martes, 28 de mayo de 2024

MUCHO MAS SOBRE LAS ALASITAS

CÒMO ERA EN 1942

LA FERIA DE LAS ALASITAS

COMO CELEBRACIÓN DE TODAS LAS SANGRES PUNEÑAS

Fragmentos del relato de José Pineda (1942).

Tomado de Juan Carlos La Serna Salcedo: DIOSES Y MERCADOS DE LA FORTUNA, Ed. Min. Cultura, Lima 2013, pp. 93 y 103

«H

a llegado la tarde. Se ha suspendido el trabajo en la oficina, el estudio en los colegios y escuelas. Los niños son los más afanosos por concurrir a las alasitas del Calvario-Chico que es una feria de miniaturas. Como saben que la moneda circulante en las alasitas son botones de hueso y lata o piedras planas, los niños se proveen con anticipación de estos medios de cambio. Algunos niños pobres cortarán los botones de los sacos de sus padres y de los propios no importándoles por el momento el castigo que les espera.

Las alasitas forman un mercado de miniaturas donde la cholada extiende sus mesas, en ellas exponen los frutos de su industria en miniaturas. Así tejidos a cual mejor, objetos de carpintería, hojalatería, peletería, alfarería, abarrotes en miniatura, etc. Los indígenas así mismo expondrán los frutos agrícolas, carnes, quesitos, cecinas, yunko-yunko (uvas silvestres), etc.

En los suburbios del mercado de alasitas se ven hermosas haciendas construidas con toda gracia y con abundancia de ganado en miniatura fabricados de rica alfarería. Este ganado es dividido por secciones y encerrado en los corralones de las haciendas. Los dueños que generalmente son indígenas construyen estas haciendas y estancias con la creencia de que tarde o temprano se convertirán en propietarios de haciendas y estancias. El público contempla y hace comentarios de la gracia con que son construidos; los dueños o propietarios llegada la tarde la ofrecen en remate; unos piden 12 mil soles que equivalen a 20 soles. Así mismo, por cada cabeza de ganado pedirán 70 soles, 50 soles, que equivale a 70 y 50 centavos respectivamente.


"LAS ALASITAS", grabado del folklorista y artista puneño José Flores Ordoñez reproducido en Los Andes de Puno en 1953. Flores Ordoñez, director de Folklore y Turismo del Concejo Provincial de Puno durante la alcaldía de 1960, ha sido uno de los más importantes impulsores de las alasitas en la ciudad de Puno y nos ha dejado diversos testimonios escritos y visuales de la feria.

En las faldas del cerro Calvario se han levantado fondas donde se expenden los sabrosos picantes, los pepianes de conejo, los chicharrones, la chicha de tejjte, los anticuchos. El público llena (sic) todos estos lugares a saborear los exquisitos potajes con toma de chicha, cerveza y licores. La multitud goza momentos de esparcimiento; no falta uno y otro extranjero que atónito contempla las costumbres regionales, procediendo a tomar vistas de tan hermosos panoramas.

Al morir el día la multitud comienza a abandonar el campo, portando sus objetos en miniatura que llevan en las manos admirando por el camino y llamando la curiosidad de la concurrencia que comentan la gracia artística de los artistas indígenas y cholos. [...]

En el aspecto económico se advierte los grandes desembolsos que verifica la concurrencia de las Alasitas, comprando sinnúmero de miniaturas. Además, los indígenas realizan verdaderas transacciones comerciales, con sus cambios de moneda en la venta de miniaturas y más aún de las fincas y las haciendas que las venden bajo documento de venta, que imitan con maestría; he aquí el adelanto al que van llegando».  <> 

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