sábado, 10 de junio de 2023

OPINION: LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERU

 AVANCEMOS EN LA LUCHA

Escribe: Milciades Ruiz

Nuestras filas están en situación de incertidumbre política. Se esperaba otra cosa del gobierno de Castillo, pero ha defraudado denigrantemente, y nos ha arrastrado a una situación crítica. No hemos deslindado oportunamente. En nuestra frustración, solo atinamos a descargar nuestra ira sobre la persona que el mismo Castillo, indirectamente, puso en su lugar. Pero, de allí, no salimos. ¿Qué hacer? Esa es la cuestión.

Las luces ideológicas se han apagado y no hay una brújula orientadora. Solo nos queda escudriñar por nuestros propios medios, en el tramo del proceso histórico que estamos viviendo, para ubicar las condicionantes que determinan el escenario actual, y trazar las tendencias de su desarrollo, para tomar una posición certera. El método dialéctico podría ayudarnos con este fin.

Hemos llegado a la situación del momento, a través de una evolución de hechos sucesivos interconectados. De ser así, tendremos que rebuscar en los tramos previos del contexto, los antecedentes, causantes de los efectos actuales. Si logramos identificar los ejes del movimiento procesal, podremos auscultar su operatividad en el engranaje de maquinaria de la dominación.

Los hechos no ocurren por casualidad, sino por causalidad. La pobreza no es por azahar, como tampoco tenemos fiebre por imaginación. Los médicos hacen el diagnóstico de enfermedades sobre la base de análisis de sangre, fecal, radiografías, resonancia magnética, y otras pruebas objetivas y no, sobre suposiciones, como lo hacen los brujos. Solo así, pueden encontrar la causa de muchos males y recetar remedios precisos para cambiar la situación.

Es lo que tenemos que hacer. Aprender a diagnosticar los males de la sociedad sobre la base de los análisis objetivos y radiografías de la estructura de dominación, ubicando las causas materiales de los problemas. Solo así, podremos acertar en nuestra concepción de la problemática política y, determinar las medidas apropiadas para lograr el cambio requerido.

Nos hemos acostumbrado a reaccionar subjetivamente, derramando bilis por doquier, denostando contra la derecha, que hace lo que le corresponde. Somos nosotros los que no hacemos lo que nos corresponde. Atacamos la fiebre, pero no el foco infeccioso. Solo nos fijamos en el producto final de la fabricación social, sin revisar las fallas del proceso fabril.

Pero la indignación por sí sola, no resuelve los problemas. Lo más importante es avanzar en nuestros propósitos con hechos y no solo con palabras. No deberíamos entonces, pasarnos todo el tiempo en el muro de los lamentos. Mientras los activistas hacen su rol, otros deberíamos razonar sobre lo que podemos hacer, para avanzar teniendo la certeza del diagnóstico político. Podremos entonces, formular planes, estrategias y, métodos de lucha, factibles en las condiciones imperantes.

El método dialéctico, en las ciencias sociales, sigue el mismo procedimiento que las ciencias matemáticas, física, química y otras, para investigar, verificar y comprobar resultados. Veremos entonces que, todo lo que sucede en las relaciones sociales tiene que ver con las condicionantes del sistema de opresión mundial. Nuestras vidas, lo que somos y seremos, están condicionadas por este sistema, en cuya prisión nos encontramos.

El sistema de dominación capitalista funciona globalmente, involucrando a toda la humanidad. Aunque, los hechos suceden de manera particular, con sus propias características, en cada continente, país, regiones y, zonas, globalmente rige el “estado de derecho” del gobierno mundial capitalista. La problemática política es pues, sistémica.

En las condiciones particulares de nuestro país, el sistema tiene sus propias características peculiares, pero siempre, bajo el patrón de conducta política establecida por el sistema global. Esto es lo que no está en la consciencia de los sectores populares. En el virreinato, el comportamiento de las sociedades andinas estuvo totalmente condicionado por el régimen monárquico, como ahora lo estamos bajo la dominación republicana, pues solo fue un traslado.

Pero el sistema colonial, no fue óbice para la lucha de Túpac Amaro II, hasta lograr la supresión de los corregimientos como poder local. Fue un avance de repercusión mundial. Sin embargo, no internalizamos las lecciones del materialismo histórico en nuestro país. Solo vemos el presente, sin llegar a percibir el proceso de construcción de la estructura de dominación a través del tiempo.

Por ejemplo, se desconoce que, desde la fundación de la república, los dominadores tuvieron sumo cuidado en preservar para sí, el blindaje de las fuerzas armadas, estatuyéndolas como castas propias. Era y es, el seguro de vida de la dominación. Los soldados podían y pueden ser “indios” y negros, (“carne de cañón”), pero no, los oficiales de mando. Los requisitos han sido siempre, excluyentes, por seguridad de dominio. Los guardianes de la naval y fuerza aérea, tienen arraigos de castas exclusivas, en este cerrojo de cautiverio.

Pero tampoco en este caso, puede ser óbice para la lucha contra la segregación social, en el acceso a la oficialidad militar y policial en las condiciones actuales. Es un asunto de estrategia política y derechos humanos. Igualmente, hay muchos otros segregacionismos en la civilidad, en materia económica, laboral, política, cultural y otras, que no han sido asumidas como banderas de acción política para lograr una democracia equitativa.

Micaela
Esto que, señalo en cuanto al poder en las fuerzas armadas, lo podemos encontrar en el poder electoral y veremos que su régimen está condicionado, a los intereses de la dominación. La construcción de esta barrera segregacionista viene desde el origen mismo de la república peruana. Nos quejamos con mucha amargura, de las atrocidades del congreso de la república y pedimos su cierre, como ya se hizo otras veces, sin percatarnos que, esa monstruosidad es una evacuación del sistema político vigente. No es solo de ahora.

Vemos a los congresistas malvados, corruptos, mafiosos, incapaces, sobre los cuales descargamos odio personal. Pero no vemos que ellos, han sido puestos por los partidos políticos, sin dejar lugar para otra opción. Los partidos políticos arrojan esos resultados funestos, porque están deteriorados. Entonces, ¿Por qué insistir en algo que no funciona bien? ¿Por qué no cambiar lo que está mal y optar por otro régimen?

Al igual que otros poderes de hecho y de derecho, como justicia, prensa y toda la institucionalidad republicana que, son barreras que condicionan nuestro comportamiento penitenciario, el poder electoral es un instrumento del sistema, condicionado para impedir que representantes de la mayoría nacional accedan al poder. Es por seguridad del sistema de dominación. Sin embargo, no se hace nada por cambiar este régimen segregacionista.

Hay pues, muchas situaciones de clamor nacional que pueden reimpulsar los ánimos de lucha contra el sistema dominante. Crear condiciones para el desarrollo de la consciencia política y la movilización social, es una tarea a considerar. Podemos recuperar terreno si aumentamos nuestra capacidad promotora de la liberación social, levantando las banderas contra la segregación e injusticias.

