Escribe: Edmundo Cordero Maldonado | LOS ANDES 17abr2016
El sábado 2 de abril, la magia de la danza puneña inundó
el escenario del Gran Teatro Nacional con la presentación del espectáculo
denominado Retablo de Candelaria, a cargo del Elenco Nacional de Folclore. Fui
afortunado en asistir a este evento en compañía de mi señorita hija y con un
público por demás alegre, que colmó las butacas del teatro; fuimos cómplices
del éxito de una noche en la que la danza puneña nos deleitó de una forma
completa.
El Elenco Nacional de Folclore puso en escena un espectáculo
inspirado en la Fiesta de la Virgen de la Candelaria, que supo armonizar rito,
mitos, héroes y heroínas de nuestras danzas, ataviados correctamente y acompañados
de un marco musical muy bueno que contagiaba alegría y llevaba a nuestros
sentidos a ser parte del espectáculo.
El programa estuvo compuesto de Carnaval de Santiago de
Pupuja, Sikuris de Taquile, Wifala de Unucajas, Llamerada, Kullawa, Waca Waca,
Caporales, Morenada y Rey Moreno, Diablada y Cacharpari. Se inició el
espectáculo con el ritual de ofrenda a la pachamama, el yatiri a través del
quechua expresaba sus peticiones, oraciones y agradecimientos a los apus de
nuestra tierra y a la propia qochamama, este ritual generó un silencio de
respeto mientras se llevaba a cabo,
podría decir que obtuvieron la licencia de
nuestras deidades para que el espectáculo se lleve a cabo como se esperaba.
Las expresiones de música y danza presentadas esa noche
reafirmaron nuestra identidad puneña, los recuerdos de lo vivido en nuestro
mágico Puno se hicieron presentes, fue un volver al imaginario de los amigos,
la familia, el conjunto en el que bailamos en la fiesta, nuestros paisajes, la
música, e incluso nuestra lluvia y los días soleados; pude comprobar que aún en
el escenario de un teatro para los puneños la danza representa un fenómeno
social más que entrenamiento y diversión, sin temor a equivocarme el
espectáculo reflejo con acierto la manifestación comunitaria que se vive en
días de fiesta.
El desarrollo del espectáculo no tuvo intermedios, fue un
discurrir continuo de una danza tras otra, no hubo maestro de ceremonia,
probablemente me extrañe este formato de presentación porque debo confesar que
aún no entiendo mucho este patrón de espectáculo, me imagino para una persona
que no conoce mucho sobre Puno y su folclore le ha podido generar alguna
confusión, pese a que al ingresar al teatro a los espectadores se les brindó un
programa muy bien presentado que contenía la información necesaria sobre el
espectáculo, pero por la baja iluminación que llegaba a la butaca era casi
imposible leer el contenido del mismo.
Llamó la atención algunos detalles, que no guardaban
relación con lo presentado, por ejemplo en la llamerada y el sikuri de Taquile
exageraron en exclamaciones no propias de la danza, y de ser danzas de carácter
agrícola pastoril parecían danzas guerreras.
La diablada puneña se presentó con el preludio del sikuri
(estilo mañazo), le faltó transmitir el mensaje de alegría, la expresión libre
de diversas figuras, estuvo demasiado esquematizado y no hubo un desarrollo
natural hacia la diablada, los productores del espectáculo no han captado la
esencia del sikuri.
El escenario de presentación del Teatro Nacional cuenta con
un mecanismo que permite que se pueda fraccionar hasta en tres partes, en
muchas danzas los danzarines aparecieron desde la parte inferior del escenario,
mientras otro grupo se encontraba bailando en el mismo. Se utilizó el efecto de
figuras inmóviles las que se asemejaban a estampas fijas casi como estatuas, y
luego explotaban en la danza dándole un marco de sorpresa que permitió la
combinación de movimiento y estática, rapidez y lentitud, escenario colmado de
bailarines versus escenario con pocos actores.
