EL ÚNICO ORIGEN DE LA MORENADA: VIRREINATO DEL PERÚ
Tomado de BOLIVIA: Gente de raíces peruanas y reproducido en TIERRA
DE LEYENDA
L |
as
famosas minas de Laykakota fueron descubiertas y explotadas en 1657 por los
hermanos Gaspar y José Salcedo, que en poco tiempo se convirtieron en los
hombres más adinerados. Se llegó a decir que la riqueza de Laykakota no era
igualada en América por la cantidad de plata que se podía extraer finalmente de
los mencionados yacimientos.
Aunque
se les tenía por hombres generosos y desprendidos, la actitud autoritaria, su ambición
por ganar posiciones sociales y políticas; y su menosprecio por personas que se
consideraban importantes, originó malestar y descontento contra ellos.
No
existe acta, ni documento que compruebe la fundación de Puno, pero es evidente,
según han señalado varios autores, que al lado de las minas de Laykakota se formó
otra población que adquirió gran importancia, llamada San Luis de Alba, que
llegó según algunos a tener hasta 10 000 habitantes y que fue designada capital
de la provincia de Paucarcolla que así se llamaba entonces Puno.
Según
la tradición señala como fecha de fundación el 4 de Noviembre de 1668. Por
bando del 3 de Noviembre del citado año, Puno fue elevado a rango de Villa con
el nombre de San Carlos Borromeo de Puno, en Homenaje al Rey Carlos II y a San
Carlos Borromeo. El 4 de Noviembre de 1668, se oficializa el hecho con una misa
solemne celebrada en la Capilla de la Inmaculada Concepción. Es asi que dicha
aldea sufre una modificacion considerable a consecuencia del traslado de la
poblacion de Laykakota por efecto de enfrentamiento entre mineros españoles.
Al
crearse el Virreinato de la Plata por Cédula Real del 1º de Agosto de 1776, se
incorporó a él la Audiencia de Charcas, dentro de la que estaba incluido Puno.
Pero en 1776 Puno, convertido en Intendencia, fue reincorporado al Perú en
atención a las dificultades que había en las comunicaciones con Río de la
Plata.
A
estos negros, la población andina los llamaba: Ch’ara (Bertonio 2004:273) o
yanaruna (Bertonio 2004:273, González Holguín 1989:600). Y a la geta
pronunciada que tenían, decían: Lakha llint’a (Bertonio 2004:511). A inicios
del siglo XVII, según Gonzales Holguín y Bertonio, a los africanos se les
aludía indistintamente como negros o morenos.
Los Morenos.- Los negros o
morenos que residieron en el Collao y en las Charcas se desempeñaban en la
servidumbre y en actividades mineras. Estos pobladores, que ostentan similares
sensibilidades artísticas que los andinos, se incorporaron en una expresión
coreográfica ancestral, la de los Sikuris, para dar forma a una nueva
manifestación dancística, denominada Morenos. Esta danza practicada
fundamentalmente por esclavos y acompañada por grupos de Sikuris, en sus
comienzos estuvo asociada a la minería, principal actividad de la colonia.
Hacía de escenario de los Morenos la hoy región Puno y buena parte de la actual
Bolivia, porque en éste ámbito de los Sikuris florecían numerosos asientos
mineros, siendo emblemáticos los de Potosí y Laykakota. Los Morenos desde sus
orígenes se distinguió por ser una expresión coreográfica urbana.
Juli 1876 |
Traje suntuoso.- Además de la
máscara, la indumentaria de los Morenos se distinguía de las otras danzas, por
su “elegancia”, sus “ricos vestidos de fantasía”, “casacas recamadas de oro y
plata”, “trajes costosísimos” o “vistosos trajes”. Una valiosa referencia de
1878, de Charles Wedell, dice: “Han salido los morenos ha bailar a las calles:
¡Qué elegancia!”. Otra elocuente nota periodística de 1903 sobre la fiesta
patronal puneña, alude al atuendo de los Morenos en estos términos: “con la solemnidad
de costumbre se sacó ayer en procesión la imagen de Nuestra Señora de la
Candelaria, patrona de la ciudad. La plaza principal y las calles han estado
con tal motivo muy concurridas con los bailes, luciendo una de las comparsas
ricos vestidos de fantasía” (EEP 3/2/1903).
Los Morenos en el
Siglo XIX.-
Es indiscutible la presencia de los Morenos en el Altiplano del Titicaca
durante los años decimonónicos. Así, atestiguan las referencias de 1852 y 1878
publicadas por Charles Wedell; también esta presencia se colige de las notas
periodísticas halladas para este estudio; una de ellas, la de 1906, alude a los
Morenos como baile “consabido” o habitual: “Terminada la fiesta de la
Candelaria, en la iglesia Catedral, se condujo al medio día de hoy, la efigie de
esa Virgen, en procesión, a la iglesia de San Juan, siendo acompañado por
numeroso concurso. En la plaza de armas levantaron los indígenas devotos los
tradicionales altares. Antes y después de la procesión, no han escaseado los
consabidos bailes” (EEP 11/2/1906).
La Primacía de Los
Morenos.-
En la primera mitad del siglo pasado, los Morenos se entronizaba como la
principal expresión coreográfica en la Festividad de la Virgen de la Candelaria
y en otras fiestas patronales de la hoy región Puno, caso de la Festividad de
Nuestra Señora de las Mercedes de Juliaca. Así, refrendan las referencias
periodísticas ya aludidas (las de 1903 y 1906), como las que siguen: “Ayer…
Tres partidas de morenos y numerosas de indígenas, han recorrido las calles de
la población” (EEP 5/2/1912); “Desde esta mañana siguen recorriendo las calles,
las comparsas de morenos, haciendo las visitas de costumbre a domicilios” (EEP
14/2/1916); “La más suntuosa presentación de los morenos obedece en el
almanaque a los primeros días de febrero. Es una ofrenda indígena a la Virgen
de la Candelaria, patrona de Puno” (EP 12/5/1923); “La asistencia de numerosas
comparsas de ‘morenos’ dieron a la festividad un tono de honda alegría” (EEP
11/2/1932). En el concurso de danzas de 1934 realizado en la ciudad de Puno, el
conjunto Morenos de Orkopata ganó en traje (LA 23/2/1934).
De
la fiesta patronal juliaqueña, de los años veinte de la centuria pasada,
Dionisio Torres Juárez reseñaba: “De estas fiestas pasadas de ahora de más de
cinco lustros… se celebraba con mucha fastuosidad y salían los tradicionales
‘Morenos’ y cuyo mayorazgo insustituible era el recordado Miguel Ortiz”
(1962:210). Por su parte, Pascual Carpio Idiáquez rememoraba: “Recordamos
bastante la variedad de bailes típicos que se organizaban para dar nota de
mayor realce a la festividad de la Virgen, entre esos se destacaba la comparsa
de pusamorenos… que lucían sus vistosos trajes y al son de las zampoñas
penetraban en la Capilla a rendirle veneración a la Virgen de las Mercedes” (A
9/1950).
Los Morenos y La Pandilla Puneña.- Cuando la danza de los Morenos se constituía en la emblemática de la Festividad de la Virgen de la Candelaria, la Pandilla Puneña hacía lo propio en los carnavales. En 1923 César Guillermo Corzo hacía notar tales empoderamientos, al escribir: “Morenos y pandillas, esas dos típicas manifestaciones de la raza que divinizó al Sol, son entre las ruinas colosales de los monumentos, los últimos regazos vivos del espíritu indio” (EP 12/5/1923).
La Danza de Los
Morenos.-
Hallamos una extraordinaria descripción sobre los Morenos redactada por el
narrador y poeta arequipeño J. Víctor Neira, quien presenció la Festividad de
la Virgen de la Candelaria de 1913. Veamos un fragmento de esta categórica y
esclarecedora reseña: “Una docena de indígenas, ataviados de casacas recamadas
de oro y plata, pantalón corto y turbante ó chambergo guarnecido de plumas,
resaltan entre la multitud, con sus colores chillones y el ruido monocorde de
las zampoñas y de los tamboriles. En cada esquina, en medio de la turba
trashumante, danzan un baile grotesco, ritmando el cuerpo al compás de una
matraca que agita, en medio del círculo, por ellos formado, el rey de la
comparsa, y avanzan después, uno tras otro, rápidamente, acentuando los
ademanes, gesticulando, como una murga fantástica… Celebran la festividad
religiosa de la Virgen, la Patrona del pueblo, y acuden al templo repetidas
veces y al pié del altar, en medio de la fanfarria vertiginosamente ejecutada,
repiten sin cesar la misma danza, incansable, monótona, desesperada…” (EEP
11/2/1913)
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