MOSHO (Aurelio Medina Pacheco) ha nacido en Ayaviri
(Melgar - Puno). Hizo estudios en el Instituto Superior Pedagógico de Puno,
Posgrado en Didáctica Universitaria San Agustín de Arequipa. Estudió además en
La Escuela Regional de Arte Dante Nava de Arequipa entre otros. Fue Docente en
la Carrera de Arte en La Universidad Nacional del Altiplano, profesor y
Director General de la Escuela Superior de Formación Artística de Puno. Posee 5
primeros premios nacionales en concurso de arte. Sus obras circulan por el
mundo. Es un pintor contemporáneo reconocido cuyo arte y enseñanza han sido
influyentes, ha instaurado su propio método llamado "Moshó" para
aprender a dibujar en solo ocho horas y ha difundido el "Orsismo"
como una nueva corriente de pintura creada por él para la historia del Arte
Universal. Reside actualmente en Puno y vive exclusivamente del arte.
sábado, 30 de abril de 2016
TOPONIMIA EN LA PROVINCIA DE MELGAR
PRESENCIA DE RASGOS PUQUINA,
AIMARA Y QUECHUA
Mario Ramos Tacca
| LOS ANDES 24 abr 2016
Mucho se ha especulado en los últimos tiempos sobre la
toponimia de la provincia de Melgar. Propios y extraños se han aventurado a
explicar el tema desde distintas posturas. En particular, han sido los
profesionales de la educación quienes han incursionado con mayor entusiasmo en
este espinoso campo, debido a que muchos de ellos asumieron la responsabilidad
de escribir las monografías de sus lugares de origen y/o trabajo; y con
conocimiento de causa o no, urdieron intuitivas explicaciones, desde la
perspectiva quechua, que el saber popular con el paso del tiempo fue tomándolos
como verdaderos. Quizá muchas de esas explicaciones fueron concebidas bajo el
influjo de las ideas de
Pacheco Zegarra y los añejos historiadores como
Riva-Agüero, quien se constituye en uno de los más fervientes defensores de la
tesis del “quechuismo primitivo” para todos los acontecimientos pre y post inca
después de Garcilaso de la Vega.
Por otro lado, enfocando el tema desde la línea del
“aimarismo primitivo”, Middendorf, principal propulsor de esta postura y, en
nuestro medio, Bustinza Menéndez, nos alcanza explicaciones valederas que se
aproximan a un abordaje científico del tema. Apoyado en esta postura, Bustinza
intenta explicar el origen del topónimo «Ayaviri» y «Umachiri» recurriendo a
fuentes como el puquina, callahuaya, uriquilla, aimara y al quechua, como
veremos más adelante.
El argumento base de esta postura, es que las lenguas
aludidas fueron habladas con mucha anterioridad que el quechua en territorio
altiplánico; hecho que nos invita a reflexionar y repensar el tema,
sugiriéndonos emprender mayores trabajos de investigación, apoyados
fundamentalmente en la lingüística andina.
De modo que el presente artículo tiene el propósito de
alcanzar una explicación descriptiva basada en investigaciones lingüísticas que
pretenden dilucidar el tema en cuestión a partir de argumentos que sostienen la
presencia del puquina y el aimara como lenguas primordiales habladas por los
antiguos habitantes de esta parte del territorio collavino.
Por lo demás, quizá sea tiempo de desechar los conceptos
erráticos que hasta la fecha no han hecho otra cosa que oficializar un
conocimiento especulativo y erróneo sobre el tema, dando lugar a que
generaciones y generaciones de ayavireños entiendan el caso solamente a partir
de un aparente quechuismo tardío. Tal vez esto se debe a que no se tuvo
conocimiento expreso de que el quechua llega al altiplano con posterioridad,
solo a partir de la incursión del Inca Sinchi Roca y Lloque Yupanqui
(Garcilaso, 1609) quienes impondrían y oficializarían el uso de esta lengua en
territorios conquistados de anterior habla puquina, callahuaya, uro y aimara.
Por lo mismo, para los intereses del presente enfoque,
nuestra explicación tendrá como eje vertebrador los estudios de onomástica
andina emprendidos a partir de los planteamientos contemporáneos en materia de
Lingüística Andina, con preponderancia en el aimara, sin desmedro de la
existencia de rasgos lexicales característicos de origen puquina y uro, que
probablemente están presentes en el corpus de la toponimia dentro del
territorio estudiado. Empero, a falta de información bibliografía especializada
en materia del puquina y el uro, por el momento nos reservamos el derecho de
especular sobre el tema expuesto.
DESCRIPCIÓN MORFO-SINTÁCTICA DEL CORPUS LINGÜÍSTICO.
ANTAUTA
Lexema híbrido quechumara: “Anta-uta” está compuesto por dos
morfemas lexicales: un lexema nominal de origen quechua «Anta» y otro de origen
aimara «uta».
Para una correcta interpretación lingüística del topónimo,
nos hemos permitido consultar fuentes bibliográficas del siglo XVI y
posteriores debido a que estas registran, en cierta medida, los rasgos del cambio,
superposición, contacto y desplazamientos lingüísticos anteriores. Así, según
el “Vocabulario políglota incaico” (1905) del Colegio de Propaganda Fide del
Perú, la acepción que se le asigna al vocablo Anta es el de “cobre” y el
“Vocabulario de la lengua aimara” de Ludovico Bertonio (1612) asigna a uta, la
significación de “casa cubierta”.
Como se puede observar, el resultado del encuentro entre dos
lexemas provenientes de lenguas diferentes, evidencian los contactos y
desplazamientos lingüísticos de la que fueron objeto las lenguas por un lapso
prolongado dentro del territorio collavino, hasta que se oficializa el proceso
de quechuización entre los puquina, callahuaya, uro y aimara, con la llegada de
los últimos incas expansionistas.
Ahora, auscultando el significado que posee el topónimo en
cuestión y procediendo a su correcta lectura de derecha a izquierda, y no de
izquierda a derecha, como ocurre con la lectura e interpretación en el español,
el significado ciertamente metafórico sería “casa cubierta de cobre” o “casa
con presencia de cobre”, considerando que los espacios que poseen riquezas de
un tipo o carácter, eran conocidos por nuestros antepasados como “uta” o
“casa”, tal como ocurre con el topónimo “Waka-uta” ubicado en el distrito de
Macarí y Willka-n-uta, huaca pre-inca situada entre los límites de Cuzco y
Puno.
Por consiguiente, la motivación que llevó a los antiguos
habitantes de este lugar a denominar de ese modo su territorio, obedece
simplemente a que todo estaba circunscrito a la descripción sistemática del
espacio y a la caracterización de las cosas de acuerdo a sus peculiaridades más
resaltantes. Así lo demuestra, en la actualidad, la actividad minero cuprífera
que se viene desarrollando en «Antauta» por más de cincuenta años.
AYAVIRI
Es el milenario nombre de la actual capital de la provincia
de Melgar, y como tal, su toponimia ha sido interpretada, primordialmente,
desde la postura quechua.
