viernes, 14 de julio de 2023

PREPARATIVOS OFICIALES PARA ENCARAR MARCHA DEL 19 JULIO

 PLAN 19 J

Eloy Marchan

D

En HILEBRANDT EN SUS TRECE Nº 644, 14JUL23

ina Boluarte ha dado un paso sin precedentes. Le ha encargado a las Fuerzas Ar­madas velar por la economía del país. El jueves 6 apareció en “El Peruano” un decreto supremo del Ministerio de Economía. Se trata de un texto que ordena transferir S/ 12.2 millones al Ministerio de Defensa para que esta cartera los reparta entre las Fuerzas Armadas. El presupuesto -dice el decreto- es para que los cuerpos de inteligencia y con­trainteligencia “impulsen la reactivación económica al mi­tigar los riesgos de pérdidas económicas”. Las rúbricas de la presidenta Boluarte y del ti­tular del MEF, Alex Contreras, al pie del decreto, son el acta matrimonial del gobierno cívico militar de ésta admi­nistración.

Defensa, cumpliendo las órdenes de la jefa suprema de las Fuerzas Armadas, se encargó de hacer las racio­nes con los 12.2 millones de soles. Cinco para el Ejército, S/ 4.5 para la Marina y S/ 2.7 millones para la FAP. En los archivos de “El Peruano” no hay registro de un texto que ordene al MEF entregar di­nero a los militares para que “impulsen la reactivación económica del país”. A trece días del 19 de julio, fecha en la que pretende llevarse a cabo un paro nacional, es de suponer que se trata de una inyección económica para pagar los servicios prestados por las Fuerzas Armadas en los operativos relacionados con las marchas.

Dos altos funcionarios del Ministerio de Defensa dijeron a esta publicación, bajo reserva de sus nom­bres, que el dinero será usado para “vigilar” y “monitorear” a las personas que salgan a protestar el 19 de julio. “En estos momentos ya hay personal desplegado en algunos lugares sensibles del país”, dice uno de los informantes.

“A nosotros también nos ha sorprendido que en el decreto pongan que vamos a reactivar la economía”, apunta un jefe de Inteligencia en actividad. Entre los militares hay posicio­nes encontradas. Desde inicios de año han estado pidiendo al MEF dinero para labores de inteligencia rutinarias, pero no obtuvieron respuesta.

“Estamos acomodando -añade el oficial que pide la reserva de su identidad- todos nuestros planes operativos a lo que nos han ordenado con el decreto: “proteger la economía del país” y operar activamente el 19 de julio. Lo que ha hecho el MEF y Defensa es un verda­dero sancochado, pero no nos queda más que usar el dinero”.

“Hasta donde yo conozco, las Fuerzas Armadas hacen inteligencia en temas de exte­rior. La formulación (del de­creto supremo) me parece un poco equívoca. Se ha fraseado de una manera inadecuada”, dice el exministro del Interior Carlos Basombrío.

Solicitamos la versión del Ministerio de Defensa sobre el decreto supremo y en qué se gastarán los S/12 millones, pero en el despacho del minis­tro Jorge Chávez Cresta opta­ron por el silencio.

También han abierto la billetera los banqueros con más peso en el país. El último miércoles el Ministerio del In­terior recibió una “donación” de S/ 4.7 millones. Al óbolo se sumaron el Interbank, Scotiabanky GNB. El dinero, según se lee en las resoluciones de recepción, será usado “para la ejecución de acciones de apoyo permanente de los diversos programas de apo­yo al Policía” (sic).

No es la primera vez que privados brindan su “solida­ridad” a la Policía en medio de protestas. En enero pasa­do la Sociedad Nacional de Pesquería, que comandaba Cayetana Aljovín, donó ví­veres valorizados en S/ 100 mil. Y la asociación Integri­dad, del exgerente legal del grupo Intercorp Jorge Lazarte Molina, recaudó S/ 250,000 entre sus asociados, también para la Policía.

En el Ejecutivo creen que para llegar al 28 de julio, de­berán pasar airosos el peaje del “19 J”. El último lunes Boluarte y Otárola se reunieron por casi tres horas con los ministros de Defensa e Interior y con el jefe de la DINI, general PNP (r) Roger Arista Perea. En la cita se trazó el plan de cara a la huelga nacional.

Boluarte fue informada de que las protestas en el sur del país vienen fuertes. En Puno, Cusco, Apurímac y Ayacucho se prevén paros masivos. En Cajamarca y Piura los ronde- ros están haciendo un trabajo activo y, a diferencia de enero pasado, podrían poner en jaque esas regiones.

En el cónclave se acordó declarar en emergencia por treinta días la Red Vial Na­cional para que las Fuerzas Armadas ayuden a la Policía a vigilar las carreteras. Tam­bién se acordó alistar decretos de urgencia para su eventual publicación, por si fuera nece­sario el ingreso de militares a las regiones donde prenda la protesta. Puno es la única re­gión que sigue en emergencia. Lleva así siete meses.

El cálculo de la DINI es que a la marcha de Lima se sumarán unos 5 mil manifestantes. “Bo­luarte y Otárola han tomado al 19 de julio como el Día D de su gobierno. Han comentado que, de superar la crisis que genere la protesta, podrán quedarse sin problemas hasta el 2026”, dice un allegado a Palacio.

En el cónclave del lunes el ministro del Interior, Vicente Romero, dio detalles del plan “Abanico Verde”, que ese mis­mo día se puso en marcha. “Abanico Verde” contempla desplegar contingentes poli­ciales en todos los ingresos a Lima para registrar a los pro­testantes que llegarán para el 19 de julio.

Romero también informó que el alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha puesto a dis­posición de la Policía las 196 cámaras que el municipio tie­ne en el centro de la capital.

En Palacio de Gobierno han decidido invertir en dos campañas mediáticas para desinflar el 19 de julio. La primera apunta al ‘bolsillo del ciudadano”. La otra pone los reflectores sobre los líderes de la marcha y sus presuntos vín­culos con Sendero Luminoso, Movadef y Pedro Castillo.

Para sensibilizar a los ciu­dadanos, el gobierno y los gremios empresariales han renovado sus votos matri­moniales. El miércoles 20 gremios se citaron con los ministros de Comercio Ex­terior, Producción, Trabajo e Interior para trabajar en una agenda sui géneris: “La defensa de la democracia, el desarrollo empresarial, el em­prendimiento, las inversiones y el libre tránsito por el terri­torio nacional en un contexto de paz social”.

Un día antes la Unión de Gremios, grupo que lidera la Sociedad Nacional de Indus­trias (SNI), emitió un pro­nunciamiento expresando su “rechazo a los diferentes pronunciamientos que se vie­nen difundiendo sobre una pretendida toma de Lima, con anunciadas protestas en diversas regiones, moviliza­ciones violentas y vulneración de los derechos de terceros al libre tránsito”. Al comunica­do lo titularon: “¡Queremos trabajar!”.

La Cámara de Comercio de Lima también ha apoyado con algunos “estudios de merca­do”. Ha recordado las millonarias pérdidas que dejaron los paros de diciembre y enero y advierte a los medianos em­presarios de los millones que dejarán de ganar por culpa del paro.

Los empresarios de La Li­bertad -dice la nota de prensa de la Cámara de Comercio liberteña- perderán 8 millones de dólares. Los empresarios de “El Hueco” y “Mesa Redonda” calculan que dejarán de facturar 1.5 millones de soles.

La campaña llegó con una encuesta bajo el brazo. La pu­blicó el martes 11 la revista “Semana Económica”. El trabajo de campo corrió por cuenta de Ipsos. El sondeo revela lo que era de esperarse: que el 71% de los empresarios aprueba la gestión de Dina Boluarte.

La arremetida mediática ha vuelto a recurrir al terráqueo para desacreditar la protesta. El pistoletazo de salida ha sido un audio filtrado por la Dircote de la “camarada Vilma”. En la comunicación interceptada la senderista llama a partici­par de la Toma de Lima. La estrategia es bastante burda. Pretende inocular la idea de que todo aquel que participe en la manifestación del 19 de julio responde a la consigna de los remanentes senderistas del Vraem.

Anunciada presencia de puneños

En el Congreso de los mochasueldos y los lobbies a des­tajo han acogido la campaña con entusiasmo. “Hay una con­vocatoria de la doble V. Digo la doble V porque Verónika Mendoza está convocando, y la terrorista Vilma también está convocando”, dijo el miércoles la congresista fujimorista Martha Moyano, la indigna herma­na de aquella heroína llamada María Elena.

El operativo también se ha extendido a la Universidad Na­cional Mayor de San Marcos. El miércoles pasado la rectora Jeri Ramón suspendió las clases presenciales por “seguridad”. El objetivo es que el campus no se utilice para acoger a los manifestantes que lleguen a la capital.

En las redes sociales arran­có la campaña “Chapa tu terruco” que alienta a tomarle fotos y videos a los manifestantes y subir esas imágenes a internet para “ayudar” a la Policía con las detenciones.

