viernes, 18 de febrero de 2022
HILDEBRANDT REFLEXIONA SOBRE EL MISMO
CONSIDERACIONES
PERSONALES
César Hildebrandt
Tomado de
HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 574 18FEB22
No sé si elegí el periodismo como coartada para vivir o
el periodismo, sobreestimándome, me cazó.
Lo que sé es que hago esto desde hace demasiados años.
Y, aunque suene solemne, siempre creí que estaba en el
lado de los buenos.
DESPRESTIGIA EL PERIODISMO |
Y ya no hablemos del periodismo trucho que se desparrama
en los comentarios de algunas redes sociales. Esos son fluidos corporales.
En todo caso, si empecé a los 17 y ahora soy el viejo que
soy hay mucha agua discurrida bajo los puentes.
Siempre pensé que la prensa podía ayudar a mejorar el
país, a hacer que progresáramos, que conviviéramos de un modo más civilizado.
Ahora dudo. La gran prensa está atada a los grandes
intereses y estos aspiran a la eternidad. Creen que Dios está con ellos y pueda
que tengan razón. Lo digo desde mi dudoso agnosticismo.
No importa que los modos cambien, que las chimeneas de
la industria echen humos distintos. No importa si fueron el guano, el salitre,
el algodón, el caucho, el azúcar, la anchoveta, los arándanos, el cobre, la
plata, el oro o el suspiro. No importa qué apellidos sucedieron a los linajes
ni qué plebeyos se sumaron a la caravana del éxito.
Lo que importa es que seguimos llamando “asentamientos
humanos” a los cerros donde los pobres han sido confinados y mineralizados, a
los barrios donde a los diez años la miseria te ha marcado amargamente.
Lo que vale y pesa es que tenemos la edad de los 200 años
y seguimos hablando del “proyecto nacional”. Somos un aborto multitudinario.
¿A qué proyecto nacional nos referimos? No hay respuesta.
No lo tuvo el civilismo culto, menos lo tendrá la derecha de los López Aliaga y
los Pepe Luna. No lo tuvo la izquierda de Pablo Macera y Julio Cotler, menos lo
tendrá la del antiguo paporretero Vladimir Cerrón y mucho menos la del profesor
Pedro Castillo.
No tenemos un proyecto nacional. Nos hemos puesto en
desacuerdo en casi todo y los partidos políticos, las fábricas de ideas, cerraron
sus puertas y abrieron centros comerciales donde lo que más se
vende son candidaturas. Luis Alberto Sánchez, Luis Bedoya Reyes, Femando
Belaunde son los abuelos de la nada.
Hay piratas con loro al hombro en el Congreso. Y los
hay en el Ejecutivo.
Pero esa es responsabilidad del cociente intelectual
y del grado de escolaridad de una buena cantidad de peruanos. Y hablo de
peruanos de arriba y de peruanos de abajo.
Tenemos 200 años y no hemos presentado nuestra
tesis. Moriremos en la universidad conversando en la cafetería, enamorándonos
de quien ni siquiera nos mira.
La derecha elemental quiere que nada se mueva y la
izquierda vintage quiere un terremoto inacabable. El centro, que es la versión
ilustrada del entendimiento, fue tragado por la tierra.
En mis épocas de explosiva ingenuidad, creí que el
periodismo podía hacer mucho por el Perú. Digamos que muchos lo intentaron,
por supuesto. Pienso en Luis Miró Quesada de la Guerra, en Alberto Ulloa, en
José Carlos Mariátegui. Pero miren quiénes resultaron sus sucesores. Una
derecha iletrada está al frente de sus voceros y a Mariátegui lo quiso
secuestrar, como marquesina en el teatro del horror, un asesino en serie que se
creyó pata de Mao.
En todo caso, miren el país que hemos hecho -aquel
donde Keiko Fujimori y Pedro Castillo llegaron a segunda vuelta- y díganme qué
somos. Y miren el periodismo de estos días y díganme qué tendremos que
decirles a quienes, desde afuera, nos miran con horror o compasión. Unos
cuantos sacan la cara por los fueros de la prensa y la mayoría está lejos de la
prensa orgánica y empresarial. El éxodo sucedido en “Cuarto Poder” y la aparición
de “Epicentro” es prueba de lo que digo.
