AZÁNGARO Y SU IGLESIA
Extracto
de: Ricardo Mariátegui Oliva, LA
IGLESIA DE ASUNCIÓN DE AZÁNGARO, Lima 1948.
(…)
Azángaro
S |
u historial es importante. Asiento valioso en los
días del Imperio, tuvo resonancia en la época colonial. Ostentosamente recibió
al Virrey Francisco de Toledo, en su visita general al territorio de su mando (1).
Por allí pasaron las huestes de José Gabriel Condorcanqui (2), durante el
famoso movimiento emancipador que conmovió el Virreynato en 1780, haciéndole
frente D. Diego de Choquehuanca,
Coronel de las milicias del Rey y además Cacique y Gobernador de Azángaro a la
sazón. Y por no mencionar más hechos históricos, ya que no es ese el objeto
fundamental de este libro, digno es de destacarse que fué un azangarino
ilustre, el Dr. José Domingo
Choquehuanca, quien ante el peñón árido de Pucará pronunció su inmortal
arenga de saludo al Libertador Simón Bolívar, a su paso por dicho lugar en
viaje al Alto Perú (3).
Etimología de su nombre
Sobre la etimología de Azángaro existen diversas
opiniones. Así, según el erudito D.
Mariano Felipe Paz Soldán (7), era antiguamente Assancatu, de las palabras
quechuas Ashuan (muy o mas) y catu (lejos), de donde su significado: «muy
lejos» o «más lejos-».
Al decir del intelectual azangarino D. Lizandro Luna (8) está constituida por
las palabras Aswan y karu, cuya traducción es: «más lejos de lo lejos».
Yr, finalmente, el estudioso azangarino
D. Manuel Terán Macedo (9) sostiene
que proviene de las voces quechuas Azu (recién nacido) y huancaio (tambor de
guerra), no pudiéndose precisar su verdadero significado, pero que se
conserva, por ello, tradicionalmente, el uso de unos tambores pequeños que se
sacan a relucir en las fiestas carnavalescas.
La primera iglesia
El Cacique Diego
Choquehuanca (10) construyó con su propio caudal la primitiva iglesia; de
una sola nave y sin crucero, empleando el adobe como material. Fue inaugurada
el 15 de Agosto de 1612, siendo dedicada a la Virgen de La Asunción.
Antigua iglesia de la Asunción |
La cubierta de esta iglesia era, de acuerdo a la clasificación de techumbres a base de estructuras (11), de sección trapezoidal, estando las piezas clavadas unas con otras, sin ensambladura alguna, y siendo de la madera conocida con el nombre de eucaliptu; de aquella época es una hermosa clave puntiaguda de madera, con delicadas decoraciones y preciosos tirantes, también de madera, calados finamente con motivos de rosas, que con muy buen criterio se conservan hasta la fecha. En su parte exterior, el techo estaba cubierto de tejas, para librar esta iglesia de las fuertes lluvias.
Posteriormente, al iniciarse la segunda mitad del
siglo XVII, se modificó; intervinieron para sus gastos los Caciques Margo y Carcahusto. Fué convertida en
iglesia de crucero, pero en forma curiosa desde el punto de vista constructivo,
debido a haberse hecho tan sólo aberturas prudenciales en las paredes
laterales del Presbiterio de la primera iglesia, con arcos de medio punto a
cada lado y así se obtuvo el acceso a las que hoy son capillas de las Animas o
de los Choquehuanca y del Rosario o de los Margo y Carcahusto, del templo
actual. Felizmente no se tocó el arco central en forma de ojiva, que hubiera
sido de lamentar.
A este mismo período del siglo XVII pertenece la decoración de pinturas al fresco, de fuerte colorido y trazo popular, valiosas algunas; las más han sido destruidas por haberse pintado sobre ellas o se hallan cubiertas por retablos y otras toscamente retocadas (12), como la que se refiere a la «Cena» (13), con personajes arrodillados en un ángulo y escudos de nobleza; y éstos, aunque diferentes, relucen también en la Capilla del Rosario (14); la «Glorificación de San Francisco» a la entrada, en la bóveda que forma la base del Coro, y muchos otros motivos más en todo el resto del templo.
