sábado, 25 de mayo de 2024

MASACRES DE MACUSANI Y JULIACA. ¡NO A LA IMPUNIDAD!

 PUNO SI ES EL PERU

Bruno Amoretti

En HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 687 14MAY24 p.11

Librada de la Fiscal de la Nación cómplice del gobierno, la investigación sobre los autores del asesinato de 20 manifestantes en Juliaca y Macusani ya ha dado resultados. Hay videos, balas y nombres.

Eran las 17:48 cuando Sonia Aguilar Quispe (35) cayó súbitamente al suelo. Una bala le había atravesado el cráneo, Murió en el acto.

A 136 metros de distancia, a la misma hora, el teniente Luisin Roque Zubizarreta estaba disparando a través de una ventana de la comisaría contra los manifestantes. Utilizaba un fusil AXM. Un compañero del teniente lo grabó con su celular. En el video, mientras el teniente Roque dispara, conversaba con su colega:

Salomón Valenzuela Chua (31). Una bala de 7.62 mm le perforó la espalda
Solo se había acercado a curiosear. Sonia Aguilar Quispe (35) salió temprano
de casa en Macusaniel 18 de enero del 2023 para participar en las protestas.
Una bala le atravesó el cráneo y murió en el acto.

-"Le he dado cerca", dice Roque.

-"Sí, cerca le has dado (...), se han metido", dice su interlocutor.

Los hechos ocurrieron en el distrito de Macusani (Puno) el 18 de enero del 2023. Nueve días antes, en Juliaca la Policía había arremetido contra los manifestantes que rechazaban el gobierno de Dina Boluarte. La embestida de la PNP terminó con la vida de 18 puneños. Dos semanas después, en Macusani, fueron dos.

Una hora más tarde de la muerte de Sonia Aguilar, a las 18:30, una bala de 7,62 mm atravesó la espalda de Salomón Valenzuela Chua (31). Estaba en La misma zona que su paisana. Salomón no se había sumado a las marchas, sólo se había acercado a curiosear. Llegó con vida al centro médico y agonizó hasta el día siguiente.

El pasado 16 de mayo la fiscal Mirela Coronel formalizó la investigación contra 24 policías por Las muertes de Sonia Aguilar y Salomón Valenzuela. Se les acusa de ser presuntos "coautores" del delito de homicidio. Podrían recibir una condena de hasta 15 años de cárcel.

Para armar el rompecabezas y reconstruir qué ocurrió aquella tarde en Macusani, la fiscal recabó videos, fotografías y testimonios. A este material se sumaron informes forenses y peritajes de las trayectorias de Las balas. La conclusión fue que ambas víctimas habrían muerto por las heridas que les causó la munición policial.

Aquel 18 de enero del 2023, alrededor de las 10 de la mañana, unos 500 macusaneños empezaron a juntarse en diferentes puntos de la localidad. A las 16:45 un grupo de 20 personas se ubicó en el cerro Patapampa y empezó a lanzar piedras y explosivos artesanales contra la comisaría.

El comandante Freddy Arellano Mendoza al frente de este puesto Policial, advertido desde temprano de la protesta, asignó fusiles de asalto AKM y Hedder & Koch G3 a ocho suboficiales y pidió a sus superiores un refuerzo de 36 policías. El apoyo llegó el mismo día también con armas de combate de uso militar.

A las 77:24 de la tarde, tras casi una hora intercambiando piedras y bombas lacrimógenas, el comandante Arellano dio la orden a sus subalternos para que utilizaran armamento letal contra los manifestantes, según el propio testimonio de los policías interrogados por la Fiscalía.

Los agentes, apostados en el techo y detrás de las ventanas de la comisaría, rastrillaron sus armas -pistolas y fusiles- y empezaron a disparar directamente al cuerpo de los civiles, de acuerdo con los videos y fotos recopilados por la Fiscalía.

"El personal policial habría hecho uso del armamento de largo alcance con dirección hacia la elevación Patapampa hasta las 19:30 horas, no solo en forma disuasiva, sino en dirección al lugar exacto donde se encontraban los manifestantes, inclusive con dirección a las viviendas que se encontraban en dicho lugar", señala la fiscal en el expediente,

Según el documento, la prueba clave para identificar al autor directo del disparo que acabó con la vida de Sonia Aguilar es un video que grabó un agente del orden desde el dormitorio de oficiales de la comisaría de Macusani.

En la grabación se puede ver al teniente Luisin Roque Zubizarreta apoyando su fusil AKM sobre una ventana.

Roque conversa con otras tres personas que, según la Fiscalía, serían los suboficiales Ángel Linares Zegarra, Guido Hancco Flores y Luis Alberto Choque.

