EUSEBIO QUIROZ PAZ-SOLDÁN
por Luis Fernando Apaza
La República, 24 de abril, 2023
Eusebio Quiroz Paz Soldán, uno de los referentes del
estudio de la historia de Arequipa, falleció este lunes 24 de abril a los
82 años en su ciudad natal, luego de estar internado en una clínica por 15
días. Amó a la Ciudad Blanca y fue uno de los conservadores de su identidad. En
un discurso, en 2021, por aniversario de esa localidad, dijo: “Lo único que he
hecho es trabajar y amar a Arequipa”.
Nació el 26 de noviembre de 1940. Según contó, aprendió a
leer antes que muchos de su edad debido a un accidente que sufrió de niño en el
ojo derecho. Gustaba de escuchar la música clásica y los yaravíes. Fue
admirador de Jorge Basadre, uno de los referentes historiadores e
historiógrafos peruanos de la época republicana y contemporánea.
Sus padres fueron Pedro Quiroz Pantigoso y Dymphna Paz
Soldán. Realizó sus estudios básicos en el colegio San Francisco de Asís y los
superiores en la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. Fue
docente en la citada casa de estudios, en la Universidad Católica de Santa
María y la Universidad San Pablo de Arequipa.
EUSEBIO QUIRÓZ PAZ SOLDÁN: EL HISTORIADOR MÁS PERSEVERANTE
por Pedro TORRES, Diario Correo, 11/07/2021
Hasta antes de la pandemia, verlo en una silla amplia, rodeado por los anaqueles de su biblioteca repleta de libros, apuntes, recortes periodísticos, cartas y otros textos apilados, incluso, sobre el escritorio, trabajando y estudiando, era la escena común cuando alguien lo visitaba, hoy solo permanece en el recuerdo y las fotografías.
El historiador se ha desprendido de su refugio y sus tesoros. Vendió su casa de la Cooperativa Universitaria porque le resultaba muy oneroso su mantenimiento para la pensión modesta que recibe. La vivienda la construyó con gran esfuerzo, viajó al extranjero para conseguir recursos que su esposa, Lucy Pacheco, usó para edificarla. “Me entregó la casa hecha, aunque no me rindió cuentas de lo gastado”, bromea.
Tiene un legado de libros
Los libros que lo rodeaban tampoco están con él, donó su biblioteca. Unos 5 mil textos que atesoraba en su antigua casa que ha pasado al cuidado de una universidad privada. La Católica San Pablo tiene la custodia de diversas obras de historia y algunos títulos dedicados por el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el historiador Jorge Basadre Grohman, “La vida y la historia”, un especial tesoro de quien considera su maestro, aunque no le enseñó en las aulas.
“No era adecuado que la venda. Nadie me la hubiera comprado. La gente prefiere un carro moderno que una biblioteca. Ahora hay la creencia de que todo se aprende por Youtube y Netflix. En la universidad la van a cuidar para que los jóvenes puedan consultar en ella”, confiesa en voz baja, revelando un secreto que hubiera preferido guardar.
Problemas de salud que lo aquejan
Ha perdido la vista casi por completo por la diabetes que padece, y aunque ya no guarda la esperanza de seguir recurriendo a su archivo personal para sus proyectos, confiesa que mantiene vivo el gusto de seguir escribiendo con ayuda. “Antes leía mucho y dormía poco, ahora duerme poco, y escucha lecturas, “trato de seguir un camino y un propósito”, reflexiona.
“Yo soy un negado de Dios para tocar instrumentos o cantar, pero me siento feliz de los recuerdos que tengo, aunque a veces el exceso de ellos me cause dolor de cabeza, tengo recuerdos limpios en el corazón y la mente”, refiere el historiador.
No descuida su cuidado personal
Para esta entrevista, Don Eusebio viste un traje oscuro, chaleco, corbata y camisa como el que solía utilizar en su juventud para dar la impresión de ser mayor de edad y colarse en el café Le Paris de la calle Moral, donde charlaba con docentes del colegio militar, siempre ha sido amiguero dice mientras se toca las yemas de los dedos que han perdido sensibilidad por los piquetazos diarios para controlar su glucosa.
Asegura que tiene una “pandilla de amigos”, una de sus amistades la mantiene, incluso, desde los cuatro años de edad, pero el contacto con ellos ya no es el mismo desde hace más de un año.
La pandemia por el nuevo coronavirus le ha cortado las reuniones amicales y el gusto de caminar por las calles de su querida Arequipa.
El historiador ha tenido siempre una vida intensamente familiar. Es muy unido a sus hijos y a sus nietos, pero la pandemia le ha impedido abrazarlos. Por seguridad y precaución uno de sus nietos, de 12 años, tuvo que contemplarlo por la ventana, rememora que aquel día rompió en llanto. Mientras cumplía fielmente su aislamiento junto a su esposa para que el virus no llame a su puerta, la enfermedad le arrebató la vida de un hermano, un sobrino y uno de sus cuatro hijos. Lamenta no haber podido acompañarlos en sus entierros.