Con el transcurrir de los años y conforme avanzan las
investigaciones, Bustinza (2008) en un artículo publicado en la Revista
“Alborada Andina” N° 03, es quien alcanza una explicación distinta a la
sostenida por los ayavireños más entusiasmados y defensores del “quechuismo
primitivo”. En el numeral 4 de su extenso artículo, el mencionado autor explica
contundentemente: “AYAVIRI, es una voz aymará que deriva de la palabra ‘Ayawi’
al agregársele el sufijo ‘iri’ se forma la palabra ‘Aya-wi-iri’, la cual, por
castellanización, se convierte en la palabra Ayaviri. Como topónimo significa:
‘lugar en donde viven los hilanderos’, como antropónimo significa también ‘los
que hilan’ o sea ‘los hilanderos’. Esta denominación guarda estrecha relación
con la versión histórica del desarrollo de este pueblo, el cual al ser
eminentemente ganadero (criador de llamas, alpacas, luego de ovinos) estuvo
dedicado a fabricar hilados y tejidos derivados de estas actividades hasta muy
entrada la colonia, en donde los españoles habían establecido obrajes dedicados
al hilado. Esta afirmación se corrobora con el hecho de que los indios aymaraes
durante la visita del Virrey Toledo, en 1572, pagaban sus tributos en hilados y
Ropa de Awasqa, dándoseles lana para ello por el encomendero. Estos obrajes
fueron destruidos durante la Revolución de Túpac Amaru II en 1781”.
Como se puede apreciar, en mérito a las hipótesis sostenidas
por este acucioso investigador que tiene como punto de partida la lengua
aimara, pudimos develar con mayor detalle las aseveraciones que hoy sostenemos.
Y gracias a los aportes del lingüista Cerrón-Palomino y otros en materia de
onomástica andina, tuvimos mayor claridad sobre el tema. De modo que, al
realizar un minucioso examen morfémico de los elementos formativos del
topónimo, nos encontramos con que ellos tienen un típico origen aimara, como a
continuación exponemos:
«Ayaviri» es un topónimo que está compuesto por un radical
aya- y los formantes sufijales: derivador -wi- “lugar donde ocurre o existe
algo” o “lugar con” y el agentivo –iri- de origen aimara con pérdida de la
primera vocal débil –i por efecto de la elisión vocálica que es procedimiento
morfofonémico general del aimara al anexar sufijos a la base.
Ludovico Bertonio (1612) en el “Vocabulario de la lengua
aimara” describe el compuesto –wiri como “la punta de madera muy dura que echan
al arado” o “lanceta de hilo”. Entonces, se puede decir que el radical
acompañado por estos formantes deriva en “lugar en el que existen ‘ayas’”. De
modo que las “ayas” según la información que venimos consultando sería el
resultado del radical nominal aya- que según el clérigo significa: “un huso de
hilo, lo que comúnmente hilan de una vez en un huso, o husada”.
Por lo mismo, refiriendo a las conclusiones a las que arriba
Bustinza en su artículo. En la quinta asevera: “Ayaviri en aymara tiene varios
orígenes etimológicos, así quiere decir a) ‘Lugar en donde viven los
hilanderos’; b) ‘Los hilanderos’, c) ‘Cuartel general con muchos soldados’; d)
‘Pueblo de frontera Qolla’, ‘Inmortal’, ‘Adalid’, etc. f) ‘Pueblo sobre el Río
que viene desde muy lejos’”.
Nosotros coincidimos con los primeros, de modo que el
análisis nos lleva a concluir que la motivación fundamental que habría
originado el nombre del lugar, es metafórica y se debió a que la zona,
antiguamente, estuvo poblada por expertos tejedores debido a la existencia de
abundante ganado auquénido, de cuya lana se elaboraban una infinidad de prendas
y objetos ornamentales.
Finalmente, de modo comparativo, la misma derivación
morfológica podemos ubicar en los muestras: «Ayavile» (Vilque, Puno) y para el
morfema sufijal –wiri en el topónimo «Ocuviri» (Lampa).
CUPI
Este topónimo presenta una raíz nominal de origen puquina.
Quizá el único en todo el ámbito provincial con esta característica. Aparece
como préstamo al aimara debido a que estas lenguas fueron objeto de contactos y
desplazamientos desde tiempos milenarios. Así, el Diccionario Aymara–Castellano
del PEEB Puno (1984) presenta una entrada “Kupi” con el significado de
“derecho” y el “Vocabulario Políglota Incaico” (1905) registra una entrada
«Cupi», nombre con significado: “derecha”.
Pero es Torero (1987) que en “Lenguas y pueblos altiplánicos
en torno al siglo XVI”, en el anexo de su trabajo glotocronológico y
lexicoestadístico del puquina, registra un nombre «cupi» con los significados:
“diestra, mano derecha”. De modo que interpretando la significación del
topónimo, estaríamos frente a un nombre de corte metafórico que refiere a una
milenaria población de habla aimara, asentada en el “flanco derecho” de las
principales huacas y apus de la zona.
LLALLI
Según nuestras averiguaciones, se trata de un etnónimo de
origen aimara. Desde esta postura, el Diccionario Aymara-Castellano del PEEB
Puno (1984) registra la entrada Llalli con una doble acepción: 1. Poder
excepcional; 2. Amuleto (antig.) Para una correcta interpretación del topónimo
referido, nos interesa recuperar la segunda acepción que podría ser un arcaísmo
aimara en los dialectos contemporáneos.
En consecuencia, desde el punto de vista morfológico
«Llalli» está compuesto
por un único radical nominal Lalli con significado de
“amuleto”, significado que estaría asociado a las ofrendas de las deidades o
los objetos que portaban los antiguos pobladores de la zona como símbolo
religioso e idiosincrático.
No existe mayor información que pueda explicar lo contrario,
excepto que el nombre tenga una filiación puquina y no aimara. Por lo que nos
inclinamos a pensar que una explicación a partir del aimara se acerca más a
dilucidar el tema, pues, sobre este asunto, la bibliografía consultada, poco o
nada nos dice al respecto del puquina. Sin embargo, no dudamos que así sea,
pues, realizando un rastreo de la toponimia menor en la zona, este arroja
resultados asociados al aimara; sirven como ejemplos: «Llamqaqhahua»,
«Machaqmarca», «Chechequeña», «Kapillani», «Huanacomarca», «Checcasica», etc.
En todo caso, se descarta el concepto popular de Llalliq sostenido a partir del
morfema verbal quechua “el que encabeza o lidera”, como hasta ahora se ha
venido sosteniendo erradamente.
MACARÍ
Este topónimo de clara motivación fitonímica es de filiación
quechumara. Cerrón-Palomino (2002) nos alcanza algunos datos importantes sobre
el lexema maca- y su tratamiento morfológico correspondiente, indicándonos que
dicho morfema denota un origen aimara y quechua perteneciente al reino animal y
vegetal. Por lo que la estructura morfológica comprendería una raíz nominal
maca- proveniente del proto quechua/aimara *maqa- con el significado de “maca”
fruto comestible de alto poder nutritivo; seguido del formante –ri (agentivo
aimara) con acentuación española aguda que devendría en «Macarí»: “lugar donde
abunda la maca”. Maca-ra-y es una posible variante del nombre en mención.
NUÑOA
Remitiéndonos a las fuentes más antiguas en materia de
registro lingüístico aimara y quechua, Ludovico Bertonio (1612) en el
“Vocabulario aimara” registra la entrada «ñuñu» con el significado de “el
pecho, y también la leche que del sale”. Asimismo, Diego Gonzales Holguín
(1608) en el “Vocabulario de la Lengua General de Todo el Perú Llamada Lengua
Qquichua o del Inca” registra la entrada «Ñuñu»: “la leche o teta, o ubre de
mujer, o de toda animal”. Estas acepciones, por supuesto, nada tienen que ver
con la motivación original del topónimo en mención. No estamos seguros sobre
cuál de las lenguas fue la que dio origen al topónimo, pero por los
procedimientos morfológicos de confluencia de lenguas en un mismo contexto,
podemos estar seguros de que «Nuñoa» conglomera una raíz nominal «nuño», que
puede ser quechua o aimara, y el formante aimara –wa que hace referencia a una
característica topográfica del lugar.
