Ritual Pachatata
Pachamama,
del distrito de
Amantaní, provincia y departamento de Puno, es declarado como Patrimonio
Cultural de la Nación
RESOLUCIÓN
VICEMINISTERIAL
N°
000099-2020-VMPCIC/MC
San Borja, 26 de junio del
2020
VISTOS, el Informe N°
000205-2020-DGPC/MC de la Dirección General de Patrimonio Cultural y el Informe
N° 000148-2020-DPI/MC de la Dirección de Patrimonio Inmaterial; y,
CONSIDERANDO:
Que, el artículo 21 de la
Constitución Política del Perú señala que los yacimientos y restos
arqueológicos, construcciones, monumentos, lugares, documentos bibliográficos y
de archivo, objetos artísticos y testimonios de valor histórico, expresamente
declarados bienes culturales, y provisionalmente los que se presumen como
tales, son Patrimonio Cultural de la Nación, independientemente de su condición
de propiedad privada o pública; los mismos que se encuentran protegidos por el
Estado;
Que, el inciso 1 del artículo
2 de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de
la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura – UNESCO, establece que “se entiende por Patrimonio Cultural Inmaterial
los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas –junto con
los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son
inherentes– que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos
reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio
cultural inmaterial que se trasmite de generación en generación es recreado
constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su
interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de
identidad y continuidad, y contribuyendo así a promover el respeto de la
diversidad cultural y la creatividad humana”;
Que, el numeral 2 del
artículo 1 de la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la
Nación, señala que integran el Patrimonio Inmaterial de la Nación las
creaciones de una comunidad cultural fundadas en las tradiciones, expresadas
por individuos de manera unitaria o grupal, y que reconocidamente responden a
las expectativas de la comunidad, como expresión de la identidad cultural y
social, además de los valores transmitidos oralmente, tales como los idiomas,
lenguas y dialectos autóctonos, el saber y conocimiento tradicional, ya sean
artísticos, gastronómicos, medicinales, tecnológicos, folclóricos o religiosos,
los conocimientos colectivos de los pueblos y otras expresiones o
manifestaciones culturales que en conjunto conforman nuestra diversidad
cultural;
Que, el literal b) del
artículo 7 de la Ley N° 29565, Ley de creación del Ministerio de Cultura,
modificado por el Decreto Legislativo N° 1255, establece que es función
exclusiva del Ministerio de Cultura realizar acciones de declaración,
generación de catastro, delimitación, actualización catastral, investigación,
protección, conservación, puesta en valor, promoción y difusión del Patrimonio
Cultural de la Nación;
Que, el artículo 55 del
Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Cultura, aprobado
mediante Decreto Supremo N° 005-2013-MC, establece que la Dirección de
Patrimonio Inmaterial es la unidad orgánica encargada de gestionar,
identificar, documentar, registrar, inventariar, investigar, preservar,
salvaguardar, promover, valorizar, transmitir y revalorizar el patrimonio
cultural inmaterial del país, en sus distintos aspectos, promoviendo la
participación activa de la comunidad, los grupos o individuos que crean,
mantienen y transmiten dicho patrimonio y de asociarlos activamente en la
gestión del mismo. Depende jerárquicamente de la Dirección General de
Patrimonio Cultural;
Que, a través del escrito
presentado el 28 de noviembre de 2019, el señor Marcelino Yucra Pacompia,
alcalde de la Municipalidad Distrital de Amantaní, presentó el expediente
técnico para la declaratoria como Patrimonio Cultural de la Nación del Ritual
ancestral Pachatata – Pachamama – El ciclo productivo anual, la ritualidad y la
danza, del distrito de Amantaní, provincia y departamento de Puno;
Que, con Informe N°
000205-2020-DGPC/MC de fecha 16 de junio de 2020, la Dirección General de
Patrimonio Cultural hizo suyo el Informe N° 000148-2020-DPI/MC emitido por la
Dirección de Patrimonio Inmaterial, a través del cual se recomendó declarar
como Patrimonio Cultural de la Nación al Ritual Pachatata Pachamama, del
distrito de Amantaní, provincia y departamento de Puno;
Que, Amantaní, además de ser
un distrito, es la isla de mayor extensión en el lago Titicaca, provincia y
departamento de Puno. Según información del Instituto Nacional de Estadística e
Informática – INEI recogida en el XII Censo Nacional de Población del 2017, la
población de Amantaní asciende a 3 577 personas que habitan en la zona rural.
