ENCUENTRO CON MARÍA LUQUE
Christian Reynoso
F |
Christian Reynoso con María Luque |
María
nos recibe en su habitación. Está acostada y no puede moverse mucho por una
reciente operación a la columna. También sufre de diabetes y recibe diálisis,
nos cuenta. A sus 63 años (nació el 19 de marzo de 1961), aún debería estar
fuerte, pero no ha tenido suerte con la salud; sin embargo, mantiene el ánimo y
espera recuperarse pronto. Tiene cosas que hacer. Fanny aprovecha para llamarle
la atención, pues debe cuidarse y guardar reposo. Por lo pronto, ella le ayuda
con todo. María sonríe ante su hija y recibe la rosa que le hemos llevado de
regalo. Enseguida, pide su sombrero. Quiere estar guapa frente a nosotros.
Nos
sentamos al pie de la cama y empieza a contarnos de ella y cómo se convirtió en
actriz y cómo eso le ha servido en la vida. Vivió su niñez en su Camacho natal
y luego se vino a El Alto para estudiar. Su madre murió cuando estaba en sexto
de primaria y desde entonces vivió con su abuela. Se casó a los 20 años y puso
su puesto de ropa, cosméticos y útiles escolares en la hoy famosa feria 16 de
julio. Entre los recuerdos de su niñez está el deslumbramiento por la
televisión. Se preguntaba cómo las personas podían entrar en ese cajoncito y
moverse y hablar. Ella quería hacer eso. Tal vez ahí estaba el germen de lo que
vendría después: la actuación.
A
sus cuarenta años María Luque aún no tenía consciencia de lo que era ser una
actriz. Su vida transcurría entre el trabajo y los hijos, hasta que sufrió un
episodio de violencia familiar. Su esposo bebía y las cosas se descontrolaron.
La crisis se agudizó y María tuvo que recurrir al Centro de Promoción de la
Mujer Gregoria Apaza de El Alto para recibir ayuda. Allí conoció a Erika Andia,
directora y actriz boliviana, famosa por su papel en “¿Quién mató a la llamita
blanca?” (2006), quien dirigía talleres de teatro. De esta manera, en 2007,
María recibió su primera clase de actuación. Su vida cambió.
Empezó
con una obra en la que, junto con otras mujeres, actuaba y testimoniaba su
condición de mujer en situación de violencia. La obra se presentó en todos los
distritos de El Alto. María empezó a destacar y poco a poco la llamaron para
radionovelas, spots, documentales y películas. “Ha sido un cambio grande para
mí, iba con mi aguayito al taller y memorizaba lo que tenía que decir”, nos
cuenta. Su primer papel en el cine fue el de una abuela en “Campo de batalla”
(2011), una película sobre la migración. Con el tiempo ha actuado en “Pacha”,
“Averno”, “Lo peor de los deseos”, “Viejos soldados”, entre otras, y en la
serie “La reina del sur” (“vi a la Kate del Castillo de lejos”, recuerda),
hasta que llegó la oportunidad de “La piel más temida”, gracias a uno de los
actores, Amiel Cayo (el camionero Víctor), que la presentó al director Joel Calero,
para que interpretara a la abuela Dominga.
María Luque |
Sobre
su marcado dejo boliviano que se deja oír en la película, el director le dijo
que no se hiciera problemas, que hablara natural. Y así fue. “Me metí en el
papel y solo actué”. Fue como un sueño del que despertó solo cuando acabó el
rodaje y tuvo que volver a Bolivia. “Me vine llorando en el avión”, nos dice.
“Todos en la productora me trataron bien y les agradezco. Me sentí en familia y
me da gusto que en Perú hayan visto la película”. Esto da pie para que María
hable sobre el cine boliviano: “Aquí en Bolivia se ven mucho más las
producciones extranjeras y no valoran lo nuestro, por eso yo sigo apoyando lo
que se hace aquí”. Por ahora, María espera mejorar de salud y seguir actuando.
También tiene planeado ir a bailar a la fiesta de la Virgen de Urkupiña, en
Cochabamba, y comer una sajta de pollo que es su plato favorito. <>
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