La característica esencial de los topónimos es que estas
presentan lexemas nominales en su estructura y describen características
relevantes del espacio que detallan. De modo que estamos seguros que el nombre
es de clara motivación fitonímica. Se origina a partir de un radical nominal
«ñuñu»: “alimento de aves”, que según Venero (2012) en el libro “Guía de Aves y
Flora-Laguna de Orurillo” la describe como una especie arbustiva perteneciente
a la variedad solanácea, conocida en el medio con el nombre común de
“ñuñu-ñuñu” (pescoq tomaten) y el formante –a, que a modo de reconstrucción
debió responde a una muestra proto que devino en *ñuñu-wa.
Morfosintácticamente, el nombre nos lleva a pensar que su origen tiene
motivación metafórica, pues el topónimo se habría producido debido a que en la
zona existe abundancia de la especie arbustiva peculiar que en el habla de los
antiguos pobladores de la zona se denomina “nuño-nuño” añadiendo el formante –a
sería una forma derivada del sufijo aimara independiente validacional –wa que
ingresado en el vocabulario de los españoles del lugar, devino en «Nuñoa». De
manera que realizando el análisis e interpretación de los elementos del
topónimo tendríamos “lugar con presencia de abundantes nuños”. Así lo
corroboran fuentes de internet consultadas y que dan cuenta de que el topónimo
“Proviene del nombre de una planta medicinal que abunda en ese sector que se
llama ñuño ñuño” (Fuente, internet).
ORURILLO
De origen quechua-español. Para tener una idea más acertada
sobre los procesos en que devino «Orurillo» realizamos un rastreo previo de los
antecedentes del término, a través de las fuentes primarias de consulta. Así,
Bertonio (1612) presenta una entrada aimara «Huru huru» con el significado de
“Pueblo así llamado, y nuevamente poblado junto a las sepulturas donde en este
tiempo hay grandes minas de plata”. Quizá el efecto reduplicado de la raíz
tenga sus fundamentos en la doble ocupación y poblamiento de la misma zona
desde épocas muy antiguas. Este rasgo nos hace concluir que el término se
asocia con un etnónimo que está compuesto por el formante nominal quechua
reduplicado «Uru – uru» que identifica a un grupo de antiguos habitantes de las
riberas del Titicaca, lagos y lagunas del altiplano peruano-boliviano pre-inca.
De acuerdo a la motivación y procedimientos lingüísticos de
los topónimos, el análisis nos obliga a ubicar un lexema nominal como base de
su formación, de modo que, siguiendo ese hilo conductor, en el “Vocabulario
Políglota Incaico” (1905) encontramos una entrada quechua nominal «uru» que
lleva el significado de “insecto” que esta vez sí coincide con los
requerimientos morfológicos del topónimo, pero no satisface la caracterización
semántica del vocablo. Asimismo, esta postura es corroborada por las
investigaciones de Cerrón-Palomino (2005), quien explica que la etimología del
término conduce a pensar que sería de origen quechua, con un trasfondo de corte
despectivo que servía para reconocer a un grupo de habitantes originarios del
lago.
Como resultado de ello, tendríamos «Uru-ru», base nominal
con caída de la vocal débil en el segundo segmento reduplicado para designar a
los descendientes de la antigua civilización de los “Urus”, expertos pescadores
asentados en las riberas de los lagos y lagunas del altiplano, tal y conforme
se observa en la ciudad boliviana de Oruro, fundada en las proximidades del
lago Poopó.
En consecuencia, la base nominal Uru más el sufijo
diminutivo latino –illo que fue de uso común en el trucamiento de los nombres
influenciados por la presencia del español y las lenguas andinas hasta mediados
del siglo XVII, da como resultado «Orurillo», según lo manifiesta el
investigador Cerrón Palomino (2013) en un artículo científico dedicado a
dilucidar el topónimo «Carabaillo».
En conclusión, derivando los nombres, tenemos la raíz
«Oruro» y el diminutivo «Orurillo», que semánticamente devino en “el pequeño o
menor Oruro” por compartir las mismas características de los poblados y
asentamientos humanos establecidos en las orillas de los lagos desde tiempos
milenarios.
CHUNGARA - SANTA ROSA
«Chungara» es la denominación primigenia que identificó a un
grupo de habitantes aimarófonos de las vertientes del nudo del Vilcanota y
asentados en las faldas de la cordillera del Khunurana. Santa Rosa viene a ser
una denominación tardía de la época colonial en la que sus fundadores
trasladaron los dominios de la antigua urbe de los Chuncara hacia un llano
inclinado, muy propicio para fundar la nueva ciudad, capital de distrito.
Revisando la documentación temprana de los cronistas que
hacen referencia a la población pre inca asentada en esos parajes altiplánicos,
Garcilaso de la Vega (1609), quien al hacer referencia de la política expansiva
de Sinchi Roca en territorio Collasuyo dice: “Y en espacio de los años que
vivió, poco a poco, de la manera que se ha dicho, sin armas ni otro suceso que
sea de contar, ensanchó sus términos por aquella banda hasta el pueblo que
llaman Chuncara, que son veinte leguas adelante de lo que su padre dejó ganado,
con muchos pueblos que hay a una mano y a otra del camino”.
Chuncara, se trató, pues, de una población prístina de
aguerridos guerreros que antes de la llegada de los Incas ya formaban parte de
la gran nación K’ana de habla aimara.
Por lo cual, el examen morfológico del nombre nos muestra
que los segmentos están compuesto por un radical chunga- (Ch’unkara) con
trastocamiento consonántico de «k» g que en boca de los quechuahablantes de
posterior influencia en la zona, debió pronunciarse de este modo [Chungara].
Ludovico Bertonio (1612) no lo registra en su diccionario
aimara, quizá por tratarse de una omisión involuntaria o, quizá, porque el
término corresponde a un arcaísmo relacionado al preprotoaimara hablado en la
zona o, tal vez, a una voz proveniente del puquina.
Ampliando, «Chuncara» porta un formante ponderativo –ra que
viene de la forma reduplicada intensificadora de *rara, tal y conforme aparece
en nombres como «urqurara» y «qalarara». Empero, es necesario explicar que ha
sido muy complicado ubicar información específica sobre el tema en cuestión.
Sin embargo, según nuestro punto de vista, estas
definiciones no concuerdan con la motivación intrínseca del topónimo, de modo
que el significado del segmento aludido requería mayor indagación.
Siguiendo los procedimientos lingüísticos deductivos, el
topónimo presenta una motivación primigenia de clara filiación fitonímica.
«Chungara» significaría “lugar con abundante cchunkas” o “lugar donde abundan
las chunkas” que creemos es el verdadero motivo que describe este espacio de
milenarios habitantes aimarófonos.
Para sostener estos argumentos, nos apoyamos en información
proveniente de la internet y encontramos un nombre de lugar similar al referido
dentro de territorio chileno, actual comprensión de la región Arica. Este
refiere al “Lago Chungará” (en aimara: Ch’unkara, ‘musgo de la piedra’). La
escritura es Ch’unkara, con glotalización de la consonante aspirada, y es la
explicación más próxima a los mecanismos de descripción de los espacios
geográficos que en épocas antiguas, se atribuía de acuerdo a ciertos rasgos
característicos y relevantes del lugar. Por ello, estamos seguros que
Chuncara/Ch’unkara es el “lugar con abundancia de musgos de piedra”.