Asimismo, la población está distribuida en diez comunidades: Alto Sancayuni,
Colquecachi, Incatiana, Lampayuni, Pueblo, Sancayuni Campesina, Santa Rosa,
Occopampa, Occosuyo y Villa Orinojón;
Que, la principal actividad
económica de esta población es la agricultura, con la siembra de papa, oca,
haba, maíz y cebada. Los terrenos destinados al cultivo ocupan considerables
hectáreas de la isla demostrando la importancia y la continuidad de la
tecnología agrícola prehispánica a través del uso de sistema de andenes, así
como el cuidado en la conservación de tierras cultivables. Algunos pobladores
complementan esta actividad con la ganadería de vacunos y con la venta de
artesanía tales como textilería, tallado de roca granito obtenido del cerro
Llaquistiti y tejido con fibra vegetal, pasto del altiplano andino o ichu,
llamado localmente chilliwa, para cestería;
Que, como parte de la
tradición oral local, se cuenta que las islas del lago Titicaca se consideraban
sagradas debido a que contaban con cerros tutelares; es decir, entes sagrados
protectores. La isla Amantaní presenta dos cerros tutelares con centros
ceremoniales en sus cumbres, Coanos y Llaquistiti. Estos centros semi hundidos
serían rezagos de la influencia de las culturas pre incas como Pucará, Tiwanaku
y del señorío Colla, uno de los más importantes de los dieciséis reinos
aymaras, donde los lugares sagrados se ubicaban en las cumbres de los montes
debido a que desde ahí se podía ver los cultivos principales;
Que, con la posterior
conquista inca, las poblaciones que habitaban la meseta del Collao formaron
parte de una de las parcialidades del imperio denominada Collasuyo, la cual se
subdividía en Urcosuyo y Umasuyo. Según la tradición local, se consideraba a Urcosuyo
como la parte masculina donde la población habitaba en la parte alta mientras
que a Umasuyo como la femenina, que residía en la parte baja, aludiendo a la
complementariedad andina. Esta dualidad también se replicaría en Amantaní con
los cerros tutelares de Coanos y Llaquistiti, donde el primero es denominado
Pachatata y el segundo Pachamama;
Que, el antropólogo Alejandro
Ortiz indica que el dualismo fue uno de los rasgos principales del ordenamiento
social andino, como la división social del trabajo donde los varones realizan
ciertas actividades y las mujeres otras. Dicho dualismo simbólico es una forma
de entender el funcionamiento del mundo y cuál es la forma de vivir y
relacionarse con los demás, lo cual brinda equilibrio y complementariedad en
todos los tipos de relaciones. Este también se muestra en los conceptos de sol
y luna, lluvia y sequía, alto y bajo, entre otros;
Que, con la Conquista, la
evangelización fue un medio crucial para lograr la imposición de la cultura
española sobre la inca. Esto se logró con el uso de elementos de la ritualidad
andina como espacios rituales, celebraciones representativas en el calendario
agrícola, danzas, cantos, entre otros; todo ello se utilizó para introducir el
catolicismo y evangelizar a la población andina dando origen al sincretismo
religioso que se refleja hasta nuestros días en manifestaciones culturales;
Que, el Ritual Pachatata
Pachamama es la renovación anual de la relación de reciprocidad entre los
cerros tutelares y la población de Amantaní. En tal sentido, es una ofrenda a
los cerros tutelares que simbolizarían lo masculino y lo femenino, Coanos y
Llaquistiti, con la finalidad de propiciar una buena agricultura y ganadería,
así como para evitar fenómenos climatológicos que pueden ser nocivos durante el
año para dichas actividades económicas. Este ritual se desarrolla el tercer
jueves de enero, tiempo que coincide con una de las ceremonias más importantes
del calendario inca vinculada con la agricultura en temporada de lluvia. Según
Guamán Poma de Ayala en Primer nueva crónica y buen gobierno, enero es
denominado Capac Raymi/Camay Quilla, era el mes de mayor festejo y descanso del
año cuando la población hacía procesiones a los templos del sol y la luna,
sacrificios y penitencias;
Que, esta ceremonia es conocida
por los pobladores como la fiesta de los Campo varayoq y sus ayudantes, quienes
se encargan de mantener el orden y administrar los territorios de las
comunidades durante un año. Es importante destacar el rol que cumplen el Campo
varayoq y sus ayudantes en las comunidades de Amantaní, ya que se trata de
autoridades comunales que cuidan los sembríos de cebada, papa, oca y habas.