Lógicamente, tendremos que renovar el tradicional comportamiento de nuestras filas, empezando por nosotros. Tenemos que sacudirnos de los estereotipos obsoletos y no seguir con el estilo de fundamentalistas bíblicos, pregonando sílabos fuera de época. Pensar en términos del siglo XIX, utilizando el mismo esquema de lucha, como si el tiempo se hubiera detenido, es anti dialéctico. ¿No les parece?

junio 9, 2023

PARA LA HISTORIA DE UNA MASACRE

 ACTAS COMPROMETEDORAS

LOS REGISTROS DE LOS CONSEJOS DE MINISTROS REALIZADOS DURANTE LAS PROTESTAS QUE PRODUJERON REPRESIÒN Y MUERTE DEBERÌAN SER INCORPORADOS A LA CARPETA FISCAL DE DINA BOLUARTE Y ALBERTO OTÀROLA

Por: Sonia Suyòn

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 639, 9JUN23

D

ina Boluarte ha dicho que ella como pre­sidenta no de­cide sola, que es el Consejo de Ministros el que evalúa y toma las decisiones de gobierno. Esa premisa no la libera de cul­pas. Una mirada a las actas de los Consejos de Minis­tros que presidió Boluarte durante las semanas del estallido social y la tenaz balacera policial y militar que acabó con la vida de 60 personas, entre ellas 5 me­nores de edad, da cuenta de la indolencia y la responsa­bilidad mediata y política de la jefa de Estado.

El 13 de diciembre de 2022 (dos días antes de la ma­sacre en Ayacucho), en medio del ruido y de la furia de las protestas en el sur del Perú, Dina Boluarte presidió su se­gundo Consejo de Ministros. Muy segura de sí, se dirigió a los miembros de su gabinete para decirles que había reci­bido el respaldo del Consejo de Estado y que este le había pedido que se restableciera el orden público. ¿Cómo conse­guirlo? Aludidos, los enton­ces prestos ministros César Cervantes Cárdenas y Alberto Otárola, de las carteras del Interior y de Defensa, respec­tivamente, dieron cuenta en ese momento de los diversos conflictos sociales que se desbordaban a nivel nacio­nal desde el 7 de diciembre de 2022. Hablaron de “actos de violenda y vandalismo que han afectado a las institu­ciones y a la infraestructura pública y privada”, relataron “actos de agresiones contra la integridad de las personas y autoridades”, se quejaron también del “bloqueo de las vías públicas, lo que genera una grave situación de crisis a nivel nacional”, de acuerdo a lo que recoge el acta del Con­sejo de Ministros de ese día.

Según ese mismo docu­mento, luego del análisis y de la deliberación, el Conse­jo de Ministros acordó por unanimidad que el Ministerio del Interior presentara en la sesión del día siguiente dos medidas: "Un proyecto de Decreto Supremo que declare el Estado de Emergencia a ni­vel nacional y una propuesta para establecer el toque de queda focalizado”. De esta manera se pretendía reprimir las demandas y los reclamos de la población. Ni una pala­bra sobre diálogo y concertación, menos sobre buscar mediadores para aplacar las iras de los protestantes. La única estrategia del gobierno era la represión.

De hecho, el día anterior, el 12 de diciembre, según el acta del Consejo de Ministros de ese día, se había aprobado decretar el Estado de Emer­gencia en siete provincias de Abancay, la tierra natal de Dina Boluarte, que fue la primera región en levantarse y donde se dieron los prime­ros tres muertos a manos de la policía, entre ellos un es­colar de 15 años.

El mismo 13 de diciembre, unas horas después de f haberse levantado la sesión de Consejo de Ministros, y para no quedarse atrás, el entonces titular de Defensa, Alberto Otárola, comunicó en el grupo de WhatsApp del gabinete que él también tenía su propuesta desde el Ministerio de Defensa. Fue entonces que Boluarte con­vocó nuevamente a Conse­jo de Ministros, esta vez vía Zoom. El único punto de la agenda era aprobar el pro­yecto de Otárola de declarar el Estado de Emergencia por 60 días en varios distritos de Ayacucho, Huancavelica, Cusco y Junín. Otárola justificó su proyecto en base a unos supuestos informes secretos del Comando Con­junto de las FF.AA. Mencio­nó, por ejemplo, el Informe Técnico 010-2022- CCFFAA D-3-DCT y el Dictamen 664- 2022 CC.FFAA/OAJ, del que extrae un delirante párrafo para leer a los ministros y a la jefa de Estado, con el fin de justificar el estado de emergencia: “Debido al ac­cionar de la Organización Terrorista Sendero Luminoso facción VRAEM y la simbiosis existente entre esta organización terrorista y las organizaciones criminales nacionales con vínculos inter­nacionales que se dedican al tráfico ilícito de drogas, tala ilegal de madera, entre otros ilícitos y con la finalidad de restablecer plenamente el orden interno y el Estado de derecho (...)”, se lee en el acta del Consejo de Ministros. Es decir, Otárola echó mano de anacrónicos y trasnochados informes antiterroristas para enviar a personal del Ejército y de la Policía Nacional arma­dos hasta los dientes a luchar contra los que protestaban como si fueran temibles hues­tes de Sendero Luminoso en varios distritos de Ayacucho, Huancavelica, Cusco y Junín. El Decreto de Otárola también proponía “que las Fuerzas Armadas asuman el control interno con apoyo de la Policía Nacional”.

El 15 de diciembre del 2022, cuando la capital ayacuchana era presa de una ba­lacera infernal, tras la toma del aeropuerto por parte de algunos manifestantes, Dina Boluarte convocó a una se­sión virtual del Consejo de Ministros. Aunque parezca mentira, el primer punto que se tocó fue el proyecto de De­creto Supremo para aprobar una operación de endeuda­miento externo con el BID por 100 millones de dólares.

Y mientras los fusiles AKM disparaban a matar en Huamanga, el segundo pun­to que vieron Boluarte y sus ministros fue el déficit del recurso hídrico en algunas provincias de Huancavelica. Y, por último, se tocó el tema de las protestas que exigían la renuncia de Boluarte y el cierre del Congreso, pero con otra medida represiva: se aprobó un Decreto Supre­mo que declaraba la inmovi­lización social por cinco días a nivel nacional. Pese a los muertos, en ningún momen­to, de acuerdo a las actas, Bo­luarte ordenó a los ministros de Defensa e Interior que se dejara de usar armas letales contra los manifestantes.

Y el 17 de diciembre, mien­tras Ayacucho amanecía con la resaca de todo lo sufrido y la Defensoría contabilizaba 10 muertos y 72 heridos en Huamanga, el gabinete de Boluarte respondía con más represión. Ese día la sesión de ministros tuvo como único tema de agenda declarar la inmovilización social obliga­toria en la provincia de Huamanga. No asistieron a la se­sión de Consejo de Ministros ni la ministra de Educación, Patricia Correa Arangoitia, ni el ministro de Cultura, Jair Pérez Bráñez: habían renun­ciado a sus cargos.

