jueves, 5 de septiembre de 2024

PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA DE LA REGION PUNO

 POSIBLES ORIGENES DE

LOS LUPACAS

A

Escribe: Efraín Iturry Gandarillas*

ún hay muchas investigaciones en curso y nada está dicho de manera definitiva, la meseta del Collao o la hoya del lago Titicaca, constituye la cuna de las culturas más antiguas que florecieron en América.

Muchos antropólogos, filólogos, arqueólogos, investigadores, historiadores, locales y foráneos siguen en la tarea de desentrañar los orígenes de los primeros pobladores en esta vasta meseta del Collao.

Nos interesa particularmente la presencia de los pobladores de la interrumpida cultura lupaca cuya capital fue la ciudad de Juli, como la encontraron los primeros españoles o ibéricos y la convirtieron en reducción modelo y escuela de evangelización como precedente e inspiración para las reducciones de Bolivia, Paraguay, Brasil, norte de Chile y norte de Argentina.

“La antropología, la etnografía y la lingüística, han demostrado a través de los estudios realizados en los diferentes estratos y lugares de la sierra interandina, que tres razas aborígenes fueron las que vivieron en el altiplano peruano-boliviano, tres clases de culturas distintas. Estas razas que se apoderaron sucesivamente de este escenario fueron los arahuaques, los aymaras y los quechuas. (Leónidas Bernedo Málaga, cultura Puquina, 1950.)

Según Carlos Troll, “Los resultados de las exploraciones arqueológicas están aparentemente de acuerdo en que sobre el altiplano han pasado tres olas de pueblos que, sucesivamente se apoderaron de la tierra y le imprimieron su civilización, estas razas, autoras de tres grandes olas culturales son: los uros arahuacs, los aimaras y los quechuas. Los uros después de crear una civilización original fueron presionados y progresivamente desalojados por los aimaras y a su vez por los quechuas”.


Los Uros Arahuaques

Según ilustres americanistas, el gran macizo Guyano-brasileño fue la cuna de las familias arahuac, que, en el transcurso de los siglos, se dividió en tres ramas principales.

La primera rama fue la de los ainos, que se dirigieron al norte y se establecieron en las Guyanas y el Caribe.

La segunda rama de los arahuacs, remontando el Amazonas, pasaron a las costas del pacifico, llegando a establecerse en el norte de Chile, formando tribus como los Comanchacos, Huanchacos, Tacames, Ayacameños, y Changos.

La tercera rama, la más frondosa la de los uros-puquinas, remontando el rio Madeira lograron franquear las montañas del oriente boliviano y se establecieron en el extenso altiplano.

Los uros-puquinas desde épocas muy remotas vivieron en la región de Umasuyo, que era la región acuática del Lago Titicaca, dedicados a la pesca, recolección y la caza de aves acuáticas, siendo expertos y hábiles navegantes en balsas rudimentarias que ellos mismos construían de totora.

Arthur Posnansky dice: ”la raza arahuac constituye el verdadero subsuelo antropológico y lingüístico de gran parte de los pobladores de América”.

El padre Bernedo Málaga, nos hace llegar la versión siguiente: “Los -uro-puquina habían alcanzado un alto grado de progreso y engrandecimiento, siendo ricos y poderosos. En estos momentos en el que el horizonte cultural de los puquinas se encontraba capacitado para alcanzar una cultura superior, vino a sufrir un golpe inesperado de consecuencias fatales, que paralizo todas sus actividades…”

Los Aimaras

Según Posnasky, como resultado de un cataclismo geológico que destruyó Tiwanacu, los caciques de los poblados subyugados, se dispersaron para formar reinos más localizados, como los lupaca y collas.

Comparten esta teoría Max Uhle, Emeterio Villamil de Rada, Belisario Cano, y muchos más.

Gente de diversa procedencia y por sendas separadas y en oleadas llegan a estas planicies cerca al lago Titicaca y las conquistaron sucesivamente, ellos venían con algunos conocimientos de agricultura incipiente y pusieron en práctica el cultivo de ciertas especies fáciles de domesticar, ocupando lugares aledaños y cercanos a los ya habitados por los uros arahuac de habla puquina.

Al paso del tiempo estos nuevos habitantes y los primeros habitantes uros-arahuacs-puquinas, pasaron a constituir un pueblo incipiente de pescadores, navegantes, pastores y agricultores, domesticaron la llama, la alpaca, posiblemente la papa, la yuca, la quinua, la cañigua, etc.

Los uros arahuacs, después de crear una civilización original, fueron presionados y progresivamente desalojados por otros uros arahuacs procedentes de Coquimbo.

Muchos estudiosos y algunos vestigios que aún subsisten, como es la adoración a la virgen de Omasuyo o Umasuyo en la comunidad de Ccajje Chucasuyo, apoyarían esta tesis de nuestros orígenes.