Cabe mencionar que Amantaní mantiene la distribución incaica de los cuatro
suyos, compuesta por las comunidades de Occosuyo, Orcosuyo, Estanciasuyo
(Pueblo) y Sancayunisuyo y que, entre las labores del Campo varayoq y sus
ayudantes también está el cuidar los centros ceremoniales, estructuras que
permanecen cerradas durante el año y solo se utilizan durante el Ritual
Pachatata Pachamama. Este cargo tradicional comunal es obligatorio y rotativo;
es decir, cada año le toca a una comunidad diferente portar el cargo;
Que, el ritual es organizado
por el Campo varayoq y sus ayudantes quienes, una semana antes de la ceremonia,
recolectan dinero y víveres de los comuneros para financiar la compra de los
elementos para la mesa ritual o misa ritual, así como el pago a los oficiantes
o paq’os, que también son pobladores de Amantaní, quienes harán de
intermediarios entre los entes sagrados y la población;
Que, la noche previa al
Ritual Pachatata Pachamama se realiza la Gloria jaywana tuta o Noche de gloria,
ceremonia que se desarrolla en casa del Campo varayoq con la asistencia de las
autoridades locales. Esta ceremonia es dirigida por un oficiante con la
finalidad de solicitar a las deidades el bienestar de la población, así como
para evitar sequías y granizadas durante la época de sembrío. A partir de las
once de la noche, el oficiante organiza una misa ritual que consta de hojas de
coca, vino, tabaco, entre otros elementos, que sirve como ofrenda para las
deidades. A la medianoche, se realiza la quema de los objetos presentes en la
misa ritual y, una vez, consumidos por el fuego; el oficiante interpretará las
señales que dejan las cenizas, si son blancas es señal de buen augurio, de buen
año. Por el contrario, si son oscuras o quedan manchas negras, será un mal año.
Una vez finalizado este ritual, los asistentes cenan juntos y el ritual
finaliza;
Que, a la mañana siguiente,
tercer jueves de enero, cada comunidad comparte el desayuno en sus respetivas
comunidades, luego, presididos por el Campo varayoq, las autoridades comunales
y municipales se dirigen a la comunidad Pueblo de la que partirán
simultáneamente a los centros ceremoniales. El Ritual Pachatata Pachamama se
desarrolla en los centros ceremoniales que se encuentran en las cumbres de los
cerros tutelares sobre los 4 000 m.s.n.m. El centro ceremonial Pachatata se
ubica en el monte Coanos y presenta una forma cuadrangular. El centro ceremonial
Pachamama está en el monte Llaquistiti y presenta una estructura octogonal. El
monte Llaquistiti se encuentra a una altitud mayor a la del monte Coanos y está
asociada al pastoreo, actividad asignada a las mujeres. Según la tradición oral
local, estas estructuras, una cuadrangular y otra circular, también
simbolizarían la complementariedad andina ya que aludirían a la chakana o Cruz
del Sur, un símbolo que sintetiza la compleja cosmovisión andina;
Que, una vez en el camino,
las comunidades se dirigen a Patapampa, localmente conocido como Chuñupampa por
ser un espacio que se utiliza durante las heladas de junio para deshidratar las
papas y hacer chuño, donde el camino se bifurca y la población de las diez
comunidades toma rumbos diferentes. Las comunidades de Pueblo, Santa Rosa,
Lampayuni, Villa Orinojón, Alto Sancayuni se dirigen al monte Coanos mientras
que las comunidades de Occosuyo, Incatiana, Colquecachi, Sancayuni Campesina,
Occopampa se dirigen al monte Llaquistiti. Las autoridades y pobladores portan
banderas amarillas, blancas, moradas, rosadas, verdes, entre otras, que
simbolizan las flores de la papa, haba, oca, maíz, así como otras plantas de
las localidades que sirven para llamar a los espíritus de los Apus. Las
comunidades son acompañadas por los músicos de cada comunidad que tocan cajas