UMACHIRI
De filiación netamente aimara. El topónimo de este distrito
comprende una estructura formal compuesta por un radical «Uma» y dos formantes:
-chi- (tematizador verbal) *ci = ca, y el agentivo –ri que al adherirse a la
raíz forma una suerte de epíteto de motivación conmemorativa, quizá referida a
Tunupa, la milenaria deidad de los antiguos pobladores de la zona, tal como
Rostworowski (2005) lo demuestra en sus investigaciones, que al referirse al
mencionado dios dice que “uno de los atributos, también relevantes, fue que
éste era el dios de la lluvia que cae junto con la tormenta y fecunda la
tierra. También es el dios de las fuentes, de los ríos por donde navegó antes
de sumergirse en las profundidades de la tierra”. Del mismo modo, Bustinza
(2015, 2016) corrobora los argumentos en favor de un origen aimara.
Agregando, hacemos referencia a los tiempos de influencia
del imperio huari, que dan cuenta de la dominación de los mismos en la zona
(600-1000 d.C). Así lo expone el acucioso trabajo de Cerrón-Palomino (2004) que
al referirse a la influencia cultural y lingüística de los huari, dice: “… que
constituyen epítetos de cuño eminentemente aimara que recuerdan los atributos
sobrenaturales de la divinidad huari, constructora de andenes y acueductos a lo
largo de su paso civilizatorio”.
Consultando a Bertonio (1612) y realizando el examen
morfológico, tendríamos la raíz aimara Uma- (agua), seguido de los segmentos:
tematizador y agentivo. En consecuencia, la descripción del lugar y la
interpretación de esta estructura da como resultado “el (lugar) que provee
agua” o “el (lugar) que genera agua”. Coincidentemente, el formante sufijal
–chiri también aparece en los lexemas toponímicos como «Pampachiri»: “el que
provee de campos o pampas” en (Sicuani-Cuzco y Apurimac) y «Huarochiri»: “el
que construye andenes” en la sierra central de Lima.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
En vista de los evidentes contactos, desplazamientos y
confluencias de las lenguas andinas (puquina, uro, callahuaya, aimara y
quechua) en territorio ayavireño desde épocas prístinas, los resultados de este
trabajo son contundentes en cuanto al corpus toponímico examinado y puede ser
motivo para emprender mayores investigaciones que coadyuven a dilucidar con
nítido acierto el complejo panorama de la onomástica andina en el altiplano
melgarino, pues el vasto territorio collavino fue el escenario del origen y la
confluencia de varias lenguas y culturas. De modo que estamos en condiciones de
sugerir mayores estudios de esta naturaleza en la línea de investigación que
venimos sosteniendo.
COYUNTURA POLITICA PERUANA
LECTURAS INTERESANTES Nº 699
LIMA
PERU 30 ABRIL
2016
LO QUE ESTÁ EN JUEGO
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE”
N° 297, 29ABR16, p. 11
Dicen
que la campaña es banal. ¿Y qué querían?
¿Que
la heredera de la mafia y el señor PPK discutieran sobre el capitalismo
financiero, los límites del desarrollo, las energías renovables o el
calentamiento global?
Ambos
representan la misma paporreta: el modelo es intangible, falta todavía
desmantelar más Estado y priorizar aún más las gollerías privadas en la
inversión pública. Falta achicar el precio de los despidos y privatizar, con la
coartada de las APP, Sedapal. Esto para citar un par de ejemplos.
La
diferencia entre ambos candidatos, sin embargo, sigue siendo importante. Con la
heredera de la mafia podemos estar seguros del retorno de Martha Chávez y de lo
que eso significa.
El
problema no es Keiko Fujimori como persona. El problema es lo que encarna. Su
triunfo total implicaría el regreso, inflado de soberbia, de una casta que
asume que el país es suyo y que las instituciones y los valores no cuentan. Ya
la señora Chacón, el señor Becerril, el señorito Petrozzi y el hábil diferente
Kenji nos han adelantado lo que sería ese régimen. Las promesas de niña buena
de Keiko valen tanto como las de su padre y el “no shock” del año 1990. Y
mientras más dice Keiko que confiemos en ella más se parece al padre al que
sigue exculpando (ver imprescindible entrevista del domingo pasado en "Perú21").
Con Fujimori podemos estar seguros de que el aire corrompido del único
fujimorismo que conocemos -el de Alberto- regresará. Está en el ADN del
fujimorismo considerar que el Estado es un botín y que a los enemigos se les
desbarata. Está en su ADN creer que un Poder Judicial autónomo independiente es
una incomodidad y que un Tribunal Constitucional chúcaro es un muro a derribar.
Estamos
acostumbrados a hablar de los crímenes probados perpetrados por el fujimorismo.
Pero estos no se limitan a La Cantuta, Barrios Altos, la prensa chicha, la
compra de congresistas como Beto Kouri, el robo multimillonario en compras
militares, la corrupción intrínseca de las Fuerzas Armadas, la Fiscalía, el
Poder Judicial, o el despido ilegal de tres miembros del TC mientras se
distorsionaba la Constitución dada por ellos mismos para permitir una
re-reelección ilegal.
El
mayor crimen del único fujimorismo que conocemos, y del que es inevitable
heredera Keiko Fujimori, es el de haber desacreditado la democracia convirtiéndola
en esa tragicomedia donde, abolido el imperio de la ley, toda transgresión parecía
natural y cada turbio capricho del sátrapa tenía el aspecto de lo inevitable.
Desde los cambalaches presupuestales que permitieron que dineros de los fondos
de Defensa se usaran para comprar canales de TV y periodistas al peso, hasta el
empleo postrero de un edecán disfrazado de fiscal para allanar la casa de
Trinidad Becerra en los días de la desesperación por la búsqueda de videos
incriminatorios. Desde la premiación, el ascenso y la amnistía a los asesinos
del Grupo Colina hasta la implicación del gobierno de la nación en el tráfico
de fusiles a las FARC (la llamada Operación Siberia).
Eso
es lo que el pueblo peruano puede "reivindicar" este 5 de junio si le
entrega al fujimorismo irreductible, en bandeja de plata, el Ejecutivo.
Con
PPK, de ganar, tendremos un gobierno de derecha. Pero eso es algo en lo que ya
somos expertos: de derecha han sido también Toledo, García y Humala. Y, sin
embargo, con ninguno de ellos, a pesar de mil miserias, hemos sentido que
estaban en riesgo los cánones de la democracia. PPK nos recordara a Manuel
Prado y al Belaunde de Manuel Ulloa. Será un episodio. Con Keiko Fujimori no
podemos saber qué novela negra tendremos que leer. PPK es predecible. Keiko es
la hija ¡lesa y fiel -más allá de las apariencias electorales- de quien
convirtió al Perú en una mierda.
Con
lagunas y retrocesos, hemos avanzado en estos años en la construcción de una
legalidad que mucho le debe a la autocrítica nacional y a la presión internacional.
Ese avance civilizatorio corre el riesgo de perderse si le damos todo el poder
a los soviets mafiosos del fujimorismo. ■
jueves, 28 de abril de 2016
DECOMISAN 7 QUIRQUINCHOS PROCEDENTES DE BOLIVIA
Serfor Perú logró decomisar siete ejemplares de quirquinchos o
armadillos(Chaetophractus spp.) procedentes de Bolivia, los cuales eran
transportados a la ciudad de Puno para ser utilizados probablemente en
prácticas costumbristas y folclóricas de curaciónPuno es lugar importante en lo que concierne al tráfico ilegal de fauna
silvestre, ya que por nuestra frontera con Bolivia entran y salen
diversas especies. Todavìa hay mucho por hacer. Por eso, nuestra oficina
descentralizada en #Puno sigue trabajando para combatir el flagelo del
comercio ilegal de especies silvestres.
LAWA K´UMUS : PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN
El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la Música y Danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus, interpretada en diferentes centros poblados de las zonas lago y centro del distrito de Ácora así como algunos centros poblados del distrito de Platería, en la provincia y región Puno.