El 21 de diciembre del 2022 el gabinete ministe­rial de Boluarte estrenaba un nuevo primer ministro. Así, mientras la población demandaba la renuncia de los ministros del Interior y de Defensa por los asesina­tos de más de veinte mani­festantes, Alberto Otárola había sido premiado por la jefa de Estado, otorgándole el premierato. Ese día, en se­sión de Consejo de Ministros, Boluarte dio la bienvenida al gabinete y solicitó a los mi­nistros “trabajar en equipo y con lealtad al pueblo peruano”. Otárola, por su parte, exhortaba irónicamente a los ministros para que “la presente gestión debe ser presentada como el gobier­no de la paz, el diálogo y la democracia”, al tiempo que el Viceministerio de Gobernanza Territorial alcanzaba el balance de las protestas a nivel nacional: se contaban ya 26 muertos. Entre las organizaciones y movimientos sociales que participaban en las protestas no se mencio­nó en ningún momento a los “remanentes de Sendero Luminoso”.

El 21 de diciembre de 2022 la principal inquietud del gabinete parecía ser el discurso de investidura de Boluarte ante el Congreso, aunque en algún momento ella expresó su “preocupa­ción por la situación de las protestas en Puno”. Y señaló, de acuerdo al acta de la se­sión de Consejo de ese día, que “al tratarse de demandas de carácter eminentemente político, se debe contar con una estrategia política, a fin de trasladar las deman­das políticas a demandas sociales, porque al Poder Ejecutivo no le corresponde atender demandas políticas sino demandas sociales” (sic). Ningún comentario sobre el excesivo uso de armas por parte de las Fuerzas Armadas.

Aquí están, estos son

El día 5 de enero de 2023, en sesión de Consejo de Mi­nistros, Dina Boluarte no parecía expresar indigna­ción alguna por los más de 30 muertos que por enton­ces ya cargaba su gobierno, mientras el sur del país seguía en pie de protesta. Lo que más parecía mortificarle era que las carreteras siguie­ran bloqueadas. “La señora presidenta de la República señaló que a pesar de las acciones realizadas, las vías públicas siguen bloquea­das, situación que afecta gravemente los derechos fundamentales de todos los ciudadanos”, señala el acta de Consejo de Ministros de ese día. Acto seguido Boluarte preguntó al ministro del Interior a cuántas personas que bloqueaban las vías se había detenido y puesto a disposición de la Fiscalía. Boluarte pidió también al ministro de Economía y al del Interior que coordinen el pago de los bonos adeudados a los miembros de la Policía Nacional. Y por último ex­hortó a todos los ministros a recibir y escuchar a los congresistas que pidan au­diencia, a fin de solicitarles su apoyo en la promoción del diálogo en sus zonas de representación. Boluarte no dijo ni una sola palabra sobre los deudos de las víctimas de las protestas. Tampoco plan­teó ninguna exigencia a los ministros de Defensa y del Interior para que dejasen de disparar a matar contra los protestantes. Cuatro días I después ocurría la matanza en Puno, donde las Fuerzas Armadas aniquilaron a 18 manifestantes, entre ellos dos menores de edad. Bo­luarte se limitó a pedir a los ministros del Interior y de Defensa “que hagan un informe en el que se expli­que las circunstancias de la intervención de la Policía Nacional del Perú y de las Fuerzas Armadas y el cum­plimiento de los protocolos sobre el uso de la fuerza”. Sin un alto al fuego dictado por la jefa suprema de las Fuer­zas Armadas, la Policía y el Ejército siguieron disparan­do a los manifestantes.

El 9 de enero del 2023 el Consejo de Ministros discutía un proyecto de ley que dele­gara facultades al Ejecutivo para legislar en materia de reactivación económica y tributaria.

Al día siguiente, con los 18 fallecidos en Puno, el re­cuento de muertos a causa de la represión militar y policial superaba las 50 personas. La única reacción del Consejo de Ministros de Dina Boluarte fue “declarar la inmoviliza­ción social obligatoria en el departamento de Puno por la situación de conflictividad actual”. La misma respuesta que se había dado tras la masacre de Ayacucho. ▒▒

viernes, 9 de junio de 2023

SOBRE LA POLITICA EN LA COYUNTURA ACTUAL

SEIS MESES

César Hildebrandt

Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE, 9JUN23

S

eis meses después, Dina Boluarte sigue allí.

No está sola. La acompañan, en marcha hacia ninguna parte, un primer ministro que hace el ridículo intencionalmente, un Congreso que es madriguera de delincuentes, un TC ratizado, una Fiscalía de la Nación que comparte el lecho palaciego y unos partidos políticos que supuran.

La siguen, como corte de los milagros, la ministra de salud, perseguida por una nube de mosquitos, y la ministra de cultura, que dice estar feliz con la purga hecha en Canal 7 y anexos.

La persiguen a la presidenta las encuestas demoledoras, las pancartas que claman maldiciones, el código penal que anuncia su futuro, los aimaras de las banderas negras. Y se le aparecen, por la noche, algunos de los muertos de Huamanga y Juliaca, los baleados sin nombre de aquellos días en los que un equipo asesor le dijo que el fuego era lo único que apagaría las protestas.

Pero lo que más cerca tiene la presidenta es esa nube gris que nubla su pendiente, esa atmósfera de mediocridad ágrafa y levemente alfabe­ta que le marca el paso y el discurso. No importa el tema; si la señora Boluarte lo toca, parecerá irrelevante, marginal, sonsito. Del cerebro de la señora Boluarte no salen argumentos sino mecanismos de defensa, fugas de tondero, elisiones. vaguedades mal dichas y acompañadas de ademanes de velada escolar.

Este es el gobierno reactivo que combate el dengue cuando ya se disparó y acude donde las aguas salieron de madre cuando las cosechas ya se perdieron y piensa en qué va a hacer mientras el hampa, la doméstica y la importada por Kuczynski, ha tomado los suburbios de Lima y ha corrompido a jueces y fiscales.

Es el gobierno que vive de la iner­cia. La economía, por ejemplo, sigue su curso ajena a los destrozos de la política y el BCR, gracias a Velarde, mantiene sus prácticas de cautela y prevención. No hay un auténtico ministro de economía, pero los daños no son severos porque los au­tomatismos nos sacan del apuro. Es cierto que la inflación es alta y que técnicamente hemos entrado en recesión (van dos trimestres con­secutivos de caída de la producción e incremento del desempleo), pero hay allí factores nativos y foráneos que seria injusto atribuirle a este gobierno.