“Las personas tienen de­recho a manifestarse pacífi­camente. El Estado tiene la obligación de mantener el orden. Eso se debe hacer respetando la vida humana. Si esas tres cosas no se producen -apunta Carlos Basombrío-, entraríamos a un momento político más complicado”.

SOBRE LIBROS Y AUTORES OPINA HILDEBRANDT

 MITOS Y LEYENDAS

César Hildebrandt

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 644, 14UL23

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ice Fernando de Sziszilo en sus memorias que Jorge Luis Borges le confesó que “no le había sido dado leer a Proust”. Así era Borges, el vidente ciego. A mí me dijo después de entrevistarlo, que Vallejo era un poeta “admirado de antemano”. Era claro que apenas lo había ojeado y que no estaba interesado en el asunto.

Marcel Proust
Proust es un pesado, por supuesto. Y Vallejo tiene cumbres de emoción y originalidad y honduras de disfuerzo y huachafería. Pero así es la cosa entre los dioses del olimpo. Si entras a él, nadie te saca. Si estás en él, ya no necesitan ni leerte.

Los que no lo han leído, dicen que “Moby Dick” es un gran libro. Y tienen razón: es preciso no haberlo leído para alabarlo. La obsesión de un idiota delirante por un cetáceo cruzado con leviatán no alcanza ni siquiera para guion de la Metro, pero Melville siempre tuvo buena prensa y eso lo colocó entre los grandes. Lo salvaron las “connotaciones” que la crítica confusa halló en sus líneas.

Más clamoroso es el caso de “Por quién doblan las campanas”, que es un folletín infame sobre la guerra civil española vista por un republicano en estado de ebriedad. No está de más decir que la novela produjo, como tenía que ser, una de las peores películas de la historia del cine: Ingrid Bergman regada de colirio.

Estuvo y estará de moda decir que “Casablanca” es un clásico del cine, pero el melodrama de Curtiz no llega a ser siquiera regular y patina en la inverosimilitud casi graciosa de sus escenas finales. El cantinero de un cuarto de pelo y el oficial que acopiaba sobornos son tocados por la varita de los hermanos Warner y se convierten en héroes, segundos antes del “The end”. Propaganda antinazi de las más baratas y con un Bogart más tieso que nunca.

Hay libros de Virginia Woolf que alcanzan la categoría de ilegibles y, sin embargo, pinta mucho decir que son atrapantes. Del mismo modo que hay novelas de Faulkner que se te caen de las manos y que gozan de gran fama entre sus lectores imaginarios (o au­ténticos y aburridos).

Leí a la Sagan siendo adolescente y por poco me convence de que era una gran escritora. Mi segunda lectura de “Buenos días tristeza” la lanzó por la borda, aunque nunca dejé de admirar la transparencia de su estilo. Lo mismo me ha pasado con algunos es­critores -Sábato está entre ellos- que me hipnotizaron en la juventud y que hoy no sobreviven al juicio sumario de la impaciencia.

Hay gente que sostiene que “El Quijote” es su libro de cabecera. Que “El Quijote” esté en un velador describe la infelicidad de quien lo ha puesto allí, pero eso no quita que sea un libro que ha vencido a las termitas del tiempo. Lo que pasa es que, como casi todo, tiene altibajos, episodios grandiosos y pasajes que lindan con lo previsible, que es lo peor que puede sucederle a un novelista. Lo que lo ha preservado más o menos invicto es el humor, ese antioxidante.

Mario Vargas Llosa
Es un deber sagrado decir que García Lorca es un gran poeta, cuando lo más preciso sería decir que escribió algunos poemas difíciles de olvidar. Pero, ¿quién osa retar al ídolo, ¿quién se mete con el mito? Del mismo modo, está penado por el código penal de la PUCP y anexos decir que Salman Rushdie suele ser insoportable o que la poesía de Sylvia Plath suena a gozne que chirría bajo la lluvia.

Quienes en el fondo odian la literatura saltaron de alegría cuando Vargas Llosa publicó “Pantaleón y las visitadoras”, ese anime en el que los milicos parecen dibujados con plumón y el colorido festivo de la historia tiene el propósito de proclamar el gran cambio: el autor de “Conversa­ción en la catedral”, esa gran novela, podría, de ahora en adelante, dejar las sombras y arrancarte alguna sonrisa. ¿Es Pantaleón el peor libro de Vargas Llosa? No. La disputa es seria y “Cinco esquinas” reclama lo suyo.

Me he pasado buena parte de la vida leyendo libros. Renuncié a muchos privilegios de la juventud cumpliendo esa manía y ahora, comprensiblemente, leo contra el tiempo. Por eso tengo el leve derecho de decir que cuando alguien te recomiende leer “El Alquimista”, de Pablo Coelllo, revises el bolsillo donde guardas la billetera. ▒▒




jueves, 13 de julio de 2023

INDIGENAS PUNEÑOS EN PIE DE LUCHA

UNA DURA LUCHA POR LA SEGUNDA INDEPENDENCIA ASOMA EN LA HISTORIA DEL PERU

Escribe: Guillermo Vásquez Cuentas

Tomado de la revista digital ALTIPLANIA Nº 6

En la historiografía peruana, es lugar muy común postular que durante el llamado “proceso independencista” si bien se había logrado la emancipación del Perú del poder político y militar de España, separándose de la metrópoli, adquiriendo cierto poder de decisión sobre su vida política y mi­litar, sus grandes mayorías poblacionales compuesta por indios e indígenas no habían rescatado o recuperado el poder político, social, económico y militar que los invasores europeos les habían arrebatado con gran y sistemática violencia durante varios siglos de abusos y crímenes de toda laya, reduciendo brutalmente su población. Como descendientes y herederos de quienes en los andes centrales desde siglos inmemoriales desarrollaron autónomamente notabilísimas culturas, no se vieron beneficiados con la emancipación conseguida por las capas sociales de criollos, algunos sectores de españoles y parte de mestizos que integraban la “Republica de Españoles”, clara y nítidamente diferenciada de la “Republica de los Indios”, íntegramente de indígenas de la ellos eran parte.

“Ambas repúblicas que conformaban la sociedad colonial lucharon separada y a veces concurrentemente por abatir el poder colonial, pero con distintos medios y métodos” refiere sobre el tema Virgilio Roel.

Para algunos, el 28 de julio de 1821 fue el “día en que se perdieron las esperanzas de recuperar la genuina patria ancestral. Esa patria era el Tahuantinsuyo”[1]. De ahí que celebrar centenario, bicentenario y aniversarios de esa fecha significa –en esa línea de análisis- es celebrar toda una historia de sufrimientos de la opresión blanco criolla sobre los indígenas, ya que el encuentro de los tahuantinsuyanos con los europeos fue sinónimo de muerte.[2]

Indígenas en Puno durante el siglo XX

A lo largo de la primera mitad del siglo XX la economía de los indígenas puneños agrupados en “estancias”, parcialidades y comunidades se sustentaba en la actividad agropecuaria, cuyo rubro más importante era la producción de de lana de ovinos y de fibra de alpaca destinada a la exportación, actividad esta que corría a cargo de empresas exportadoras con sede en Arequipa. Lo atrayente de los beneficios que podía deparar esa actividad productiva hizo que pequeños grupos de hacendados y quienes querían serlo ejercieran presiones y acciones inescrupulosas para despojar a los indígenas de sus tierras.

El tributo que pagaban los indígenas hasta 1854 constituía una suerte de protección a la posesión y propiedad de sus tierras; al mismo tiempo, el gobierno de Piérola “impuso como requisito el saber leer y escribir en castellano para ejercer el derecho al voto, lo que dejó a los campesinos fuera del sistema político ya que, en el siglo XIX, como contribuyentes, habían tenido acceso al sistema electoral de la época. Con estos antecedentes, los campesinos puneños iniciaron en el siglo XX una campaña por obtener una “ciudadanía indígena” que reconociera su derecho a ser parte integrante de la nación peruana”[3]

Era evidente la existencia de conflicto latente entre, de un lado, el mundo oficial en el que radicaban poderes en distintos niveles que protegían grandes propietarios de tierras; y, por otro, a los grupos y organizaciones indígenas puneñas. Ese conflicto asumía, en señaladas ocasiones, carácter de manifiesto, expresado en actos de rebeldía que se escribieron con tinta sangre el primer cuarto y poco más del siglo XX. Los Casos de Santa Rosa de Juli, Rumi Maki, Juan Bustamante, Huancho Lima, entre muchos otros, dan testimonio de la consecuente posición del campesinado puneño por dar termino a la discriminación racista, a la desigualdad socioeconómica que ha sufrido desde tiempos coloniales.

Cierto es que el poder monopolizado por la estructura administrativa oficial, intentó a lo largo de la república y sobre todo en ese cuarto de siglo XX congraciarse de alguna manera con el campesino peruano y puneño.

Una de las medidas más traídas y llevadas para amenguar el conflicto latente, fue la creación de la Sección de Asuntos Indígenas en el entonces Ministerio de Fomento, mediante Decreto Supremo de 12 de setiembre de 1921 durante el gobierno de Leguía.

