SÍNTESIS DE LA ARQUEOLOGÍA REGIONAL (PARTE I)
Por: Edmundo De la
Vega Machicao
Tomado de: APUNTES HISTÒRICOS DE PUNO.
Ed. Municipalidad Provincial de Puno, noviembre 2022
L |
a
cuenca del Titicaca constituye, dentro de la historia Andina, uno de los
principales centros de desarrollo cultural. En esta región de difíciles
condiciones geográficas y climáticas se asentaron diversos pueblos que a través
de un lento pero vigoroso y dinámico proceso de adaptación lograron
constituirse entre los más ricos y poderosos de los Andes, aún después de la
conquista hispánica.
En
este proceso de adaptación creativa los pueblos altiplánicos alcanzaron logros
de suma importancia que llegaron a constituir elementos fundamentales en el
proceso de desarrollo de la cultura Andina. Entre sus principales logros esta
la domesticación de plantas y animales, pero también el desarrollo de técnicas
agrícolas y de conservación de alimentos además de un impresionante desarrollo
de la arquitectura y de la artesanía, tanto textil y alfarera como metalúrgica.
Lamentablemente
es muy poco lo que se conoce de todo este proceso, por lo que sólo es posible
perfilar, en términos generales, algunos de los eventos más significativos
ocurridos en esta región. A fin de percibir mejor este variado conjunto de
eventos es que los hemos ordenado en una secuencia temporal de cinco períodos,
del más antiguo al más reciente.
Arte rupestre en Qananwaiq'o, Corani, Carabaya. Foto: Rainier Hosting |
El
Arcaico es el más extenso y uno de los más importantes periodos, sin embargo,
es también el menos conocido.
Las
primeras evidencias de ocupación humana en el altiplano, están referidas a
pequeños grupos de cazadores-recolectores, que desde por lo menos 8,000 años
a.C. vivieron en cuevas y campamentos temporales. Estos grupos son
identificados, principalmente, a través del variado conjunto de instrumentos de
piedra que utilizaron (puntas de proyectil, cuchillos, punzones, raspadores,
etc.) así como por las hermosas representaciones rupestre que han sido hallados
en diversos sitios de la región, aunque están particularmente concentrados en
las provincias de Carabaya y Lampa, al norte y Chuchito y El Collao en el sur.
La
permanente movilidad de estos grupos les permitió conocer las potencialidades y
limitaciones del territorio, por ello es que desde muy temprano se articularon
extensas redes de intercambio de materias primas y recursos entre las distintas
zonas del altiplano y de otras regiones a ambos lados de la cordillera.
Hacia
4 000 a.C., tanto la domesticación de plantas (papa, quinua, cañiwa) y animales
(llama, alpaca, cuy) como el desarrollo de técnicas conservación de alimentos
(chuño, tunta, charqui) eran parte de un dinámico proceso de adaptación y
transformación, que posibilito la acumulación de excedentes y riqueza, dando
origen a la diferenciación social; además que las poblaciones, al tener
controladas las fuentes de alimentación, se hicieron sedentarias buscando
lugares más apropiados para establecerse de manera permanente y continua
surgiendo así las primeras sociedades agro-pastoriles, las cuales serán las
principales entidades sociales que desarrollarán en el siguiente período.
Periodo Formativo
(2,000 a.C. - 400 d.C.)
Viajero |
En
este periodo se imprime un fuerte impulso a la calidad técnica y artística de
la cerámica, la textilería, la metalurgia y la litoescultura. Toda esta
variedad de soportes (arcilla, lana, metal y piedra) permitió que la compleja
iconografía simbólica y ritual que desplegaron las sociedades formativas
pudiera ser transportada y transmitida a través de un extenso territorio que
además del altiplano alcanzaba la cuenca del Vilcanota en el Cusco, los valles
y el litoral de la costa desde Ica hasta Arica, intensificando así las
relaciones de interacción multiregional generando una creciente complejidad en
las contextos económicos, sociales y políticos.
Estela Sapo. Pukara |
Pukara
(500 a.C. – 400 d.C.) constituye una de las sociedades complejas más importante
de los Andes, y sin duda, la más grande del formativo regional. Los asentamientos
Pukara en el altiplano siguen un orden jerárquico y apunta a una economía mixta
con una explotación simultánea de recursos, lacustres, agrícolas y sobre todo
pastoriles. Su centro principal se halla en el actual pueblo de Pucará, a unos
80 Km al noroeste del lago, y es uno de los más significativos centros
urbano-ceremoniales de los Andes. El principal volumen arquitectónico es el
Qalasaya, una inmensa pirámide escalonada construida sobre un montículo
natural, en cuya cima se hallan tres patios hundidos cuadrangulares rodeados
por estructuras en forma de U, abiertas al Este.
Periodo Tiwanaku
(400 – 1,100 d.C.)
Por
casi 700 años, Tiwanaku fue el Estado más grande y poderoso de los Andes Centro
Sur. Durante su máximo desarrollo tuvo como centro principal la ciudad de
Tiahuanaco, desde donde controlaban un inmenso territorio que se extendió por
gran parte de Bolivia, el sur del Perú, el norte de Chile y el noroeste 2
argentino, con un área de alrededor de 400,000 Km .
¿Dónde están ahora? |
Las estrategias de control y expansión de Tiwanaku incluyeron por un lado la ocupación de los ambientes lacustre, las pampas y la cordillera adyacente, de donde obtenían amplios recursos agrícolas y pecuarios. Al mismo tiempo se mantenían colonias productivas en los valles del Pacífico, desde Arequipa hasta Iquique, y las Yungas amazónicas en el Beni y Cochabamba. De tales regiones obtenía productos y materias, que el altiplano no le ofrecía y, que el Estado necesitaba para sus relaciones de reciprocidad e intercambio, tales como coca, maíz, plumas, rapé, madera, frutas, pescado, piedras preciosas, cobre, oro, etc. Las rutas de comercio e intercambio se extendían mucho más al sur, hasta alcanzar el Loa y el Desierto de Atacama. Hacia el norte, las relaciones con Wari parecen haber sido menos fluidas y no exenta de tensiones.