El de Boluarte es el régimen que ha cumplido seis meses y que parece que hubiese asumido ayer. Si algún adulón de la prensa reconcentrada quisiera halagarlo, ¿qué logros podría enumerar, qué primeras piedras contaría, que correcciones a entuertos previos enlistaria? Por el contrario, estos seis meses han servido para consolidar la hegemonía indiscutible de un congreso dominado por lo peor de la derecha más bruta y achorada. La derecha del callejón de un solo canon, con almirantes de aguas servidas a la cabeza y el fujimorismo moviéndolo todo, ha desmantelado la reforma universitaria, corrompido el Tribunal Constitucional, tergi­versado la Defensoría del Pueblo y arremetido contra la autonomía de los procuradores. Les falta arrasar con el sistema electoral, pero eso es algo en lo que están trabajando intensamente. La señora Boluarte es la madre de un monstruo: el parlamentarismo no constitucional la unión de partidos como Podemos, Renovación Popular y Fuerza Popular para la construcción de un régimen asimétrico en el que el congreso dicta el rumbo de un gobierno cuya única meta es durar La voluntad de Boluarte y los suyos es viral: un gobierno sin vida propia que es huésped de una célula infectada. Se trata de la política como una extensión de la enfermedad.

Es lo que nos ha tocado. Es, al fin y al cabo, lo que nos dejó la izquierda degenerada de Pedro Castillo y sus pájaros fruteros.

¡Qué izquierda infame hemos tenido! Cuando el estalinismo ya había matado lo suficiente como para merecer alguna reprobación moral, aquí la izquierda miraba hacia otro lado. Cuando Cuba fue devorada por el estilo estalinista, aquí la izquierda decía que Heberto Padilla había dicho la verdad en su obligada autoabominación.

Y entonces llegó Sendero y mandó parar. Fui testigo asombrado de cómo un sector considerable de la izquierda peruana se negó a condenar los métodos y fines del senderismo y los cachivaches doctrinarios de su líder Abimael Guzmán. El marxismo mutante de alias Presidente Gonzalo nos condujo, como por un tubo de Sedapal, al caudillo de la normalización a cualquier costo: Alberto Fujimori. De la barbarie de la izquierda vino el desquite de la derecha sin ley.

 Muchos años después, luego de esa caperucita roja llamada Verónica y las aventuras de cubanófilos gobernadores regionales interesados en fondos públicos, llegó Pedro Castillo.

Era como si Paco Yunque hubiese regresado montado en un corcel de votos, como si Garabombo se hubiera hecho visible, como si Rosendo Maqui ganara el juicio eterno que siempre perdía, ¡Era una gran oportunidad!

Castillo, en el fondo cabal representación de una izquierda iletrada, sindicalera y pragmática, no vio ante sí la historia ni el compromiso. Lo que vio fueron fajos de billete, sarrateas y salatieles, gentuza que compraba El Peruano para ver nombramientos, venganzas de bolsillo.

Gracias a Castillo y a la izquierda cuatrera es que el gobierno de la triste y cándida Boluarte no es el peor de las últimas décadas. No olvidaremos eso. ▒▒ 



miércoles, 7 de junio de 2023

SIMBOLO DE CULTURAS ORIGINARIAS DE LOS ANDES CENTRALES

 CHAKANA

Y PLURINACIONALIDAD EN BOLIVIA

Itzamná Ollantay

26 febrero 2021

E

n Bolivia, hace unos días atrás, a raíz de la divulgación que hizo el gobierno plurinacional de su logotipo con forma de la Chakana, sectores ejecutores del último Golpe de Estado en Bolivia arengaron nuevamente contra las simbologías de Abya Yala, esta vez, acusando al gobierno de Arce-Choquehuanca de sustituir, de forma inconstitucional, el sagrado Escudo de Bolivia por la Chakana. Sí. Los mismos que quemaron la Wiphala y masacraron a indígenas que enarbolan este símbolo patrio, hace tan sólo meses atrás.

¿Qué es la Chakana?

Chakana es un código que tiene la forma de una cruz griega escalonada que para los pueblos andinos expresa/sintetiza la totalidad. En quechua chaka quiere decir puente que une los extremos. La Chakana consta de dos puentes imaginarios que unen Norte-Sur, Oriente-Occidente. Expresa la comunión entre todas las dimensiones de la coexistencia cósmica.

Chakana simboliza/sintetiza la comunidad cósmica, y dentro de ella a la comunidad humana. Es la expresión del equilibrio y comunión entre la noche y el día, varón y mujer, finito e infinito, materia y espíritu, sol y luna… Es un código del equilibrio y comunión en y con la totalidad cósmica.

Este código no es exclusivo de las civilizaciones andinas. En Chichen Itzá, los mayas dejaron incrustada una prominente Chakana (no escalonada) a unos tres metros de altura en una de las edificaciones más grandes del lugar. Y así, chakanas se encuentran presentes en diferentes civilizaciones del mundo, evidenciando de este modo que este código, aunque no significa necesariamente lo mismo para todos los pueblos, no es exclusivo de los pueblos andinos. Mucho menos es la manifestación lítica de alguna doctrina cristiana.

¿Qué significa el Escudo boliviano?

Es la imitación de mal gusto de la virilidad española que los criollos intentaron materializar en una insignia de poder repleta de fusiles con puntas de cuchillo, cual si fuesen amenazantes falos violentos, adornados con lienzos de tres colores (rojo, amarillo y verde). ¿Qué exactamente quisieron expresar con esa insignia los fracasados criollos republicanos? Nadie sabe a ciencia cierta.

Dos siglos después de la República, y luego de cinco siglos de colonialismo recargado y continuado, sectores colonizados (creyentes republicanos) dicen sentirse identificados con dicho Escudo boliviano, con cuyos fusiles fálicos violaron y masacraron a sus abuelos y abuelas para someterlos. Así de dura es la realidad de la colonialidad. Las víctimas colonizadas terminan amando y defendiendo nada menos que el arma con el que diezmaron y aniquilaron a sus ancestros.

Esta condición de colonizados, cual apologetas defendiendo las insignias de poder de los colonizadores criollos, no es exclusividad, ni se agota en los sectores bolivianos. Lo viven y sufren nichos sociales del Perú, Chile, Ecuador, Argentina, México, Guatemala, …

¿Y la plurinacionalidad?

Lo más ridículo de las y los detractores de la Chakana en Bolivia es que se asumen como ciudadanos del Estado Plurinacional de Bolivia. Quizás no entendieron lo básico de los alcances del concepto de la plurinacionalidad que necesariamente implica la coexistencia fáctica de los diferentes símbolos/insignias/instituciones de los pueblos/naciones que conforman dicho Estado Plurinacional.

Después de más de una década de la creación del Estado Plurinacional en Bolivia, y ante la efervescencia del racismo o prepotencia criolla mestiza, se constata que el error que cometieron las y los constituyentes de dicho Estado Plurinacional es el no haber debatido, consensuado, el marco simbólico de la plurinacionalidad.

Crear un Estado Plurinacional dejando casi intacto los símbolos criollos republicanos, incluso el nombre, himno, héroes, etc., fue un error de gran magnitud para Bolivia. Sus consecuencias lo sufren ahora.

