CONSCIENCIA POLÍTICA DE LUCHA
Escribe: Milcíades Ruiz
octubre 13, 2023
La
lucha social es una reacción natural contra el sistema que oprime la sociedad.
Pero esta, no es homogénea. Su estructura es piramidal, con escalones de clases
sociales. Por ello, el sistema exprime más a las clases sociales indefensas.
Los más débiles soportan el mayor peso de toda dominación. Es allí donde prende
el fuego de la lucha social. ¿Qué está pasando en nuestro país?
Todo
en la vida es proceso y no hay acción, sin reacción. La situación actual del
mundo y del país es el resultado de un proceso histórico que ha pasado por
etapas consecutivas previas de acciones y reacciones. Cada etapa, genera
condiciones económicas, con base a las cuales, se establecen las condiciones,
jurídicas y políticas que rigen nuestras vidas. De nuestra parte está,
aceptarlas o, rechazarlas.
Estamos
dentro de una envoltura global capitalista y lo que estamos viviendo ahora, es
consecuencia de las condiciones que han generado quienes impusieron la
modalidad capitalista del neoliberalismo. Nada de proteccionismo, ni
nacionalismos. Tratados de libre comercio, privatización de empresas estatales.
No regulación del mercado, el estado solo como subsidiario a lo privado.
Nada
de soberanía nacional, ni auto determinación de los pueblos. Seguridad jurídica
a la inversión extranjera mediante contratos ley, sujetos a tribunales y penas
internacionales. Propiedad privada de la ciencia y tecnología, libre empresa
corporativa y otras ataduras de sometimiento. No tenemos escape, ni aun
cambiando de constitución, porque los amos de la estructura de dominación
aplican represalias, sabotean y castigan toda opción diferente. Lo sufre
Venezuela y Cuba.
En esta prisión globalizada, si los países dominantes entran en crisis, económica, automáticamente trasladan el peso de la misma, a los países dominados. Los países más débiles soportan el mayor peso, al no poder correr traslado. Entonces, la gente huye de su país en masa migratoria, aunque les cueste la vida. Es el propio sistema el que genera el desequilibrio social que se vuelca en su contra, de cualquier manera.
Esto
es lo que está sucediendo en Latinoamérica y en nuestro país. Soportamos sin
culpa, la migración venezolana que huye de su país bombardeado por represalias
económicas. EE UU cierra las puertas a la migración que ha generado y la deriva
hacia Latinoamérica, desequilibrando el empleo, la economía y la seguridad
ciudadana en nuestros países.
Nuestros
depredadores nos trasladan su inflación y sus ajustes por crisis de menor
crecimiento. Pero también, seremos nosotros los que financiaremos la
recuperación de los mismos, porque ellos crecen succionando riqueza a costa
nuestra. De lo contrario, el nivel de vida de sus “economía avanzadas” se
vendría abajo.
Como
se aprecia en el siguiente gráfico del FMI, la inflación trasladada es mayor en
los países emergentes (derecha) que la de los países de economías avanzadas.
Inflación en rojo.
El
neoliberalismo está empotrado en nuestro país y ejerce el dominio social, a
través de sus testaferros políticos que, modifican la estructura jurídica en su
beneficio y, en contra de la población oprimida. Son estos, los sicarios del
pueblo. Esto es así, porque el pueblo no ha desarrollado el contrapoder que
evite su avasallamiento. Es que el neoliberalismo también actúa a través de la
prensa que lo parasita. Esta, forma opinión pública manipulada, sin que nada lo
impida.
De
este modo, por más que haya nuevas elecciones, el pueblo elegirá nuevamente a
otros sicarios de la misma calaña. Es que la opinión pública está condicionada
de antemano. Disuelto el Parlamento anterior, el pueblo eligió a otro que
resultó ser de lo peor y pide nueva disolución para repetir el mismo error.
Pero si los testaferros del neoliberalismo están en el congreso es porque el
electorado manipulado los puso allí. Esto es lo que hay que corregir.
Sucede
todo esto, porque el pueblo en su mayoría no tiene consciencia política de la
estructura de dominación que soporta. Alza su voz de protesta y lucha, sin
percatarse de dónde, proviene todo. Ignora las ataduras legalizadas que
utilizan la dominación y por eso no reacciona oportunamente. Esto continuará
así, mientras el pueblo no tenga consciencia política de su situación. Pero,
¿sus dirigentes tienen consciencia y claridad política? O son simples
oportunistas.
Se
gobierna mediante leyes y estas, las da el Parlamento. Si las fuerzas populares
no cuentan con mayoría propia en este poder, tendrá siempre una legislación en
su contra. Pero no solamente se requiere cantidad, sino también, calidad. De nada
sirve tener representantes ineptos, si no tienen capacidad para ejercer la
defensa popular con fundamento.
Lamentablemente,
no contamos en el Parlamento, ni con la cantidad, ni la calidad ideológica
requerida. La pobreza cualitativa de la representación parlamentaria, indica la
decadencia ideológica que impera en las organizaciones políticas populares,
plagadas de oportunistas que solo buscan provecho personal. Pero este, es el
reto que tenemos por delante. Si el objetivo es alcanzar mayoría parlamentaria
y de calidad, se tiene que trabajar para lograrlo.
El
deterioro de los partidos de izquierda viene desde muy atrás. Se les apoyó
oportunamente, pero han defraudado uno tras otro, al no liberarse de la
corrupción. Algunos dirigentes “radicales”, pero deshonestos, han pisado la
cárcel y, el oportunismo mafioso se ha enquistado en la izquierda,
desprestigiando la ideología. Esos partidos han acabado con la esperanza
popular, a tal punto que prescinde de estos, en sus últimas movilizaciones de
protesta.
El
neoliberalismo también se está deteriorando y creando las condiciones de
repudio popular que estimulará la lucha social. Debemos estar preparados para
actuar conscientemente. Con la crisis mundial y nacional, se avecinan días de
lucha en defensa propia. Pero esta lucha no debería ser empírica. Bastante
muertos ha ocasionado la falta de conducción apropiada que, ahora se culpa a
otros. La lucha es contra el sistema y no, contra las personas
circunstanciales.
La
lucha social tiene que plantearse en términos claros, con objetivos y metas
factibles. La lucha ciega suele ser fatal. Sin estrategia, la lucha no
alcanzará sus objetivos al menor costo de vidas. Si no hay objetividad y la
emotividad predomina sobre lo racional, no habrá triunfo. Son muchos los casos
de fracasos políticos de proyectos sustentados en la emotividad.
Por
todo lo señalado, hacer consciencia política es nuestra tarea primordial. No
podremos recuperar la confianza en nuestro mensaje ideológico, si no hay
honestidad. Limpiar nuestras filas de los malos elementos oportunistas, será el
inicio de nuestra recuperación. Nuevas opciones orgánicas son válidas para
iniciar una nueva etapa. La renovación y formación ideológica coherente, es
urgente. Salvo mejor parecer. <>
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