Se fundamenta la dación de este instrumento el “deber del Estado de proteger a los indígenas en su trabajo, propiedad, libertad individual y demás derechos…ya que no sería posible permitir, sin grave responsabili­dad, que los indígenas fueran tratados diversamente a los ¡demás ciudadanos, con violación del artículo 17 de la Cons­titución del Estado que establece que las leyes protegen y obligan igualmente a todos”[4] Entre otras misiones se asigna a esta dependencia “Atender las quejas y reclamos de cualquier géne­ro que fueren presentados por los indígenas, amparar a la raza indígena de los abusos y exacciones de que pudiere ser víctima; impedir, directamente o por medio de las autoridades competentes, los abusos que pudiesen cometerse contra la propiedad, trabajo, libertad individual y demás derechos de los indígenas. Como ocurrió con muchas otras buenas intenciones desde Bolívar y seguidores, esta también quedó en las letras y papel.

Al año siguiente, mediante Decreto Supremo de 29 de marzo de 1922, se crea al Patronato de la Raza Indígena, con la misión de “organizar en todos los lugares de la Repú­blica donde sea necesario, la protección y defensa de la raza indígena y estimular por los medios más adecuados su desenvolvimiento cultural y económico”. Algunos meses después, el 6 de octubre de 1922, se promulga la Ley Nº 605 mediante la cual se “Prohibe en lo absoluto, los servicios gra­tuitos y obligados que se conocen con las denominaciones de “alcaldes de vara”, “agentes” y celadores municipa­les”, “guardias de cárcel”, “pongos, semaneros, mitanes; al­guaciles palmeros, fiscales”, etc., en las provincias de la re­gión de Sur.[5] Supina hipocresía oficial.

Esas medidas y acciones políticas, aunque quedaron el papel, fueron el resultado de las acciones pro indígenas de intelectuales y organizaciones que denunciaban la situación de servilismo semifeudal que agobiaba a los campesinos de haciendas en el Perú y en Puno. En ellas apareció un personaje, déspota, tiránico y abusivo al que se denominó “gamonal”.

Un propietario de tierras en Azángaro, José Urquiaga -que llegó a representar a esa provincia como diputado- describió lo siguiente en un largo informe al Congreso[6]:

“Los gamonales explotan al indio; los gamonales que lo tienen esclavizado, que lo han hecho la víctima de sus ansias de lucro. Son los que obligan a estos seres desvalidos y sin poder levantarse para protestar de todas las iniquidades que con ellos se cometen”. Urquiaga denuncia la nula atención que las instancias burocráticas debían dispensar a las comisiones de indios que llegaban a Lima reclamando por derechos: “…en distintas ocasiones hemos visto venir a la capital de la república comisiones de indígenas que no han traído otro objeto que solicitar al gobierno que se les haga justicia. ahora bien, ¿qué han alcanzado? Todos sabemos cuál ha sido el triste fin de esas comisiones”.

“Los indios de Puno – señala Urquiaga- fueron obligados a trasladarse á las minas de Potosí; y es sabido que tanto por lo rudo del trabajo, como del mal trato a que se les tenía sometidos, había entre ellos una mortalidad horrible”.

El parlamentario azangarino se explaya al describir cada una de las figuras institucionalizadas desde tiempos de la colonia, para la explotación servil de los indígenas en las haciendas, entre ellos los “segunda”, “hilacatas”, “Alguaciles”, “propios”, “mitanes”, “pongos”, así como relata con detalle los protocolos de nombramiento de esos cargos, el rol de los beneficiarios que recaía en el gobernador, juez de paz, cura o guardia civil, todos quienes aplicaban formas y procedimientos instituidas como costumbres antiguas, para vivir a expensas del trabajo de los indios.

El control y uso del poder estatal

En la realidad social peruana actual es ostensible la existencia de una elite de cariz económico y social, residente en señalados distritos de la capital de la republica (principalmente San Isidro, Miraflores, Surco, La Molina). Esa elite crea, reproduce y va innovando mecanismos para mantener el control del poder político del Estado y ejercerlo en mil y una formas su injerencia en las decisiones políticas más cruciales de los gobiernos que esa elite impone o logra dominar. Lo hace a través de las organizaciones políticas que controla, de consuno con entidades empresariales, culturales, de comunicación, así como organismos públicos de naturaleza jurisdiccional y de preservación del orden interno y del orden público. Desde ese pequeñísimo territorio esa reducida capa social innegablemente racista y fascistoide, determina en último análisis, los destinos del país, cuya cabal realidad no conocen, interpretan ni representan.

Por supuesto, la elite dominante no está sola. Hay capas de mestizos capitalinos y provincianos tanto o más racistas que secundan el quehacer de ese ámbito de la clase política peruana.

“Existe una discriminación de origen colonial que persiste hasta el día de hoy. Lo que tenemos en Perú es una profunda crisis de representación en la que estas poblaciones no sienten para nada que el sistema político las represente”, refiere una conocida entidad extranjera que investiga el acontecer político social en países americanos. [7]

Héctor Bejar señala que “hay un "racismo aceptado" y "visible", que forma parte de la vida nacional y que está en las entrañas de la organización social peruana”[8]. “Su origen empieza con la invasión hispana y permanece durante los 300 años de régimen colonial y 200 de republicano. En la reciente ola de protestas, el racismo se ha puesto en evidencia en la actuación de la clase política, las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación”. Todos estos “todavía conservan una imagen del pasado, del indio sucio, analfabeto y pobre, cubierto de andrajos, consecuencia de la explotación de los terratenientes…”. “Ninguna élite que manejó el Estado o influyó en él recogió las demandas de los de abajo, las reconoció como legítimas y las transformó en leyes”, acota el sociólogo Sinesio López.

Antecedentes próximos de la protesta indígena

En 1969, cuando se estaba ejecutando un proceso de cambios profundos en casi todas las estructuras económico sociales, el general Velasco conductor de ese proceso, señalaba con cierta reiteración que con las acciones y medidas impulsadas por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada se estaba aboliendo el “orden oligárquico” prevaleciente hasta entonces, y se buscaba alcanzar la “segunda independencia del Perú”, ya que la primera, la de 1821, había quedado inconclusa. La retórica de Velasco incluía una crítica explícita a las élites que habían liderado el movimiento en favor de la independencia y habían dominado el país luego de ella. La naturaleza «incompleta» de la independencia y el estado de postración en que se había mantenido a las clases populares indígenas eran atribuidos al egoísmo y falta de patriotismo de las élites.

El 8 de septiembre de 1970 cuando se conmemoraron los 150 años del desembarco de San Martín, Velasco dijo que “la revolución de hoy es, de este modo, heredera histórica de esa primera lucha por nuestra independencia…”

Durante el régimen velasquista se reiteró infinidad de veces que se estaba desarrollando una lucha por una «nueva» o «segunda» emancipación. “…una y otra vez los peruanos escuchaban o leían que el gobierno revolucionario estaba conquistando la «segunda independencia» de la patria”, se comentaba en los medios de entonces.

La Reforma Agraria de 1970 significó un cambio progresista en la situación de las aspiraciones y luchas de los pueblos indígenas del Perú, los que pasan a ser oficialmente denominados como “campesinos”. Se dijo que así se recusaba el término “indígena” por el uso discriminatorio que implicaba.

A pesar de todo ello, la práctica política que se venía desarrollando conforme y hasta más allá del Plan Inca y a la Bases Ideológicas de la Revolución Peruana”, según los cuales el Perú se encaminaba a la configuración de una “Democracia social de Participación Plena” fue detenida con el golpe derechista del general Morales Bermúdez, con cuyo régimen se inició otro proceso: el de desvirtuaciòn y desmantelamiento del conjunto de reformas ejecutadas. Los propósitos de ir hacia una segunda independencia se cayeron y la realidad social peruana en este aspecto volvió a mostrarse muy parecida a la que imperaba antes al proceso de cambios.

Los años de la década de 80 los indígenas en una muy amplia mayoría no secundaron al terrorismo subversivo del senderismo, aun cuando las “fuerzas del orden” no diferenciaban entre senderistas y campesinos y la dura represión causó el mayor número de “desapariciones” y las más graves violaciones a los DDHH sobre todo en el lapso más agudo del Conflicto Armado Interno entre 1983-1985.

La mayoría de los ciudadanos peruanos, entre ellos los indígenas, eligieron en 1990 a Alberto Fujimori con el evidente propósito de impedir que la elite blanca, limeña y económicamente pudiente ligada a los intereses de la potencia hegemónica del continente, que en conjunto estaban representadas por el candidato Mario Vargas Llosa, accediera a la conducción del Estado. Luego, el autogolpe fujimorista, la captura del máximo líder senderista, la Asamblea Constituyente de 1933 aprobada con fraude, no marcaron una participación organizada y efectiva de las masas campesinas entre las que se afirmaba la creencia de que la pena de muerte que aparecía en texto constitucional, iba a ser aplicada a cualquier persona que tuviera apariencia indígena, eso porque la mayoría de los detenidos durante el conflicto eran presentados en trajes de rayas, tenían apellidos indígenas y muchos de estos procedentes de Puno.