“Yo soy un negado de Dios para tocar instrumentos o cantar, pero me siento feliz de los recuerdos que tengo, aunque a veces el exceso de ellos me cause dolor de cabeza, tengo recuerdos limpios en el corazón y la mente”, refiere el historiador.
No descuida su cuidado personal
Para esta entrevista, Don Eusebio viste un traje oscuro, chaleco, corbata y camisa como el que solía utilizar en su juventud para dar la impresión de ser mayor de edad y colarse en el café Le Paris de la calle Moral, donde charlaba con docentes del colegio militar, siempre ha sido amiguero dice mientras se toca las yemas de los dedos que han perdido sensibilidad por los piquetazos diarios para controlar su glucosa.
Asegura que tiene una “pandilla de amigos”, una de sus amistades la mantiene, incluso, desde los cuatro años de edad, pero el contacto con ellos ya no es el mismo desde hace más de un año.
La pandemia por el nuevo coronavirus le ha cortado las reuniones amicales y el gusto de caminar por las calles de su querida Arequipa.
El historiador ha tenido siempre una vida intensamente familiar. Es muy unido a sus hijos y a sus nietos, pero la pandemia le ha impedido abrazarlos. Por seguridad y precaución uno de sus nietos, de 12 años, tuvo que contemplarlo por la ventana, rememora que aquel día rompió en llanto. Mientras cumplía fielmente su aislamiento junto a su esposa para que el virus no llame a su puerta, la enfermedad le arrebató la vida de un hermano, un sobrino y uno de sus cuatro hijos. Lamenta no haber podido acompañarlos en sus entierros.
Tuvo trayectoria en política
Eusebio Quiróz es social cristiano desde los 18 años y tuvo una breve incursión en la política en el año 2000, cuando el hoy encarcelado Alberto Fujimori Fujimori, tenía la intención de postular, por tercera vez, a la presidencia de la República. Su amigo y periodista, Pedro Planas, fue quien lo impulsó y convenció de postular al Congreso en las filas de la agrupación Somos Perú. El desaparecido sociólogo, José Luis Vargas, su amigo entrañable, escribió en el libro “Entre Arequipa y la Historia” de Carlos Rivera, que, para la campaña, Gonzalo ‘Chalo’ Guillén, dibujante arequipeño, fue quien se encargó de elaborar la caricatura de Eusebio Quiroz. “La balada del gordo” del dúo argentino Juan & Juan que en una de sus estrofas dice: la pinta es lo de menos, vos sos un gordo bueno, alegre y divertido, sos un gordito simpaticón, acompañó el spot televisivo y el jingle radial de la campaña.
Eusebio Quiróz no ganó la elección para formar parte del Congreso en el que Gerardo Cruz Saavedra juró ¡Por Dios y por la plata! Ahora no es ajeno al acontecer político del país y la polarización que se vive por las elecciones. Considera que es fundamental que la clase política y en general el país se libere de los enemigos que señaló el historiador, Jorge Basadre: los podridos, los congelados e incendiados.
“Los primeros se llevan al país en el bolsillo, los segundos quieren ver avance, pero no hacen nada, no mueven un dedo, y los terceros son los que quieren meter bombas por todas partes. Debemos amar al Perú como es, como una patria y ser capaces de poner todo el esfuerzo para sacarlo adelante, para servir y hacer mejor a la nación, no para llenarnos el bolsillo”, reflexiona.
Más de 50 años en las aulas
El investigador arequipeño tuvo formación católica y estudió en el colegio San Francisco, en la universidad se matriculó en la facultad de Letras y optó por Historia hasta obtener su Doctorado, también ingresó a la facultad de Educación y Derecho logrando el grado de Bachiller.
Eusebio Quiróz Paz Soldán ha dedicado a la enseñanza más de 50 años, desde los 17 años de edad, en un colegio secundario, luego en la Universidad San Agustín, la Católica Santa María, San Pablo y La Salle.
OBRAS DE EUSEBIO QUIROZ PAZ SOLDÁN
Escribió y publicó varias obras, algunas de ellas son:
Cien años después 1879-1979; reflexiones sobre la Guerra del
Pacífico”. Fue publicado en 1984 y ganó el premio del concurso de historia
organizado por la Fundación Manuel J. Bustamante de la Fuente
“La imagen histórica del Almirante Miguel Grau” (1991)
“Arequipa en la Guerra con Chile” (1991)
“En torno a mi ciudad: Arequipa” (1988)
“Historia
General de Arequipa” (1990) coautor con Máximo Neira, Guillermo Galdos,
Alejandro Málaga y Juan Guillermo Carpio Muñoz
“101 años de historia y tradición jurídica. Ilustre Colegio de Abogados de Arequipa”
(2012)
“Historia de la Academia Lauretana de Ciencias y Artes” (1999) en coautoría con
Héctor Ballón y Guillermo Galdos
“Obra Histórica de Arequipa” (2011)
Arequipa, pasado y presente (1990)
Jorge
Basadre: maestro y amigo (2004)
Para enseñar
historia del Perú (2008)
Identidad
Cultural Mestiza de Arequipa (2020)
Premio Nacional de Historia (1979).