que son instrumentos de percusión de base de madera y piel seca de animales,
así como pinquillos y tarkas, instrumentos aerófonos de madera de seis
agujeros;
Que, cuando las poblaciones
llegan a los centros ceremoniales, los primeros en ingresar son los oficiantes
y sus cinco ayudantes, luego el Campo varayoq, las autoridades locales y sus
parejas y, los músicos. Las autoridades se colocan cerca del centro del recinto
y sus parejas se sientan frente a ellos. La presencia de ambos grupos, frente a
frente, enfatiza la dualidad andina que está por reproducirse. La población no
puede ingresar a los centros ceremoniales y espera afuera de los recintos;
Que, en medio de las
estructuras, el oficiante y sus cinco ayudantes preparan la misa ritual.
Primero arman una hoguera con hojas secas de salliwa, arbusto cuya quema se
considera favorece una buena cosecha. Luego, se coloca una bandera blanca a
cada lado de la mesa, en esta colocan las chuas, platos de barro, botellas con
fermentación de cebada, haba, oca, entre otros; koa, planta aromática, llamp’u
o cebo de llama, llama millma o lana de llama, llama sullu o feto de llama
fallecido por muerte natural o a consecuencia de fenómenos ambientales, flores
de cantutas, incienso, hojas de coca y vino;
Que, al lado, se colocan dos
inkuñas, manta rectangular tejida con lana utilizada para cargar fiambre, con
papas y mazorcas de maíz. A continuación, las autoridades se ponen de pie en
semicírculo alrededor del oficiante, se quitan los sombreros y guardan silencio,
luego el oficiante pide licencia a las deidades andinas y cristianas para
iniciar el ritual. El oficiante inicia el ritual colocando dos llicllas, manta
tejida, y una inkuña en el suelo y, sobre estos, muchos k’intus integrados por
tres hojas de coca. Los ayudantes colocan flores de cantuta, pastillas y
confites de azúcar sobre las llicllas. El oficiante expresa en quechua
oraciones e invocaciones, en un momento suscita el intercambio de coca y
gaseosa entre los asistentes;
Que, el oficiante continúa la
ceremonia con sahumerio y ch’ali, planta de la zona, con vino tinto sobre la
misa ritual. Luego, el oficiante enciende con alcohol el montículo de hojas
secas de salliwa, toma las mesas en sus manos. Con ello, el oficiante solicita
a los dioses tutelares que garanticen una buena cosecha, el incremento del
ganado, que haya lluvia para una buena campaña agrícola, entre otras
intenciones y peticiones de las comunidades. El oficiante pasa la mesa a cada
una de las autoridades, quienes la besan y se persignan, piden perdón a Dios y
a los asistentes. El oficiante utiliza las hojas de salliwa en llamas para
quemar la mesa y se espera hasta que solo queden cenizas para que el oficiante
pueda leer las señales de las cenizas, con lo cual finaliza el ritual;
Que, a continuación, las
personas que formaron parte de la ceremonia salen de los centros ceremoniales
para compartir el almuerzo con la población de las comunidades. Las autoridades
y sus parejas forman filas paralelas sentadas en el suelo, en el medio se extienden
largos manteles blancos donde se coloca el almuerzo que comprende papas, mote,
kaya u oca seca, habas, chuño, k’ispiño que es una especie de panecillo a base
de quinua, todas sancochadas. Es un momento de agradecimiento a las deidades y
también de fraternidad entre la población de diversas comunidades ya que
fortalecen las relaciones comunales;
Que, una vez finalizado el
almuerzo, se inicia la competencia entre comunidades. Una pareja de cada lado,
Pachatata y Pachamama, baja del monte danzando. Según la costumbre de las
comunidades, la pareja que llegue primero a Patapampa predice cómo será el año;
