viernes, 5 de enero de 2024

PUBLICACIONES PUNEÑAS

 LA REVISTA PEZ DE ORO

EL ESCRITOR Y EDITOR LUIS PACHO CONVERSÓ CON NOSOTROS ACERCA DE LA REVISTA LITERARIA Y CULTURAL QUE FUNDÓ JUNTO CON VÍCTOR VILLEGAS.

Lucas Cornejo Pásara

LA REPUBLICA 5 ENERO 2024

C

onocí a Luis Pacho el año pasado en Puno. Su trabajo como escritor y como editor de la revista Pez de Oro llamó mi atención. No es fácil mantener vigente una revista literaria y cultural durante vein­tidós años. Tengo el número veintiuno sobre la mesa de mi sala y siempre vuelvo a ella. “Estamos alistando la número veintidós para que salga con la Candelaria”, me cuenta Luis con emoción. Los orígenes de la revista se remontan a fines de los años 90. en la llamada Generación del Noventa o del Fin del siglo, en Puno.

Víctor Villegas y Luis Pacho
Luis relata contento cómo nació la idea de Pez de Oro y su evolución a lo largo de más de dos déca­das. “Puno siempre ha tenido una gran tradición literaria: Orkopata, la Picoa [sic], Oquendo. En cada colectivo siempre había una revista que daba a conocer sus propuestas literarias, educativas y culturales”, explica Luis. “El ejemplo típico es el Boletín Titicaca de los orkopátanos. Nosotros seguimos esa tradición. Nos nucleamos primeramente en Juliaca, en torno a una revista que se llamaba Consejero del Lobo, en homenaje a Rodolfo Hinostroza. Luego, ya con Víc­tor Villegas, decidimos fundar la revista Pez de Oro, en Puno”, recuerda Pacho. Desde en­tonces, han publicado más de veinte números, con la promesa de seguir exploran­do los tesoros literarios de la región. Sorprende sumergir­se en sus páginas, pues uno descubre la actividad litera­ria constante que existe en la localidad de Puno, producción que lamentablemente no suele llegar a oídos de quienes viven más en Lima.

Mi conversación con Luís se adentra en la importancia de la tradición literaria puneña. “Puno tiene siempre una gran tradición literaria”, afirma y suelta nombres como Orkopata, la Picoa y Oquendo. Resalta la diversidad de colectivos y revistas que han dado a cono­cer las propuestas literarias de la región a lo largo del tiempo. Existen dos colectivos litera­rios en Puno que lo cambian todo: las colectividades insula­res, representadas por Carlos Oquendo de Amat, Gamaliel Churata, Alejandro Peralta y otros; y la promoción intelec­tual Carlos Oquendo de Amat, activa en los años 70. El Bole­tín Titicaca, Pez de Oro y los “5 metros de poemas” de Oquendo pronto serán declarados Patrimonio Cultural de la Nación”, me cuenta Luis con emoción.

El nombre de la revista viene de la famosa novela homónima de Churata y su legado El Pez de Oro, condensa la historia mítica del mundo andino en Puno. La obra se describe como la ‘'bi­blia del indigenismo”, con un contenido que abarca desde la génesis del hombre andino hasta cuestiones polìticas5 edu­cativas y jurídicas. A pesar del gran valor que tiene esta novela -ha sido estudiada, publicada y comentada por académicos de todo el mundo-, la complejidad del texto hace que solo un pequeño nicho de lectores haya leído la obra, Luis expli­ca que no es fácil acceder por su misma escritura “que es un quechuaimarañol, como le di­cen”. Al ser poco accesible, ha resultado más un libro de culto que de masas. Aun así, en los úl­timos años se ha observado un resurgimiento del interés por Chutara y su legado en Puno, con reediciones y estudios críticos, El libro se publicó en Bolivia, cuando Churata estaba exiliado. Ahí, el autor puneño formó parte de Gesta Bárbara, el importante movimiento cultural boliviano del siglo XX, en Potosí. El Pez de oro, de hecho, ganaría el premio nacional de literatura en Bolivia, pero el autor declinó el galardón, pues aceptarlo implicaba abandonar su nacionalidad peruana.

Luis Pacho y su colega Víctor Villegas editan su revista de for­ma casi artesanal. Aunque reco­nocen las dificultades, el amor por la literatura y el compro­miso personal han permitido que la revista sobreviva durante todo este tiempo. Ambos comparten su preferencia por lo impreso, a pesar de tos desafíos de la era digital. “El libro físico, la revista física, es lo nuestro” afir­man. Además, mencionan el apoyo crucial de espacios como el Centro de Documentación Regional, que ha colaborado en la difusión y venta de la revista.

Desde La República, nos alegra poder compartir un trabajo tan comprometido con la literatura y la cultura local. <>

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