LA FUJIMORI HA PERDIDO
POR TERCERA VEZ
César Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N°543, 11JUN21
E |
l hampa fujimorista se juega la vida.
O gana las elecciones que ya perdió, o su lideresa,
parte de su familia y surtidos adjuntos van a la cárcel.
Para ellos está claro: la cárcel o el triunfo.
Por eso es que la jefa de la organización ha
decidido librar la batalla final de su vida.
Por eso ha contratado, con dinero de la derecha
siempre bruta y más achorada que nunca, a decenas de abogados y montado una
maquinaria cuyo objetivo es uno solo: borrar del mapa 800 mesas de la sierra
sur, donde Castillo obtuvo un triunfo abrumador.
La decisión la tomó después de que Alfredo Torres
les dijera a sus allegados que, dado el conteo de la ONPE, ya no había nada que
hacer: el fujimorismo había vuelto a perder.
faz de derrota |
La decisión de la hija del reo supone perpetrar un
golpe de Estado por la vía de desconocer los resultados de una elección. Si su
padre dio uno el 5 de abril de 1992, la hija intenta otro en este mes de junio
del 2021. Veintinueve años después, padre e hija vuelven a juntar sus
historias, sus afanes y sus lodos. La comparación, sin embargo, favorece al
“patriarca”. Su arremetida contra la constitución tuvo respaldo popular y se
nutrió de la situación económica y política causada por la crisis del alanismo
y la locura homicida de Sendero. Esta vez, a la señora que recibió dinero en
maletines de Marcelo Odebrecht o Dionisio Romero sólo la respalda lo más
prontuariado de la derecha nacional y lo más vomitivo de la prensa que encabeza
“El Comercio”.
No digo que sea poco ese apoyo. Lo que digo es que
no les bastará. Ni siquiera les ha bastado para ganar las elecciones que
parecían las más fáciles del mundo.
La derrota de Keiko Fujimori es un alivio para el
Perú. Cuando estos chillidos de derrotada pasen, empezaremos a deshacernos de
la maldición de los Fujimori. Y terminaremos avergonzándonos por haber vivido
durante tres décadas atados, de algún modo, a esta familia políticamente
depravada que secuestró al país.
El objetivo de Fuerza Popular es llegar a la
presidencia asaltando actas y borrando, a la mala, ventajas del rival. Pero su
meta mayor, sabiendo que la vía electoral puede serle elusiva si consideramos
que la ONPE y el Jurado Nacional de Elecciones han demostrado, hasta ahora,
independencia, es manchar las elecciones.
Donald Trump, la versión rupestre del
conservadorismo racista americano, dijo en las últimas elecciones: “Si no
gano, es que hay fraude”.
La señora Fujimori, expresión carcelaria del
trumpismo nacional, dice lo mismo.
No le importa el país, la pandemia, la economía, la
pobreza.
Su única gran preocupación es que los procesos
penales que tienen su nombre vayan a continuar.
Lo del país partido en dos la tiene sin cuidado.
Y por eso es que la reconciliación, tan mencionada
por la bobería nacional, es imposible.
Uno puede entenderse con un adversario enconado,
pero no con una delincuente que ha tomado la política como escudo y coartada.
El futuro de la señora Fujimori tiene barras, pero no son las de la bandera del
país donde estudió con el dinero que le proporcionaba Vladimiro Montesinos.
Enlodando el proceso electoral, el siguiente paso
del fujimorismo perdedor aparece claro: no reconocer al gobierno de Castillo.
En alianza con las bancadas que podrían serle afines, la señora Fujimori querrá
deshacerse de Castillo lo más pronto que se pueda. ¿Repetirá el Perú la
experiencia de un Kuczynski devorado por un Congreso hostil? ¿Acción Popular o
APP se prestarán a este juego?
Eso depende también de Castillo. Si el presidente
electo, según cifras de la ONPE, modera su programa y obtiene consensos elementales
en el Congreso, la dinamitación de su régimen se hará más difícil. Si Castillo
regresa a la influencia de Vladimir Cerrón, las cosas sé le facilitarán al
golpismo parlamentario. Lo que se viene, por donde se le mire, es la tormenta
perfecta. Tengo fe en que gente como Verónika Mendoza sabrá dotar a Castillo de
un programa de supervivencia política sin renunciar a sus compromisos electorales
básicos, incluyendo los cambios a la constitución.
He sido periodista por demasiados años. He
encontrado a lo largo del camino muchas maneras de ejercer este oficio antes
tan próximo al arte y a la literatura. Lo que veo y escucho ahora en la
zafiedad de la radio, el puterío de la tele, la orquestación de la prensa
fabricada en “El Comercio” dice mucho de la enfermedad moral que padece el
Perú. Defender una causa tiene muchos méritos, inventar hechos y atribuírselos al
enemigo es de malhechores. Luchar por la prevalencia del mercado puede ser
razonable, concertar mientras tanto con otros privados para robarle al Estado
imprimiendo textos escolares es digno de Pepe Graña. Decir que la libertad de
expresión estaría amenazada si Castillo llega a la presidencia y al mismo
tiempo nombrar a Hume como censor de Canal 4 es propio de una casta en
decadencia. Los Miró Quesada, la familia Addams de la prensa, han escupido
sobre la tumba de Luis Miró Quesada de la Guerra, el hombre que escribía apra
con minúsculas pero que libró una batalla inolvidable en contra de la dueña
de Talara, la International Petroleum Company. ¿Qué es “El Comercio” ahora sino
el papel comprado por la mafia?
¡Y después quieren ganar las elecciones! El país
que negaron les devolvió un no rotundo. La sierra que tuvieron como coto de
caza y territorio de furtivas excursiones turísticas les acaba de decir:
“Váyanse al diablo”.
La respuesta de “El Comercio” y sus secreciones es
aliarse a la banda del Chino y desacreditar las elecciones que perdieron. La
derecha feral quiere pisotear la voluntad popular y abrirle la puerta de
palacio de gobierno a la que el Ministerio Público ha llamado jefa de una
organización criminal. Manuel Prado Ugarteche se habría avergonzado. Hasta
Eudocio Ravines habría sentido asco.
¡¡ AL FIN, UN CHOLO A LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA DEL PERÚ!!! |
Pero si eso quiere la derecha, habrá una respuesta legítima en Cusco, Puno, Ayacucho, Apurímac, Amazonas, Áncash, Arequipa, Cajamarca, Huancavelica, Huánuco, Tacna, Pasco, Moquegua y Madre de Dios. Una respuesta que los golpistas almirantes de tina y los generales que ascendió Cosito no podrán reprimir. ¿Eso quiere “El Comercio”? ¿Quiere que el país partido en dos se enfrente en las calles? ¿Cree la estúpida derecha peruana que puede entrar a saco al Jurado Nacional de i Elecciones y obligar a su presidente a tachar lo que ellos quieren? ¿Creen que todos en el Perú se rinden a sus pies, se asustan ante sus amenazas, ceden a sus chantajes y pierden el honor ante sus bravatas?
Pedro Castillo es, según la ONPE, el nuevo
presidente. Se confirma así el conteo rápido al 100 % que, hidalgamente,
dio IPSOS el domingo último. No importa cuántos abogados digan lo contrario. No
interesa que el cadáver de Lourdes Flores anuncie que las nulidades
prosperarán. El asunto es que Keiko Fujimori ha perdido por tercera vez. Fin de
la historia. ▓▓