Las acciones y medidas de corte asistencialista que el gobierno de Fujimori impulsara en el campo, hizo que este obtuviera cómodo triunfo electoral en 1995; triunfo al que los indígenas contribuyeron decisivamente. Sin embargo, con el andar de días y años, la compra de medios de prensa, personas e instituciones por parte de Vladimiro Montesinos –su brazo derecho- para que apoyen al gobierno fujimorista, terminó por marcar el deterioro y desprestigio de Fujimori, quien tuvo que renunciar, haciéndolo inusitadamente desde el extranjero.

Luego vendrían los gobiernos de Toledo, de Alan García en dos periodos, de Ollanta Humala, de Kuczynski, Vizcarra, todos envueltos en escándalos por el manejo doloso de los asuntos del gobierno y en la concesión de la explotación de los recursos naturales del país en beneficio del capital extranjero. En todos esos casos, hasta el de Sagasti, las masas campesinas continuaron siendo las convidadas de piedra en el manejo de los asuntos públicos en los más altos niveles.

El apoyo franco del campesinado indígena a Pedro Castillo que en una segunda vuelta electoral venció a la ya eterna candidata de la derecha, Keyko Fujimori, se hizo más explícito en el sur del país y abrumador en Puno. Pero el nuevo gobernante de extracción campesina sufrió el embate cotidiano, fuerte, falaz y concertado, del Congreso, Poder Judicial, Fiscalía Nacional, prensa escrita, televisada y radial, intelectualidad de derecha y extrema derecha, militares capacitados en centros académicos de Estados Unidos metidos a políticos, etc., con intensidad que nunca se había dado en la historia del Perú.

La protesta indígena

La defenestración de Castillo por el impopular congreso, produjo el ascenso al poder de Dina Boluarte cuya felonía desencadenó las protestas de los indígenas. Prometer y no cumplir eso de que “si Castillo se iba, ella se iba con él”, incendió las praderas altiplánicas, cusqueñas, ayacuchanas, apurimeñas y aledañas a ellas, que tuvo como respuesta oficial la muerte. Peruanos entrenados para matar pagados con dineros del pueblo; fusiles y balas que se compró con dineros del pueblo, se emplearon para reprimirlo criminosamente. Organismos internacionales de derechos humanos y algunos países latinoamericanos, no tardaron en expresar su dura condena a los hechos generados y autorizados desde las alturas del poder.

Lo que andando el tiempo se conocerá, es que ya antes de la defenestración de Castillo, la señora Boluarte –bajo las sutiles maniobras de una embajadora especialista en menesteres golpistas en diferentes países-  habría pactado con la mayoría derechista del Congreso, personajes claves del Poder Judicial y fiscalía y representantes de las fuerzas del orden, restituir y mantener el sistema (cuyo cambio Castillo apenas había intentado arañar) implantando un gobierno que cada vez desecha subterfugios para mostrar su signo derechista, fascistoide, clasista, racista, represivo, discriminador e ilegitimo por la escasa aprobación que las encuestas registran. Sobre bayonetas está erigido el régimen actual.

A quienes han realizado actos de protesta en buena parte de regiones del país y a los que han venido a la capital peruana para que sus demandas sean oídas por los detentatarios del poder político "les han acuñado todo tipo de calificativos que van desde "terroristas", vándalos financiados por Bolivia o por el narcotráfico, entre otros, con el objetivo de deslegitimar sus peticiones, que también son de índole política”, Béjar dixit.

En estos días, las frases más empleadas para referir y conceptuar la crisis por quienes pertenecen o aspiran pertenecer a esos “altos” y elitistas sectores sociales, fueron sin duda: “indios de m”, “cholos de m”. Eso lo podría corroborar la saturación de esos vocablos en su habla cotidiana de ciertos hogares, círculos familiares, empresas, instituciones.

Si ya lo pensaron antes, ahora están ansiosas de poner en el orden del día de su hegemonismo fundamentalista, la drástica reducción cuando no la imposible desaparición de lo que se vino en denominar “las poblaciones excedentes y nocivas”, que en su momento se erigió en el propósito central genocida que muy bien fue empleado durante los siglos XIX y XX especialmente en Estados Unidos y en Argentina.

Frente a esa mentalidad, una lucha sorda, latente, subyacente, ha empezado a manifestarse con nitidez contra la histórica supremacía económica, política y social de las capas sociales blanco-criollas, especialmente localizadas en los barrios de pudientes de la capital de la república. El poder indígena que por décadas y quizás hasta por siglos ha permanecido medio oculto, afloró y materializó en las acciones y marchas de protesta que han remecido el Perú durante los últimos tramos del año anterior y principios del actual.

El protagonismo aimara

Si bien una faceta relevante de la protesta indígena masiva que remeció al país hace poco más de dos meses, fue la histórica afirmación de la unidad en la lucha en torno a objetivos comunes explícitos (Renuncia de Boluarte, cierre del Congreso, Asamblea Constituyente) por parte de quechuas y aimaras en Puno, son éstos últimos, sobre el todo los del sur puneño, los que han llevado el mayor peso en las responsabilidades de plantear iniciativas tácticas de acción indígena y en ejecutar éstas en consecuencia. Las reiteradas marchas en la ciudad de Puno y los viajes hasta la capital de la república, así lo demuestran.

Se enfatiza en que la gran protesta comporta una causa esencialmente de indígenas, indios, cholos, originarios, porque escrutando con especial cuidado las imágenes propaladas por la televisión o publicadas en los diarios y revistas, no es posible advertir la presencia protagónica de “mistis”, mucho menos de blancos en las marchas y concentraciones. Eso, por un lado. Por otro, ha sorprendido que miembros de la comunidad intelectual puneña que proclamaban su simpatía con corrientes indigenistas y hasta declaraban su abierta militancia en ellas, hayan guardado discretamente sus plumas, salvo la publicación de uno que otro artículo en los medios y redes sociales.

Tenemos escrito[9] que la nación aimara (en realidad “Kolla”), hoy por hoy es una nación triestatal dado que está asentada en territorios de tres Estados: Bolivia, Chile y Perú. De las múltiples sub etnias que conformaron esa nación, subsisten en el Perú, concretamente en la región de Puno, la descendiente de los Lupaccas que ocupa parte de la provincia de Puno y el íntegro de las provincias de El Collao, Chucuito y Yunguyo; y, la descendiente de la etnia Omasuyos Pacajje que ocupa íntegramente la provincia de Moho y parte de Huancané y parte del área de Alto Tambopata en Sandia.

La etnia aimara de los Lupaccas desde el pre incario fue estableciendo y consolidando un mercado regional en su zona de influencia desde Atacama hasta Caraveli en la costa y hasta poco más de Larecaja en el pie de monte de la cordillera oriental de los Andes. Durante el virreinato se mantuvo el sistema de intercambios económicos con algunas variantes impuestas por el régimen colonial; y, durante la república, la acumulación progresiva de pequeños capitales provenientes de la agricultura, de la ganadería de auquénidos, el engorde de vacunos, la producción notable de quinua, la textilería y hasta el contrabando, les permitió –a señalados grupos de Lupaccas como ilaveños, unicachis y ollarayas, entre otros- incursionar con emprendimientos mentados y exitosos en Lima y ciudades del sur, y consolidarlos especialmente en los rubros de comercio, transportes y confecciones.

De esa base económica pudo beber, sin duda, el apoyo a las acciones de protesta, que les permitieron a los aimaras ejercer liderazgo a nivel nacional y gravitación sobresaliente en la lucha política desplegada. Debe quedar registrado entonces, para la historia del Perú y de Puno, que liderazgo motor directriz e impulsor de las protestas de fines de 2022 y principios de 2023 estuvo a cargo de los aimaras lupaccas del sur de Puno.

Es momento de preguntarse si las masivas protestas que protagonizaron masas indígenas, sobre todo de las regiones sureñas asumen en consciencia generalizada una suerte de misión histórica de rescatar e impulsar una finalidad liberadora de la gente campesina indígena del Perú profundo. ¿Son los primeros escarceos de la dura y larga lucha por la segunda independencia, posible de avizorar en el horizonte histórico de nuestro país? ¿Se ha abierto una nueva etapa en la historia de las luchas indígenas por su plena ciudadanía?

Hay quienes opinan que lo insatisfactorio de la lucha cumplida, -aun inconclusa según parece-, es que “se trató de la lucha por objetivos coyunturales, presentistas, si un atisbo de reivindicación social ni de objetivos que respondan a una visión del futuro de las masas indígenas en el Perú”[10]

Pero en esencia, ¿cuáles eran o siguen siendo, los propósitos y objetivos de los protestantes en jornadas recientes? Andrés Chirinos en SERVINDI el 4 de enero responde con un preciso párrafo: “Los pueblos campesinos e indígenas del Perú básicamente reclaman respeto a la vida, al derecho a decidir, a participar en la democracia con igualdad. A que se termine --de una vez por todas-- una larga historia donde no son tratados como humanos. El gobierno junto al Congreso, y otros poderes, solo viene demostrando racismo y desprecio a la vida... El apoyo a la causa indígena y campesina es hoy en día parte de la defensa de una democracia aplastada por oscuros y criminales intereses. Los pueblos indígenas enfrentan el 2023 un desafío histórico por alcanzar ciudadanía y democracia en el Perú”.