Repensar los símbolos patrios en los estados bicentenarios

Los símbolos patrios, por ser insignias de poder, no son inocentes. Tienen una carga ideológica potente prefomativa para la ciudadanía. Están diseñados para configurar sentimientos, formar voluntades, alrededor de un proyecto político de sus promotores.

    La mas antigua de Sudamérica está en Huaral, Perú
Por ello, en países como Bolivia, con la finalidad de evitar la autodeterminación de los pueblos, se impuso un solo Escudo nacional abarrotado de armas amenazantes para cuantos se atreviesen a pensar en contra de los intereses de las oligarquías. Por eso, ahora, el Escudo nacional repele a la Chakana multicivilizatoria.

En un país plurinacional como Bolivia, cuya Constitución Política define a su Estado como pacifista, es contradictorio enarbolar un Escudo de armas como máximo y único símbolo patrio. Es más, ese Escudo de armas que no pudo defender al país de ninguno de sus enemigos externos, no expresa la voluntad, las aspiraciones, ni los colores de los pueblos de Bolivia. Por ello, en aras de materializar la plurinacionalidad del Estado, urge debatir y consensuar los nuevos símbolos patrios plurinacionales.

Este reto de repensar y consensuar símbolos patrios también corresponde al resto de los estados bicentenarios del Continente. Somos países pluriculturales, en muchos casos, de manera creciente, aspiramos hacia la plurinacionalidad. En este sentido, es urgente tomar con seriedad el debate o la disputa de la narrativa sobre la nueva simbología que
representará a dichos estados plurinacionales en Abaya Yala.

Dos siglos del fracaso continuado de las repúblicas criollas, y de sus estados naciones racistas y monoculturales, deben de motivarnos mínimamente a preguntarnos: ¿Por qué debemos seguir cantando o marchando al ritmo de la Marsellesa francesa? ¿Por qué seguir enarbolando escudos, que aparte que no nos defendieron de nada, fueron y son utilizados para anular nuestras aspiraciones hacia nuestra legítima autodeterminación como pueblos? ¿Por qué seguir defendiendo como zombis el remedo de la estética europea de antaño que se materializa en los símbolos de la Patria de los criollos? <>




martes, 6 de junio de 2023

LENGUAS ORIGINARIAS EN EL ALTIPLANO PUNEÑO

PUQUINA 

EL IDIOMA SECRETO DE LOS INCAS

Tomado del Blog Expediente Oculto.

P

ara el común de los peruanos los incas hablaban quechua, algunos más informados, dirán que antes de conocer el quechua, los incas hablaron aymara, sin embargo, muy pocos saben que es muy probable que el idioma de los primeros incas que llegaron al Cusco no fue ninguna de estas dos lenguas sino un idioma arcaico, mucho más antiguo, reconocido por los primeros cronistas del virreinato como un "idioma particular" o "idioma secreto" que solo ellos entendían. En este post vamos a conocer cuál era este idioma, su origen y los rastros que podemos encontrar de su existencia.

El "lenguaje divino" de los Incas

La primera pista que se tiene sobre este idioma la da el Inca Garcilaso de la Vega en sus Comentarios reales. En esta obra, el autor nos dice lo siguiente: "los Incas tuvieron otra lengua particular que hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni les era lícito aprenderla, como lenguaje divino", además agrega que, según información de sus fuentes, esta lengua se "había perdido totalmente, porque, como pereció la república particular de los Incas, pereció también el lenguaje dellos".

Pero Garcilaso de la Vega no fue el único. Diego Cantos de Andrade (1586) en su obra “Relación de la Villa Rica de Oropesa y minas de Guancavelica", dijo lo siguiente:

“...En este reino hay mucha diferencia en los naturales de lenguas; pero en todo él los caciques y principales de los repartimientos tenían obligación de saber la lengua general que llaman quíchua, para saber y entender lo que se les mandaba de parte del inga, y para que, yendo a su corte, la entendiesen sin intérprete; y entre el mismo inga y su linaje y orejones hablaban otra, y ésta ningún cacique ni demás personas de su reino tenían licencia para aprendella ni vocablo de ella...”

De igual manera, el sacerdote jesuita Bernabé Cobo (1582-1657) dice lo siguiente:

“...otra distinta, de que usaban solamente entre sí cuando trataban y conversaban con los de su linaje, la misma que hablaban los indios del valle de Tampu [Tocco]que (...) con la mudanza que han tenido las cosas este reino con el nuevo mando de los españoles, [dicha lengua] la han ya olvidado los descendientes de los incas...”

Por otro lado el fraile mercedario Martin de Murua (1525-1618) dijo “que los hijos de los principales y de los orejones enseñaba al principio la lengua del Ynga, que era la particular que él hablaba, diferente de la quichua y de la aymara, que son las dos lenguas generales de este reino...”

Debido a estos registros, para los expertos y especialistas, queda claro que el Inca y el linaje de éste, no hablaba quechua, idioma considerado hasta la fecha como el idioma oficial del imperio incaico. Si no, una lengua completamente distinta que era "incomprensible" para la mayoría del imperio, tanto así, que dejó de practicarse, hasta su extinción.

Para muchos historiadores, este lenguaje sería o bien un quechua muy antiguo o bien un aymara muy antiguo, sin embargo, el lingüista peruano Rodolfo Cerrón Palomino sostiene que este idioma sería el conocido como Puquina.

El Puquina: la lengua olvidada

Según Cerrón, existen palabras tomadas por el propio Garcilaso de la Vega como el nombre de los incas (Capac), palabras como Inti (que no quiere decir sol en puquina sino está relacionada con Anti, que significa Oriente) o los topónimos (nombres de los lugares) con que fueron nombrados algunos territorios del Imperio que no coincidirían con el quechua o el aymara, que harían pensar la existencia de una tercera lengua.

Vale recordar que el Imperio español decretó en 1575 como lenguas oficiales del reino del Perú, tres lenguas: el quechua, el ayumara y el puquina. Lenguas que debían ser aprendidas sobre todo por los sacerdotes españoles con fines evangelizadores.

Ahora bien ¿si el puquina fue una lengua tan importante, tanto para ser considerada como un idioma oficial del antiguo reino del Perú, por qué desapareció? Cerrón sostiene que esto se explicaría por dos razones. La primera es que en el momento que España declaró como oficial esta lengua, los hablantes de puquina ya estaban quechuarizados o aymarizados; y la segunda razón fue por motivos prácticos, pues los evangelizadores, al ver que los idiomas quechua y aymara eran los más populares y que la minoría hablante de puquina, también entendía estos dos idiomas, prefirieron solo evangelizar, aprender y registrar, el quechua y el aymara.

¿Dónde se originó?

Según documentos del siglo XVI y XVII, el puquina habría sido originario y masivo en el sur del país, ocupando regiones nacionales por el norte hasta Arequipa y por el oriente con Puno y parte de Bolivia (incluido el lago Titicaca) y por el sur, hasta Iquique, Chile.

