EL FUTURO DE LA DIVERSIDAD LINGÜÍSTICA
Tomado de
INFORME SEMANAL DE POLITICA EXTERIOR Nº 1409, 10MAR25
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México, el país con mayor diversidad lingüística de la región, se hablan 68
lenguas indígenas. Le siguen Colombia (65) y Perú (48) donde casi cuatro millones hablan quechua y 10 millones
más en el resto de países andinos, desde Pasto, en el sur de Colombia, a
Tucumán, en el norte argentino.
Entre las más habladas están el aimara, arahuaco, náhuatl, guaraní, maya, chibcha y mapuche, varias de ellas en más de un país. La mayoría están en riesgo de extinción, entre otros factores por los prejuicios, la discriminación, las migraciones y la falta de transmisión generacional. Las campañas educativas privilegian el monolingüismo –salvo casos como los de Canadá, Paraguay o Bolivia- al considerarlo una seña de unidad nacional.
De
las 4.000 lenguas indígenas que subsisten a escala global, una desaparece cada
dos semanas con la muerte del último de sus hablantes. En los próximos 10 años
se perderán la mayoría de las de EEUU, asegura Michael Running Wolf, fundador
de Indigenous AI. Sus ingenieros informáticos utilizan la inteligencia
artificial para ayudar a preservar dos centenares de lenguas nativas
norteamericanas.
Históricamente,
la extinción lingüística ha estado asociada al colonialismo, que utiliza la
uniformidad lingüística para afianzar su dominio político, cultural y
económico. Hacia el siglo XX, habían desaparecido el 20% de las lenguas nativas
de las regiones colonizadas por europeos. Al erradicarlas –voluntariamente o
no– los colonizadores desconectaban a los pueblos nativos de su cultura,
memoria, sentido comunitario y relación con la tierra. La lengua original de
Hawái casi desapareció por una ley que hizo del inglés la única lengua en
colegios públicos y privados. Desde que se derogó en 1987, la población que la
habla ha aumentado un 5% al año.
La
mayoría de las lenguas, que comenzaron a aparecer hace unos 250.000 años y hoy
se desvanecen sin dejar rastro, son casi siempre orales. Según los lingüistas,
siguen vivas 7.164. Más de la mitad de la población mundial habla solo uno de
los 25 idiomas más difundidos: inglés, mandarín, castellano, hindi y árabe...
Pero la mayoría de ellas tienen solo un puñado de hablantes. La mitad las hablan
comunidades de 10.000 personas o menos. Ya solo quedan, por ejemplo, cuatro
centenares de hablantes de paiute en todo California.
Gary Simmons, director de Ethnologue, compara
la desaparición de una lengua con la de un museo, por la riqueza intelectual que
se pierde con cada una de ellas. Sin esfuerzos de recuperación, asegura, hacia
finales de siglo podrían desaparecer entre el 50%-90%. Entre 1975 y 2005, según
el Índice de Diversidad Lingüística de Terralingua la diversidad lingüística
global se redujo 20%.
Las
lenguas de pueblos originarios fueron las más afectadas, con tasas de
desaparición similares a las de la pérdida de biodiversidad de sus territorios.
El Living Planet Index de WWF muestra que en ese mismo lapso el número de
especies animales y vegetales cayó un 27%. Según un estudio del Proceedings of
the National Academy of Sciences de EEUU, las áreas de alta biodiversidad
concentran el 70% de los idiomas. Vanuatu, una nación insular del Pacífico sur,
por ejemplo, tiene 110 lenguas en 12.000 kilómetros cuadrados, la mayor
diversidad lingüística del mundo.
Aunque las razones no están del todo claras, los lingüistas de Terralingua creen que ello se debe a que las lenguas son depositarias de conocimientos de su entorno local, que se transmiten de generación en generación y que desaparecen con sus hablantes. En las Américas, las lenguas aborígenes preservan, entre otras cosas, los nombres, lugares y temporadas de cosecha de plantas medicinales silvestres, describen parajes y animales y transmiten enseñanzas morales.
Las
tribus de cazadores-recolectores que subsisten son casi todas multilingües. En
Australia, los pueblos aborígenes hablan 130 lenguas distintas. Para los
etnólogos, las lenguas son extensiones de sistemas culturales que, a su vez,
son parte de sistemas ecológicos más amplios. Conservarlas, sostienen, es un
instrumento más en la lucha contra el cambio climático.
Más
de la mitad de la población mundial (60%-75%) habla al menos dos lenguas por
las muchas ventajas del multilingüismo. En tecnología, programas informáticos
como el Lakota AI Code Camp de IndigiGenius recopilan vocabularios,
sistematizan gramáticas, traducen sus contenidos e incluso resucitan lenguas
muertas, como hizo Eliezer ben Yehuda con el hebreo moderno, que hoy hablan más
de ocho millones de personas en Israel y en las comunidades de la diáspora
judía en más de 80 países. <:>
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