Tiempos duros vivimos, lo que no quiere decir que
debamos dejar de pelear por la justicia y la cultura, que son las dos batallas
que la corrupción y la zafiedad nos han ganado.
Casi toda la prensa y TV a su servicio |
Fuimos un país donde los libros no nos eran ajenos y
en el que las ideas podían discutirse. Ese amorío entre la política y la
cultura, entre la aspiración y el buen decir, terminó. Ese país está muerto. Y
nosotros no hemos hecho el duelo que nos corresponde. ▒▒
miércoles, 16 de febrero de 2022
LA COYUNTURA POLITICA EN EL PERU
LA GUERRA
CONTRA PEDRO CASTILLO
Por Jorge Rendón Vásquez
El Perú se halla en presencia de una guerra
política encarnizada, declarada abiertamente por la derecha recalcitrante,
representada por las agrupaciones Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza
País que, en las elecciones del año pasado, llevaron como candidatos
presidenciales a Keiko Fujimori, Rafael López Aliaga y Hernando de Soto,
respectivamente.
Esta guerra tiene como objetivo declarado
vacar al Presidente de la República, Pedro Castillo, dejar de lado a la
vicepresidenta Dina Boluarte, y colocar en la presidencia de la República a la
actual presidenta del Congreso María del Carmen Alva, del partido Acción
Popular (en esto hermana natural de Manuel Merino), o a algún otro u otra. Para
ultimar los planes conducentes a este propósito los representantes de las
bancadas parlamentarias comprometidas en este plan se reunieron en un hotel el
9 de febrero. No les importa la causa que aduzcan para la vacancia, sino lograr
los 87 votos necesarios en el Congreso.
Según el artículo 45º de la Constitución política, esta reunión es una conspiración para derrocar al gobierno legítimamente elegido: “El poder del Estado emana del pueblo. Quienes lo ejercen lo hacen con las limitaciones y responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen. /Ninguna persona, organización, Fuerza Armada, Policía Nacional o sector de la población puede arrogarse el ejercicio de ese poder. Hacerlo constituye rebelión o sedición.”
En esta guerra todo vale para los agresores.
Se prenden de cualquier cosa que hagan o no hagan el Presidente de la República
y sus ministros, quienes se han limitado a tratar de defenderse, aferrándose a
la legalidad que la otra parte no respeta. Sus baterías decisivas para ellos
son los medios de prensa, radio y TV y sus periodistas, opinólogos y ciertos
intelectuales afines. Más aún: han bloqueado toda posibilidad de cambios, que
aunque sean mínimos, requieren la aprobación por el Congreso. Conduciendo solo
a la burocracia, el Presidente de la República queda limitado a mantener el
statu quo. Y no es ese el deseo de la mayoría.
¿A que se debe esta agresividad de la
derecha recalcitrante?
No tiene solo una causa coyuntural, es
decir debida a las incidencias del juego político, que podría zanjarse en el
debate. La derecha recalcitrante rechaza toda fórmula de conciliación e,
incluso, el diálogo.
Las causas de este enfrentamiento son más
profundas: están en las fuerzas sociales antagónicas determinantes del curso de
nuestra historia nacional.
Por un lado, como fuerza dominante, se
hiergue el conjunto de descendientes de casta blanca que impuso la conquista
hispánica de América hace más de cinco siglos; por el otro, como fuerza
dominada, avanza la inmensa mayoría del pueblo descendiente de las castas india,
mestiza, negra y parda, a la que ese poder dominante ha venido explotando,
discriminando y despreciando.
Durante los primeros cien años de la
República esta oposición se mantuvo como había sido bajo la dominación
hispánica, sustentándose en el predominio del sistema feudal. A fines del siglo
XIX, la lenta expansión del sistema capitalista comenzó a cambiarla.
