jueves, 22 de mayo de 2025

MUCHO MAS SOBRE LEON XIV

 ROBERT PREVOST, DE CHICAGO A CHICLAYO

En: INFORME SEMANAL DE POLÍTICA EXTERIOR 1418 • ESPAÑA, 19 DE MAYO DE 2025.  www.politicaexterior.com

D

esde que en 1985 llegó a Perú por primera vez como misionero hasta que dejó de ser obispo de Chiclayo en 2023, Robert Prevost pasó 38 años yendo y viniendo del país andino y participando en su vida pública. Con esta experiencia, no es extraño que haya recibido el apoyo casi unánime de los cardenales del ‘Nuevo Mundo’.

En 2015, Prevost adquirió la nacionalidad peruana, prescriptiva para ser obispo según el Concordato entre la Santa Sede y el Estado peruano de 1980, y desde 2018 ejerció como vicepresidente de la Conferencia Episcopal (CEP). Los años de su segunda estadía (1988-1999) fueron los más críticos de la historia peruana del siglo pasado. En 1990, la inflación llegó al 12.377% y la recaudación tributaria se desplomó hasta el 4% del PIB (18% en 2024).

El nuevo Papa vivió también la guerra interna antisubversiva (1980-1992) y el régimen autoritario de Alberto Fujimori (1992-2000). En su última estadía, ya como obispo, vivió la pandemia. El país tuvo la peor tasa de mortalidad de la región. Entre enero y febrero de 2023, tras el frustrado autogolpe de Pedro Castillo, la represión del gobierno de Dina Boluarte se cobró 49 vidas de civiles que protestaban demandando un adelanto electoral.

Según revelaron las autopsias, policías y militares dispararon al cráneo y el pecho, muchas veces a quemarropa. Prevost tenía previsto retirarse antes, pero debido a la gravedad de lo ocurrido decidió quedarse un tiempo más con permiso del Vaticano para procurar que la CEP denunciara sin paliativos las matanzas de Puno y Ayacucho, de mayoría quechua y aymara. Boluarte también ha insinuado varias veces su intención de restablecer la pena de muerte.

 Aunque el hoy León XIV solía decir que los nombres de Chicago y Chiclayo, sus ciudades natal y adoptiva, solo se diferenciaban por unas pocas letras, Lambayeque tiene zonas con picos de pobreza del 20%. En Apurímac, una región de la Sierra andina y la amazónica Loreto donde pasó largas temporadas, las cifras son similares.

La hiperinflación y la violencia, sin embargo, se han desvanecido de la memoria colectiva. Ente 2001 y 2024 la inflación anual media fue del 3,0%, frente al 6,8% regional. Desde 2000, el sol, la moneda nacional, se ha depreciado solo un 3% frente al dólar. El peso chileno, en cambio, un 62%; el colombiano, un 87% y el el real brasileño un 191%.

Cardenal en Chiclayo
En fotos de las inundaciones en 2017 por el Niño, se le ve trabajando con sus feligreses para proveer alimentos, agua y mantas a 65.0000 familias. Durante la pandemia, logró donaciones privadas para comprar tanques de oxígeno que instaló en el obispado. La mayoría de peruanos, sin embargo, solo se enteraron de su existencia cuando saludó a su antigua diócesis desde la plaza de San Pedro.

Prevost no salía en los medios, ni escribía libros ni daba conferencias. Es su etapa en Perú la que ofrece, por ello, muchas pistas sobre su pontificado. En Lima y después en Roma, tuvo un papel decisivo en la disolución por Francisco, el 14 de abril, una semana antes de morir, del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC), un grupo ultraconservador peruano involucrado en numerosos escándalos de abusos sexuales, psicológicos, financieros.

El SVC, fundado por el laico Fernando Figari, hoy autoexiliado en Roma, creó un imperio empresarial con participaciones en escuelas, industria, minería… y con un patrimonio valorado en 1.000 millones de dólares, que hacía pasar, entre otras cosas, cementerios privados como “misiones católicas” y, por ello, exentas de pagar impuestos.

Comunidades campesinas de Catacaos (Piura) denunciaron el despojo de 10.000 hectáreas de terreno por constructoras “sodálites”. Varios obispos aceptaron los cementerios en sus diócesis a cambio de una parte de los beneficios. Prevost se opuso con firmeza a las presiones del SVC, que contaban con amplios apoyos en las élites judicial, económica y mediática.

Cuando su nombre empezó a sonar como papable, el SVC lo acusó en pleno precónclave de encubrimiento de abusos sexuales por clérigos de su diócesis. Éstas ya se habían demostrado falsas antes de su nombramiento en la curia romana. El cardenal Juan Luis Cipriani, el primero del Opus Dei en cualquier país, fue arzobispo de Lima hasta que Francisco lo sancionó tras ser denunciado por abusos sexuales. Durante el precónclave, Cipriani participó en reuniones y ceremonias con ropas cardenalicias, que el papa le había prohibido usar.

Ahora, con un pontífice que conoce bien la historia de Perú, las expectativas para que aumenten los estándares de los episcopados del Sur global ante sus comunidades religiosas se multiplican. De momento, se han pedido reparaciones a las víctimas y al Estado peruano, derivadas del mal uso del Concordato. Sin embargo, ni como jefe de Estado ni como “autoridad moral”, al papa León XIV le va a ser fácil influir sobre la coalición que gobierna en Perú. ●

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