Después
de muchos siglos de ser un poderoso estado se produce el derrumbe de Tiwanaku.
Sobre cuáles fueron las causas que provocaron su caída todavía no existe una
respuesta definitiva, pero sí se ha establecido que el colapso no ocurrió
repentinamente sino que fue progresivo a lo largo de un tiempo de fuertes
sequías y una constante tensión entre el centro nuclear y las colonias.
Los hombrecillos alados en la Portada del Sol |
Periodo Altiplano (1,100 – 1,450 d.C.)
Posterior
a la caída de Tiwanaku y previo a la anexión del altiplano al Tawantinsuyo, en
esta región se desarrollaron una serie de "señoríos" políticamente
independientes y étnicamente diferenciados que los documentos de los siglos XVI
y XVII han identificado como Canas, Canchis, Collas, Lupaqas, Pacajes,
Carangas, Quillacas, Chichas, y otros. Estos señoríos compartieron muchos
rasgos característicos, como el idioma Aymara, pero al parecer mantuvieron una
permanente rivalidad.
Este
periodo se caracteriza por las grandes transformaciones que se desarrollaron
durante él. Al parecer una intensa actividad bélica obligó a cambiar el patrón
de asentamiento construyendo “Pucaras” o poblados amurallados en lo alto de los
cerros que servían como refugio para la población y los rebaños así como para
la protección y depósito de productos agrícolas. Algunos ejemplos son
Lamparaquen, Merkaymarca, Pucara Juli, Tanapaca, Tanka Tanka, Llaquepa y otros.
Igualmente, los patrones funerarios cambian radicalmente siendo las Chullpas el
elemento más significativo de ese cambio. Las Chullpas son grandes torres
funerarias, de planta circular o cuadrangular, que fueron construidas con
bloques de piedra rústica o labrada. Excepcionalmente se utilizó adobe en la
construcción. En el altiplano existen una gran cantidad de sitios con chullpas
siendo los más famosos Sillustani, Cutimbo, Arku Punku, Tanka Tanka, Viacha,
Vizcachani, y muchos otros más. Junto a las chullpas continuaron en uso las
tumbas subterráneas y los entierros en cuevas y aleros rocosos como el caso de
la cueva de Molino-Chilacachi.
Como
otra expresión de los radicales cambios ocurridos en este periodo está el
rechazo u olvido de la iconografía decorativa de Tiwanaku. Los exuberantes
diseños en textilería y cerámica, del período anterior, son remplazados por una
decoración geométrica sencilla. Igualmente, la calidad técnica de la producción
artesanal disminuyó considerablemente. Los estilos cerámicos más
característicos de este periodo son Kekerana, Kollao, Allita Amaya, Tanka
Tanka, Pucarani y la serie preinca de Sillustani.
Estos
señoríos fueron progresivamente dominados por el estado cusqueño, aunque no
siempre de manera pacífica. Y fue la rivalidad que mantuvieron entre ellos,
como el caso entre Collas y Lupaqas, lo que facilitó la conquista.
Periodo Inca (1,450
– 1,533 d.C.)
Son
muy conocidas las referencias que hacían los Incas del altiplano como el centro
de origen del Dios Wiracocha y de la pareja fundadora de su dinastía: Manco
Capac y Mama Ocllo. Pero además de ser importante en su mitología, es innegable
el permanente interés que tuvieron en controlar esta zona tanto para defender
su frontera sur, como para tener acceso a una importante fuente de fuerza de
trabajo y a la riqueza ganadera de la zona, e indirectamente el acceso a la
Amazonía y la costa del Pacífico.
La
conquista del Altiplano, iniciada durante el mando del Inca Wiracocha, se
realizó a través de campañas militares (contra Canas, Canchis y Collas) y/o
estableciendo alianzas como ocurrió con los Lupaqas. Posteriormente el Inca Pachacutec
ampliaría sus dominios llegando hasta los Pacajes y tomando Copacabana y las
islas del Sol y de la Luna donde estableció renombrados templos y centros de
peregrinaje. El sucesor, Topa Inca o Tupac Inca Yupanqui, enfrentaría una serie
de rebeliones a las cuales sofocó sangrientamente. Bajo su mandato los Incas
ampliaron sus conquistas hacia el sur llegando hasta Chichas y Charcas (en la
actual Bolivia). El Inca Wayna Capac y sus sucesores se encargarían de
consolidar y proteger este nuevo territorio, al cual llamaban Collasuyo.
Mollocco, Acora |
Esta serie de eventos de conquista del altiplano se desarrollaron durante el siglo XV e inicios del XVI. Durante este período, se reorganizaron los poblados existentes dentro de un sistema de administración decimal desarrollado por el estado cusqueño; pero también se fundaron nuevos poblados como es el caso de Hatuncolla, integrando todas estas poblaciones como "tambos" dentro del camino real del Collasuyo. Además, se estableció el tributo en fuerza de trabajo destinado para las distintas mitas que impuso el estado cusqueño.
Uno
de los aspectos donde más se nota la influencia Inca es en el labrado de la
piedra como ocurre en las chullpas de Sillustani, Cutimbo y en construcciones
como Inca Uyu en Chucuito. Asimismo, la cerámica policroma presenta varios
estilos con influencia incaica: Sillustani, Chucuito, Taraco y otros de origen
cusqueño como Cusco y Urcusuyo Polícromos. <:>
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