Cerrón señala que si se toma como base la leyenda de que Manco Cápac y su linaje son originarios del lago Titicaca, estos habrían hablado puquina (no aymara como se cree), y luego, cuando se trasladaron al Cusco, aprendieron a hablar aymara (no quechua) lengua traída por el Imperio Wari desde Ayacucho.

"Cuando los primeros incas, los ancestros de los incas se trasladan del Titicaca hacia el Cusco, llegan a una región en la que se hablaba aymara, son una minoría, tienen que aprender la lengua de la zona. Estos primeros incas se aymarizan a la tercera gneración, no pueden imponer su puquina porque son minoría, establecen alianzas matrimoniales, las mujeres hablan aymara y los hijos hablarían también este idioma", sostiene el lingüista Rodolfo Cerrón Palomino. De esta manera, asegura, el aymara se volvería en lengua oficial de los incas hasta el año 1540 aproximadamente.

Ya en tiempos de Pachacútec hacia adelante, los incas adoptarían el quechua, luego de conquistar a los chancas, hablantes de esta lengua.

La clave toponímica

Esta hipótesis puede confirmarse gracias a la toponimia. De esta manera palabras puquinas como titi, que significa Sol; baya - paya - waya, que significan Llanura o pampa; laque - raque, que significa barranco; mora, que significa Centro; cachi, que significa cerco (en quechua significa sal), son la base de distintos lugares o centros religiosos desde el incanato hasta nuestros días. Localidades como Hachacachi, por ejemplo, significaría Gran cerco y no Gran sal como sería en quechua. De la misma manera Titicachi, significaría Cerco del sol.

"La onomástica es la fuente que nos permite verificar que en esos territorios descritos en los documentos históricos se habla una tercera lengua que hacía uso de estos elementos que no eran quechua ni aymara y que por lo tanto podría ser asignada a esta tercera lengua, la lengua puqina", dice Cerrón.

El lingüista sostiene que la existencia del puquina como primer lenguaje de los incas, nos hace repensar nuestra historia pues siempre se ha pensado que la historia de los incas está escrita en quechua, o en el mejor de los casos, aymara, sin embargo, hay que reconocerle al puquina, este "idioma secreto" y hoy olvidado, el lugar histórico y la importancia lingüística que merece. <>



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Ver también: https://pt.scribd.com/document/426237653/La-Cultura-Puquina-Leonidas-Bernedo-pdf#

lunes, 5 de junio de 2023

DANZAS DEL ALTIPLANO PUNEÑO

 UKUKUS

Por María Ester Nostro

También llamado Pablucha o Ukumari, el Ukuku es un personaje legendario, hijo de una mujer y un oso, que se comunica con la divinidad sin olvidar su relación con los glaciares de altura, origen del agua que da vida a las comunidades. Al sur del Cuzco, en Perú, baila sin descanso en la fiesta del Señor de Qoyllurit´i

-“¿Qué es la fiesta del Señor de Qoyllurit´i?”, preguntamos.

La pregunta está dirigida al artista plástico Miguel Araoz Cartagena, autor de los cuadros que, en el Museo del Qorincancha, en Cuzco, ilustran la concepción inka de la Vía Láctea y de los ceques o líneas que unían imaginariamente los santuarios del Tawantinsuyu. Además, vestido con su traje de Ukuku, baila durante cuatro días en la fiesta del Señor de Qoyllurit´i, para, finalmente, amanecer de rodillas ante Tayta Inti en la ceremonia de Inti Alabado, a más de 5.000 m de altura.

“Es un espacio muy fuerte donde la fe se vive intensamente y en distintas manifestaciones”, responde el entrevistado, tratando de sintetizar la experiencia, de la que participan cerca de cien mil peregrinos en el valle de Sinaqara, al pie del glaciar Qolquepunku, a 4.600 m de altura.

Días antes de Corpus Christi, con la luna llena, los peregrinos y comparsas de bailarines con coloridos trajes según sus comunidades de origen, bajan de sus vehículos en la ruta asfaltada y comienzan un ascenso pausado y festivo, con escalas en adoratorios (cruces) y apachetas (túmulos de piedras), hasta llegar al santuario del Señor de Qoyllurit´i a 8 km de distancia.

Dice la tradición indígena el sitio fue un observatorio astronómico inkaico y lugar de rituales cuando la reaparición de las Pléyades en el cielo marcaba el retorno, luego del solsticio de invierno, de los tiempos de producción y abundancia.

La tradición cristiana, en cambio, habla dela revelación, en el siglo XVIII, del niño Jesús a un pastorcito llamado Mariano Maita. Cuando el obispo de Cuzco quiso verificar el hecho, Jesús, con el nombre de Manuel, lo recibió en la nieve vestido de blanco y rodeado de una luz brillante para luego, cuando el prelado pretendió tocarlo, transformarse en un arbusto típico de la zona, el tayanka, con un Cristo crucificado pendiendo de su tronco. Actualmente se venera una réplica de esta cruz en el pueblo de Tayancaniy es traída cada año hasta Qoyllurit´i para, luego de la fiesta, ser devuelta a su santuario en lo más arduo del peregrinaje.

Tras su muerte súbita, Mariano fue enterrado bajo la roca donde su amigo Manuel apareció por última vez. La devoción por el sitio motivó la construcción de una capilla alrededor de la piedra, donde se pintó la imagen de Cristo crucificado.Es el santuario del Señor de Qoyllurit´i.

En quechua, Qoyllur significa estrella, y Rit´i nieve. Y la misión última de los Ukukus, dice la creencia, es encontrar la mítica Estrella de las Nieves, enterrada en el corazón de la montaña, a 6.362 metros de altura.

-“¿Quiénes son los ukukus?

-“Tradicionalmente, en Qoyllurit´i se reúnen dos “naciones” indígenas, una de Paucartambo, quechua, y la otra de Quispicanchi, aymara. Traen cientos de comunidades con comparsas de bailarines con sus atuendos y danzas distintivas. Están los Chunchus, de la selva amazónica; los QhapaqQolla, aymaras con máscaras y pieles de llama; los Machula, jorobados, con abrigo largo y bastón. Y también los Ukukus o Pabluchas…”




En la leyenda, el ukuku, único oso existente en Sudamérica, se une a una mujer que da a luz un ser de fuerza extraordinaria, quien, luego de mucho sufrimiento, se relaciona con la divinidad y recibe el encargo de, anualmente, traer a su comunidad un bloque de hielo glaciar para asegurar los cultivos, la supervivencia de la gente y la sanación de los enfermos. Durante la fiesta de Qoyllurit´i, los Ukukus lucen máscaras tejidas, casi siempre blancas, trajes con flecos de lana, simulando la piel del oso, y largos látigos cruzando el pecho. Hablan con voz aflautada, bailan alegremente,ayudan a mantener el orden y asistir a los peregrinos.