 


[1] Milciades Ruiz: PERU:PATRIA PERDIDA en punoculturaydesarrollo.blogspot.com

[2] Alberto Flores Galindo : EUROPA Y EL PAIS DE LOS INCAS. LA UTOPIA ANDINA. Ed. Instituto de Apoyo Agrario. Lima 1986, p 11 ss

[3] Annalyda Alvarez Calderon Gerrolini: EN BUSQUEDA DE LA CIUDADANIA INDIGENA. PUNO 1900-1930. Ed. Fundación M.J. Bustamante de la fuente, Lima marzo 2021

[4] José Varallanos: LEGISLACION INDIANA REPUBLICANA, Lima, 1947

[5] Jose Varallanos: id

[7] Democracy Now! en español (@DemocracyNowEs)  https://t.co/YjPXBiJFD3 https://t.co/0n4789de3m

[8] Héctor Béjar: EXCANCILLER DESENTRAÑA LAS RAICES DEL CONFLICTO EN EL PERU. Rusia Today 3 febrero 2023

[9] Guillermo Vàsquez Cuentas: Ensayo corto LA NACIÒN AIMARA. SITUACIÒN Y PERSPECTIVAS, en el libro del autor ESCRITOS POR LA PUNEÑIDAD, Ed. Universidad Nacional del Altiplano, Puno 2021. (puede bajarse en punoculturaydesarrollo.blogspot.com)

[10] Frase atribuida a Jose Luis Renique

miércoles, 12 de julio de 2023

DE PUNO A LA NASA

 EL SUEÑO DE LA ESCOLAR

MARY CALISAYA

ALUMNA DEL COAR PUNO SE PREPARA PARA VIAJAR EN NOVIEMBRE A ESTADOS UNIDOS, AL IGUAL QUE OTRAS 11 NIÑAS PERUANAS.

Jesica León, LA REPUBLICA 12JUL23

Mary Lucy Calisaya Serrano, estudiante del Colegio de Alto Rendimiento de Puno, es una de las 12 escolares peruanas seleccionadas por la fundación She Is para participar en el pro­grama “Ella es astronauta”.

Viajará en noviembre a Houston, Estados Unidos, al Space Center de la Administra­ción Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), con el fin de conocer de cerca el trabajo que desarrollan los astronautas.

¿Que hizo para ser seleccio­nada entre 1.400 niñas? Ella ha logrado obtener este viaje tras presentar un proyecto que busca la implementación de invernaderos en su comunidad con el uso de adobes y techos de plástico.

Ella y sus compañeros com­probaron que los invernaderos hechos de adobe pueden con­servar mejor el calor en com­paración con las infraestruc­turas de bloquetas o ladrillos. “Ser parte de las 12 niñas es un gran honor y estoy muy conten­ta”, cuenta Mary.

Ella recibe clases virtuales que durarán cuatro meses y aprende sobre robótica, la vida en el espacio y los astronautas. “Actualmente, se pueden ver mujeres en el espacio, pero antes no se veía eso. Debido a ello, nos permiten continuar con la gene­ración de mujeres que viajan a la NASA y al espacio”, anota.

La escolar proviene de una familia de escasos recursos eco­nómicos y sus padres son agri­cultores. Pero, en medio de la precariedad, ella supo aprovechar sus capacidades. Asegura estar entusiasmada de llevar su cultura aimara a Estados Unidos y mostrar al mundo quién es. Al regresar al Perú, compartirá su experiencia con sus profesores y compañeros del COAR Puno. Su sueño es estudiar Astronomía o Astrofísica.

La fundación She Is busca impulsar el interés de las niñas en disciplinas STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas); las capacita y vi­ven grandes experiencias entre cohetes y trajes espaciales.

Otra de las 12 niñas premia­das por esta fundación es Yamila Araceli Rivas Molina, una adolescente de 15 años de Villa María del Triunfo, quien cursa el primer año de bachillerato internadonal en el colegio Mayor Secundario Presidente del Perú (COAR Lima Metropolitana).

Después de pasar por varias pruebas y una entrevista, de­mostró que podía ser parte del programa por sus habilidades y pasión por la química.

“Mi mamá es ama de casa y mi papá es sereno de Jesús Ma­ría, y con lo poco que tenemos salimos adelante”, comenta.

Yamila busca ser agente de cambio e inspiración para otras niñas. Ahora se prepara en cien­cias para tener conocimientos que aplicar en su viaje.

Cuenta que está realizando un proyecto, junto con sus compañeros, sobre unas bolsas plás­ticas bíodegradables que se pue­den consumir, degradar rápido y beneficiar al suelo, así se evita la contaminación del planeta.

 

 

.     Las 12 escolares selec­cionadas son de Lima. Callao, Cajamarca, Cusco, Arequipa, Trujillo, Huancayo y Apurímac. Las estudiantes tendrán la oportunidad de mejorar sus conocimientos en ciencias. Según la fundación She Is, las niñas beneficiadas regresan como agentes de cambio, motivan e impactan en la vida de muchas otras niñas. ‘Ellas pueden ser lo que quieran ser: científicas, programadoras, ingenie­ras", dijo su directora, Nacha Sánchez.

 

 

DOCUMENTO PARA LA HISTORIA DE PUNO

 19 DE JULIO DE 1900:

AZANGARO ARDE

Por: Guillermo Vàsquez Cuentas

El 20 de julio de 1900, el pueblo de Azángaro vivió un día trágico. Muchas casas de la ciudad ardieron, entre ellas la mansión de la familia Lizares Quiñones, en la que, infortunadamente, se quemó una valiosa biblioteca de miles de volúmenes, incunables y documentos sobre Puno y su historia, entre ellos el discurso de puño y letra que José Domingo Choquehuanca expresara a Bolívar, al pie del peñón de Pucará.

En un documento que muy generosamente me obsequió el historiador Ramos Zambrano, aparece en anexo la Memoria que eleva el Subprefecto de Azángaro José Alvino Ruiz al Prefecto de Puno. En ese documento, Ruiz relata -con inocultable sesgo oficial- los acontecimientos de ese aciago día. Muchos azangarinos de hoy reconocerán a sus familiares que de una u otra forma fueron protagonistas de esa lucha.

Se trata de un documento absolutamente inédito, que hacemos público para beneficio de historiadores y sobre todo para todos aquellos que están interesados en el pasado de nuestra tierra altiplánica.

 

“ANEXO N° 1.  A 21 de julio de 1900 Sr. Prefecto del Departamento. El 20 de los corrientes dirigí telegrama a Ud. del Distrito de Santiago, ponien­do en conocimiento el movimiento revolucionario que se verificò en esta capital por lo que ahora paso darle parte respectivo. En la tarde del 19 tuve rumores de que una noche esta­llaría una revolución a favor del Ge­neral Cáceres, encabezado por D. José María Lizares, y sus cómplices D. José Luis Macedo, Guzmán Miranda, Cristóbal Miranda, Jacinto Mi­randa, Francisco Miranda, Justo Manuel Béjar, Bertin Morales, Filiberto Aparicio, José Angelino Lizares Quiñónez y José Francisco Lizares, los que embriagando con alcohol a los indios de varias haciendas iban ata­car la Subprefectura, por cuya causa a horas 6 1/2