En el año 2019 fue declarado Hijo ilustre de la ciudad de
Arequipa.
Reconocimiento como “Arequipeño del bicentenario”, a cargo
de la Municipalidad Provincial de Arequipa en 2021.
EUSEBIO QUIROZ, EL HISTORIADOR QUE RESCATA EL MESTIZAJE EN AREQUIPA
Agencia Peruana de
Noticias Andina, 4 octubre 2022:
Eusebio Quiroz Paz Soldán creció entre la música clásica y los yaravíes, se
formó en un colegio católico con niños de diferente origen social y estudió en
la Universidad Nacional San Agustín para ser abogado, pero decidió ser
historiador. Sin proponérselo, se ha convertido en un referente vital de la
identidad arequipeña y, por ende, de la cultura peruana.
Un accidente en el ojo derecho lo obligó a vivir su niñez de una manera
diferente. Aprendió a leer antes que muchos de su edad, y por lo cuidados que
necesitaba para recuperar su visión sus padres tuvieron especial cuidado con
él. Su progenitor lo llevaba a la tienda donde vendía discos de música clásica
y popular, y su madre fue su maestra de lecturas.
“Fui muy observador por eso. Recuerdo que veía cómo a las tres de la tarde la
gente iba a las picanterías a comprar jayari, plato tradicional arequipeño, con
su botellón de metal para llevar la chicha, o al señor que llegaba a nuestra
casa montado en su caballo, silbando, para dejarnos leche todas las mañanas. Yo
notaba que no realizaba labores urbanas”, cuenta.
Ese pequeño espectador de la vida cotidiana en la Ciudad Blanca de los años
cuarenta conserva en su memoria de historiador y catedrático imágenes intactas
de esa época. Como de aquel 1946 cuando su papá, don Pedro Eusebio Quiroz
Pantigoso, abrió su negocio de música, a donde llegaban aficionados a las
melodías de Beethoven, pero también a la música andina, yaravíes y pampeñas
arequipeñas.
La historia, su pasión
Pero el inquieto Eusebio también bebió de las enseñanzas de doña Dymphna Paz
Soldán, su madre, miembro de una familia asociada a la vida académica y el
mundo del derecho. Por eso, estudiar en la Universidad Nacional San Agustín con
el objetivo de ser un hombre de leyes no fue extraño para él. Era parte del
mandato de esa rama familiar.
Pero el mundo universitario lo acercó a disciplinas como la historia, la
filosofía y la economía, contadas por maestros que “agitaron su espíritu”, como
también a la lectura de Jorge, el hijo del pueblo, de María Nieves y
Bustamante, que le reveló el heroísmo de muchos arequipeños. Terminó la carrera
de derecho para no defraudar a la familia, y a partir de ese momento se entregó
a la historia para comenzar a contar la de su propia región.
Arequipa mestiza
Hace poco don Eusebio Quiroz Paz Soldán participó en el Primer Congreso
de Peruanidad ¿Qué nos une como peruanos? [agosto 2022], organizado
por la Universidad Católica San Pablo de Arequipa. Allí compartió el resultado
de años de consulta a importantes autores que se refieren a la identidad
cultural mestiza de Arequipa y a la peruanidad como Jorge Basadre, su principal
fuente de inspiración.
“Empecé a preguntarme por qué los arequipeños incluyen en su hablar palabras
mitad español y mitad quechua, por qué hasta ahora tienen un menú semanal, o,
como me decía un amigo, por qué los arequipeños son tan así”.
En 1990 fue invitado por el entonces alcalde provincial Luis Cáceres Velásquez
para dar un discurso por el 450° aniversario de fundación de la ciudad, al que
tituló Arequipa: pasado y presente. A partir de esa fecha afirmó su
interés por su Arequipa de todas las sangres.
Para este historiador que “adquirió desde muy temprano la cultura impune de
leer”, cita que él recuerda del historiador tacneño, el mestizaje es un
elemento de unión, y los peruanos lo están buscando en el fútbol o en
experiencias que no los ayudan. Hoy es propicio ahondar en lo nuestro, en
nuestras raíces, sostiene.
“La cultura de Arequipa es mestiza, y admitirlo tal vez sea el camino que nos
ayude a reconocernos mestizos, porque la cultura peruana está impregnada de
elementos mestizos. Es importante profundizar en lo propio. Quienes nos
dedicamos a la historia abrimos caminos, no los cerramos”, afirmó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario