora ignorados,

Temas claves -y polémicos- para enten­der el pasado puneño son abordados en este libro. La fundación española de la Villa de Puno, sus primeros pobladores, la importancia que adqui­rió la actividad minera, las variaciones urbanísticas de la ciudad en el tiempo, las marchas y contramarchas en la construcción de la hoy catedral de Puno, la descripción de los hechos que durante la gesta tupacamarista vivió el poblador citadino, el fa­moso “caso del escudo de Puno y la Duquesa de los Ríos". el papel gra­vitante que cumplieron ciertos personajes poco conocidos en el nacimiento y adolescencia de la ciudad de Puno, son temas que desfilan, uno tras otro, por las páginas del libro.

Tal vez podamos ob­servar un acentuado localismo en el enfoque, pero nos lo explicamos justamente por la deli­mitación del tema. Nos puede también llamar la atención el uso, en mu­chas partes del conte­nido, de juicios de valor que pierden aceleradamente su vigencia en los tiempos actuales, pero esto no es sino producto del respetable sistema de ideas que informan ese enfoque. Quizá habríamos deseado ver otra estructura te­mática, también, pero esto no afecta en abso­luto la importancia de este esforzado producto intelectual ni la gran uti­lidad que el texto habrá de reportar al conocimiento de la historia de Puno.

Precisamente, uno de los mayores méritos de esta obra es proporcionar datos esclarecedores para la historia, puesto que muchos de ellos llegan por prime­ra vez al conocimiento público. Los estudiosos de estos temas se ve­rán sin duda apoyados por la cantidad e im­portancia de los datos que aporta el ingeniero Frisancho a la labor de investigación histórica y a la historiografía re­gional y nacional. Así, parecería que las quejas del poeta José Luis Ayala en su artículo “Puno, Si­glos sin historia escrita" (Rev. Perú Profundo Nº 3) son escuchadas al fin y se empieza a escribir el pasado de Puno por los propios puneños.

Ignacio Frisancho Pineda pertenece a una familia formada bajo signo del trabajo intelectual, de la predilección por el manejo de papeles y tinta de imprenta, de la proclividad hacia el surgimiento sugestivo mundo del negro sobre blanco. Por ello, no podía dejar de ser fiel al ejemplo de su ilustre padre y leal a los logros de sus distingui­dos hermanos Samuel y David, que han desta­cado como él en el oficio de escribir, de editar, de publicar, en fin, de comunicarse siempre con su pueblo y de trabajar por su mejor destino. Hay que decirlo así por­que debemos vencer los egoísmos y celos entre los trabajadores puneños de la cultura, debe­mos combatir de una vez los escamoteos y retaceos a las virtudes de los demás; es preciso reconocer los logros de aquellos que participan en los esfuerzos por res­catar y dar relieve a lo mejor de las creaciones culturales de la gente que pobló y habita hoy la gran meseta kollavina.

Ojalá que al recorrer las páginas de este libro, tomemos conciencia de la valía del acervo do­cumental de Puno. Y que despleguemos toda nuestra capacidad crea­tiva para plantear for­mas de acción que visen la seguridad y perma­nencia del invalorable patrimonio cultural puneño. Las próximas ge­neraciones nos to agra­decerán. <:> 

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