VACADORES TELEVISIVOS
Carlos
León Moya
A |
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 569.
10DIC21
l final, Pedro Castillo se salvó del primer intento
de vacancia gracias a un aliado de última hora: sus propios vacadores. No los
que tienen escaños, sino los que tienen canales de televisión. Cada intento de
vacancia requiere, entre otras cosas, un escándalo de corrupción que llegue
hasta el presidente y convierta su caída en una necesidad histórica, en un
asunto de moral pública. Pasó en 1968, cuando la pérdida de la página 11 sirvió
de cimento para el derrocamiento de Fernando Belaúnde (el golpe de Estado: la
vacancia de otros tiempos). En el 2017, los contratos ocultos de Kuczynski con
Odebre- cht fueron el disparador del primer intento de vacancia en su contra.
Tres meses después, en marzo de 2018, el escándalo fue más eficiente: los
audios de Kenji Fujimori buscándole votos a Kuczynski hicieron insostenible su
presidencia.
Como se ve, en todos estos casos el papel de la
prensa es fundamental. Es a través de ella que las denuncias llegan al público
más grande. Así motivan su indignación y esta, a su vez, motivará a la élite
política a dar el paso trascendental de vacar al presidente de un país.
Así fue hasta Martín Vizcarra. Desde entonces, la
vacancia se fue desvirtuando. Por un lado, ya no hacía falta que el electorado
motivase a la élite política hacia la vacancia. Se volvió al revés: la élite
política, ya motivada hacia la vacancia, buscaba motivar al electorado para que
se sumase a su agenda. Por otro lado, los destapes periodísticos, que removían
el piso presidencial y servían de acicate para la votación de la vacancia, se
volvieron mediocres. Sin sustancia. Burdos. Prueba de ello es que hoy nadie
recuerda cuál fue la acusación para los dos intentos de vacancia de Vizcarra
(¿Fue por Richard Swing? ¿Fue por un colaborador eficaz, cuyo nombre nadie recuerda,
que decía haber entregado dinero en sobres manila?). En ambos casos, la
dinámica fue la misma: los congresistas esperaban que los dominicales
presentasen alguna información nueva que les sirva de excusa para su votación.
Así, podrían decir que la situación era insostenible y, a la luz de los
destapes, se vieron forzados a tomar tan difícil decisión.
Eso debía pasar este domingo, en teoría.
"Cuarto Poder", o lo que queda del programa, anunció un reportaje que
contenía un audio, y nada más escandaloso en el Perú que un audio. Lo
anunciaron con tiempo. Vinculaban al presidente. Ponían imágenes de su casa en
Breña. De seguro uno de los visitantes a la casa de Castillo había grabado algo
ilícito. Era la excusa -la preciada excusa- para que el pleno del Congreso
admita la moción de vacancia.
Pero el reportaje fue un desastre. Una estafa. Un productor hablando con un amigo del presidente: uno pedía una entrevista, el otro le pedía no emitir un reportaje a cambio de titulares. La nada. La constante degradación de nuestra política va de la mano con la degradación de la prensa. En diciembre del 2017 ya todo parecía degradado, pero a comparación de esto eran tiempos mucho mejores: los reportajes incluían cuentas offshore del presidente, contratos ocultos con su socio, negociaciones veloces de grandes obras de infraestructura. Hasta los reportajes contra Vizcarra parecían más sólidos: al menos había un sobre con dinero y una obra cuestionada. En el reportaje de "Cuarto Poder" ni siquiera había dinero de por medio. Solo un titular, un pedido de entrevista, y comida cajamarquina.
Dos días después de emitido el reportaje, la
coalición vacadora fue derrotada. No llegó a los 52 votos que necesitaba para
admitir la moción de vacancia. Ni hablar de los 87 votos necesarios para
remover al presidente. Lo intentarán de nuevo, por supuesto.
Pero mi duda a futuro es si este grupo de vacadores
-tan torpe, tan primario, tan banal- podrá conseguir un mejor resultado en el
mediano plazo. Un primer grupo intentó la vacancia a través de la calle, y no
obtuvo nada. En su última concentración ni siquiera pudieron llenar una plaza.
Un segundo grupo se concentró en la vía parlamentaria, donde tienen más
chances, pero quemaron sus cartas muy rápido. Presentar una moción de vacancia
y no lograr siquiera su admisión es una derrota tremenda, y servirá para
construir un relato de los hechos: la derecha busca la vacancia sin razón
alguna, solo porque sí; prueba de ello es que ni siquiera pueden convencer al
resto del Congreso a que admita su discusión.
Pero está también la prensa, el tercer grupo.
Muchos de los destapes periodísticos han sido realmente buenos e importantes
para que el gobierno, tan afín a los errores y al apañamiento, dé marcha atrás.
Pero hay un grupito de programas que buscan atar cualquier cosa menor con los
intentos de vacancia, como "Cuarto Poder". Y si su objetivo fuese
realmente ese, en verdad le hacen un favor al presidente Castillo. La manera
más probable para una vacancia, ya viable de por sí, es por el desgaste
progresivo de la legitimidad del gobierno. En cambio, ellos están buscando un
megadestape que lo saque de una semana a otra. En lugar de hacer la maratón,
buscan el salto con garrocha. Y lo más probable es que, en ese intento, caigan
al suelo más de una vez sin lograr pasar la valla. Y con eso, caiga también la
vacancia. Por ahora. <>
No hay comentarios:
Publicar un comentario