"EL PASADO ES LO REAL" EN LA POESIA DE
ALBERTO
VALCARCEL
Gloria Mendoza Borda*
C |
uando milité en el Grupo Oquendo, Alberto Valcárcel era
contemporáneo nuestro, sin embargo, no pertenecía al grupo, aunque la relación
era sumamente amical. El joven poeta de Vuelco a pasos se convirtió en
el prefecto más joven del Perú. Por esos años en Juliaca vivíamos la
efervescencia de una poesía distinta, la amistad de don Vicente Benavente el
poeta de las calceteritas y de José Parada Manrique y su gesto señorial.
Con la edad que entonces teníamos, en la lectura de ese nuevo albor, comprendo
que nos habíamos adelantado al tiempo.
Han pasado varias décadas desde que Alberto
Valcárcel publicara sus primeros libros. Estamos frente a un poeta de largo
tránsito por diferentes ciudades del país, un mitimae de la poesía y con varios libros publicados. Incluso un
libro que escriben sobre él.
Algunos dicen que no se debe hablar de generaciones,
en nuestro caso, claro que sí, pertenecemos a la generación de ruptura con lo
tradicional, tratamos de lanzar nuestro propio lenguaje literario, una actitud
que va más allá de un realismo de moda. La generación del 70 de Lima y
provincias, éramos los irreverentes del momento.
En Puno, dábamos recitales en espacios públicos, en
el Parque Pino, en el Parque Dante Nava envolviéndonos en su orgullo aymara. Y
cómo no tener esas actitudes transgresoras si antes que nosotros un Oquendo de
Amat había escrito uno de los libros más sorprendentes en la historia de la
literatura peruana con el epígrafe "Abra el libro como quien pela una
fruta".
Si antes de nosotros, un Efraín Miranda Lujan con el
Orgullo Aymara de Dante se había confinado como maestro en comunidades
campesinas, y en vacaciones salía con nuevos libros como Muerte Cercana. Los escritores puneños esperamos un mayor
detenimiento en el estudio de la obra de Miranda Luján.
Gloria Mendoza y Alberto Valcárcel |
El poeta puneño Vladimir Herrera se presentaba en
las movilizaciones en favor de las reformas de Velasco Alvarado en Cusco. Cuando
todos gritaban a viva voz 'Causachun!, Vladimir aparecía con una bandera
negra, era anarquista, los demás quedábamos asombrados. Entre esas
irreverencias se distinguía Alberto Valcárcel, bastante formal en su vestir, su
poesía desde el inicio tuvo un sello muy suyo. Me complace hacer este breve
testimonio y hablar un poco de su libro Cantos Extraviados y Vuelco a
Pasos, editado por la Biblioteca Nacional del Perú. En este libro han sido
reunidos los poemarios escritos hace más de tres décadas.
En ELEGÍA (1966) Alberto Valcárcel vuelve los
ojos al pasado en la ciudad de los vientos, es la nostalgia de un pasado
cercano, recordemos a Susan Sontag cuando afirma que "El pasado es lo
más real de todo". Escuchemos a Valcárcel en esa nostalgia del pasado
repensando que todo pasado fue mejor en medio de cantidades de naranjas en
Juliaca, la naranja es la fruta popular de las zonas rurales:
Yo/ descendía/ con los vientos/ y las solitarias/ dulces praderas.
Habitaba/ los pequeños huertos/ con sus rojos pájaros/ de alba/ sus
naranjas doradas/ por el amor/ y los mansos gusanos/ florecidos en la lluvia
El poeta concluye este primer libro con el epígrafe Me
levantaré después en otra danza donde trasunta la voz sencilla del ser
humano que pasa por la vida porque el poeta es él y su otro yo la conciencia
social:
Soy/ tan sólo/ una migaja de vida/ agonizando entre la gente.
En CANTOS EXTRAVIADOS Alberto Valcárcel
empieza con el poema Has construido hombres en medio de este canto que es
mañana que manifiesta su adhesión al socialismo y canta:
José/ Carlos/ de fuego/ y fábrica/ cuando te nombro/ se me crispa la
sangre/ y se pone de pie/ frente a las gentes
Mariátegui/ de pan mayúsculo/ cuando te canto/ aquí/ fuera del tiempo
En el poema A mí me dio muchas palabras y yo nada
el poeta se dirige al fundador de la literatura indigenista y se dirige a él
con intensidad y orgullo:
Gamaliel Charata/ eres/ más lindo que cualquier abuelo
Uno de los poemas que me impresionó es La Ronda de
la poesía. Se puede escribir sobre cualquier asunto y se puede leer también
poesía en cualquier lugar:
Te pueden/ leer/ y releer/ en el baño/ en la cocina/ oh poesía/ hasta
el cansancio
Luego tirarte/ grano por grano / de verso en verso/ al basurero
0/ entre los trapos/ sucios/ dejarte sola/ para que sufras
hermana linda/ silvestre amante/ pastora buena
En este libro también estamos frente a poesía que
nos habla del entorno familiar y es la ciudad de los vientos el eje de este
poetizar en Rodeos aledaños desde la torre de mi casa:
Me parece estar/ en la cocina/ calentando un poco de arroz/ de ayer/
Mamá se preocupaba demasiado
En el libro encontramos una carta del poeta de Los Salmos Ernesto Cardenal (Nicaragua), que con el tiempo se ha convertido en un texto documental "te felicito porque además de escribir tienes una actitud revolucionaria". ¿Y qué nos dice de esa actitud revolucionaría Alberto?
El último libro Vuelco a pasos de su poesía
reunida el poeta nos habla del amor, pero aún en esta temática aflora el ande.
Ningún poeta puneño asevera Jorge Flórez Aybar puede correr de la influencia
altiplánica. Alberto Valcárcel en el amor se siente un Inca Poderoso:
el colibrí/ ausencia tu espesura/ ya de ocaso/ pues si no amaneces/ yo
Inca te daré del Ande/ sólo el frío.
Mis conceptos sobre poesía son particulares.
Escribir poesía es explorar nuestro subterráneo, recorrer nuestra esperanza,
trajinar nuestros abismos, nuestras arterias, nuestro inconsciente; para los
puneños allí está el lago de nuestra infancia. El agua envuelve nuestras
palabras. El agua es el espejo de nuestro camino. Sin embargo, la poesía no
solamente tiene que ser intimista, intuitiva. Nos duele la situación social del
país y nos preocupa una poesía de raíces. La poesía social siempre ha estado
acechante. La poesía es una flor crecida en el silencio. Poesía es la mágica
comunicación con la naturaleza, en esta conceptualización mía encuentro la obra
de muchos escritores así como la poesía de Alberto Valcárcel.
Finalmente puedo decir que se trata de una poesía de
mucha calidad, una poesía de palabras precisas, de títulos espectaculares a
veces más largos que los poemas, bellas y diversas imágenes. Un lenguaje
condensado.
Alberto Valcárcel aporta a la poesía peruana una voz
lograda, personal y con raíces. Es cierto que en el Perú se rinde más culto a
la personalidad, existen círculos cerrados donde se echan flores entre ellos,
esos círculos suelen ningunear y peor si el poeta es provinciano. Esperamos que
se escriba una historia literaria en base a la obra misma y no a las personas.
La obra de Alberto Valcárcel es largamente trabajada y meditada.
Felicitaciones por aún sentir el soplo del viento de Juliaca, el ruido
de las bocinas de la estación ferroviaria, el Café Dorado eterno en la memoria,
los montes de naranjas en el antiguo Chupecato,
los tejidos multicolores de las calceteras y el tayta Huaynaroque auscultando
todos nuestros caminos. <>
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