si la ganadora es la pareja de Pachamama será un buen año mientras que, si es
la pareja de Pachatata, será un mal año;
Que, posteriormente, las
comunidades descienden danzando y agitando las banderas de colores de Pachatata
y Pachamama al encuentro de ambas parejas en Patapampa, lugar de convergencia y
reunión comunal; los músicos reanudan las melodías y animan. Cuando las diez
comunidades se encuentran, las autoridades y los dos oficiantes son los
encargados de compartir lo que vieron en las cenizas;
Que, luego, se inicia un
concurso de danza en donde una a una, cada comunidad baila Qhaswa o danza en
círculo, dicha danza alude al enamoramiento y formación de nuevas familias,
además se vincula a la celebración de la fertilidad que coincide con el inicio
del ciclo productivo. Los pobladores agitan las banderas con júbilo, toman las
puntas de la bandera con una mano y giran de izquierda a derecha. Cuando todas las
comunidades han participado, una Comisión Municipal jerarquiza los resultados.
La celebración continúa con danza y cantos de júbilo. Por la tarde, cada
comunidad retorna a su lugar a continuar con la celebración en sus comunidades;
Que, la vestimenta que portan
hombres y mujeres en esta ocasión se distingue por su belleza y finura, así
como por sus coloridos bordados con motivos de la flora y fauna local. Las
formas, colores y diseños de las prendas que se visten en esta ocasión dan
cuenta de la comunidad a la que pertenecen los pobladores, lo que es expresión
de su enorme poder comunicativo con respecto a la identidad. En
Amantaní, el tejido es una actividad de gran antigüedad que expresa la
complementariedad de hombres y mujeres en la práctica textil; así, mientras el
tejido en telar de cintura es una actividad predominantemente femenina, el
bordado es una actividad usualmente realizada por los varones;
Que, las mujeres visten una
blusa blanca bordada en el pecho y una lliclla negra o fucsia doblada y atada
adelante como un quipe. Llevan una pollera del color que prefieran sobre 4 o 5
polleras de colores superpuestas que se recogen en la cintura y se ciñen con
una faja colorida. Lucen también una amplia manta negra bordada en los
extremos, el chucu, que cubre su cabeza y cae hasta el borde de las
polleras. En el caso de las mujeres que son autoridades o esposas de
autoridades, se suma a la vestimenta un jubón de paño negro bordado en el pecho
y mangas, denominado localmente como juyun. La iconografía bordada en las
prendas mencionadas está compuesta por flores de papa, rosas, sunchu, flor
de cantuta, urpi o paloma, colibrí, t’intis (un pájaro
parecido al picaflor), caracoles, entre otros; y representaciones de aves;
Que, los hombres por su parte
visten un conjunto compuesto por camisa blanca, chaleco de pechera negra,
pantalón y sombrero negro. Complementan su vestimenta con un poncho gris con
listas de colores y una chuspa o bolso también colorido. Los
comuneros que se encuentran cumpliendo con el sistema de autoridad local
llevan un terno negro y una chalina café listada y colorida que en los extremos
lleva bordados de círculos en degradé que representan los cargos asumidos en la
comunidad. Además, portan, una vara de madera o metal como símbolo de autoridad
comunal;
Que, la danza y la música son
elementos relevantes del ritual y de la celebración ya que son ofrendas que
complementan la ceremonia. Por ello, cada comunidad se organiza durante el año
a través de ensayos. La transmisión de los conocimientos relacionados a la
danza y a la música se da de generación en generación a través de la enseñanza
dentro de la familia o de forma directa a través de la observación en
celebraciones;
Que, conjuntamente con las
referencias citadas en el Informe N° 000148-2020-DPI/MC de la Dirección de