La Resolución Viceministerial N° 037-2016-VMPCIC-MC que hace efectiva la declaratoria, publicada en el Diario Oficial El Peruano, resalta que esta expresión involucra una forma danzaria, el instrumento musical acompañante y su estilo de interpretación, constituyendo una compleja manifestación cultural de los
profundos vínculos que entrelazan expresiones artísticas con prácticas rituales de manejo y control de tierras, además de un sentido de veneración y respeto por la naturaleza proveniente de una cosmovisión propia de la cultura aymara, y heredada del antigua pueblo Lupaqa.
La danza Chacareros o Lawa K’umus es de carácter básicamente agrícola, ligado al cuidado ritual de las chacras o campos de cultivo que se practica en las celebraciones del carnaval
aymara o anata entre los meses de febrero y marzo, coincidiendo con el florecimiento de las primeras cosechas de papa. Su representación cumple un rol significativo durante el lunes de carnaval acompañando el ritual familiar del Jatha Katu en el que se ‘asegura’ o ‘atrapa’ simbólicamente las semillas para la siguiente campaña de siembra, agradeciendo a la madre tierra y propiciando la abundancia de las cosechas.
En tanto, el instrumento musical ‘lawa
k’umu’ es una flauta de pico semitapada de unos 65 centímetros de
longitud, contando con 6 orificios tallados de forma equidistante en la
sección inferior de la parte delantera del cuerpo, así como un canal de
insuflación tallado al interior. Su uso musical forma parte de los
rituales desarrollados para prevenir heladas y granizadas. La música que
se interpreta con el mismo, y que acompaña la danza, no sigue un único
patrón melódico, pues cada año se componen nuevas melodías para ser
interpretadas durante los carnavales y otros contextos relacionados a
actividades agrícolas.
Actualmente, la danza Chacareros o Lawa
K’umus está atravesando por un periodo de afirmación y posicionamiento
como símbolo de identidad local, lo que se ve expresado en el
fortalecimiento de sus niveles de convocatoria y participación
colectiva. Este es el caso de su destacada participación, a través de
diferentes conjuntos y asociaciones, en el concurso de Danzas Autóctonas
en honor a la Santísima Virgen de la Candelaria.
...
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PATRIMONIO CULTURAL
Redes Pachamama 24abr16.- El Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación a la música y danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus que se practica en el distrito de Ácora y algunos pueblos del distrito de Platería, en la provincia y región Puno.
Según una Resolución Viceministerial publicada hoy en el Diario Oficial El Peruano, este reconocimiento responde a que esta manifestación cultural constituye un complejo cultural que designa a la forma danzaria, al instrumento musical acompañante y a su estilo de interpretación, constituyéndose como una manifestación de los profundos vínculos que entrelazan las expresiones artísticas con prácticas rituales de manejo y control de tierras, y un sentido de veneración y respeto por la naturaleza que viene de una cosmovisión propia de la cultura aymara, heredada del antiguo pueblo Lupaca.
La danza chacareros o lawa k’umus es de carácter fundamentalmente agrícola, ligado con el cuidado ritual de las chacras o campos de cultivo. En ese sentido, su práctica se da en el contexto de las celebraciones del carnaval aymara o anata entre los meses de febrero y marzo, coincidiendo con el florecimiento de las primeras cosechas de papa.
Su representación cumple un rol particularmente significativo la fecha de lunes carnaval acompañando el ritual familiar del “jatha katu”, en el que se “asegura” o “atrapa” simbólicamente las semillas para la siguiente campaña de siembra y se agradece a la madre tierra, propiciando la abundancia de las cosechas.
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Declaran Patrimonio Cultural de la Nación a la Música y danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus que se practica en el distrito de Ácora y algunos pueblos del distrito de Platería, en la provincia y región Puno
Resolución Viceministerial
Nº 037-2016-VMPCIC - MC
Lima, 20 de abril de 2016
Nº 037-2016-VMPCIC - MC
Lima, 20 de abril de 2016
Vistos, el Memorando N° 322-2015-DDC-PUN/MC de fecha 6 de agosto de 2015, emitido por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno y el Informe N° 000095-2016/DPI/DGPC/VMPCIC/MC; y,
CONSIDERANDO:
Que, el numeral 2) del artículo 1 de la Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación, establece que “Integran el Patrimonio Cultural de la Nación las creaciones de una comunidad cultural fundadas en las tradiciones, expresadas por individuos de manera unilateral o grupal, y que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad, como expresión de la identidad cultural y social, además de los valores transmitidos oralmente, tales como los idiomas, lenguas y dialectos originarios, el saber y conocimientos tradicionales, ya sean artísticos, gastronómicos, medicinales, tecnológicos, folclóricos o religiosos, los conocimientos colectivos de los pueblos y otras expresiones o manifestaciones culturales que en conjunto conforman nuestra diversidad cultural”;
Que, el literal b) del artículo 7 de la Ley N° 29565, Ley de Creación del Ministerio de Cultura, establece que “es función exclusiva de esta entidad realizar acciones de declaración, investigación, protección, conservación, puesta en valor, promoción y difusión del Patrimonio Cultural de la Nación”;
Que, mediante Memorando N° 322-2015-DDC-PUN/MC de fecha 6 de agosto de 2015, emitido por la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno se remite el expediente elaborado de forma conjunta con la Federación Distrital de Folklore y Cultura de Ácora y los diferentes conjuntos de danza asociados a la misma, mediante el cual se solicita, al amparo de las normas vigentes, la declaratoria de la Danza Los Chacareros Lawa K’umus del distrito de Acora, provincia y departamento de Puno, como Patrimonio Cultural de la Nación;
Que, mediante Informe N° 000154-2016/DGPC/VMPCIC/MC, la Dirección General de Patrimonio Cultural eleva al Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales el Informe Nº 000095-2016/DPI/DGPC/VMPCIC/MC del 4 de abril de 2016, emitido por la Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual se recomienda la declaratoria de la Música y danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus que se practica en el distrito de Ácora y algunos pueblos del distrito de Platería, en la provincia y departamento de Puno como Patrimonio Cultural de la Nación;
Que, Ácora es uno de los 15 distritos que integran la provincia de Puno. Según información del INEI, recogida en el XI Censo Nacional de Población, hacia el año 2007, Ácora contaba con una población total de 28 679 personas, estando 24 969 de estas en el ámbito rural y 3 710 en el ámbito urbano. Por otro lado -en base a la información del Directorio de Comunidades Campesinas 2009 elaborado por el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento- el distrito de Ácora cuenta con un total de 59 comunidades campesinas dentro de su ámbito territorial, además de 22 centros poblados. La danza chacareros o Lawa k’umus es interpretada en diferentes centros poblados de la parte norte de las denominadas zona lago y zona centro del distrito de Ácora. En la zona centro se practica en los centros poblados de Chancachi, Copaquira, Thunco y Caritamaya, además de la comunidad campesina de Jurhuarani. Mientras que en la zona lago se practica en los centros poblados de Villa Socca, Santa Rosa de Yanaque y Thunuhuaya. Asimismo, se han encontrado registros de la práctica de esta danza en las comunidades campesinas de Pallalla y Titilaca en el distrito de Platería, que fuera creado en 1964;
Que, la danza chacareros o lawa k’umus es de carácter fundamentalmente agrícola ligado con el cuidado ritual de las chacras o campos de cultivo. En ese sentido, su práctica se da en el contexto de las celebraciones del carnaval aymara o anata entre los meses de febrero y marzo, coincidiendo con el florecimiento de las primeras cosechas de papa. Su representación cumple un rol particularmente significativo la fecha de lunes carnaval acompañando el ritual familiar del jatha katu, en el que se “asegura” o “atrapa” simbólicamente las semillas para la siguiente campaña de siembra y se agradece a la madre tierra, propiciando la abundancia de las cosechas. En base a consultas directas con los portadores y testimonios recogidos en trabajos de investigación, la fecha en que se lleva a cabo este ritual puede variar entre el sábado y el miércoles de la semana de carnavales. Del mismo modo, se encontró información sobre el uso musical de los lawa k’umus a inicios de enero en la comunidad campesina de Titilaca, como parte de rituales desarrollados con el fin de prevenir heladas y granizadas;
Que, el jatha katu es un ritual celebrado por el pueblo aymara en el ámbito altiplánico, consistente en la visita por parte de las familias a sus parcelas recién florecidas de papa. Se acompañan con la música de los chacareros o lawa k’umus interpretada por los varones de la familia, mientras que las mujeres avanzan danzando y cantando al ritmo de la música. Ya en el campo se procede a rodear la parcela y hacer la ch’alla, rociando la tierra con vino, aguardiente, pétalos de flores y serpentina, mientras que la música de los lawa k’umus sigue sonando. Luego de esto se retira la primera mata de papas, limpiándola y colocando los tubérculos en una manta donde se vuelve a hacer la ch’alla. Posteriormente, los músicos de lawa k’umus se van juntando para visitar la casa de los alferados del carnaval. Aquí reciben atenciones en la forma de comida, bebida, adornos florales y serpentinas, para luego acompañar otros momentos rituales que forman parte de las celebraciones de la anata o carnaval, y que finalizan con el kacharpary;
Que, la mayoría de testimonios y relatos de tradición oral recogidos por el expediente se remiten a dos correlatos para explicar el origen de la expresión. Por un lado se la vincula con el antiguo señorío aymara Lupaqa de la cuenca sur-occidental del lago Titicaca, del cual Ácora habría formado parte junto con otras cabeceras de provincia o pueblos principales como Chucuito, Juli, Ilave, Pomata, Yunguyo y Zepita, adjudicándole un origen ancestral. Por otro se señala que la matriz cultural de los chacareros o lawa k’umus se localizó en donde actualmente se ubica el centro poblado de Santa Rosa de Yanaque junto a sus anexos y parcialidades, que anteriormente pertenecieron al ámbito territorial del denominado ayllu qullana surupa en Ácora, y donde actualmente residen los maestros constructores del instrumento musical denominado lawa k’umu;
Que, Garci Diez de San Miguel, en su Visita hecha a la provincia de Chucuito en el año 1567, describió detalladamente cómo el territorio Lupaqa y sus divisiones administrativas se organizaban siguiendo un esquema dual de parcialidades o sayas, integradas a su vez por varias líneas de parentesco familiar denominados hatha, el ayllu aymara. En ese sentido, es interesante considerar que en los testimonios recogidos por el expediente se menciona al ayllu qullana surupa y al ayllu qullana socca como ayllus originarios, y cuyos descendientes serían hoy habitantes de distintos centros poblados o comunidades en el distrito de Ácora luego de largos procesos de transformación territorial. Por otro lado, el conquistador y cronista Pedro Cieza de León da una de las noticias más tempranas, sólo unos años después de producida la conquista española, sobre la realización de rituales propiciatorios en torno a la siembra de la papa en la zona aledaña de Chuicuito, y en los que se describió la presencia de músicos acompañantes con flautas de pan y tambores. El antropólogo Harry Tschopik recogió esta información, mencionando la realización de rituales similares en la misma zona durante la época de carnavales. Esta información resulta de suma importancia ya que permite comprender la profunda relación entre música y ritual que ha existido en la zona, lo que vincula la actual danza chacareros o lawa k’umus con un legado cultural que es efectivamente prehispánico y preinca;
Que, el nombre lawa k’umu no solo hace mención a una danza y la música que la acompaña, sino también al instrumento musical protagónico. El lawa k’umu es una flauta de pico semitapada de aproximadamente 65 centímetros de longitud. Cuenta con seis orificios tallados de forma equidistante en la sección inferior de la parte delantera del cuerpo del instrumento, y un canal de insuflación formado por la unión de un bisel tallado en la parte superior con un tapón que se empotra en el pico. Su nombre deriva de los vocablos aymara lawa, que significa palo o tronco, y k’umu, que significa curvo o arqueado, haciendo referencia al tronco del arbusto de la flor de cantuta con el que se elabora. Según información recogida por el investigador puneño José Manuel Catacora, el proceso de elaboración de un nuevo instrumento comienza con la subida al cerro en luna llena para seleccionar un tronco con el grosor y longitud adecuados, usualmente de un arbusto de cantuta con flores amarillas o rosadas, del que se extrae solo el material necesario pidiendo previamente permiso a la tierra y sin dañar otras ramas;
Que, el maestro constructor limpia la corteza del tronco que ha extraído, puliendo las impurezas o astillas en su superficie, para luego dividirlo en mitades paralelas con el uso de cincel y martillo. Seguidamente, esculpe un canal en el interior de ambas mitades y talla el bisel y los agujeros usando un molde para medir las distancias entre uno y otro. Finalmente, vuelve a unir ambas mitades y las asegura fuertemente con un cordel, aunque antiguamente se utilizaban nervios de llama o guanaco. Para interpretar el lawa k’umu se debe remojar por completo el instrumento en agua durante un lapso de cinco minutos, de modo que la madera se expanda y selle cualquier grieta que haya quedado. Al soplar el instrumento correctamente se producirán dos sonidos distintos al mismo tiempo, generando un efecto de sonido onomatopéyico que se asocia con el silbido del viento;
Que, el lawa k’umu es considerado como un tipo de pinkuyllo, pinkillo o pingollo, según relatos de cronistas del siglo XVII como Felipe Guamán Poma de Ayala y Ludovico Bertonio, quienes registraron el uso de pingollos o pincollos entre los Collas del altiplano aymara. Igualmente, en el Mapa de los Instrumentos Musicales de Uso Popular en el Perú (INC, 1978) se describe un instrumento denominado charkha, una flauta de pico kollavina de “caña arqueada” y con seis orificios. No obstante, según la misma fuente, el lawa k’umu parece guardar más semejanzas con el pinkuyllo de algunas provincias de Arequipa y Cusco por su proceso de fabricación, aunque su longitud es menor. La fabricación del lawa k’umu se realiza a nivel local, específicamente en el centro poblado de Santa Rosa de Yanaque en donde habitan los principales conocedores de su manufactura;
Que, la música que acompaña la danza chacareros o lawa k’umus no sigue un único patrón melódico. Cada año se componen nuevas melodías para ser interpretadas durante los carnavales u otros contextos, siguiendo temáticas ligadas a actividades agrícolas. Del mismo modo, es posible observar la adaptación de huayños que forman parte del panorama musical de los intérpretes. Algunas composiciones se han vuelto parte del repertorio clásico de los chacareros, mientras que otras se han vuelto símbolo de conjuntos específicos. No obstante, las wifas y jaqjatas se mantienen como elementos recurrentes en la estructura musical de estos temas, marcando intermedios musicales y fugas en la melodía. Esta constante práctica de creación musical se ve plasmada en la producción de discos y videos musicales por parte de algunos de los grupos más antiguos y mejor establecidos. Las mujeres acompañan con cánticos y exclamaciones en aymara;
Que, las prendas de vestir usadas por los hombres y mujeres de los varios centros poblados donde se practica la danza chacareros o lawa k’umus en Ácora son bastante homogéneas, si bien se advierten algunas variaciones en los colores utilizados. Entre los hombres es de uso común el pantalón negro de bayeta, camisa blanca, ojotas, faja o chumpi bordada o de color entero, una chuspa para llevar hoja de coca y aguardiente, un sombrero negro que puede reemplazarse o llevar un chullo por debajo, y ocasionalmente una pañoleta blanca que se lleva en el cuello. La prenda en la que se dan más variaciones es el chaleco que va por encima de la camisa, pudiendo ser de un único color como negro, rojo, amarillo o azul, o ser negro por adelante y tener un color diferente por detrás como blanco, naranja o celeste;
Que, en el caso de las mujeres se repite este patrón. Todas llevan puestas entre cinco y diez polleras. La que va por encima suele ser roja o rosada aunque también puede ser verde, mientras que las que van por debajo adoptan matices muy claros y vivos de verde, amarillo y mostaza. Del mismo modo, todas llevan ojotas, sombrero negro, camisa blanca con bordados en el cuello, una faja multicolor en la cintura así como wichi-wichis en las manos. La chaqueta que va por encima de la camisa puede ser verde o azul, y presenta una variedad de bordados con motivos de la flora y fauna de la región. Por encima de la misma se lleva una lliclla tejida en fibra de alpaca con diseños o de color negro, la que va atada y cruzada sobre el cuerpo sujetando a su vez un rebuso amarillo o naranja en forma de pañuelo grande que va en la espalda;
Que, los colores utilizados en el vestuario de hombres y mujeres guardan significados vinculados con las diferentes flores y plantas que crecen en la zona. En el caso de los hombres el vestuario más frecuente, de color blanco y negro, representa la flor del haba. En el caso de las mujeres se da una mayor variedad de referencias. Así por ejemplo, el color verde representa a los campos de papa en plena maduración. Del mismo modo, el rojo o rosado de la pollera frontal hace referencia a la flor de la cantuta, la flor de ortiga roja, la flor de sankayo y la flor de panqui. Mientras que los colores amarillos de las otras polleras o el rebuso que se lleva debajo de la lliclla están vinculados a plantas medicinales tales como el misico, la amira y la pinawa. En ese sentido, el vínculo de la danza con la etapa de florecimiento y cosecha celebrada a través de los carnavales se ve traducida incluso en el propio vestuario;
Que, en la actualidad, la danza chacareros o lawa k’umus está atravesando por un período de afirmación y posicionamiento como símbolo de identidad que se expresa en el fortalecimiento de sus niveles de convocatoria y participación colectiva. Los diferentes concursos de danzas que se realizan a escala distrital y regional, entre los que destaca el Concurso de Danzas Autóctonas en honor a la Santísima Virgen de la Candelaria, han jugado un rol importante en este proceso. Como lo demuestran actas de asambleas incluidas como material anexo en el expediente, fue el deseo de afirmar su identidad a través de estos espacios de representación lo que motivó a que las comunidades locales de portadores formaran conjuntos de danza, todo ello sobre la base de una práctica musical y ritual preexistente. Más aún, esto generó fusiones y fisiones entre grupos como en el caso de los centros poblados de Caritamaya y Chancachi;
Que, estos procesos han generado una serie de desacuerdos respecto al modo en que se denomina la danza. Algunos conjuntos prefieren el término chacareros, término derivado del vocablo quechua usado para designar los campos de cultivo, y que hace referencia a las personas que los trabajan y hacen producir. Otros prefieren el término lawa k’umu considerando el origen aymara del término, y que describe uno de los rasgos más característicos del instrumento con que se acompaña la danza. En ese sentido, y a partir de conversaciones con las comunidades de portadores, se ha optado por considerar como válidos ambos términos –por separado o juntos- para denominar la expresión, tomando en cuenta que ambos son usados para designar al instrumento musical, al estilo de interpretación musical y la forma danzaria;
Que, conjuntamente con las referencias históricas, el Informe N° 000095-2016/DPI/DGPC/VMPCIC/MC de la Dirección de Patrimonio Inmaterial el cual detalla las características, importancia, valor, alcance y significados de la Musica y danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus del distrito de Acora, provincia y departamento de Puno, motivo por el cual constituye parte integrante de la presente resolución, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 6.2 de la Ley N° 27444, Ley del Procedimiento Administrativo General;
Que, mediante Resolución Ministerial Nº 338-2015-MC, se aprobó la Directiva Nº 003-2015-MC, “Declaratoria de las Manifestaciones de Patrimonio Cultural de la Nación y Declaratoria de Interés Cultural”, en la que se señala los lineamientos y normas para la tramitación interna del expediente de declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación de las manifestaciones de patrimonio cultural inmaterial, correspondiendo al Despacho del Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, declarar las manifestaciones del Patrimonio Cultural Inmaterial como Patrimonio Cultural de la Nación;
Con el visado del Director General de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Directora de la Dirección de Patrimonio Inmaterial y de la Directora General (e) de la Oficina General de Asesoría Jurídica; y,
De conformidad con lo dispuesto por la Ley Nº 29565, Ley de Creación del Ministerio de Cultura; Ley Nº 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación; su Reglamento aprobado por Decreto Supremo Nº 011-2006-ED; la Directiva Nº 003-2015-MC, aprobada por Resolución Ministerial Nº 338-2015-MC; y el Reglamento de Organización y Funciones aprobado por Decreto Supremo N° 005-2013-MC;
SE RESUELVE:
Artículo 1.- Declarar Patrimonio Cultural de la Nación a la Música y danza Los Chacareros, Lawa K’umus o Chacareros-Lawa K’umus que se practica en el distrito de Ácora y algunos pueblos del distrito de Platería, en la provincia y región Puno, por tratarse de un complejo cultural que designa a la forma danzaria, al instrumento musical acompañante y a su estilo de interpretación, constituyéndose como una manifestación de los profundos vínculos que entrelazan las expresiones artísticas con prácticas rituales de manejo y control de tierras, y un sentido de veneración y respeto por la naturaleza que viene de una cosmovisión propia de la cultura aymara heredada del antiguo pueblo Lupaqa.
Artículo 2.- Disponer la publicación de la presente Resolución en el Diario Oficial El Peruano y la difusión del Informe Nº 000095-2016/DPI/DGPC/VMPCIC/MC y la presente Resolución en el Portal Institucional del Ministerio de Cultura (www.cultura.gob.pe).
Artículo 3.- Notificar la presente Resolución y el Informe Nº 000095-2016/DPI/DGPC/VMPCIC/MC a la Dirección Desconcentrada de Cultura de Puno, la Municipalidad Distrital de Ácora, Municipalidad Distrital de Platería, la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno y la Federación Distrital de Folklore y Cultura de Ácora, para los fines consiguientes.
Regístrese, comuníquese y publíquese.
JUAN PABLO DE LA PUENTE BRUNKE
Viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales
domingo, 24 de abril de 2016
NOTICIAS DE LA TIERRA NUESTRA
NOTIPUNO24ABR16
Redes Pachamama.- Este próximo 30 de abril en el evento
regional de las organizaciones populares, gremiales y sindicales de Puno,
acordarán la fecha para una posible paralización indefinida sobre las 10
plantas de tratamiento, señaló el secretario del Frente de
Organizaciones Populares de Puno (FOP), Cesar Hugo Tito Rojas.
“Hemos iniciado las gestiones desde el año pasado, donde se ha determinado los ejes temáticos que se abordará en el evento internacional que se realizará del 21 al 24 de marzo del año 2017”, mencionó.
Asimismo destacó que para la realización del Congreso Internacional se ha requerido de un presupuesto que 1 millón 400 mil soles, en donde se viene formulando un proyecto de inversión pública para costear los gastos del evento internacional.