Angelino Lizares Quiñones Alarcón
fui al Cuartel que ocu­paba la guarnición que se encuentra en esta plaza compuesta de quince hombres, a cargo del Teniente Felipe Mejía, en el objeto de ordenar que fueran a la Subprefectura, sus núme­ros de guardia, lo que instalé en el zaguán de la casa de la propiedad de Don Luis F. Luna, en donde tenía mi departamento, después de esto me fue a despachar el correo por su vís­pera de la salida. En estos momentos mande al gobernador del Distrito de la capital Don Adolfo Paez para que fuese a colocar guardias de indios en los alrededores de la población a fin de que diesen aviso del ingreso de la gente en grupos. Los citados guar­dias regresaron a las ocho más o me­nos, manifestando que por diferentes lugares entraban indios en tumulto y se dirigían todos a la casa del Coronel Don José María Lizares, que está si­tuada sobre la plaza principal, en vis­ta de este aviso me hice cargo que esa noche estallaría la revolución en ca­bezada por Lizares, y de la que hace tiempo había rumores. En el acto fui al cuartel y ordené que los nueve hombres que habían quedado fuesen a la subprefectura con mantón a la cintura y pensé allí el modo de distri­buir mi gente. La casa que ocupo tie­ne posesión muy desfavorable para una defensa militar, por el frente está la calle de Lima, por la izquierda está la Plazuela de San José, para donde no hay habitaciones sino únicamente muros muy bajos, por la derecha la calle de la cárcel y por la espalda tampoco hay habitaciones sino muros bajos, por consiguiente la casa no tenía defensa segura. De los quince hombres que compone la guarnición el rifle del soldado Muñoz estuvo des­compuesto desde antes, el de Alejan­dro Pilco se descompuso a los pocos tiros, por lo que no quedaron sino trece soldados. Esta gente la distribuí del modo siguiente: seis fueron colo­cados a órdenes del Sargento Heredia en la puerta de Calle cuatro en la puerta que comunica al interior y tres en la ventana de una habitación que está junto a la puerta del interior y que tiene vista para el lado de la plazuela indicada. A horas 9 que los contrarios hicieron tocar arrebato con la que la población se alarmó a horas 9 y 30 más o menos, casi todo el vecindario se presentó a la Subpre­fectura desaprobando la conducta para la conservación del orden públi­co, con cuyo objeto pidió armas y que no pudo darles por no tener centro de entrenamiento estaban el Señor Dr. Mariano Enríquez, Ismael Cornejo, Luis R. Gutiérrez, Mariano A. Toro, Fermín N. Jiménez, Adolfo Enríquez, Manuel Mostajo, Juan Cabrera, José Cándido López, Felipe R. López, Juan N. Santos y otros muchos. El Sr. Enrí­quez a nombre de D. Francisco Liza- res me dijo que le había encargado por medio de la Sra. María Dolores de Luna para que rindiese las armas y en caso contrario se prendiera fuego a la casa, en atención al mensaje cruel a la poca fuerza de que dispo­nía, de la mala posición de la casa como ya he dicho y de la familia nu­merosa del Sr. Luna, le di una res­puesta dilatoria al Sr. Enríquez con lo que se fue donde Francisco Lizares, habiendo vuelto con el mismo men­saje, y en una de sus visitas me trajo la comunicación que adjunto a este parte bajo el N° 1 a esta carta de di otra respuesta dilatoria y en la que se fue el Dr. Enríquez porque mi objeto era dar tiempo para que pase la no­che. Últimamente vino a mi despa­cho el Sr. Enríquez a h. 2 am. a manifestarme que Lizares no transigía, a la que contesté que no entregaba las armas, y se retiró. A horas 2 23/4 la gente de Lizares desfiló de su casa con dirección a la subprefectura en un número muy crecido para atacar por el frente, y los flancos. Cuando una
columna de
150 hombres más o menos llegó a la esquina de la sub­prefectura, echaron vivas a Cáceres y Borgoño y mueras al Sub Prefecto y se pusieron a marchar al frente del local, como vieron los señores Adolfo Enríquez y José M. Hersilla. A horas 3 a.m. más o menos rompieron los fue­gos sobre la puerta de la calle y una tienda situada en la esquina y que pertenece a la casa de la que era de­pendiente Margarita Ramos. Esta puerta por ser débil fue rota pronto y la gente se lanzó al saqueo del alma­cén de abarrotes que había allí. Cuan­do robaron todo quisieron penetrar a la habitación siguiente por el pasadi­zo, pero como allí se opuso resisten­cia y cayeron varios agresores, tuvie­ron que retroceder mientras tanto era el fuego incesante sobre la puerta de calle, así como la sobre puerta del pasaje al interior, después de media hora la puerta fue destrozada y la gente de Lizares muchas veces quiso avanzar peleando con gran denuedo, pero en vista de la resistencia no pudo, habiendo pasado una hora y media sin conseguir del objeto incen­diaron la casa por la parte de la iz­quierda. El incendio avanzó hasta abrasar tres habitaciones y el zaguán de la puerta en esta situación y cuan­do ya no quedaban sino pocas cápsu­las, pues se agotaron 1400 tiros, salí por el lado de la plazuela con los doce hombres armados y el resto de la gente que me acompañaba habiendo cargado sobre una parte de los asal­tantes que estaban frente a la puerta de la calle, estos retrocedieron la divi­sión de la plaza principal, donde está la casa de Lizares, entonces fue a dar la vuelta por la calle de Carabaya, para caer sobre la plaza. Constituido en la esquina del escribano Don Fer­mín N. Jiménez di algunas descargas, viendo que no había munición, tomé la retirada con dirección al Distrito de Santiago con doce hombres arma­dos, más el Gobernador de la Capital Don Adolfo Páez, el oficial de la guar­nición don Felipe Mejía, el Secretario del a subprefectura Don Agustín Aperrigue y de los ciudadanos Don Neptalí Cano, Don Alejandro Choquehuanca y Don Eduardo Viveros, quienes me acompañaron durante todo el combate, y cuyo comporta­miento ha sido heroico, así como el de toda la tropa. A horas 9.30 llegue al pueblo indicado y de donde comu­niqué a Ud. por telégrafo vía de
Puca­rá, la revolución de la noche del 19; a las 10 avancé sobre el cambio de Pu­cará y allí recibí a las
5
Plaza principal, posiblemente en esos tiempos
de la tarde una compañía del batallón Canta a cargo del Capitán Gamarra, llamé del pueblo de Pucara a la Guarnición que se encontraba en esa a órdenes del Capitán Mozuelos y 5 hombres de la Guardia Civil que pasaba de Santa Rosa a esa Capital por tren y que iban con el Subinspector Don Ricardo Fri- sancho, los hice quedar por orden de Ud. y con toda esta fuerza salí a las 6 de la tarde con dirección a esta ciu­dad donde llegue a las 11 y media sin novedad. En el camino de Pucara hubo rumores de que los facciosos habían atacado el Distrito de Santiago, por lo que comisioné al Goberna­dor de Arapa Don Luis F. Luna para que fuese por esa vía a la capital con una parte de la fuerza como fue en efecto y llegó a esta con retardo en la misma noche en razón de que es más lejos por esa ruta. En la madrugada del 20 a las 5 de la mañana más o me­nos me dieron aviso de que la casa de don José María Lizares, que se en­cuentra cerca a la de Don Luis F. Luna y en donde el fuego todavía es­taba vivo se había prendido ignorán­dose el modo como hubiera sucedido esto, se presume que muchas chispas fueron a caer allí, en vista del aviso saqué a la tropa, que fue a cuestionar los enseres que sacaban de la casa, así como de otras vecinas, porque el fuego había prendido también en las propiedades de Don Mariano Barre­da y de Doña Andrea Juárez que co­linda con la casa de Lizares, en ese momento también pusieron en mi conocimiento que se había incendia­do una casa pequeña compuesta de tres habitaciones, perteneciente a los herederos de Don Lucas Miranda, a donde también ocurrió la tropa para favorecerle. Como el incendio tomó mayores proporciones abrasó toda la casa de Lizares, así como los cinco cuartos que formaban las propieda­des de Barreda y de la Señora Juárez. La casa de los herederos de Miranda también fue quemada y la que está cerca de la de Luna. Con esta fecha me he informado, que los equipos de los soldados han sido robados del cuartel, también me he informado que la Sra. Dolores Lizares, tía políti­ca de Don Luis Luna y hermana de Don José María Lizares, la que quedó en la casa, después que yo tomé la re­tirada, habiendo estado en ella toda la noche, fue apaleada por los indios de Lizares que estos penetraron a la casa habiendo salvado de un modo milagroso. En el combate por lo me­nos han muerto cincuenta personas de la gente de Lizares sin contar heri­dos, de los míos no han muerto ni uno solo; únicamente cayeron pedra­das una en la mejilla del Sargento Herrera otra en la frente del Gober­nador Páez y otra en la frente del criado de Margarita Ramos, porque en el combate no solo hicieron uso de armas de fuego sino de piedras y bo­tellas. La cantidad de la gente de Li­zares fue muy numerosa, porque ha­bían concurrido los indios de todas sus fincas. Cuando regresé de Pucará encontré la población en el mayor or­den bajo la vigilancia de la Guardia Urbana que estaba compuesta de todo el vecindario a las órdenes del Sr. Alcalde Municipal que con el ma­yor celo cuidó los intereses de todos. En vista del presente parte espero que Ud. se servirá ordenar se inicie el co­rrespondiente juicio militar por el de­lito de rebelión e incendio en que han incurrido los revolucionarios ya cita­dos y que todas ellas estuvieron pre­sente según mis informes. No termi­naré este parte sin manifestar a Ud. que para corresponder a la confianza que el Supremo Gobierno se sirvió de­positar en mi nombrándome Subpre­fecto de esta Provincia, no he omitido medio alguno, inclusive mi vida para defender el orden y las garantías constitucionales que imperan en esta provincia. Dios guarde.

ALVINO RUIZ



martes, 11 de julio de 2023

PARA LA HISTORIA INDIGENA EN EL ALTIPLANO PUNEÑO

 INDIGENAS EN PUNO

COMO ERAN TRATADOS EN TIEMPOS DEL COLONIAJE

Ramón Gutiérrez y otros, 1978

S

 uperado el proceso inicial de la conquista y el ciclo de las guerras civiles la administración civil y eclesiástica en el Collao se lanzó no a una organización de la producción en función de la mejora del nivel de vida de la población, sino a una explotación del indígena en función del enriquecimiento de unos pocos.

En la defección se encontraron sin duda excepciones, de autoridades, visitadores y clérigos que hicieron oír su voz ante tamaña injusticia pero no en vano escribía el Virrey Toledo al Rey que en los repartimientos del Collao es "donde hallé más necesidad de mi presencia que en todo lo demás del Reino, así para el gobierno espiritual y temporal" (4) .

