OPERATIVOS DE BLINDAJE
Eland Vera
Son tan extendidas y habituales las prácticas de corrupción,
ilegalidad y abusos dentro de nuestro mundo político y económico, que cada
cierto tiempo asistimos a operativos perversos destinados a organizar sistemas
nada santos de protección a infractores, abusivos y corruptos. El Congreso,
siguiendo esa línea, termina siendo el espacio ad hoc para proteger a los
sinvergüenzas. Y algunos congresistas trabajan como operadores y lobistas de
infractores e indeseables.
Los campeones del blindaje son los fujimoristas y la extrema
derecha. Ahí tenemos los blindajes a “Los cuellos blancos del puerto”, al
excontralor Edgar Alarcón, al exfiscal de la Nación Pedro Chávarry y
recientemente al expresidente de facto Manuel Merino. Los operativos de
blindaje se sostienen en interpretaciones y argumentaciones descabelladas que
vulneran las normas y las leyes. Se trata de leguleyadas armadas con apariencia
de legalidad que luego son respaldas por grupos políticos acostumbrados a
proteger a los corruptos.
En una sociedad altamente tolerante a los actos de
corrupción –desde pequeños hasta grandes- el blindaje termina siendo una
operación habitual de protección a los actos ilegales. Un examen más atento a
los operativos de blindaje permite comprobar que la protección no sólo es al
personaje encumbrado que cometió actos de corrupción; sino que se trata de
blindar a redes y personas de distinto nivel que operan en las instituciones
del Estado.
Lo blindaron |
Se trata de una vieja historia del Estado peruano:
saquearlo. Entonces, los operativos de blindaje cumplen un papel miserable:
mantener y defender las formas y estilos corruptos dentro de la
institucionalidad estatal. Pero, es bueno alertar que no solo existen grandes
operativos de blindaje orquestados desde el Congreso; también existen blindajes
en niveles intermedios y pequeños de la administración pública. En
municipalidades, gobiernos regionales, direcciones departamentales y oficinas
diversas se encarpetan sanciones o se pasan por alto faltas y delitos cometidos
por trabajadores y funcionarios. Como ciudadanos debemos desarrollar una
actitud vigilante y de denuncia, pues como sabemos la corrupción es el cáncer
del desarrollo y el bienestar de la población.
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