TITICACA: ¿INICIOS DE UNA CATÀSTROFE?
Víctor
Alvarado
En revista BRISAS, diciembre 2023
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E |
l Lago
Titicaca (en Puno a 3,812 msnm), el mítico “lago de los pumas de piedra",
según traducción de sus vocablos aymara y quechua (Titi: gato montés y kaka:
montaña o roca), enfrenta advertencias de una calamidad climática o, más
drásticamente hablando, de un terrible desastre ambiental.
Esta
advertencia no es un alarmismo ni una ligera ocurrencia, pues en el mundo tenemos
hasta 5 grandes lagos, como el Titicaca, en proceso de desaparición principalmente debido a 1) fenómenos
climáticos, como el llamado calentamiento global que está incidiendo sobre el
Titicaca y 2) el mal manejo de las fuentes de agua que lo abastecen, como lo
han hecho los gobiernos centrales en el caso del lago puneño.
Un precedente
A estos cinco lagos habría que añadir un sexto, el
antiquísimo lago salado Poopó,
ubicado a 3,686 msnm, en territorio hoy boliviano, en el departamento de Oruro,
unos 200 metros más abajo que el Titicaca, conocido durante la Colonia como
lago Aullagas o lago Paria, considerado el segundo más grande de
Bolivia (después del Titicaca que lo compartimos los dos países), ahora
convertido en desierto.
El lago Poopó se secó una vez en 1994 a causa de una
sequía prolongada, y ahora 30 años después, todo indica que la desaparición
de sus fuentes hídricas subterráneas que le suministraban aguas, es
irreversible.
Esta constatación llevó al gobierno boliviano, el
pasado 16 de diciembre de 2015, a darlo oficialmente por desaparecido y con él,
la eliminación de una fauna de 200 especies silvestres entre aves, mamíferos,
peces y reptiles.
El trágico final del Poopó amenaza a decenas de
lagos en el mundo, entre ellos a cinco gigantes que por milenios eran el
orgullo de las naciones donde estaban enclavados.
Arqueo fatal
Hagamos aquí un breve repaso de ellos:
1) El lago conocido como Mar
de Aral (Uzbequistán), del que queda solo un 5% de su extensión original,
debido a que en los años 60 durante el gobierno de la ex URSS, al que
perteneció Uzbequistán, derivó los caudales de sus ríos afluentes Amu Darya y
el Syr Darya, para la irrigación de las tierras destinadas al cultivo
intensivo de algodón y otros cultivos, que lo convirtieron en uno de los
mayores productores de algodón del mundo.
La
desviación de esos sus ríos evitó que el agua llegara hasta el ‘Mar de Aral” y
este ahora es un remedo de lago y, para colmo de males, sufre la concentración
de sales, pesticidas y fertilizantes, y la desaparición de la fauna, obligando
a sus pobladores a emigrar a otros lugares. El panorama que ha quedado es el de
un completo desierto.
2) Lago Urmia, en
Irán, uno de •los lagos de agua salina más grandes del mundo, desaparece lentamente,
y en la actualidad solo el 5% de su superficie tiene agua.
3) Lago Chad, que
se extendía a lo largo de los países africanos de Chad, Camerún, Níger v
Nigeria, ha perdido desde la década de 1960 el 90% de su extensión lagar.
4) Lago Cachet II (Chile),
de origen glaciar, desapareció definitivamente en marzo de 2012, luego de las
desapariciones de los glaciares andinos que le surtían de agua.
5) Lago Sagrado
Waiau (Hawái, EE.UU), empezó reducir el
nivel de sus aguas en el 2,010 y no hay señales de que el proceso de
desaparición se detenga.
Según una valiente denuncia del escritor puneño
Ornar Aramayo, varios ríos, de los más de 25 que aportan sus aguas al Lago,
entre ellos los ríos Ramis e llave, han experimentado descensos de sus cauces,
entre otras razones, porque habrían sido objeto de sustracciones de sus
caudales, pero no en sus propios cursos, lo cual hubiera sido detectable y escandaloso,
sino en las partes altas, en los lugares de nacimiento de estos ríos, donde las
aguas estarían siendo recogidas por tubos y llevados a Moquegua, Tacna y tal
vez también al vecino Chile.