La ambientación del escenario estuvo basado en un retablo,
esta decisión tal vez no fue la más acertada para el marco del desarrollo de
las danzas, se pudo optar por escenografías urbanas y rurales de nuestra
región. Esta ambientación estuvo apoyada con tecnología a través de la
proyección dinámica de imágenes diversas de la región y de nuestra festividad,
por ejemplo cuando se presentó el Sikuri de Taquile se proyectó paisajes de la
isla acompañado de una intensa lluvia, daba la sensación de estar en Puno, de
sentir el agua, el frío y la necesidad de protección; de similar forma en la
presentación de otras danzas sentía que estábamos en el parque pino o nuestra
plaza de armas con los músicos situados en el atrio de la catedral, como suele
suceder en la fiesta.
Esta presentación estará en escena durante varios días, y
por lo visto a escenario repleto de espectadores en todas las fechas, este
fuerzo de la Escuela Nacional de Folklore se ve coronado por la respuesta del
público asistente, la cobertura de la prensa y anima a que se sigan realizando
presentaciones similares, que bueno.
El equipo de producción detrás de esta presentación
realmente es impresionante, son aproximadamente 22 personas que cumplen
diferentes funciones entre responsable de vestuario, técnico de escena,
diseñador del retablo, realizador de escenografía, etc
Esta presentación me trae a recuerdo los esfuerzos que
realizamos en Puno con la Asociaron de Arte y Música Qotamarka, las
presentaciones se ejecutaban con mucho entusiasmo, trabajo, sin embargo no
contábamos con los recursos económicos necesarios. Las personas responsables
que éramos muy pocos cumplíamos muchos roles a la vez, desde director de danza,
encargado del vestuario, el que realizaba el contrato con el municipio para el teatro,
contrato con equipo de sonido, ambientación, responsable de la propaganda, el
que cargaba los bultos para el vestuario y muchas veces también bailarín, y al
rendir las cuentas casi siempre estábamos en rojo, porque el día de la
presentación el público no asistía como uno esperaba al teatro, terminábamos
endeudados y tristes, aun así lo hacíamos con gusto y a pesar de la desazón
volvíamos a presentarnos y de nuevo a los ensayos de muchas horas, muchos días,
a veces no había ni para el agua pero si compromiso, vocación y ganas de seguir
llevando el nombre de Puno por siempre a través de esto que nos gusta hacer
tanto, bailar.
Los puneños debemos sentirnos orgullos de la herencia
cultural que tenemos, de nuestras danzas de nuestras vivencias.
FICHA TÉCNICA:
Institución: Elenco Nacional de Folclore.
Fechas de presentación: abril 9, 10, 12, 16, 17, 19 y 20
Programa: Carnaval de Santiago de Pupuja, Sikuris de Taquile, Wifala de Unucajas, Llamerada, Kullawa, Waca Waca, Caporales, Morenada y Rey Moreno, Diablada y Cacharpari
50 bailarines y bailarinas // Director artístico: Fabricio Varela // Director musical: Eddy Sánchez //
Institución: Elenco Nacional de Folclore.
Fechas de presentación: abril 9, 10, 12, 16, 17, 19 y 20
Programa: Carnaval de Santiago de Pupuja, Sikuris de Taquile, Wifala de Unucajas, Llamerada, Kullawa, Waca Waca, Caporales, Morenada y Rey Moreno, Diablada y Cacharpari
50 bailarines y bailarinas // Director artístico: Fabricio Varela // Director musical: Eddy Sánchez //
Para esta producción fue necesario contar con:
1 Maestro de danza; 16 músicos; 1 asistente administrativo; 1 responsable de vestuario; 1 técnico de escena; 1 productor general; 1 diseñador del retablo; 2 realizador de escenografía; 1 diseñador de iluminación; 1 sonidista de sala; 1 sonidista de monitores; 1 responsable de textos; 2 responsables de fotografía; 2 diseño gráfico; 1 Diseñador y realizador de visuales; 2 personas para tomas de archivo 2
1 Maestro de danza; 16 músicos; 1 asistente administrativo; 1 responsable de vestuario; 1 técnico de escena; 1 productor general; 1 diseñador del retablo; 2 realizador de escenografía; 1 diseñador de iluminación; 1 sonidista de sala; 1 sonidista de monitores; 1 responsable de textos; 2 responsables de fotografía; 2 diseño gráfico; 1 Diseñador y realizador de visuales; 2 personas para tomas de archivo 2
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