Durante todo el video se escuchan varios disparos de fusiles de asalto. El oficial Roque, en el segundo 31 de la grabación, dice: "No quiero que salgan los de la casa", y a continuación jala el gatillo y dispara con dirección a los manifestantes. En otro momento, uno de los agentes dice: "Están jugando a la guerrita... Estos hijos de puta".

Sonia Aguilar había salido muy temprano de su casa, junto a una amiga, para unirse a las protestas.

La Fiscalía determinó que, según las cámaras de seguridad de la zona, Sonia "no estaba empleando violencia o armas que representen un real peligro de causar la muerte o lesiones graves a los efectivos policiales".

La necropsia de Aguilar arrojó que la mujer de 35 años falleció por un disparo de arma de fuego calibre 7.62mm. Según un examen balístico de la Fiscalía, los policías de Macusani usaron municiones de fusiles de asalto con el mismo calibre.

Otros dos peritos del Ministerio Público concluyeron en sendos informes que "existen indicios razonables para presumir que Salomón Valenzuela y Sonia Aguilar fueron víctimas de lesiones por PAF tipo perforante por efecto de disparos a larga distancia dirigidos desde la comisaría de Macusani".

La Fiscalía considera que el teniente Luisin Roque es presunto coautor" de la muerte de Sonia Aguilar al "haber hecho uso indiscriminado de su arma de fuego". Falta el resultado de la prueba de homologación para determinar a ciencia cierta si la bala que se rescató del cráneo de Aguilar salió de la AKM que utilizó el teniente Roque.

Esta pericia recién se realizó en enero de este año debido a las dilaciones que ha padecido toda la investigación.

"Patricia Benavides entorpeció las investigaciones cambiando hasta cinco veces a los fiscales a cargo del expediente. Hemos avanzado en tiempo récord, pero aún falta dar pasos importantes. Esto no va a quedar impune", dice César Quispe Calsín, abogado de las familias de las víctimas en Puno.

JULIACA

El Ministerio público también ha formalizado la investigación contra 19  agentes del orden que fueron protagonistas de las muertes de 18 civiles durante la represión ocurrida en el aeropuerto de Juliaca el 9 de enero del 2023.

Se trata de 16 policías y 3 militares que la Fiscalía investiga como presuntos "autores de comisión por omisión" de los delitos de homicidio con alevosía, lesiones graves y lesiones leves.

"Esta figura legal sirve para que los altos mandos sean juzgados por no detener los disparos contra los ciudadanos. De acuerdo con sus funciones, ellos tenían la obligación de detener la represión, pero no lo hicieron", dice César Quispe.

El general EP Manuel Alarcón Elera, excomandante general de la Cuarta Brigada de
Montaña del Ejército (izquierda) y el general PNP David Villanueva Yana, exjefe
de la X Macro Región Policial de Puno (derecha. Ambos son investigados por los
resuntos delitos de homicidio con alevosía, lesiones graves y lesiones leves.
Luego de un año y cinco meses de los hechos, la fiscal Nancy Chávez, del Equipo Especial que investiga las muertes en las protestas, ha identificado plenamente a la cadena de mando que estuvo a cargo de los 566 agentes del orden que resguardaron el aeropuerto internacional Inca Manco Cápac de Juliaca.

Encabeza la lista el general PNP David Villanueva Yana, exjefe de la X Macro Región Policial de Puno; el general EP Manuel Alarcón Elera, excomandante general de la Cuarta Brigada de Montaña del Ejército, y el coronel (r) PNP Julio Mauricio Contreras, exjefe de la Región Policial de Puno. De ser condenados, podrían purgar una condena de 25 años de cárcel.

Entre los altos mandos también se encuentran otros jefes operativos de las Unidades de Servicios Especiales (USE) de Lima, Juliaca, Cusco y Arequipa.

Después de escudriñar los planes operativos, la Fiscalía concluye que "se habría instrumentalizado las 18 muertes para desalentar las manifestaciones con la estrategia de asociarlas con delincuentes terroristas". En resumen, terruquearon a los manifestantes para desalentar las manifestaciones y justificar la represión.

La "criminalización de la protesta", según afirma la Fiscalía, fue una orden impulsada desde las altas esferas del gobierno y pone el foco en los jefes militares y policiales acantonados en Juliaca, en Dina Boluarte y su gabinete.

"La primera mandataria expresaba su desprecio por los manifestantes y las protestas sociales que se promovieron en su contra, (fue) una especie de marginación para la población del interior del país", concluye la fiscal Chávez en el expediente. <>

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