La necesidad de contar con fuerza de
trabajo asalariada determinó que los gobiernos abriesen la escuela primaria a
los hijos de los individuos de la casta mestiza. Varias décadas después se les
permitió también el acceso a la escuela secundaria; y, desde mediados del siglo
XX, una cantidad creciente de jóvenes mestizos, indios y de otras etnias se
incoporó a la universidad y se hicieron profesionales. También fueron recibidos
en los institutos armados, en particular el Ejército y la Policía, por la vía
del concurso público. Fue un masivo caso de promoción social que convirtió a
esos jóvenes, mayoritariamente provincianos, en sujetos de la clase profesional
emergente, clase que, poco a poco, ha ido ocupando los empleos de dirección y
encuadramiento en las actividades empresariales y estatales y a disponer de un
poder real de mando en sus niveles de actividad. Un reflejo de su presencia
social es su dominio de los colegios profesionales, en especial de abogados
que, hasta hace unas tres décadas, estaban dirigidos por representantes de la
oligarquía o muy vinculados a ella.
Sin embargo, estos estratos populares emergentes no habían alcanzado el poder político. Los presidentes mestizos (Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala y el descendiente japonés Alberto Fujimori) requirieron los votos populares para ser elegidos, pero no los representaron; representaron a la oligarquía blanca que los impuso, financió sus campañas electorales y gobernó sirviéndose de ellos. Los cuatro se distinguieron como adalidades de la corrupción y han sido procesados penalmente.
Y, así, llegamos a las elecciones de 2021.
La oligarquía blanca, que hasta 1980 —descontado
el interludio del gobierno revolucionario de Juan Velasco Alvarado— había podido
contar con partidos o movimientos políticos de su clase social, si bien de
duración determinada, requirió el concurso de políticos aventureros y
alquilables, a los que encandiló con la perspectiva de los altos sueldos de la
representación legislativa y de la burocracia de confianza y los ingresos
procedentes de la corrupción. Tan segura estaba de que ganaría, como siempre,
que dividió sus fuerzas entre cinco candidatos caudillistas que se despreciaban
unos a otros.
Por el lado del movimiento popular tampoco
pudo concretarse un frente único. Los dirigentes de la agrupación Juntos por el
Perú, que tuvieron que prevalerse de una agrupación con registro electoral para
inscribir a sus candidatos, fueron solos, y el nuevo partido Perú Libre, que sí
tenía registro, también prefirió ir solo.
A la oligarquía blanca no se le ocurrió
para nada considerar la evolución de la conciencia política de los ciudadanos
de extracción popular, ni le interesaba, porque estaba segura de que seguiría manipulándola
y de que, en todo caso, su candidata preferida, hija del ex dictador
encarcelado y ella misma procesada, atraería los votos populares con su partido
denominado Fuerza Popular en el que figuran algunos rostros extraidos de las
barriadas.
El resultado de la primera vuelta fue un
terremoto para la oligarquía blanca. Salió en primer lugar el candidato del
partido Perú Libre y este obtuvo 37 representantes en el Congreso. La
agrupación Juntos por el Perú consiguió 5 bancas en el Congreso y su candidata
alcanzó el 7.86% de la votación.
Recién entonces, la oligarquía blanca advirtió
el peligro para su hegemonía, indisputable hasta ese momento. Por lo tanto,
regló sus baterias para disparar contra el maestro de origen campesino hasta hacerlo
añicos y desaparecerlo. Los directores de su campaña electoral y los
periodistas a sueldo del poder mediático, a los que se añadieron algunos
opinólogos rescatados del olvido, idearon todos los males que podrían
sobrevenirle a nuestro país si este candidato llegaba a la presidencia. Dijeron
que les quitarían a todos sus casas y empresas e hicieron venir al marqués del
neoliberalismo para apapachar a la candidata de la dinastía de la corrupción,
tal vez por dinero.
Aquì estàn, estos son |
convenciendo al electorado del pueblo y, así, la mayoría de la conciencia popular pudo percibir, cada vez más claramente, que sus votos debían hacerle justicia, y ganó Pedro Castillo. Fue el resultado del enfrentamiento dialéctico de dos fuerzas históricas antagónicas.
Pero, proclamado Pedro Castillo como
Presidente, la ofensiva de la oligarquía y sus representantes ha continuado,
cada vez más furiosamente, para desprestigiarlo y eliminarlo del panorama
político, sirviéndose de su prensa, radio y TV y contando con la colaboración
de los diarios y revistas pretendidamente independientes. Jamás el poder
mediático se había ocupado antes de los ministros designados por los anteriores
presidentes de la República y había cerrado los ojos ante la corrupción de presidentes,
ministros, funcionarios y empresarios. Incluso a Sagasti lo dejaron tranquilo.