La lejanía de los  centros de poder y control político y la disponibilidad de una vasta mano de obra y la riqueza de una zona que pagaba las más altas tasas, fueron causales de esta degradación del sistema, impulsado obviamente por las apetencias inescrupulosas de los hombres.

Encomenderos y frailes dominicos aparecen en las relaciones como manejando una especie de feudo, lejos del poder virreinal de Lima o de las Audiencias.

Pedro Ramírez de Quiñones relataba al Rey como en Chucuito antes de la llegada del Virrey Toledo "estaba tiranizada la justicia real y sujeción de los indios porque la poseían frailes de la orden de Santo Domingo y eran señores absolutos y todo lo mandaban y tenían a su voluntad; los Corregidores y justicias no eran partes para hacer justicia ni otra cosa, sino por su mano tenían tan amedrentados y sujetos a los indios y aún a los españoles que tenían más respeto a un fraile que al Virrey". (5)


El primer intento de control fueron los Corregimientos de 1565 y dos años mas tarde el licenciado Castro pedía al Rey que mandara que se conservaran "los corregimientos de indios, porque los corregimientos de las ciudades de acá tienen el término tan largo que es imposible tener a los pobres en justicia porque es como si el corregidor de Toledo hubiera de oir justicia a los labradores de León y hacer Alcaldes de los mismos indios aprovecha poco, porque si los Alcaldes son caciques he de dar ocasión a que le roben a los pobres indios más de lo que le roban y si no lo son no osan hacer más de lo que los caciques les mandan y el Corregidor de los indios defiende los pobres indios del encomendero y del cacique y de los españoles que andan entre ellos y aún a veces de los que los doctrinan porque no son todos Santos". (6)

Creemos que esta apreciación del doble sistema de explotación por los españoles y los caciques (muchas veces aliados, de los españoles en estos menesteres) es real, aun cuando la visita de Garcí Diez de San Miguel evidenció una limitación efectiva en el antiguo rol de los caciques (7).

La visita secreta de Fray Pedro Gutiérrez Flores y Juan Ramírez de Zegarra en 1572 evidenció la increíble actitud de algunos doctrineros dominicos que no solo tenían cepos y azotes sino también se aprovechaban de los trabajos de las chacras y los telares indígenas. (8)

No faltó también el exceso en el trabajo de construcción de los templos y, Matienzo decía: "como han de tomar los pobres indios devoción con las Iglesias si se hacen hacer a su costa trayendo madera de 30 o 40 leguas, trabajan día y noche en el edificio de ellas, muriendo muchos de puro trabajo, mayormente haciéndolas y deshaciéndolas conforme a su gusto no habiendo cuenta ni razón de ello". (9)

El trabajo de la acción pastoral en esta fase de la conquista debe verse justamente en este cuadro de injusticia y desidia. De religiosos y funcionarios que eran permisivos con las borracheras, que practicaban el amancebamiento, introducían renovados abusos económicos en el trato y en la factura de ropas y concluían amenazando o azotando a los indios según narra el Virrey Toledo, luego de la visita de Fray Pedro Gutiérrez Flores.(10)

Si las reformas de Toledo modificaron el panorama a nivel eclesiástico en forma apreciable, las nuevas autoridades españolas y los encomenderos no variaron en absoluto su comportamiento con el indígena que ahora instalado en las reducciones y sujeto a la mita tenían menos margen de libertad.

Los encomenderos inclusive le fomentaban las degradaciones:

El buen tratamiento que les hacen es dejarlos vivir en los vicios que quieren, en borracheras, amancebamientos e idolatrías para que con esto se les vengan indios de otras partes a vivir y habitar entre ellos y así de los repartimientos encomendados y en especial de Vuestra Real Corona (Chucuito) se vienen muchos indios". (11)

En 1593 el Virrey Marqués de Cañete solicita al Rey que en Chucuito se efectúe una excepción de ciertas tasas pues "son la gente más miserable, encogida y oprimida que debe de haber en el mundo y con ser así son el instrumento de toda la riqueza que sale de la tierra".(12)

Sin embargo pocos testimonios han sido tan dramáticos como el del franciscano Fray Buenaventura de Salinas y Córdoba que refiriéndose al estado general de los indios del Perú, en momentos del auge de la mita minera escribía clamando justicia y caridad para ellos: "Estos son aquellos mansos que no poseen tierras, los que lloran de desde que nacen hasta que mueren y no hay quien los consuele ; los pacíficos a quienes de continuo se da guerra, los que tienen y piden justicia y no la alcanzan de vista. Estos son los desnudos que visten a los vestídos, los pobres que enriquecen a los ricos, los hambreados y sedientos que sustentan y no hartan a todos sus enemigos; los que dan posada a millones de peregrinos venidos de lejanas tierras, sin bordones ni veneras, los enfermos sin cura, visita y recurso; los que no saben y han menester el buen consejo que los niegan".(13)

"Estos son esta gente que desde que vinieron los codiciosos a sus tierras están de señores de ellas, cautivos nuestros. Estos los siempre tristes, abatidos y miserabilísimos, para quienes todos son afrentas, ultrajes y persecuciones, trabajos e infinitas miserias con muchos falsos testimonios porque perezosos, holgazanes y ociosos quieren, que los indios trabajen toda su vida para que tengan 10,000 20,000 ducados de renta". (13)

Así veía en 1630 un vicario de Cristo el panorama desolador de la injusticia que por encima de la organización política - administrativa de un gobierno colonial inepto e impotente o cómplice en el atropello., demostraba a las claras su incapacidad para evitar la expoliación.

Si frente a estos reiterados testimonios del clero y algunos funcionarios no fue posible modificar las conductas ni alterar las condiciones, podemos realmente hablar de un gobierno "colonial" en el Collao o simplemente de medidas dispuestas por autoridades generalmente contradictorias en función de interés particulares.

Porque a diferencia de otras zonas, el Collao, parece haber sido un despoblado de la justicia, una especie de tierra de nadie, apartada de control y de la autoridad. Sólo la experiencia misional de Juli emerge entre los contemporáneos como un modelo de rectitud y apoyo al desvalido indígena y sólo su memoria perdura como su intento de una "utopía" que, imposible en el Collao, fructificará -bajo su experiencia- en las misiones jesuíticas del Paraguay. (1A)

Un intento de reducción del indígena que buscará en estas comunidades desarrollar su capacidad de ser frente a la acumulación de bienes del tener, metas de un sistema corrupto en sus mismos objetivos.

En 1784 Don Benito de Mota Linares descubría que "el indio es la mayor riqueza que el Rey tiene en estos países; por eso es necesario cuidarla, dirigirla y atenderla con el mayor esmero, actividades y celo de que es capaz la diligencia humana" (15) - Ya era tarde ...para el sistema colonial:

Y después vendrá para el indígena la "independencia" que como preanunciara jocosamente un cartel que se colocara en Quito en oportunidad del arribo del libertador Bolívar el "último día del despotismo y el primero. ... de lo mismo...

 

LAS REBELIONES EN EL COLLAO.-

Ya se ha señalado la primera y gran subversión de las instituciones jurídicas y políticas que se expresara en la injusta acción frente al indígena, debido a ello cabe recordar que junto a las epidemias, mortalidad, migración interna, hambrunas y otros flagelos, el Collao no fue esencia1 mente una tierra de paz en los casi tres siglos que estuvo sometido al sistema “colonial”.

Bueno es recordar que tampoco lo estuvo antes bajo los Incas y que la política de “desarraigos" y mitas tuvo sus inicios en el período.

De todos modos conflictos, alzamientos y rebeliones de españoles, indígenas y mestizos jalonan la trayectoria histórica del Collao.

Desde las guerras civiles una de cuyas batallas decisivas, la de Chupa, se desarrolló en la zona, hasta los últimos alzamientos que culminaran con la independencia en 1825, la región fue teatro de episodios bélicos locales o generales.

Tempranos conflictos locales como el levantamiento del vecindario del Lampa y Azángaro en 1593 que fuera sofocado por el Corregidor de Arequipa Diego Tevez Brito demostraron un estado latente de descontento que se había generalizado entre la población del Collao no indígena. (16)

Ya con anterioridad en 1565 actividad catequística había entrado en crisis con el levantamiento del Taqui-Oncoy que con centro en el Cuzco y Ayacucho arrastró en una especie de guerra santa a multitud de indígenas convencidos del triunfo de sus antiguas huacas sobre las nuevas deidades de los conquistadores. La derrota del movimiento no significó la desaparición de creencias obligado a la campaña de extirpaciónXVII de idolatrías de comienzos del siglo XVII (17)

Levantamientos locales como los de los uros y ochosumas en 1663 (18), se reiterarán en 1676 cuando el virrey de la Cueva describe la zozobra que pasaron por esta causa los pobladores costeros (19)

Singular gravitación tuvieron los acontecimientos promovidos por los mineros peninsulares y que culminaron con el arrasamiento de Laicacota, la "fundación” española de la Villa de Puno y la visita del virrey Lemos, que sin duda signaron la evolución política del Collao en la centuria siguiente.