-“¿Cuál es el rol de los Ukukus?”

-“El de bailarín. Se sale de la comunidad bailando y se sube de igual forma, bailándole a la montaña, a los apus (espíritus protectores), en el saludo a las cruces, a las apachetas y al señor de Qoyllurit´i en el santuario. Mientras subes diría que no es bailar, es caminar con una música que replica el latido del corazón. Es un ritmo natural que facilita la marcha. En la danza se hace más intenso, especialmente en algunas las de peleas rituales con látigos… Antes teníamos la total responsabilidad de mantener el orden, especialmente en lo referido al alcohol, que está prohibido, o de traer bloques de hielo del glaciar, lo que ya se hace menos a causa del calentamiento global…”

-“¿Entonces con el baile termina la participación en la fiesta?”

-“No, el baile es solo la forma en que se realiza la misión, que no termina el segundo día cuando la mayoría de los peregrinos regresa a sus comunidades. Al día siguiente se llevan cruces a diferentes apus bajo la responsabilidad de cada una de las “naciones” peregrinas y se las baja a medianoche, por la nieve, en una procesión a la luz de las velas. En la mañana, y luego de la misa de bendición, las comparsas se salen a la parte más difícil del ritual”

-“¿De qué se trata?”

-“De caminar 24 horas por la alta montaña, siempre bailando, para devolver al Señor de Tayancani y a la virgen Dolorosa a su santuario, en el poblado de Tayancani”.

Esta procesión sale de Qoyllurit´i a mediodía para llegar a la comunidad de Yana Cancha al son de los pututus. La imagen del Señor de Tayancani, es llevada de manera muy respetuosa y ritual, especialmente cuando los Ukukus y sus compañeros danzantes se organizan en dos columnas enfrentadas, cada una en la falda de una loma, y avanzan entrecruzándose a la carrera en la hondonada que los separa para trepar en la loma opuesta y volver a bajar entrecruzándose nuevamente hasta llegar al poblado.

- Es como una trenza de ADN en movimiento”.Con la salida de la luna se reinicia el viaje en su etapa más riesgosa. A pesar de que el frío es muy intenso y el oxígeno escasea, el principal peligro es la “presencia” de los “kukuchis”, almas condenadas que vagan por las nieves con aspecto de monjes que asustan y dañan a los peregrinos. Pero los Ukukus no solo deben ayudar aahuyentar a estos seres maléficos, sino a sobrellevar el agotamiento en medio de la noche y el viento helado que reina en las alturas.

Tras horas en el sendero, los caminantes llegan al punto más alto y solitario, el Intilloqsina, y para cuando el cielo comienza a clarear, alrededor de las 6, Ukukus y danzarines forman una hilera de más de un kilómetro de largo, en el borde de la montaña, esperando el amanecer.

Al despuntar el sol tras la montaña y a medida que sus rayos van tocando, uno a uno, a los peregrinos, éstos van cayendo de rodillas, en adoración… Es la ceremonia de Inti Alabado, la culminación de la peregrinación y el momento en que el Señor de Qoyllurit´i, y Tayta Inti se hacen uno



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Fuentes: Entrevista personal a Miguel Araoz Cartagena.

ACERCA DE GAMALIEL CHURATA *

 Rodolfo Sánchez Garrafa

L

a generosidad de José Luis Ayala explica mi presencia en esta mesa. Considero que mi único mérito para esta distinción es, quizá, haber conformado el Comité Peruano del Centenario del Nacimiento de Gamaliel Churata establecido en Lima en noviembre de 1996.

Es seguro que a ninguno de los aquí reunidos nos es ajena la figura del extraordinario escritor Gamaliel Churata, hombre representativo de su tiempo. Digo esto no porque Arturo Pablo Peralta Miranda, el hombre llamado así tras el seudónimo enunciado, sea el ejemplo de lo que fueron todos los que compartieron con él las mismas circunstancias en tanto productos de la historia, sino en cuanto él hizo todo lo que le fue posible hacer para conquistar su libertad y asumir su potencial papel de creador de la historia. Es decir, Gamaliel Churata no ha pasado a la historia, ya estaba como todos nosotros en la historia, pero pocos ejercitamos como lo hizo él la capacidad de trascender a las contingencias, mantenerse en pie, exponer el rostro propio, actuar distinguiendo lo particular de lo general, lo contingente de lo real, lo inhumano de lo humano, lo auténtico de lo inauténtico. Eso es lo que hizo Gamaliel Churata, por eso lo reconocemos como un gran hombre, como un hombre descollante y creador de la historia.

La magnitud de su obra creadora

Por lo escrito hasta ahora sobre Churata y, particularmente, gracias a contribuciones invalorables como el libro que se presenta esta noche: Innata vocación del escritor GAMALIEL CHURATA que tiene como editor al ilustre intelectual José Luis Ayala, sabemos que Churata empezó a escribir desde los años treinta del siglo pasado, siendo autor de El pez de oro, una obra considerada medular del Perú y aún de América, y -en palabras de Ricardo González Vigil- “probablemente la creación literaria más compleja y ambiciosa llevada a cabo por puneño alguno” (Cit. Ayala 2017: 312).

La colosal producción de Churata se extiende a muchos otros trabajos, entre los cuales el volumen que hoy se presenta nos brinda información sobre El pez de oro, libro de libros, que involucra otros como Españoladas, Pueblos de piedra, Mama kuka, Puro andar, Morir de América, pero también nos ilustra sobre textos a los que solo recientemente hemos podido acceder como es el caso de Resurrección de los muertos. Ahora bien, todo este esfuerzo creador configura una anticipación vanguardista, indigenista y filosofante (R.G.V). Es claro que el carácter de tales atributos vino siendo todavía general y apenas indiciario. José Luis Ayala nos ayuda a palpar más de cerca esta obra, al puntualizar que: a) La escritura de Churata sigue una tradición andina distanciada con claridad de la colonial imperante, b) Su vanguardismo conlleva una expresión de creatividad cosmogónica, c) Se inscribe en la corriente de la escritura híbrida, d) Propone una reconceptualización radical del deber ser de la literatura americana y de las estructuras cognitivas de nuestro pensamiento crítico. Cada uno de estos rasgos es tratado con seriedad y convicción por José Luis Ayala; de ahí que, luego de una lectura detenida de su análisis, sea difícil desconocer el carácter amplio, emergente, insólito, de la propuesta magistral de Churata.

El joven Gamaliel

El reconocimiento a la estatura intelectual de Churata

Año 2017, la obra de Gamaliel Churata empieza a ser estudiada por importantes críticos y académicos del siglo XXI. Tuvieron que transcurrir sesenta años desde la publicación de El pez de oro (1957) para que pasara a ser leído con avidez por un sector importante de lectores en nuestro medio y en otras latitudes del mundo.

El lenguaje rupturista empleado por Churata, la mezcla de lenguas o hibridismo lingüístico, la estructura divorciada de la linealidad en sus libros y un supuesto carácter onírico, habrían incidido en la limitada difusión de la obra churatiana hasta años recientes.

