SOBRE FERNANDO TUPAC AMARU.
Carlos
Portugal Mendoza entrevista a José Luis Ayala.
Tomado de: TIERRA
DE LEYENDA, 7 de abril, 2025:
El
sábado 5 de abril, llegaron a Lima los restos simbólicos de Fernando
Túpac Amaro, el hijo menor de José Gabriel Túpac Amaru y Micaela
Bastidas. Los medios de comunicación han informado vagamente que se trata de
tierra colocada sobre lo que habría sido la fosa común en la que en 1798 fueron
colocados “de limosna” los restos de Fernando Túpac Amaru, fosa que
habría sido destruida por los bombardeos de Madrid en la guerra civil española.
Fernando
Túpac Amaru, el último descendiente de la familia Túpac Amaru, es
prácticamente desconocido en nuestro país; no se habla de él en los textos
escolares y menos cuenta con algún monumento o recuerdo. Salvo la placa en la
que figura con otros miembros de su familia en la Cripta de los Héroes en Lima.
El 2018, José Luis Ayala, intelectual puneño, escribió 'Este cautiverio
y agonía sin fin: Fernando Túpac Amaru Bastidas', libro que
rescató su memoria bajo la forma de una cronivela, mezcla de crónica y novela,
que le permitió articular una semblanza completa de “Fernandito” en base a la
poca información existente sobre él.
- ¿Estimado
José Luis, cual es la importancia histórica de Fernando Túpac Amaru?
En
primer lugar, te agradezco esta entrevista porque es necesario aclarar una
serie de asuntos que se están dando y que es necesario que el público en
general sepa lo que realmente está sucediendo. El libro que escribí es un texto
precursor del reconocimiento y de las actividades que se están haciendo ahora
en torno a Fernando Túpac Amaru, el niño que con 10 años fue obligado a
presenciar la tortura e inhumano asesinato de sus padres. Sin duda, este libro
ha sido leído por todos. Naturalmente, la visión de la historia es distinta en
cada caso. Lo que se está haciendo es un tráfico de los restos humanos de
Fernando Túpac Amaru, y esto es absoluta responsabilidad del alcalde del
Cusco.
No
se ha tenido una actitud coherente respecto a la verdad histórica y a la
historia de Fernandito y los Túpac Amaru. Fernandito no fue un niño y un
joven tranquilo y feliz en los castillos y las casas en las que vivió en
España, no sólo sufrió el naufragio del barco que lo llevó a España, sino la
prisión y luego la pena de tener que vivir en la indigencia hasta que murió de
hambre y depresión.
Nunca
aceptó su condición, siempre estuvo desacuerdo con lo que le habían hecho a su
padre, a su madre y lo que le hicieron a él. España no ha pedido perdón por
todo eso, él ya no puede exigir eso, pero nosotros sí. Tenemos la obligación de
hacerlo. Si no, ¿cuál es el propósito? No es otro que poner en práctica el
concepto de la “leyenda negra” que no es otra cosa que los intentos de ciertos
historiadores españoles por convencer de que no hubo invasión, que se
cometieron excesos, pero por ambas partes. Los historiadores “oficiales”
peruanos se prestan a esa absoluta forma de traición, hablando mentiras y
vaciedades. Como decía Aníbal Quijano, se trata de reconstruir la historia,
restablecer verdades. Lo que se está haciendo es la más grande impostura en la
historia del Perú.
Este
es un acto que no va a trascender que, por no estar acompañado del pedido de
perdón y el reconocimiento de la violencia ejercida, será una agresión cultural
de parte de España. Lamentablemente en nuestro país hay gente que tiene una
mentalidad pro-colonial. Responsabilizo de todo esto al alcalde del Cusco, él
también debería pedir perdón por lo que está haciendo.
- ¿No
te parece que la política de España es más bien no reconocer las violaciones de
derechos humanos efectuados en el pasado y que más bien con la “leyenda negra”
se trata de desvirtuarlas?
Bueno,
yo quiero recordar aquí la carta de López Obrador, presidente de México, que le
escribió al Rey de España señalando que España debía pedir perdón a México por
las atrocidades que había hecho. El Rey de España nunca le contestó, quien le
ha contestado es Vargas Llosa, pero él nada tiene que hacer en este asunto. El
Rey de España no contesta porque no tiene argumentos. Entonces la prolongación
de la leyenda negra no es solamente con el hecho de esta impostura de la
utilización de los restos de Fernando Túpac Amaro. Se trata de una
cuestión gubernamental, una decisión política de exigir que España reconozca
sus atrocidades.
Creo
que esta era una oportunidad para que el alcalde de Cuzco, el embajador del
Perú, el ministro de Cultura, el ministro de Educación, los partidos políticos
y el pueblo peruano recibieran a Fernando, pero después que el Rey de España
pida perdón de lo que ha sucedido. Lo están trayendo de contrabando, no han
comunicado a las fuerzas vivas del Perú, porque es nada menos que un prócer de
la independencia.
Hago
un llamado a los intelectuales peruanos, a los que no tienen miedo a la verdad,
a que digan que se está traficando con los restos de Fernando
Túpac Amaro.
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Largo cautiverio, solo por el "delito de haber nacido" |
Lo
que se debió haberse hecho es traer un poco de la tierra del panteón donde
estuvo enterrado Fernando Túpac Amaru y repatriarlo, siempre y cuando
España pida perdón. Lo que se ha traído es de otro sitio, porque el cementerio
ya no existe. Si algo va a ser simbólico, tiene que haber un consenso sobre qué
estamos entendiendo por ese símbolo. No puede ser que los historiadores de la
“leyenda negra” de España digan “éstos son los restos de tu hermano”, no puede
entregarse cierta tierra y decir “aquí se encuentra algo de cierta persona”. Se
ha querido traer los supuestos restos de Fernando como sea; aprovechar
políticamente el momento montando un teatro.
Ojalá
que todo esto no ocurra con el caso de Juan Bautista Túpac Amaru, el tío
de Fernando, hermano de José Gabriel, quien está enterrado en Buenos Aires, en
el panteón de la Recoleta. Escribí un libro sobre él y este año, en febrero,
estuve en Buenos Aires dando conferencias y visité su tumba con mi hijo José
Luis Jorge.
Yo
creía que algunas personas y escritores que están interviniendo en todo esto
tenían una conciencia peruana. Es el caso de Luis Nieto Degregori, es mi
amigo y conocí mucho a su padre, el “Cholo Nieto”, espero que él no justifique
el trato que se le está dando a Fernando Túpac Amaru.
Invito
a los historiadores para que se pronuncien sobre este hecho. El Rey de España
no le ha contestado a López Obrador; el Papa algo ha dicho. Yo creo que aquí la
gran pregunta es: ¿para qué traen a Fernando si lo van a humillar? <+>
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