Existe un primer testimonio, recogido de los labios de un curaca Chiriguano,” Un capitán aimara llamado Cari que, saliendo del valle de Coquimbo (….) allegó adonde agora es Chucuyto, de donde después de haber hecho algunas nuevas poblaciones , pasó con su gente a la isla de Titicaca y dio tal guerra a esta gente que digo que los mato a todos (Lingüística aimara, Cerrón-Palomino, 2000:277).

Según Cieza de León, los aimaras son procedentes de “Coquimbo”, un valle del norte chileno, y Hyslop demuestra la  importancia de un sitio altiplánico llamado Coquimbo como capital Lupaca y  necrópolis de sus mallkus. Es decir, la ola aimara que penetra en el Urcosuyo viene de mucho más al sur de lo que pretende Torero.

Dice el historiador Bernedo Málaga “Los uros se hallaban diseminados por la extensa planicie altiplánica formada por los lagos Titicaca y Poopó por esta relativa extensión que ocupaban los uros se encontraban mezclados con los aimaras”.

Carlos Troll, “….no se puede admitir que los aimaras y quechuas en tan reducido tiempo que reinaron en la zona altiplánica, hayan podido domesticar a estos auquénidos; porque para llegar a la perfección en la ciencia ganadera han debido transcurrir muchos años”.

Por lo tanto; de acuerdo a estas evidencias los lupaca procederían de la mezcla de razas como uros-arahuacs-puquinas de origen  atacameño y de las diversas etnias sojuzgadas por los  tiahuanaquenses, creando una raza de lupacas de habla aimara.

Según el censo realizado por el virrey Toledo en 1575, indica que el espacio cultural del Collao se encuentra distribuidas en cuatro etnias:

Los uros de lengua uruquilla y los uros de habla puquina; los aimaras; los quechuas.

Finalmente, los aimaras eminentemente dominantes se fueron apoderando e imponiendo su lengua en casi todo el Collao. Ludovico Bertonio en su obra  “Vocabulario de la lengua aimara”, cita algunos grupos que hablan esta lengua: los Canas, Canchis, Collas, Pacajes, Lupacas, Carancas, Quillaguas, charcas y Omasuyos. El aimara cubría una franja NO-SE, en la región del Cusco, también estaba presente en la región de las Yungas bajo la forma de mitimaes.

De acuerdo a los informes de Garci de San Miguel, algunos reinos aimaras tenían mitimaes en los valles de Larecaje, Capinota para la explotación de cocales y bosques. La abundancia de testimonios etnohistóricos nos permite aclarar en cierta forma, el panorama de la etapa de los reinos y confederaciones (1200 d.c.-1450 d.c.), característica a la historia collavina.

Los Quechuas

Cuando todos los reinos aimaras pugnaban en su desarrollo social, religioso, económico y político; surge la rivalidad entre vecinos collas y lupacas. En estas circunstancias críticas en la que uno y otro bando se alistaban para la guerra, Zapana fuerte en Atun colla y Cari en Chucuito; el Inca Viracocha hacia estragos con su ejército expansionista por los valles del Cusco y  Urubamba, con la intención de llegar al altiplano aimara.

Los jefes aimaras que se encontraban en pie de guerra, al enterarse del avance de los cusqueños, posiblemente vieron la conveniencia de tener como aliado a los quechuas. Cada cual vio sus intereses y no pensaron en hacer fuerza común para enfrentar al invasor, al enterarse del avance incaico, envían a sus emisarios.

Cieza de León, cronista español nos dice: “…Los embajadores le expusieron el litigio que los separaba y los había conducido a la guerra. Cada uno le invitaba a ser su aliado. El Inca los consultó al oráculo que fue favorable apoyar a Cari; Viracocha al pasar por Canchis y Canas, vence la resistencia de estos. Se da la batalla en Paucarcolla en que intervienen 150,000 hombres y es tan sangrienta que pierden La vida 30,000 incluido su caudillo Zapana. Viracocha es recibido por Cari como vencedor y pactan ambos perpetua alianza”. (Cieza de León “La Crónica del Perú” p. 443”).

Sin embargo, esta conquista del Collasuyo tuvo dos fases: la primera en la que los Collas lucharon solos contra los ejércitos incas, y la segunda fase, los del sur lucharon formando la confederación de reinos aimaras (Charcas, Carancas, Chichas, Caracaras, Soras).

Terminada las guerras de conquista en el altiplano (1438 a 1471), se ingresó a una etapa de dominación Inca. El altiplano es incluido como una cuarta región del imperio del Tahuantinsuyo con el nombre de COLLASUYO.

El reino Lupaca

El reino Lupaca, ocupaba la orilla occidental del lago Titicaca, cuyos límites eran: por el norte con el reino Colla, por el sur con el reino Pacajes hasta el rio Desaguadero, por el este el lago Titicaca y por el oeste el Océano Pacifico, ya que en algunos escritos son nombradas Moquegua, Sama, Tarata y Tacna como parte de este gran reino. <>

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* Tomado de JULI ETERNO Nº 67

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