Esto es justamente, lo que se desprende de unas notas compartidas por Eloy Jáuregui, para quien, en sus primeros encuentros, El pez de oro era un constructo polisémico y polifónico que en las postrimerías de los años setenta gozaba de una inexplicable oscuridad y complejidad. Centro de un debate inaugurado en Puno en 1979 por Omar Aramayo en su tesis “El Pez de Oro, la biblia del indigenismo”, a la que siguieron “Historia social e Indigenismo en el Altiplano” de José Tamayo Herrera, y otros trabajos como “Las fronteras de la escritura. Discurso y utopía en Churata” de Miguel Ángel Huamán escrito en 1994.

El conocido crítico literario Ricardo González Vigil escribió en 1983 “en el Perú casi nadie ha escuchado hablar de El pez de oro (¿cuándo será reeditado? ¿quién publicará los numerosos inéditos de Churata, y recopilará los seis mil artículos que dejó dispersos?)”.

Para hacer breve el recuento, responderemos directamente que, sin duda, ha sido José Luis Ayala el protagonista principal en la ardua tarea de editar, difundir e investigar la obra de Gamaliel Churata. No solo ha jugado un papel decisivo en sucesivas reediciones de El pez de oro (1987, 2011), sino que ha promovido la reconstrucción del trayecto vital de Churata hasta convertirse en uno de los mejores conocedores de su biografía; aquí en Innata vocación de escritor están los testimonios que así lo demuestran: La mesa redonda sobre la vida y obra de Gamaliel Churata (1991), la celebración peruana del Centenario del Nacimiento de Churata (1997), la larga jornada por la recuperación de textos inéditos de Churata, su participación en el Simposio Internacional sobre Churata y el desarrollo de las epistemias en la era de la globalización (Pittsburgh, 2016), y ahora, abreviando, la publicación de Innata vocación del escritor Gamaliel Churata (2017) que así como en sus empeños anteriores ha implicado la movilización de muchísimas personas con sus testimonios, rescate epistolar, pesquisa documental, sensibilización institucional y gestión cultural a diversos niveles. José Luis Ayala no solo es un biógrafo de Churata sino que es un difusor informado de su pensamiento. Diría que ha hecho más que contribuir al retorno de Churata desde el fondo del tiempo, ha logrado que el autor de El pez de oro nos transmita la energía vital que conservan sus escritos, un kamay primordial que tanta falta nos hace a los habitantes de akapacha. Ya lo había anticipado Churata, al afirmar que los muertos no solo hablan y viven a través de los vivos, sino en el caso de los escritores ya sean poetas o novelistas, hablan y viven (y fecundan, agrego) en los textos que dejan escritos.

Debo también señalar, sin embargo, que el papel de José Luis Ayala no se ha limitado al de un ayudante de cámara -en el sentido asignado a este rol por el filósofo Karel Kosic-, es decir su propósito no ha sido ni es, según creo, mostrar la imagen de un héroe, el del gran Churata, en sus facetas visibles y sus más humanas dimensiones, privadas éstas de sentido crítico por lo que podríamos considerar un desborde de admiración. No, lo que debemos elogiar en el andar, en el peregrinaje indesmayable de José Luis, es el deseo de motivar y avivar el interés social por un pensamiento con fuerza suficiente como para irrigar los predios de la libertad y la construcción de identidad desde el mundo andino. Fruto de esa encomiable entrega, apoyada por otras mentes y corazones igualmente comprometidos, es perceptible que el reconocimiento a Churata se ha incrementado de manera exponencial y cualitativa, aunque sus lectores todavía no sean lo numerosos que sería deseable.

La universalidad de Churata

¿Cómo es que Churata siendo un pensador muy particular, incluso sui géneris, alcanza universalidad? El concepto de universalidad se aplica a elementos o situaciones conocidas y/o utilizadas mundialmente. Con este adjetivo solemos referirnos también a ideas o creencias que se basan en unas verdades válidas para una mayoría o totalidad social determinada. En consecuencia, es posible que existan y, de hecho, existen ideologías con pretensiones de universalidad que se contradicen entre sí.

En la plenitud de su obra creativa
El proyecto estético-ideológico puesto en práctica por Churata ha sido elaborado con ideas fundamentales de la cosmovisión desarrollada por las culturas ancestrales andinas y se alimenta también de saberes esenciales de la cultura occidental. Churata ha pugnado por cuestionar la hegemonía excluyente de la cultura occidental dominante, reclamando con lucidez la validez de un pensamiento originario que responde a la realidad en esta parte del mundo. El aporte de Gamaliel Churata es original, de un lado polisémico y, de otro, total, pues cubre con amplitud todos los espacios de manifestación de la cultura. Churata trata de hacernos entender que podemos ser modernos, sin abandonar la tradición. Su opción por una libertad de conciencia que desde lo telúrico y su valoración antropológica se muestre auténtica (Ayala, ibid: 35), es una apuesta heterodoxa que busca romper un sistema cerrado de pensamiento, a la luz de las conquistas conceptuales de la cultura andina que asume como propia. Es así como podemos explicar también la subversión profética de su legado y su innegable valor para proseguir la construcción de una filosofía que se inicia y culmina en la comunidad.

Para Churata lo andino está vivo, vigente, por lo tanto, en constante cambio y construcción a partir y sobre sus propias bases de pensamiento. Eso explica su decisión de escribir en español andino híbrido, esto es en español americano que contiene palabras, conceptos de orden cosmogónico y metafísico, así como una estructura de pensamiento, que provienen de la cultura andina y los distintos idiomas originarios de los Andes.

La universalidad de Churata, en términos de su presencia en la comunidad académica global, es algo que ya se viene produciendo y sus alcances serán seguramente mayores en los próximos años, pues cautivan su estética, su metafísica e incluso su proyecto social libertario. La universalidad de su pensamiento, considerando el valor que posee para orientar el desenvolvimiento de la sociedad a construir desde los pueblos andinos, si bien relativa, es claramente pertinente a las circunstancias y proceso histórico continental.

Dicho esto, hermanas y hermanos en el seno de los Andes, solo resta agradecer a José Luis Ayala su desprendimiento, que a la vez constituye una afirmación de sí mismo, demostrada muy concretamente en su decisión de ya no ejercer el periodismo cultural para dedicarse por completo a Churata, y seguir trabajando para que se le conozca mejor. Churata ha pasado a ser raíz en el árbol milenario de la cultura andina y José Luis es, hoy por hoy, uno de los mejores frutos de ese árbol viviente, un fruto sazonado, de esos que aseguran el vigoroso futuro de nuestros pueblos.

Lima, 18 de julio de 2017.

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** Comentario expuesto en la presentación del libro Innata vocación del escritor Gamaliel Churata publicado por José Luis Ayala (Casa Museo José Carlos Mariátegui, Lima