Nunca criticaron su anodina gestión en la presidencia que casi hizo desaparecer
al partido Morado, en el que se había inscrito, partido que apenas alcanzó a
colocar a tres minús en el Congreso, en las elecciones del 2021. Tampoco
enfocaron la inmoralidad de Sagasti, quien el último día de su gestión objetó la
ley aprobada por abrumadora mayoría en el Congreso para eliminar las pensiones
doradas de los expresidentes de la República, porque él quería percibirlas desde
el día siguiente.
¿Hay una solución para esta guerra de la
derecha recalcitrante?
La habría si Pedro Castillo firmase un acta
de sumisión con la oligarquía, como la que firmó Ollanta Humala, o renunciase. Pero
Pedro Castillo no es un fantoche; es un hombre del pueblo digno, un líder exponente
de una corriente histórica, y él lo sabe.
Por lo tanto, la guerra de agresión de
la oligarquía y sus esbirros va a continuar. Y, si es así, en esta
guerra tendrán que intervenir directamente las mujeres y los hombres que
constituyen esa corriente emergente de nuestro país, para defenderlo y defender
lo suyo, dejando en el camino a los pusilánimes. No está en juego la
estructura económica, de la que son parte esas mujeres y hombres, como trabajadores
y empresarios del campo y de la ciudad. Lo que está en juego es la posibilidad
del acceso a servicios públicos que deben ser extendidos y mejorados, en
particular la educación, la formación profesional, la salud, la vivienda, el saneamiento
ambiental, la seguridad y la necesidad de obtener algo más de la riqueza que
ellos producen.
Tenemos que avanzar, no retroceder.
(Comentos,
14/2/2021)
MÀS, SOBRE JOSE PORTUGAL CATACORA
Escribe: Omar Aramayo
J |
osé Portugal Catacora es uno de los maestros más
notables que ha producido esta cuna entrañable del Titikaka. Don José, en su
escuelita experimental de la calle libertad, cuando Puno, una pequeña y hermosa
ciudad andina, alentaba con la prosapia intelectual propia de los indigenistas
de los años veinte, en medio del mar de la feudalidad. De alguna manera es un
epígono de ese movimiento de vanguardistas y rebeldes, constructor de un
sistema pedagógico que valoraba al niño como eje del sistema educativo y tenía
como premisa sobre cualquier consideración, la personalidad y la singularidad
del niño, por eso que cada uno de ellos encontraba el grado, el año escolar, no
de acuerdo al cumplimiento de los currículos sino de su capacidad, habilidades,
desarrollo mental, de su proyección en la sociedad, como lo pensara muchos años
antes su mentor, el maestro de maestros del Perú, José Antonio Encinas, con
quien mantuvo relaciones profesionales y de mutua admiración y afecto.
Pero don José, además era un fino etnógrafo
empírico, con los ojos y oídos despiertos al medio ambiente, con la memoria
viva, la infancia y el recuerdo asertivo de los padres que supieron
transmitirle lo más hondo de la tradición altiplánica.
En 1981, año del Señor, y que debe consignarse
dentro de la cronología del desarrollo del folklore puneño dada su importancia,
publica Danzas y Bailes del Altiplano. Muchos intentos se han suscitado desde
entonces por alcanzar su nivel, algunos con cierta documentación, otros frutos
del espontaneísmo, de la inspiración, del reto de rapto, son los más, pero
ninguna con la competencia, con la mirada total, la penetración de José
Portugal Catacora. Libro pionero y fundador, de alguna manera modelo para los
que se vinieron luego.
Portugal recupera 21 danzas a las que clasifica
entre antiguas y actuales, refiere a las primeras como de origen prehispánico y
a las segundas de origen colonial y republicano, las caracteriza con el sentido
de un maestro, in situ, y su caracterización, aunque podría ser ampliada, hoy
permanece válida. Es sobre estos temas que los estudiantes de antropología
debiesen de profundizar investigar y proyectarse, aplicar las nuevas teorías de
la ciencia, tienen el pastel en sus manos.
