domingo, 4 de febrero de 2024

PUEBLOS PUNEÑOS

 MOHO

Por: Mario Ibáñez Machicao*

(Extractos de su libro LOS CONQUISTADORES ESPAÑOLES)

MOHO, Villa Jardín de la Meseta del Collao, Perla del Titicaca, joya engastada entre los pétreos guardianes: Calvario, Merkemarka, Chíasi y Pacharía, con un acceso al Lago Sagrado por la Compuerta de Mucuraya, lugar obligado para tejer remembranzas y romances juveniles.

Cada rincón moheño, es un manojo de paraíso ecológico, con plantas silvestres de suaves aromas y en cada hogar, en los muros, se mecen enredaderas y una sinfonía de colores con nombres de: rosas, pensa­mientos, gladiolos, margaritas, fuccias, claveles, hortencias, siempre vivas, geranios y hasta el pegajoso nomeolvides pugnan por sobresalir para ser un verdadero regalo a la vista y al sentimiento estético de lo andino.

A los tres mil ochocientos metros sobre el nivel del mar, en un micro clima del que goza, se ha adaptado el manzano, las guindas, frutillas, el saúco que compite con el sancayo de fruto dulce madura­dos por el sol intenso del medio día.

Moho hermoso, es el decir común de quien visita; el eucalipto frondoso y corpulento domina formando densos bosques, en que los gorriones, palomas y mirlos, anidan para cantar la serenata vespertina y el amanecer bullanguero de trinos como don divino.

Las antiguas quintas: Trapiche con sus viveros, Milli-milli con sus papas nuevas; Muccuraya con sus aguas de Supullullo fuente inagotable de inspiración; La Aurora como un mirador de las plateadas aguas del Titicaca; Pacharía de recuerdos inkas, Kasani y Chíasi de cristalinas aguas, serán siempre lugares de peregrinaje en los carnavales o en los días de solaz o reposo frente a la naturaleza, y sin olvidar las aguas termales de Putinacucho y los templados de Muccuraya, delicias de niños y jóvenes.

Las fiestas

Las fiestas moheñas se polarizan en religiosas y paganas. Entre las primeras se festeja al Señor de la Exaltación, el 14 de setiembre de cada año, con sus vísperas y dos días de corrida de toros, centrada en los Alterados y donde se dan cita los moheños residentes en La Paz (Bolivia), Lima, Arequipa y otras ciudades.

El Korahuasiri es una fiesta singular y única que se celebra en febrero, en la Candelaria en la que se codean en la plaza el Inca y el Colla y el Uru y el Chullahua. En mayo la Santa Cruz, fiesta de los achachk’umos eminentemente satírica de los viejos españoles. Todos los Santos para recordar a los muertos; y, merece mención especial los Carnavales que duran una semana, con pandillas de pinquillos y tarkas. El Año Nuevo coincide con el cambio de autori­dades y la Navidad dedicada al Niño Jesús y a la integración familiar.

Estas fiestas, por cierto, tienen como protagonista a la mujer moheña, siempre elegante, apasionada, romántica, sensible, maternal y cariñosa, que encarna belleza y bondad que se va sucediendo de generación en generación con matices del tiempo signada con el progreso en un mundo de modernidad. Se mencionan algunos  nombres sólo como una muestra de una realidad vivida: Flora Valdez, Zoila Angles, Yolanda Machicao, Zoraida Machicao, Magda Amat, Edith Carpió, Marleny Angles, Zoila Iriarte, Gilma Cáceres, Nardy Alosilla y demás simpáticas damitas de sucesivas generaciones moheñas, todas vinculadas de una u otra forma cordial y amistosa a conocidas familias del medio, entre ellas, los Machicao, Sardón, Alayza, Angles, Apaza, Mejía, Choquehuanca, Carpió, Amat, Rodrigo, Olazával, Salazar, Blanco, Saravia, Montes de Oca, Añamuro, Molina, Gálvez, Reveggino, Ramírez, Zurriarán, Valencia, Giraldo y otras.



La música

Moho es también recordado como pueblo de músicos, autores e intérpretes de diferentes instrumentos musicales, desde el bombo hasta los instrumentos más complejos y difíciles de tocar, como son la flauta, quena, mandolina, guitarra, charango, concertina, acordeón, violín y otros. Es tierra de grandes compositores no solamente para los lugareños, sino que sus canciones se inspiran en el encanto de sus lindas mujeres y la belleza natural de su geografía. Ellas inspiraron el cantar de las endechas moheñas que expresan el sentir sublime del pueblo. Entre los autores y músicos de primera línea, cabe mencionar a: don Eugenio Salazar Carpió, Miguel Angles, Ivan Galvez, Lizandro Amat, entre otros.

Uno de los hombres que más significado musical le dio a Moho fue, sin duda alguna, Don Carlos Arias, (Carlitos) tocaba todos los instrumentos de cuerda y viento; fue acompañante insustituible en la mayoría de los Conjuntos musicales de Moho; muy famoso desde tem­prana edad. En el decenio cuarenta, Carlitos fue llevado por su señor Padre a la Ciudad de La Paz para cumplir con la invitación especial del Excelen­tísimo Embajador del Perú en Bolivia, Sr. Bustamante y Rivero, allí, en la Embajada del Perú interpretó a solo de guitarra, el famoso Tango de entonces, "La Comparsita" y otras composiciones andinas propias de Moho; entonces, el Embajador, emocionado por las finas cualidades y dominio artístico de esta persona invidente, le premió con un juego de instrumentos de cuerda. Carlitos, a pesar de radicar en el campo fue uno de los personajes más respetados y queridos de Moho.

También merece mención especial don Primitivo Machicao Gironda, creador, organizador y director del renombrado conjunto musical “Los Huaycheños”. Este conjunto nació en una época en la que hubo en la gran ciudad de La Paz, profundos prejuicios en el interpretar la música folklórica. Primaba la idea despectiva de que el huayño era solo para el pueblerino, para la gente del campo, para “personas de segunda clase”. Era la época de oro de los Boleros de "Los Panchos", época de los Tangos de Carlos Gardel y Alberto Castillo. En ese contexto el Huayño "serrano" o pueblerino (Sicuris y Kashuiris) no tenía cabida.

Mucuraya
Pero la calidad interpretativa de "Los Huaycheños" se abrió paso. El nuevo estilo ideado por Primitivo Machicao y las tonadas características ejecutadas en la guitarra de Javier Mantilla, el sentimiento expresado en el acordeón de Octavio Machicao, fueron divulgando canciones que se hicieron famosas en las multitudes altiplánicas. Se impusieron en el alma popular y rápidamente se hicieron conocidas a lo largo y ancho de Bolivia y traspasando sus fronteras, llegaron al Perù, Argentina y Norte de Chile. Uno tras otro disco, cada vez con nuevas canciones del ya crecido repertorio de "Los Huaycheños" tuvieron que imprimirse por miles.

El pueblo de Moho se convirtió en capital de la provincia del mismo nombre, cuando esta fue creada oficial médiate Ley Nº 25360 de fecha 12 de diciembre del año 1991.          

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MARIO IBÁÑEZ MACHICAO, profesor de la Universidad Ricardo Palma y Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es Magister en Administración, con estudios de doctorado en Ciencias Contables y Empresariales - UNMSM y ejecutivo de empresas. Es autor de siete obras de su especialidad.

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