César Hildebrandt
En
HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 731, 2MAY25
A |
ntauro Humala sueña con fusilar a su hermano. A su
hermano y a todos los corruptos.
El Perú sería entonces un paredón con truenos, un
triunfo de la muerte.
Este Humala, salido del radicalismo disparatado,
interpreta, sin embargo, el afán por la violencia de un buen sector de la
población. Esa fue, en muchos sectores, la clave del pavoroso éxito de Sendero Luminoso
en sus primeros años.
Las hordas de Guzmán acumularon años de causas pendientes
y odios sin salida. Fueron la respuesta apocalíptica a largos tiempos de
desprecio de las repúblicas aristocráticas y a los máuseres que disparaban
contra multitudes. A Guzmán lo crearon todos los Romainville de estas comarcas.
Si Sendero es despreciable, lo es también la derecha
ensimismada que gobernó el país suprimiendo de sus consideraciones y
presupuestos a la mitad de la población. No es posible vivir en paz cuando se
niegan los derechos de muchos, a quienes se tiene por subciudadanos y, en casos
extremos, por infrahumanos.
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Chillico |
¿Por qué producimos personajes así?
¿En qué país del vecindario hay alguien que proponga
una matanza salvadora que incluya el cadáver de su hermano?
Lo patriótico sería no responder a esas preguntas.
Porque las respuestas nos son incómodas, inaceptables.
La primera de esas respuestas posibles es que somos
un país violento. Detrás de nuestras buenas maneras y apariencias dulzonas,
aceptamos como cosa natural la marginación social de millones de
sobrevivientes, la conversión de las instituciones democráticas en botines de
mafias, la violación permanente de la ley. Nos creemos pacifistas porque nos
hemos resignado ante ese espectáculo horrendo, pero lo cierto es que somos
cómplices.
Respiramos violencia. ¿O no es violencia que quienes
perdieron las elecciones el 2021 sean los que hoy gobiernen en pandilla? ¿O no
es violencia que el Tribunal Constitucional se haya convertido en una mesa de
partes del Congreso usurpador? ¿O no es violencia que la vicepresidenta del
golpista Castillo ordene matar a una cincuentena de compatriotas y exija no
ser investigada? ¿O no es violencia que se haya cambiado decenas de veces la
Constitución sin el consentimiento del pueblo? ¿O no es se haya dado un paquete
de leyes que favorecen abiertamente al crimen
organizado? ¿O no es violencia que la Defensoría del Pueblo se haya pervertido
hasta el extremo de ser una sucursal del gobierno? ¿O no es violencia amnistiar
a acusados por crímenes de lesa humanidad? ¿O no es violencia desarmar a la
SUNEDU en beneficio de las universidades de mentira? ¿O no es violencia que
estemos secuestrados por la inseguridad callejera mientras cada día se descubren
más bandas integradas por policías en actividad? ¿O no es violencia que, 35
años después, la corrupción fujimorista pretenda y logre dictar la agenda
parlamentaria? ¿O no es violencia que los prófugos sean crónicos, las compras
militares sospechosas y los waykis blindados?
Podría seguir, pero me aburro. Apelo a los etcéteras
que cada lector tenga en la cabeza.
Antauro Humala no es gratuito ni vino de Marte ni
resulta inexplicable. Es creación heroica de este país que muchas veces parece
pintado por el Goya más sombrío. <:>
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