La fachada de la primitiva iglesia, y tal como era a
fines del siglo XVIII, es reproducida en un soberbio lienzo que se encuentra en
el actual templo y que representa la muerte de la virgen. [el templo aparece en el extremo derecho del lienzo]
La iglesia
actual y análisis artístico
La iglesia actual, con las variantes indicadas, es la misma que la primitiva; no así su fachada, que ha sido renovada, aunque destacándose siempre la sencillez de sus líneas, en contraste coi la riqueza que encierra su interior.
Con dos
entradas, la principal a la Plaza de Armas, y la lateral a la Plaza de San
Bernardo, es realmente sorprendente lo que contiene, tanto en retablos,
púlpito y confesionarios, como en esculturas y pinturas; todo es valioso, y evidencia
el afán de los azangarinos por realzar la Casa de Dios. De ahí que se trata de
uno de los mejores templos coloniales del departamento de Puno.
Como en
1936 las paredes del lado izquierdo presentaban un desnivel de ochenta centímetros,
que peligraba seriamente la construcción, el activo Párroco P. Hilario Esteban
Velasco (15) secundado por la generosa cooperación de todos los pobladores, dió
comienzo a las obras de refacción, colocando tirantes de hierro y procediendo
al amarre de las paredes, o por mejor decir, efectuando su reforzamiento con
pilares adosados al muro, asi como cubriendo con lona pintada el techo de
maderamen, aunque conservando la misma forma de trapecio isósceles de la
primitiva, y en lo exterior con calamina, colocando también canalones para el desagüe
del agua de las lluvias, a fin de librar el interior (16). En esta forma se
libró de su ruina, y realizándose además una limpieza general, aunque con
sensibles retoques de aficionado en algunos lienzos importantes, que es
preciso subsanar, para que quede perfecta, ya que el actual estado de
conservación es admirable, muy de acuerdo al prestigio de Azángaro.
Ingresando
por la puerta principal, se encuentra a la derecha el Baptisterio, con sencilla
pila de piedra; a la izquierda, la entrada a la torre. Esta, a una altura de 34
metros sobre el nivel de la plaza, tiene dos campanas; una pequeña, con la
inscripción del ano en que fué fundida, 1752; y la grande es la «María Assunta»,
fundida en 1793 (17) por Felipe Córdoba, como reza su inscripción:
«Rey el Sr. D.
Carlos IV. A honra y gloria de mí amado hijo y mía y de esta capital de
Azángaro.—María Assunta me llamo. Fabricada el 27 de Julio del año de 1793 por
orden del Ilustrísímo Obispo de esta Diócesis Dr. D. Bartolomé María de las
Meras. A dirección del Capitán Miguel de Urbiola de Naba, Gobernador partido-.
Gobernando esta Provincia de Puno el Sr. Marqués de Casa Hermosa y Cura Propio
de esta doctrina el Dr. D. José Escobedo. Predicó mi Asunción el Dr. D.
Gregorio Sánchez.—Pesa 50 quintales.—Fundidor Felipe Córdoba.—Ave María».
En
1941, por presentar algunas rajaduras, fué necesaria su reparación, que se
hizo en veintiocho horas de trabajo ininterrumpido, siendo motivo de grandes
ceremonias su nueva consagración, realizada solemnemente el día 28 de Julio de
aquel año.
La muerte de la virgen |
Penden
de las paredes, cubriéndolas totalmente, a uno y otro lado de la nave, grandes
marcos de madera tallada, dorados y policromados, teniendo valiosos lienzos, de
colorido y composición admirables, sobre la Vida de la Virgen y el Niño. Colocados
en desorden, seguramente después de la refacción citada, los temas
desarrollados son, en los de la izquierda: Alegoría del Paraíso Terrenal con
Adán y Eva, en el cielo la Virgen María, y a los lados sus padres, San Joaquín
y Santa Ana; La Anunciación; Nacimiento de Jesús, curiosamente interpretado;
Huida a Egipto; Presentación de la Virgen al Templo; Nacimiento de la Virgen.