 

El levantamiento de Tupac Amaru tuvo el Collao, Cuzco y La Paz como escenarios principales de su extendida rebelión. Las secuelas que dejó allí fueron importantes tanto en la destrucción de poblados cuanto en la reestructuracion política del área que determinaron.

En la región hubo solo siete caciques indígenas que no se plegaron a la rebelión y apoyaron a los realistas; ellos fueron los de Umachiri, Azángaro, Achaya, Samán, Llalli y Carabaya.

En todo el resto de los poblados la rebelión cundió y alcanzó un alto grado de virulencia.

La villa de Puno fue abandonada por los españoles luego del sitio a que la sometió Diego Cristóbal hermano de Tupac Amaru en mayo de 1781 y el mismo Tupac Amaru dirigió operaciones en el Collao en diciembre de 1780 exterminando a la oposición en Azángaro.(20)

En las acciones bélicas fue incendiada Huancané y sus habitantes emigraron masivamente; derrotaron al gobernador de Puno Joaquín Antonio de Orellana en Lampa y pusieron sitio a la ciudad retirándose luego para derrotar a los españoles en Chucuito y apoderarse de Capachica.

La violencia fue tan inusitada que recuerda un cronista de época que "casi no quedó español en las tres Provincias de Lampa, Azángaro y Carabaya". (21)

Aún después de la ejecución de Tupac Amaru el cacique Vilcapasa sostuvo casi tres años la rebelión en la región de Azángaro con un ejército de 30.000 indígenas.

Vilcapasa fue apresado y ajusticiado en 1783 y allí se extinguió el levantamiento en el Collao hasta que en 1814 otro cacique indígena ((Pumacahua)) - antiguo enemigo de Tupac Amarú - encabezaría un nuevo movimiento liberatorio.

La destrucción de edificios y pueblos fue grande en el período 1780 - 1783 en el área. Iglesias arrasadas, pueblos incendiados, archivos perdidos, haciendas en ruinas, la frustración de los vencidos y el encono atemorizado de los triunfadores.

Bastante tardó el Collao en resurgir de este panorama desolador. (22)

Los españoles reorganizaron la milicia interna en los cinco partidos de la Intendencia de Puno e inclusive hubo proyectos de fortificar Puno y Chucuito, a la sazón sede de las Reales Cajas.(23)

La independencia del Río de la Plata en 1810, bajo cuya jurisdicción estuvo Puno hasta 1796 reactivó el espíritu de rebelión.

cholitas por Max Nina


La Audiencia del Cuzco escribía al Rey "desde que los habitantes del Río de la Plata enarbolaron el estandarte de su libertad e independencia se ha advertido generalmente en estos territorios una inclinación decidida a su sistema que no pudieron realizar por el justo respeto que las inspiraba el Ejercito Real situado en el Desaguadero".(24)

Al producirse el 3 de agosto de 1814 el levantamiento del cacique Chincheros, Mateo Pumacahua con el apoyo de los criollos –que llevaron la iniciativa- Angulo, Hurtado de Mendoza y Bejar la región de Puno se plegó al levantamiento en forma inmediata.

Actuaron en la conjura Pinelo y el cura Muñecas quienes se apoderaron no solo de Puno sino también del Desaguadero y finalmente de La Paz hasta que fueron derrotados por ejércitos del Alto Perú.

Finalmente, la experimentada tropa realista al mando del general Juan Ramírez ocupó Puno el 23 de noviembre de 1814 y el 10 de marzo de 1815 obtuvo un triunfo en la batalla decisiva de Umachiri cerca de Ayaviri que aniquiló el levantamiento patriota. (25)

El nuevo intendente de Puno. Francisco de Paula González inició una sanguinaria persecución en Paucarcolla, Azángaro, Carabaya y Huancané. Las escenas de los españoles realistas aniquilados en Phara y de los patriotas masacrados en todos los términos de la Intendencia hablan a las claras de los ancestrales odios aflorados en estos tiempos.

Nuevamente tierras y pueblos arrasados, familias decapitadas y la incertidumbre para un Collao sumido en el epicentro del conflicto libertario - La batalla de Zepita en 1823 donde triunfara el Mariscal Santa Cruz, fue el ultimo intento fallido de recuperar el Collao para los patriotas, antes del triunfo de Ayacucho en 1825.

Posteriormente los conflictos limítrofes extendieron la desolación bélica al Collao hasta avanzado el Siglo XIX.

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1) Simplemente como aporte a completar esta visión cíclica recordamos el artículo de Jeffrey L. Klaiber RELIGIÓN Y REVOLUCIÓN EN LOS ANDES EN EL SIGLO XIX". En Histórica N°1 Departamento de Humanidades Pontificia Universidad Católica del Perú - Lima. Julio 1977. Allí se hace referencia a los levantamientos campesinos del Collao en el siglo XIX, en Huancané (1886 - 1868) y en Puno (1895 - 1900). Un tema interesante para analizar.

2) LEVILLIER, Roberto - Ordenanzas de Francisco Toledo - Imprenta de Juan Pueyo - Madrid -1929 (2 vol)

3) VARGAS UGARTE, Rubén - Historia del Perú - Virreinato (siglo XVII). Ed. Librería Studium - Lima - 1954-

4) LEVILLIER, Roberto - Gobernantes del Perú - Tomo V, Madrid - 1924 - Carta del 20 de marzo de 1573.

5) LEVILLIER, Roberto -La audiencia de Charcas - Correspondencia del Presidente y Oidores. Tomo I – Madrid 1918. Nota del 6 de maryo de 1575.

6) LEVILLIER, Roberto -Gobernantes del Perú - Cartas y papeles. Tomo III- Madrid - 1921 Carta del 2 de setiembre de 1567.

7) DIEZ de SAN MIGUEL, Garcí - Visita a la Provincia de Chucuito Lima - 1964 - Véase los estudios preliminares de John Murra.

8) Documentos sobre Chucuito - Historia y cultura - Organo del Museo Nacional de Historia N° 4 - Lima - 1970.

9) MATIENZO, Juan de - Gobierno del Perú- (1567) París - Lima 1967.

10) LEVILLIER, Roberto - Gobernantes del Perú - 0p. Cit. Tomo V - Madrid - 1924. Carta del 2 de abril de 1573.

11) PEASE, Franklin - Visita del Obispado de Charcas antes de 1590. Revista Humanidades N°3, Lima 1969 "(Memorial de Diego Felipe de Molina, Chantre de la Catedral de Charcas, 31 de Diciembre de 1590).

12) LEVILLIER, Roberto - Gobernantes del Perú - Tomo XIII, Madrid, 1926 - Carta del 20 de enero de 1593.

13) SALINAS V C0RD0VA, Fray Buenaventura - Memorial de las Historias del Nuevo Mundo - Colección de Clásicos Peruanos - Universidad Mayor de San Marcos - Tomo I. Lima - 1975.

14) GUTIERREZ, Ramón - Estructura socio-política, sistema productivo y resultante espacial en las Misiones Jesuíticas del Paraguay durante el siglo XVIII. Estudios Paraguayos - Vol. 2 - N°2 Asunción - 1974.

15) AGI - Sección V. Audiencia de Cuzco - Legajo 35 ~ Nota a José Galvez del 16 de noviembre de 1784.

16) TORRES LUNA, Alfonso - Puno histórico - Lima - 1968.

17) MILLONES, Luis - Un movimiento nativista del siglo XVI - el Taqui - Oncoy - Revista Peruana de Cultura N° 3 ~ Lima 1964. Véase también "Nuevos aspectos del Taqui - Oncoy" - Historia y cultura N° 1 - Lima - 1965.

18) PASTELLS, Pablo - Historia de la Compañía de Jesús en la Provincia del Paraguay - Tomo I - Madrid 1912 - Nota de la Real Audiencia al Rey, 24 de enero de 1633.

19) ROMERO, Emilio - Monografía del departamento de Puno - Lima - 1928.

20) JIMENEZ, Vicente - Apuntes geográficos del Departamento de Puno - Puno -Tip. Fournier - 1924. Cerca de 800 personas salieron de Puno para Cuzco donde llegaron el 4/6/1781.*

21) SAHUARAURA TITO ATAUCHI, Rafael José - Estado del Perú (1784) - Lima - 1974.

22) WEDELL, H.A. - Voyages dans le nord de la Bolivie et dans les parties voisines du Perou - París - 1853. Refiere la decadencia de Puno       y las numerosas Iglesias en ruinas.

23) Biblioteca Nacional        del Perú - Lima - Manuscrito           N° F    - 647 - Proyectos de estableeimiento de Milicias por J. G. C. Año 1803.

24) AGI Sección V. Audiencia de Cuzco - Legajo 66 - Nota del 20 de abril de 1815.

25) Colección Documental de la Independencia del Perú – Tomo III - Conspiraciones    y rebeliones en elsiglo XIX - La revolución del Cuzco de 1814 -Lima- 1971.

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* Ver articulo “El Exodo Puneño durante la Rebelión Tupamarista” en Guillermo Vàsquez Cuentas: ESCRITOS POR LA PUNEÑIDAD que puede leerse o bajarse en este mismo blog. Pinchar en la caratula de la columna izquierda