INCOMPETENCIA Y DICTADURA
Carlos Angulo Rivas
El premier Aníbal Torres no es un ignorante de la ley. Más bien creo juega con
ella porque insiste en la estupidez de creer que todavía puede convencer al
Congreso de dialogar con el Ejecutivo por el bien del país. Grave error porque
los intereses son antagónicos, de ahí la respuesta de la MAFIA enquistada en el
parlamento que es confrontacional, negativa y violenta.
Aquello obliga a la aclaración siguiente: el gabinete ministerial no requiere de permiso ni de solicitud para asistir al Pleno del Congreso, basta y sobra el anuncio de hacerlo de acuerdo al artículo 129 de la Constitución que dice: “El Consejo de Ministros en pleno o los ministros por separado pueden concurrir a las sesiones del Congreso y participar en sus debates con las mismas prerrogativas que los parlamentarios, salvo la de votar si no son congresistas.” Por consiguiente, los dos oficios de Aníbal Torres son innecesarios, pues el primero puso en alerta a la oposición visceral y enfermiza, tanto que José Williams Zapata cerró las puertas del legislativo y suspendió el Pleno citado para el 10 de noviembre; y el segundo, insistiendo en la errónea solicitud hizo que la comisión de Constitución archivara el motivo de la presencia del gabinete ministerial en el Pleno: la vergonzosa ley 31355 sobre la cuestión de confianza que aniquila el equilibrio de poderes estipulado en la constitución.
¿Qué clase de morisquetas o burlas son estas? Los ciudadanos están hartos de
presenciar el sainete de cierre del Congreso versus vacancia presidencial. Aquí
no se avanza, estamos inmovilizados, petrificados en una situación de
escándalos diarios y mentiras.
Torres
será un buen abogado neoliberal pero pésimo político en cuanto a gobernar de
acuerdo al plan bicentenario por el que fue elegido presidente Pedro Castillo,
a quien al parecer tampoco le interesa acercarse al cambio político, económico
y social, que la mayoría de ciudadanos exige y espera.
La
marcha de los gremios de la Asamblea Nacional de los Pueblos, tres o cuatro
veces más grande que la de los pitucos DBA y algunos pobladores con lonchera
pagada, demandó a grito pelado el CIERRE DEL CONGRESO” para eliminar
impedimentos a la transformación del país.
No
olvidemos que los ministros casi sin excepción son neoliberales de corazón
empezando por el premier; y la verdad sea dicha, con ellos ni la misa de los teólogos
de la liberación es de esperar. De todas formas las marchas, las
manifestaciones y las demandas, son bastante importantes en este periodo
indefinido de avances y retrocesos que podríamos llamar de RESITENCIA en tanto
y en cuanto mantienen a la población movilizada en un despertar de consciencia
positivo hacia un futuro cercano.
Las
dictaduras nunca entienden razones ni constitucionales ni jurídicas ni legales.
Ellas sólo actúan por la fuerza bruta, a las patadas y trompadas; actúan con el
zarpazo violento sin control de la inteligencia para imponer su voluntad por
arbitraria que sea.
A
vista y paciencia de todos los peruanos el Congreso ha establecido una
dictadura obstruccionista y la ejerce en el país todos los días desde hace
quince meses, siendo la consigna de la mayoría de congresistas tumbar al
presidente Pedro Castillo de cualquier manera.
Esta
gavilla de facinerosos, delincuentes y corruptos, no tienen juicio ni medida ni
vergüenza ni escrúpulos; en consecuencia, cometen una serie de arbitrariedades
colocando el país al borde del colapso político.
No
mentimos, allí tenemos como respuesta a Aníbal Torres la aberración jurídica de
aprobar inhabilitar por cinco años al presidente Pedro Castillo por “Traición a
la Patria” debido a una simple declaración periodística respecto al Mar para
Bolivia, maniobra de destitución ilegal ante el fracaso de la vacancia
presidencial.
Además,
sin discusión alguna han archivado el proyecto de ley de derogatoria de la
31355 que cambió la constitución mediante ilegal procedimiento.
¿Cree
todavía Aníbal Torres poder dialogar con el Congreso? ¿O mejor dicho conciliar
con los fujimoristas y los fachos? LA CUESTIÓN DE CONFIANZA DEBE PLANTEARSE DE
UN VEZ, el cierre del Congreso es la primera etapa a fin de continuar con la
única salida para el Perú, la misma que es darle vigencia a la Constitución
1979 dejando de lado la inválida Constitución 1993 que sólo ha servido a los
grupos económicos de poder, a la corrupción y el enriquecimiento ilícito de ex
presidentes, funcionarios de alto rango, congresistas, jefes militares,
magistrados, fiscales, jueces y capos del narco-tráfico. Un nuevo Contrato
Social es imprescindible, necesitamos romper la camisa de fuerza
"legalista" que amarra de manos y pies a cualquier gobierno que llegue
a instalarse como cabeza del Estado Mafioso existente.
No
se debe promover el adelanto de elecciones manteniendo el esquema de la crisis
política permanente que lleva más de treinta años. <:>
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