Los de la derecha: Coronación de la Virgen; Ascensión a los Cielos; Muerte de
la Virgen; Jesús entre los Doctores; Jesús ayudando a José en las labores de su
oficio, mientras la Virgen hila; Presentación de Jesús al Templo.
En el
Presbiterio existen, así mismo, interesantes lienzos sobre la Santísima Virgen,
en su mayor parte referentes a la Asunción, dentro de los mismos marcos
dorados; y, también los ostentan las ventanas existentes, tanto en esta parte
del templo como en las capillas y en la nave, cuyo objeto es darle luz al interior,
que lo logran admirablemente.
Pero
entre todas las pinturas, se destaca un gran mural sobre el arco ojival
fronterizo y que separa las dos partes de la iglesia, tantas veces mencionado;
se trata del «Triunfo de la Eucaristía» y a mi entender es una copia de aquella
obra cumbre del inmortal Pedro Pablo Rubens, que le encargara la Infanta
Isabel, de la dinastía española, para el Convento de las Descalzas Reales de
Madrid, y que se encuentra actualmente en el Museo del Prado. Si por los
retoques, no reluce el poderoso colorido, que, con todo, lo posee, en cambio el
movimiento armónico de las masas y la riqueza y complicación de formas, mucho
trasluce la influencia del gran pintor flamenco, hábilmente interpretado con
calidad, buen gusto y técnica innegables (18).
En este
mural se han juntado, en abigarrado conjunto, algunas de las escenas que
comprendiera la obra de Rubens, dentro de una feliz interpretación, que mucho
dice del artista que lo ejecutó. Considero que es superior al del mismo tema e
inspirado en el mismo pintor, existente en la Catedral de Puebla (México),
debido al pincel maestro de Baltasar de Echave «el Mozo» (19).
En las
partes inferiores y extremas de este gran mural, dos lienzos más, meritísimos,
con elegantes marcos dorados: San Francisco con la Cruz mostrando un
bárbaro corte (!) donde debió existir un «Ecce Homo», y el retrato del egregio
cuzqueño que tanto hizo por esta maravillosa iglesia, con la siguiente
inscripción.
«El Bachiller Don
Basco Bernardo Lopes de Cangas Pardo de Villasur y Paliza, Natural de la
Ciudad del Cuzco. Colegial que fue en el Real de San Bernardo de dicha ciudad.
Cura Vicario. Juez Eclesiástico de las Doctrinas de Vilcabamba, Omacha, Pucará
y al presente de esta de Azángaro. Adornó esta Santa Iglesia de Plata labrada,
lienzos, marcos, retablos y demás ornatos correspondientes al culto y mayor
decencia de este templo, como son efigies de imágenes y santos y todo lo que
en ella se ve y pide con humildad le tengan presente todos sus feligreses para
encomendarle a Dios Nuestro Señor que es fechado en 12 de Enero de 1758 años en
que se acabó».
Más
abajo, pero notándose claramente que es agregado, siendo además diferente la
letra, dice:
Y don
Isidoro Francisco Moncada era, nada menos, que «Maestro Mayor y Alcalde Veedor
del Arte de la Pintura de la Gran Ciudad del Cuzco» como figura, trazado por
su propia mano, en uno de los lienzos que pintara en 1768 para el Templo de
Ayaviri (20).
Los
grandes marcos a que me he referido ya, son de genuino estilo churrigueresco
español; valiosamente ornamentados en la base, donde lucen cada uno,
unos monogramas (21), con las siguientes inscripciones policromadas:
Alabado-Sea-El Señor- Santísimo-Sacramento-Del Altar (en el lado izquierdo) ;
La Virgen-María-Madre de Dios-Concebida-Sin pecado-Original.