De las dazas que nos presenta, aunque todas son
tan importantes, hay algunas donde la prolijidad del texto es arrobadora. La más
importante de ellas es la danza de los Choquelas, a mi parecer la más antigua
del altiplano, donde se evidencia el rito y el mito del hombre que se hace a su
medio y que se apropia de él. El cazador y el domesticador de camélidos, pero
además el hombre que entra en contacto con las fuerzas superiores, deidades o
solo fuerzas de la naturaleza. Danza, que por su coreografía, sus personajes,
los roles que desempeñan, roles de poder, el escenario natural que ocupa, su
vasta simbología, tendrían que estar ubicadas dentro de las más bellas y
singulares del mundo. Lástima que este delirio por las lentejuelas sintéticas
brasileñas, oculte la magnificencia de esos antiguos parientes nuestros que
inventaron la danza, que inventaron la cultura y fueron la base de la pirámide
de la cultura peruana. Harry Tschopik, hizo observaciones muy interesantes de
esta danza en 1942 que debería tenerse en cuenta.
Otro texto, ligado a la gran mitología
prehispánica es la danza de la Cullawa, en ella se puede leer el origen del sol
y la luna, los avatares de la madre tierra, la presencia del Wakón, y cuantos
símbolos más.
Este es un tratado de identidad, como dije, sus
limitaciones son menores y deben actualizarse. La disquisición entre los
términos danza y baile, requieren un espacio propio. Es un libro fundador y su
publicación debe tenerse en cuenta dentro de un marco de revisión de la exigua
documentación puneña como un elan vivificador
martes, 15 de febrero de 2022
PARA LA HISTORIA POLTICA DEL PERU
ESTO ES EL
FUJIMORISMO
Por Francisco Miró Quesada Rada
El Comercio / Jueves 09 de octubre del 2014
El fujimorismo no es una ideología explícita,
porque no la tiene. Es, más bien, una forma de hacer política en que se mezclan
caudillismo, populismo, clientelismo y abuso del poder. Esta es la definición
exacta, producto de la realidad, en la que encontramos hechos entre los que
podemos mencionar algunos.
La violación de la Constitución que nos regía
cuando el 5 de abril de 1992 Alberto Fujimori, apoyado por las Fuerzas Armadas,
dio un golpe desde Palacio. Luego, trasladó su residencia al Cuartel General del
Ejército y fueron disueltos el Congreso, el Tribunal de Garantías
Constitucionales, el Consejo Nacional de la Magistratura, los gobiernos
regionales; mientras que la Controlaría y la Procuraduría General de la Nación
fueron intervenidos por los militares. Por tres días ocupó los medios de
comunicación, luego se arrepintió de esta intervención directa, pero se dio
maña para controlarlos creando periódicos a su servicio. Corrompió a algunos
propietarios de estos medios, estrategia que luego aplicó a los congresistas.
Destituyó a los integrantes de la Corte Suprema y cesó a 150 jueces. Depuso a
los miembros del Jurado Nacional de Elecciones y al Directorio del Banco
Central de Reserva. Para reemplazar a estos funcionarios, el Servicio de
Inteligencia Nacional (SIN), controlado por Vladimiro Montesinos, proporcionó
los nombres de las personas dispuestas a someterse, sin dudas ni murmuraciones,
a las órdenes del Ejecutivo. Para impedir que estas medidas fueran
cuestionadas, se modificaron los recursos de amparo y de hábeas corpus.
Los locales partidarios y sindicales fueron ocupados por los militares, quienes no encontraron oposición. Los presidentes de las cámaras legislativas sufrieron arresto domiciliario. Periodistas, dirigentes políticos y sindicales fueron encarcelados, además se violaron los derechos humanos en los casos de La Cantuta y Barrios Altos, los hechos más significativos, entre otros. Calumnió a través de una serie de periódicos chicha a sus adversarios y además los chuponeó. Impidió a través de dos leyes que se realizara el referéndum en contra de su ilegal reelección. Hizo fraude en las elecciones del 2000. Creó un sistema de corrupción en las diversas instancias del Estado. Promulgó una ley cortándole las rentas a la Municipalidad Metropolitana de Lima. Luego, cuando no pudo mantenerse en el poder y huyó a Japón, renunció a la presidencia por fax.
