J. ALBERTO CUENTAS ZAVALA
Samuel Frisancho Pineda LIBRO DE
ORO N° 2
N |
o podía faltar en este ‘‘Libro de Oro“ una apreciación
literaria de la obra poética de J. Alberto Cuentas. Las adjuntamos como
pruebas de su valor, pues todos los comentarios coinciden, en forma unánime,
en la crítica a los poemas. Eso quiere decir que existe una médula poética,
sin malabarismos. Aquí están:
De Uriel García, escritor sudamericano,
polemista, senador de la República:
“Alberto Cuentas,
espíritu inquieto, razonamiento polemizador, voluntad combativa, emoción de
campesino, auténtica y, honda emoción. Su pluma es de amarguras demoledoras,
tajantes. Sus poemas son la expresión auténtica del alma del altiplano. Ahí
se contemplan todas las emociones, y, tiene la fuerza del músculo indígena y la
apacible serenidad de su gran lago”.
Juan de Dios Alberto Cuentas Zavala |
“Se trata de un poemario de radical entraña vernácula; más de ese
vernaculismo superficial y folklórico, no. Es un vernaculista medular que
persigue la expresión de personalidad india en la mentalidad del criollo o
mestizo, y, validos de la lengua hispana, la cual por esa razón es objeto de
proceso radical de indianización, ya que en sus formas sintácticas como adjetivales,
posee un sentido rigurosamente indio. Por lo demás en ese poemario, el notable
escritor peruano se exhibe como un Walt Whitman, si su poesía en buena medida
de ella, ha roto relaciones con las consagradas métricas v metaforismos
occidentales, para asumir declarada tesitura aborigen. Su lectura nos ha
hecho vibrar”.
De Manuel Suarez Miraval, crítico literario, escritor y periodista;
“J. Alberto
Cuentas, denunció su vocación litúrgica. La naturaleza oficia en él como deidad
propiciadora de mercedes expresivas. Su universo admite por igual en el mismo
peldaño, el '‘murmullo de un beso o la tempestad de un trueno. Vieja y lontana
herencia conmovedora de ofrendas. De ahí que sus poemas los considere de Piedra.
El hombre se ha identificado con
la piedra, porque era un imperativo de nimesis irrenunciable. Retorno
inmemorial al limo vernacular, capítulo
olvidado por Micea Eliade“.
De Emilio Romero, Ministro de Educación, Embajador
en Méjico, diputado, senador.
“J. Alberto Cuentas, es un poeta altivo, con orgullo de estrellas y
perfil de montañas. El espíritu se solaza encontrando remembranzas de exquisita
poesía. Tal el poema “juventud, corcel de la vida”, uno de los más sentidos y
hermosos poemas, que con “la primera cena" forman un joyel”.
De Estuardo
Núñez, crítico literario, escritor y Director de la Biblioteca Nacional:
“No ha podido
Cuentas desprenderse en toda su obra del influjo preponderante de una
naturaleza tan vigorosa como es la meseta kollavina. Por eso, su literatura
toda responde a esos estímulos exteriores, y sus poemas se nutren de un
impresionismo de alta calidad”.
De Luis de Rodrigo, poeta, premio de cultura
nacional:
‘‘Sorprende y conmueve cuando el otoño empieza a coronarle con sus
hojas doradas la persistencia de su voz lírica, la fecundidad de su obra
múltiple y la vitalidad de su espíritu; y, tan pronta vertida en realizaciones
estéticas como en beligerancia ideológica, rompiendo lanzas por la verdad, la
justicia y el amor”.
Un sentimiento panteísta recorre
su obra. Ella está identificada con el alma del hombre y el alma del paisaje Sus poemas surgen con avasallora
fuerza telúrica. Por todas partes asoman las tormentas de las cumbres, los
ígneos latigazos de los rayos, los aletazos de los cóndores, los rugidos de
los pumas. Al mensaje cósmico del Lago sagrado, contrapunto del agua, la luz,
el viento, la tempestad, se unen las dulzuras rurales del huayño, la música
imperecedera de las quenas, zamponas y charangos. Se siente, también, el
aliento poderoso de los hombres de piedra pugnando por reconstruir la geometría
de sus ayllus.
Hay en Cuentas un gonfalonero irreductible del andinismo, como bandera
de lucha social y credo estético, que se alza más alta cuanto más se la
combate. Su poesía caudalosa, ardiente, emerge con salvajes virginidad de las
entrañas mismas de la tierra y de la sangre".
MOTAS LITERARIAS de España:
"Alberto
Cuentas, ha logrado una poesía bien ganada que nosotros la definiríamos como
muscular, llena de nervio y entereza. Poesía de ancho pulmón, de tromba y de
grito. Es una ternura bárbara la que este libro encierra Ternura briosa,
estremecida, varonil, de empaque gallardo y atuendo vivo. Ha sabido cantar como
ningún poeta americano la fuerza telúrica del ambiente, esa cualidad magnifica
que podría definirse como binomio del hombre y el paisaje”.
“Sus poemas
tienen a ratos el sabor de los salmos bíblicos y toman a momentos el cálido
tono profético de los revolucionarios”.
De “Cultura Peruana”, Revista
de Lima:
“Impresionante
por su fuerza telúrica. Cómo los anémicos vates costeños quisieran en la
meliflua corriente de sus versos, tener un sólo toque de la fuerza arrolladora
del poeta kolla. Pleno en esos cantos, oloroso a pólvora y revolución, como
protestando por la garganta azul del Máuser. Alberto Cuentas, estremece de alegría
combativa y nos hace sentir el fecundo resuello de la tierra. I, esas otras
estampas folklóricas terribles de machismo, químicamente puro, que es el
charanguero. Forjado en una noche alta de cóndores, de mísero alcoholcito
corriendo por las venas del indio como torrente de pumas hambrientos, de
llamaradas dantescas, de música que exprime el último gramo de amor y el último
kilate de la esperanza... En abismos de los que sale con detrimento, su
indiscutible condición del más alto vate indio de habla castellana que tiene
el Perú”.
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