Aramayo no lo dice, pero uno de los artífices de la
sustracción clandestina de las aguas en los propios orígenes de los cauces de
los ríos que alimentan al Titicaca, sería el expresidente Vizcarra, uno de los
impulsores a rajatabla de la Represa de Pasto Grande (Moquegua) y aunque este
embalse aparece como el represamiento de las aguas del Río Vizcachas para
irrigar tierras en Moquegua y Tambo, cabría investigar si también, como dice
Aramayo “están chupando” las aguas en los orígenes de los ríos que abastecen
al Titicaca.
Tendencia grave
De otro lado, resulta claro que mientras continúe
este déficit hídrico derivado del calentamiento global y la presencia del
fenómeno El Niño (léase la llegada de corrientes cálidas al mar frente a
las costas de Perú y Ecuador), se mantendrá la disminución de los caudales de
unos ríos y la sequedad de otros, así como del nivel de las aguas del Titicaca.
Se trataría de motivar y/o emplazar a los gobiernos
regional y central a desarrollar una cruzada para asegurar: la intangibilidad
de los caudales de los ríos que desembocan en el Titicaca, y la
descontaminación de sus aguas a través de la ejecución del proyecto de
creación de 10 plantas de tratamiento de aguas residuales, una para cada
provincia, que camina a paso de tortuga.[1]
De la existencia del Lago depende la vida de cerca
de 3 millones de peruanos y bolivianos, de los cuáles 1.3 millones residen en
Puno.
Este
fenómeno tiende a agravarse, según Sixto Flores Sancho, jefe regional del
SENAMHI en Puno; desde que se declararon las altas temperaturas, las aguas del
Titicaca disminuyeron 59 centímetros, que deberán añadirse a los 2.2 metros de
disminución registrados desde el 2001.
«A pesar de
que se tienen precipitaciones ligeras estas no compensan la fuerte evaporación
debido a las temperaturas”, explicó Sixto Flores, luego de adelantar que a fin
de año el nivel del agua del lago Titicaca podría bajar en 90 centímetros.
Respecto al
caudal de los ríos más representativos de la región, como el Ramis, Huancané,
Coata y otros, advirtió que están 63 % por debajo de su estado normal en
comparación de los años anteriores, debido, reiteró, a la presencia de las
altas temperaturas.
Sobre cuernos,
palos
Esta
situación mantiene crispados a los puneños y de manera particular a los
nativos Uros que residen en las islas flotantes del lago por la caída del
turismo. El descenso del nivel de las aguas del Titicaca ha causado que los embarcaderos
estén ahora sobre lodo y no sobre agua y lógicamente los turistas rehúsan
embarcarse.
Las altas temperatura han provocado también que se haya secado el 86% de los totorales en un área de 37,180 has., con lo cual los Uros perderán un nutriente que les facilita su digestión y evita el estreñimiento.
La
desaparición de los totorales, además dejaría sin alimento a una amplia fauna
silvestre y sin forraje al ganado doméstico y también sin materia prima a miles
de artesanos que lo usan para fabricar canastas y objetos turísticos. <+>
[1]
NOTA DEL DIFUSOR. Gustavo Flores Flores califica certeramente como un gran engaño a las proyectadas
PTAR (Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales) Se sabe que la empresa
española que ganó la licitación para construirlas, ha dejado abandonados los
trabajos iniciales al no haber sido atendidas como ella pretendía las inaceptables
adendas al contrato respectivo. La indiferencia de las autoridades competentes
para buscar una salida efectiva a los impases y la increíble indolencia y pasividad
de los pueblos de las localidades en las que se tiene prevista la construcción de
las PTAR en mención, agravan el problema día a día, convirtiendo paulatinamente
al lago en un vaso hídrico cloacal.
En cuanto a la reducción del caudal del lago, recientes temporadas lluviosas han generado el incremento del nivel de las aguas, aunque sin llegar a los anteriores, La tendencia, infortunadamente, continúa. (GVC)



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