“La actividad se realizará del 21 al 24 de marzo del 2017, al ser este un congreso mundial” dijo. Aseguró además que vienen realizando las coordinaciones con una comisión multisectorial, conformada por la Universidad Nacional del Altiplano, DIRCETUR, el INIA y entre otras instituciones.
Organizaciones Populares de Puno (FOP), Cesar Hugo Tito Rojas.
Estas declaraciones las dio tras la reunión sostenida en la
capital Lima este último viernes 22 de abril, donde la actitud del Estado
Peruano no fue como lo esperaban; ya que no se declaró de interés nacional la
construcción de las 10 plantas de tratamiento para la Región.
A la letra señaló “Nos sentimos burlados con la actitud de
la bancada representativa de la región Puno, quienes solo se acercaron para
blindar al actual gobierno presidido por el mandatario nacional, Ollanta
Humala”, por lo que consideran que no hay voluntad política por parte del
Estado Peruano.
Del mismo modo el presidente de la Central Única de Barrios
y Organizaciones populares (CUBUP), Percy Mayta, coincidió con las
declaraciones del representante del FOP Puno. Además dijo que con esta actitud
de traición por parte del Gobierno y Congresistas están programando una
movilización para dar respuesta política al Estado Peruano.
DRA SOLICITA MÁS DE
S/ 1 MILLÓN 400 MIL PARA CONGRESO INTERNACIONAL DE LA QUINUA.
ONDA AZUL 24BR16.- El director Regional de Agricultura de
Puno, William Pablo Morales Cáceres, señaló que se vienen realizando las
coordinaciones para la realización del Congreso Mundial de la Quinua con sede
en Puno.“Hemos iniciado las gestiones desde el año pasado, donde se ha determinado los ejes temáticos que se abordará en el evento internacional que se realizará del 21 al 24 de marzo del año 2017”, mencionó.
Asimismo destacó que para la realización del Congreso Internacional se ha requerido de un presupuesto que 1 millón 400 mil soles, en donde se viene formulando un proyecto de inversión pública para costear los gastos del evento internacional.
“La actividad se realizará del 21 al 24 de marzo del 2017, al ser este un congreso mundial” dijo. Aseguró además que vienen realizando las coordinaciones con una comisión multisectorial, conformada por la Universidad Nacional del Altiplano, DIRCETUR, el INIA y entre otras instituciones.
5000 M² EN ALTO
PUNO, PARA INFRAESTRUCTURA DE INNOVACIÓN TEXTIL.
ONDA AZUL 23ABR16.- El Secretario General de la
Municipalidad Provincial de Puno, Heráclides Ojeda Huarilloclla, informó que en
la última Sesión de Consejo Municipal se puso como agenda la afectación en uso
del terreno de una extensión de 5 mil metros cuadrados, ubicado en el centro
poblado de Alto Puno, a favor del Ministerio de la Producción.
Precisó que la finalidad es para la construcción de la infraestructura del Instituto Tecnológico de la Producción y posteriormente el equipamiento del centro de innovación textil de camélidos sudamericanos.
Precisó que la finalidad es para la construcción de la infraestructura del Instituto Tecnológico de la Producción y posteriormente el equipamiento del centro de innovación textil de camélidos sudamericanos.
Aclaró que la vigencia es de 10 años para el funcionamiento
del Instituto y una vez culminada el tiempo establecido, debe retornar la
titularidad del bien a favor de la Municipalidad Provincial de Puno.
RECTOR DE UNA PUNO NO
SANCIONA POR TRÁFICO DE EXÁMENES
CORREO 23ABR15.- En
los últimos procesos se descubrió a personas que sacaban las pruebas, lo que ha
generado desprestigio.
El rector de la
Universidad Nacional del Altiplano (UNA), Porfirio Enríquez Salas, salió ayer a
defender a esta casa de estudios de las denuncias que un sector de los
estudiantes realizaron en días anteriores, respecto al presunto
negociado de claves de respuesta durante los exámenes de admisión.
En conferencia de prensa, la autoridad universitaria admitió
que se han presentado dos graves denuncias y hay investigaciones en curso, pero
desestimó que tales casos hayan salido producto de las investigaciones de los
dirigentes estudiantiles.
“El personal de
la universidad hizo las intervenciones a las personas involucradas antes de que
se realicen los exámenes, estamos trabajando para guardar el prestigio de la
universidad”, dijo con rostro enrojecido.
LOS
CASOS. Enríquez se refiere al caso de los hermanos José Antonio y Uriel
Paxi Garnica, quienes fueron sorprendidos en los servicios higiénicos de la
Universidad Nacional del Altiplano (UNA), durante el examen de admisión
realizado el domingo 10 de enero del presente año, cuando uno le pasaba al otro
aparentemente las respuestas de la prueba.
Asimismo, a otra intervención realizada en el examen del 20
de marzo, en donde se detuvo a Rolando Laynes Huisa Tisnado, estudiante de la
Escuela profesional de Administración y Khatia Estefanía Chicani Vilca de la
Escuela profesional de Ingeniería Topográfica, también en presuntos actos de
vender respuestas de la prueba.
El rector, los vicerrectores y sus asesores jurídicos
afirmaron ante la prensa puneña que la UNA está colaborando con el Ministerio
Público en las investigaciones que se realizan en ambos procesos.
“Nos exigen
sancionar inmediatamente, pero no lo podemos hacer porque hay que respetar el
debido proceso, las denuncias se hicieron en las instancias correspondientes”, dijeron.
SE PROMUEVE EL USO
DEL IDIOMA ORIGINARIO EN JUICIOS DE AIMARAS EN PODER JUDICIAL
Correo Puno 234abr16.- El Juzgado Mixto del distrito de
Desaguadero, a cargo de Marco Antonio Ticona Miranda, es una de las
dependencias donde se viene reportando el desarrollo de audiencias en aimara,
informó el Poder Judicial.
Y es que en estos últimos meses, en coordinación con el
personal judicial de este órgano jurisdiccional que domina el aimara, vienen
realizando sus audiencias en el idioma originario cuando así lo requieren las
partes, constituyéndose en un importante porcentaje de las audiencias que allí
se desarrollan.
“Un ejemplo es en
el expediente 60-2016 sobre violencia contra la mujer seguido por TAQ en contra
de JCVA, en la que se dicto medidas de protección en audiencia oral en idioma
aimara, donde se tuvo la valiosa colaboración como traductora a Mary Elenia
Tapia Sánchez, quien es secretaria judicial de la sede de Desaguadero; donde
pudimos ver que la parte agraviada, se sintió más confiada al hablarle en su
idioma originario y comprendió la importancia de las medidas que se dictaron
para su protección ese día”, manifestó Ticona Miranda, en una entrevista
realizada vía telefónica.
PIONERO. Como se sabe, el Distrito Judicial Puno
ha sido uno de los primeros en dictar sentencias en el idioma originario de
esta región, vale decir en quechua y aimara, lo que se ha convertido en un
aliciente para todos los magistrados de la Corte Superior de Justicia de Puno,
quienes ponen todo el esfuerzo a fin de lograr en la medida de las
posibilidades, contribuir al cumplimiento de los objetivos trazados.
En junio de 2015 se hizo una simulación de audiencia en
aimara, el acto fue ejecutado por estudiantes Universidad Andina Néstor Cáceres
Velásquez (UANCV), autoridades universitarias y representantes del sistema
judicial de Puno.
El juez autor de la
primera sentencia en lengua nativa (aimara), fue Julio Cesar Chucuya, además
participaron el fiscal Miguel Ángel Montufar y el abogado de la Defensa
Pública, Percy Mejía
Se promueve el uso del idioma originario en juicios de aimaras
Audiencias son posibles gracias al apoyo del personal que habla con fluidez en distrito de Desaguadero