De las
paredes cuelgan, así mismo, distribuidos en todo el templo, doce buenos
espejos, enmarcados en cuadros de madera tallada y dorados, también churriguerescos.
Son
primorosos, los cuatro confesionarios de esta iglesia, dorados y
policromados en madera, obra perfecta del siglo XVII. En uno se lee la
siguiente inscripción en verso, muy significativo, por cierto:
«No la infamia del
pecado / te sacrifique al temor / que la esencia del dolor / es el perdón
declarado»
El
regio pulpito, colocado al lado derecho del templo, debajo del arco
fronterizo, es digno de destacarse; el tornavoz, respaldo, tribuna y sostén,
guardan perfecta armonía en su estilo, que es barroco de fin de siglo XVII, no
así la escalera, que es moderna. Dorado y algunas partes policromado, luce en
las hornacinas de su tribuna imágenes de buena talla, así como lo es el santo
que remata su tornavoz.
Pero
aún más antiguos son los retablos del crucero, ambos dorados y de dos órdenes
superpuestos, siendo mejor elaborado el de la Capilla del Rosario, que
me permito fijarlo, por sus características generales, como un bello ejemplar
de transición del plateresco al barroco, y, por tanto, de la segunda mitad del
siglo XVII; en cambio, el del Crucificado, en la Capilla de las Animas,
si bien dentro del mismo estilo, denota ya marcada influencia italiana, por lo
que considero sea del último tercio de la segunda mitad del mismo diecisiete.
De mérito
son los seis pequeños retablos, dorados y policromados, situados a ambos lados
de la nave, dedicados a rendir culto a la Purísima, Virgen del Carmen,
Nazareno, San Francisco de Asís, La Candelaria, Santa Rosa, y Virgen de los
Dolores; de un solo cuerpo y análogos por pares, con una sección y divididos
en dos secciones propios del churrigueresco y que imperó entre nosotros a
mediados de la primera mitad del siglo XVIII. Y, finalmente, los dos que se diferencian
de los primeros mencionados de esta serie, en que sus hornacinas se encuentran
empotradas en la pared del muro, ostentando espejos en la coronación,
que se generalizó tanto al iniciarse la segunda mitad del mismo ochocientos y
dentro siempre de la misma escuela estilística.
Con
igual gracia y plenitud, propias del estilo de Churriguera, un retablo más en
miniatura, con el Señor de la Columna, frente al púlpito, y, por tanto, al lado
izquierdo del templo, y debajo, así mismo, del otro extremo del arco.
El Altar Mayor, suntuoso, con su retablo dorado y con algunas policromías, es igualmente churrigueresco; consta de dos órdenes superpuestos, con tres compartimientos, y coronación. Su expositorio y tabernáculo son de plata; así como el frontal de doble recuadro, con una alegoría al centro del Cordero Pascual, y motivos de uvas y roleos en su conjunto, magistralmente ejecutados. Y allí se luce, irosa, la gran Señora, la milagrosa y bellísima imagen de «Nuestra Señora de La Assunta», Patrona de Azángaro, cuya festividad, 15 de Agosto, «Día de La Asunción», celebra alborotado este pueblo creyente, fiel a su honrosa tradición.
Todos
estos retablos contienen algunos lienzos de indiscutible valor; también
esculturas de madera, unas de talla completa y otras de las llamadas imágenes
para vestir; que, tanto por su sentido expresivo como por sus proporciones
orgánicas, dignas son de mencionarse.
Y para
terminar, entre otras joyas valiosas de orfebrería, conserva: una iglesia de
plata repujada, con imágenes y campanas doradas, de admirables líneas, que mide
0.90m. de alto por 0.70m. de ancho, toda una preciosidad; y una Custodia,
verdadero trabajo de excepción.