Cuando el general Ketín Vidal capturó a Abimael
Guzmán, Fujimori en lugar de mantenerlo en el cargo y condecorarlo, lo trasladó
a la Inspectoría General de la Policía e hizo pura demagogia manipulándola
mediáticamente a su favor. Él desconocía la estrategia de Vidal para capturar
al feroz terrorista y su banda.
El fujimorismo es eso: una dictadura corrupta
mezcla de ladronería con violación de los derechos humanos. Sucede que el
fujimorismo ahora compite en los procesos electorales como si nada de lo
anterior hubiese pasado. El neofujimorismo no ha deslindado, porque no lo puede
hacer, con los delitos cometidos por Fujimori y Montesinos, dupla que funcionó
al unísono: por eso se les califica de fujimontesinismo.
El fujimorismo vigente es la continuación del
fujimorismo original. Tiene a sus defensores que pretenden borrar con una mano
lo que se hizo con la otra, intentando tergiversar la realidad. No hay deslinde
como se ha señalado, no hay disculpas ni se ha pedido perdón por los daños que
le han causado al Perú.<>
TITULARES PERIODISTICOS EN EL PERU DE HOY
NOTICIAS DEL DIARIO LA REPUBLICA
SOBRE LO QUE VIENE OCURRIENDO
Cecilia
Méndez: “La política se ha vuelto un negocio más de poder y dinero”
Entrevista a la historiadora y docente, quien analiza el panorama político peruano tras los cuestionamientos contra un sector del Congreso por planificar la vacancia presidencial.
María
del Carmen Alva es denunciada constitucionalmente por Betssy Chávez
La ministra de Trabajo y congresista de Perú Democrático, Betssy Chávez, acusó a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, de intentar debilitar al Ejecutivo mediante la modificación de la Constitución.
Torres
advierte sobre plan congresal de golpe de Estado
Sigue la última hora del presidente del Perú, Pedro Castillo. Noticias sobre los planes de la oposición para interrumpir el mandato constitucional, Aníbal Torres y los cuestionamientos a los ministros de su gabinete.
Perú Libre presenta moción de censura contra María del Carmen Alva y Lady Camones
La bancada de Perú Libre propone la salida de la presidenta y la primera vicepresidenta del Congreso por haber participado en la reunión donde se habló de cómo vacar al presidente Pedro Castillo.
Portalatino:
“Si hay situaciones que ameriten, (el presidente) tendrá que cerrar el
Congreso”
Sin embargo, la parlamentaria de Perú Libre señaló que esto tendría que evitarse si el Congreso “toma acciones en unidad”.
Montoya
sobre desaprobación del Congreso: “La gente no tiene idea de cuál es nuestra
tarea”
El vocero de Renovación Popular se refirió a la desaprobación del Congreso aun cuando el poder Legislativo atraviesa una crisis de reputación tras debilitar a la Sunedu.
Gisela
Ortiz demandará por difamación a Jorge Montoya
La ex ministra de Cultura manifestó que enviará una carta notarial al congresista de Renovación Popular, y tras ello, iniciará el proceso judicial por haberla acusado sin pruebas de tener vínculos con Sendero Luminoso.
Perú
Democrático pide la renuncia de María del Carmen Alva y recomposición de Mesa
Directiva
Según la bancada de Perú Democrático, en la Mesa Directiva, que preside María del Carmen Alva, “las ambiciones políticas personales están presentes”.
Bellido:
“No imagino a Paniagua y Belaúnde reuniéndose como lo hizo Maricarmen Alva para
conspirar”
El congresista de Perú Libre, Guido Bellido, criticó a la titular del Congreso, María del Carmen Alva, luego de que se hicieran públicos los detalles de la reunión de un grupo de oposición que busca vacar al presidente Pedro Castillo.
Ruth
Luque: “Comportamiento de María del Carmen Alva ahonda la crisis política”
Vocera
de JPP señaló que desprestigio del Congreso se debe – en parte – a las
actitudes que viene mostrando la titular del Parlamento, quien “no representa
la pluralidad” de los 130 legisladores. <>
domingo, 13 de febrero de 2022
GRANDES MAESTROS PUNEÑOS
FRAGMENTO DE SU AUTOBIOGRAFÍA: