A PROPÒSITO DE HUANCHO LIMA

 YA NO MÀS

Liliana Quinto Laguna

Un escudo humano ante el alud de palabras que aplastan existencias, envueltas en alcurnia rústica, para mirar de frente y tejer hechos y emociones valientes, abdicando al dolor, trazando hendiduras en venas, enterrando pesares, que abochornan protocolos, los rencores caían de arrecifes que crecían en áridos atajos, desdén de egos que golpean existencias. Evaristo, Mariano, Antonio, Pedro, Melchor, cierran cicatrices con milagrosa fórmula de coraje. Rita Puma danza con el ulular de equilibrio en tradición y futuro. Ella era de piedra y se vistió de arcilla, de barro cocido y empezó a tallar esperanzas dormidas en guaridas. El bronce rompió esquemas para pulir diamantes con dolor, hasta gritar sobre oro macizo en la cima de su voz. 

Huancho Lima, escudo humano y corazón latiendo, levanta los brazos y el pensamiento para decir: ¡Basta! Y van las tristezas de bruces con la pared, curando heridas que en la tormenta se guarecen en esperanza y cada día peinan sueños de justicia y libertad, para decir: ¡Ya no más! tu insensatez abusiva, ya no más el miedo escondido en el bolsillo, ya no más lágrimas arrepentidas, ya no más al dolor amargo del nacido dónde el mayor peso del vacío lo aplasta y subyuga en olvidó. Que se ahoguen en platos famélicos todas las penas y pesares, ya no más lluvias y tormentas, ya no más a guarecerse de pesares que ahogan sombras. ¡Patroncito! ¡Gamonal! tu odio no echó raíces, no crecerán ambiciones de lo ajeno, ya no más resentimientos.

Huancho Lima reivindica de pie, la esperanza y el futuro, Hoy encontré en el camino al abuelo que cuenta historias con sus ojos, en mágicas tierras de alfareros jóvenes, disfrazados de esperanza y vida.