La
Custodia mide un metro de alto y es de oro y piedras preciosas, con imágenes
esmaltadas en bulto, algunas de buen tamaño (0.15m.) como un San Bernardo, con
hábito blanco y sosteniendo el Sol con su píxide, cuyo diámetro es de 0.40m.;
en la base, que es maciza y con elegantes calados, se encuentran los cuatro
Evangelistas y cuatro Doctores de la Iglesia, después siguen otras figuras,
doce en total, y notándose la desaparición de tres más, todas imágenes
sagradas, ángeles y hasta un indio, en continua sucesión, conjuntamente con
infinidad de motivos de composición artística, realmente sorprendente, y que,
no obstante su reducido tamaño con relación a otros vasos sagrados de su
género, merece figurar entre las mejores que poseemos en el Perú.
Tal es,
así brevemente reseñada, esta hermosa Iglesia de La Asunción de Azángaro. <:>
____________________
1—Del Autor: Historia del Perú. Descubrimiento, Conquista, Colonia,
Vida Colonial.—Edición 1939 (Págs. 166-171).
2—Del Autor: Historia del Perú. Emancipación.—Edición
1940 (Págs. 21-33).
3—Del Autor: Los Peruanos. Biografías de Peruanos
Ilustres (Págs. 92 y 93).
4—Justino M. Tarazona: Demarcación Política del Perú
(Recopilación de Leyes y Decretos. 1821-1946). Publicación del Ministerio de
Hacienda. Dirección Nacional de Estadística (Págs. 1407 y 1408).
5- Villca, en aimara, el sol,
adoratorio dedicado al sol u otros ídolos; Apasa, distrito de Azángaro.
6—Justino M. Tarazona: Obra citada (Pág. 1408).
7— Mariano Felipe Paz Soldán: Obra citada (Pág, 77)
8- Versión dada personalmente
al Autor.
10—Don Diego Choquehuanca, Cacique y Gobernador de Azángaro, fué el
tronco de la familia de este nombre. Su descendiente directo, el Coronel
Diego, ya mencionado; hijo de éste, el Canónigo Gregorio, Prebendado de la
Catedral Metropolitana de Chuquisaca.
11—Siguiendo la clasificación adoptada por el Arquitecto José F.
Ráfols y que figura en su obra «Techumbres y Artesonados españoles». Barcelona
1926.
12—Al ser colocados los retablos en las capillas del crucero, a fines
del siglo XVII; y durante las obras de refacción realizadas posteriormente.
13—Sobre el arco de entrada y dando frente al retablo del Crucificado.
14—Colocados
en el mismo lugar que en la anterior capilla; y, además, detrás del retablo, se
hallan pintados santos e inscripciones en latín.
15—Sacerdote español, natural de Burgos. Hace 55 años que llegó al
Perú. Tiene actualmente 81 años de edad. Actuó durante diez años en Lampa,
trabajando también en su famoso templo, y pasando después a Azángaro, donde se
encuentra desde 1936.
16— Se invirtió alrededor de S/o. 11,000.00 todo producto de
donaciones y funciones benéficas. El Comité estuvo presidido por la gentil
Señora Felicita Zevallos de Meza e integrado por distinguidas damas de la
localidad.
17— En tiempos del Virrey Francisco Gil de Taboada y Lemas, quien se
hizo cargo del Virreynato en 1790.
18—El distinguido estudioso, Investigador de este Instituto, Dr. Pío
Max Medina, en su obra «Monumentos Coloniales de Huamanga» (Ayacucho 1942) y en
«La Pintura Colonial de Ayacucho» («El Comercio». Lima. 30 de Abril de 1947) se
ocupa con muy buen criterio de un cuadro análogo existente en la Catedral de aquella
ciudad.
19—Nació en Ciudad de México el año 1632. Fué hijo de Baltasar de
Echave Ibia «el de los azules» y nieto de Baltasar de Echave Orio «el Viejo»,
famoso vasco (natural de Zumaya-Guipúzcoa), que, como es sabido, estableció
afamado taller en México en el siglo XVII.
20.—Capital de la provincia de Melgar, departamento de Puno.
21.—Debe leerse a lo largo de todo el templo, comenzando por el lado
izquierdo desde la entrada principal hasta el Presbiterio, y siguiendo por el
lado derecho desde este lugar
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