Patrimonio Inmaterial se detallan las características, la importancia, el
valor, alcance y significado del Ritual Pachatata Pachamama, del distrito de
Amantaní, provincia y departamento de Puno; motivo por el cual, dicho informe constituye
parte integrante de la presente Resolución Viceministerial, conforme a lo
dispuesto en el artículo 6 del Texto Único Ordenado de la Ley N° 27444, Ley del
Procedimiento Administrativo General, aprobado mediante Decreto Supremo N°
004-2019-JUS;
Que, mediante Resolución
Ministerial N° 338-2015-MC, se aprobó la Directiva N° 003-2015-MC,
Declaratoria de las Manifestaciones del Patrimonio Cultural de la Nación y
Declaratoria de Interés Cultural, en la que se establecen los lineamientos y
normas para la tramitación del expediente de declaratoria de Patrimonio
Cultural de la Nación de las manifestaciones del patrimonio cultural
inmaterial, correspondiendo al Viceministerio de Patrimonio Cultural e
Industrias Culturales declarar las manifestaciones del patrimonio cultural
inmaterial como Patrimonio Cultural de la Nación; así como su publicación en el
Diario Oficial “El Peruano”;
De conformidad con lo
establecido en la Constitución Política del Perú; la Ley N° 28296, Ley
General del Patrimonio Cultural de la Nación; la Ley N° 29565, Ley de creación
del Ministerio de Cultura; el Decreto Supremo N° 011-2006-ED, que aprueba el
Reglamento de la Ley N° 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la
Nación; el Decreto Supremo N° 005-2013-MC, que aprueba el Reglamento de
Organización y Funciones del Ministerio de Cultura; y la Directiva N°
003-2015-MC, aprobada por Resolución Ministerial Nº 338-2015-MC;
SE RESUELVE:
Artículo 1.- Declarar
Patrimonio Cultural de la Nación al Ritual Pachatata Pachamama, del distrito de
Amantaní, provincia y departamento de Puno, por tratarse de una expresión
cultural que evidencia la estrecha relación entre las entidades sagradas de la
isla Amantaní y la población de las diez comunidades que la pueblan, por ser
una manifestación de la compleja dualidad andina que persiste hasta la
actualidad y se visibiliza en la distribución del territorio, de las
actividades y de las relaciones de reciprocidad entre las comunidades, por
reconocer la labor del Campo varayoq como importante sistema de autoridad
tradicional, todo lo cual demuestra un profundo conocimiento de su historia y
entorno, lo que afianza la memoria e identidad de Amantaní.
Artículo 2.- Encargar a
la Dirección de Patrimonio Inmaterial en coordinación con la Dirección
Desconcentrada de Cultura de Puno y la comunidad de portadores, la elaboración
cada cinco (5) años de un informe detallado sobre el estado de la expresión
declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en
cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen
surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el
seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el
caso.
Artículo 3.- Disponer la
publicación de la presente Resolución Viceministerial en el Diario Oficial “El
Peruano”, así como su difusión en el Portal Institucional del Ministerio de
Cultura (www.gob.pe/cultura),
conjuntamente con el Informe N° 000148-2020-DPI/MC.
Artículo 4.- Notificar
la presente Resolución Viceministerial y el Informe N° 000148-2020-DPI/MC
a la Municipalidad Distrital de Amantaní, las comunidades campesinas de Alto
Sancayuni, Colquecachi, Incatiana, Lampayuni, Pueblo, Sancayuni Campesina,
Santa Rosa, Occopampa, Occosuyo y Villa Orinojón, y a la Dirección
Desconcentrada de Cultura de Puno, para los fines consiguientes.
Regístrese, comuníquese y
publíquese.
LESLIE CAROL URTEAGA PEÑA
Despacho Viceministerial de
Patrimonio
Cultural e Industrias Culturales