AZÁNGARO, 1937
Tomado de ALBUM DE PUNO José G Herrera, Marco
Aurelio Gonzáles Ormachea, Puno 1937.
La Provincia de Azángaro fue creada por decreto del
25 de marzo de 1826, con los distritos de Azángaro, Achaya, Arapa, Asillo,
Caminaca, Chupa, Muñani, Potoni, Santiago de Pupuja, Putina, Samán, San Antón,
San José y San Juan de Salinas.
El distrito de Azángaro es la actual capital de la
provincia de su nombre, fue creado por ley del 2 de enero de 1857, y se halla
situado en la margen derecha del río Azángaro, sobre el que se ha construido
un sólido puente de piedra, su posición geográfica está a los 149 55’, 10” de
latitud Sur y a los 709 27’, 1” de longitud Oeste del meridiano de Greenwich, y
se encuentra a los 4,020 metros sobre el nivel del mar, su población en toda la
provincia es de 116,136 habitantes, tiene una extensión superficial de 2,905
kilómetros cuadrados.
La Capital de Azángaro, por ley del 16 de abril de
1828 fue honrada con el título de “Heroico
Pueblo de Viicapasa” y por ley del 5 de febrero de 1854, se le concedió el
título de Ciudad.
Azángaro tiene Centros Escolares para ambos sexos,
el Concejo Municipal tiene un buen local propio, con un magnífico salón de
actos, tiene una oficina de correos y telégrafos, oficina de la Caja de
Depósitos, Jefatura Militar, Cuartel de Policía, además tiene un buen Club
Social con muy buen confort, asimismo hay regulares hoteles, tiene camino
carretero que lo une a la estación de Pucará, a la Capital de Puno y a las
demás provincias y pueblos, su actividad comercial está en condiciones de gran
progreso, por la suba actual de la lana, de cuyo artículo es el que produce en
mayor cantidad que cualesquiera provincia, por estar en esta región la mayor
parte del ganado del departamento, además de la lana, produce la mejor
mantequilla y el mejor queso.
Azángaro tiene un buen núcleo de poblares blancos y
mestizos, pero el mayor porcentaje es de indígenas que hablan el kechua, posee
una iglesia muy antigua, cuyo interior está exornado por cuadros y retablos
valiosos con marco dorado, sobre cuya iglesia, el historiador Markham dice lo siguiente: “La iglesia está situada en la plaza y tiene
sus paredes de barro y paja y una torre con sus tejados rojizos; pero al
penetrar al interior, yo me quedé verdaderamente pasmado de la extraordinaria
magnificencia y de la desproporcionada riqueza en comparación con este pequeño
pueblo. La nave central está alineada con grandes pinturas de tema religioso
por artistas nativos, en marcos de madera labrados con primor y de riquísimos
dorados. El decorado de los marcos es verdaderamente sorprendente; los
adornos, los racimos, las hojas, las columnitas retorcidas, existen como en
los famosos retablos del Cuzco; sobre el arco que conduce al chancel, hay una
pintura que representa “El Triunfo de la Fe”, en colores claros. El altar mayor
está recubierto con planchas de plata, columnas retorcidas, pinturas e imágenes
en primorosa profusión hasta por cerca del techo”. “Azángaro es por excelencia
-continúa Markham- la ciudad de los
tesoros ocultos”.
Interior del templo de Azángaro |
El doctor Emilio Romero, en su Monografía de Puno refiriéndose a tesoros ocultos en Azángaro dice: “Hay en la ciudad varios pasajes subterráneos y cámaras secretas, una de las cuales fue descubierta hace tiempo. Conducía por una galería hacia la plaza y debajo de ella encontraron varias momias revestidas con objetos de oro y brazaletes…”
Más tarde el puneñista Modesto Basadre, constató la existencia de esas galerías subterráneas.
Cuando pasó Markham por Azángaro, las examinó en su unión de don Luis Quiñones, azangarino distinguido
de esa época. Modesto Basadre indica nueve metros de altura a esas galerías.
La Ciudad de Azángaro, ha sido también la cuna del
inmortal doctor don José Domingo
Choquehuanca, honor y prestigio del Perú, por el famoso discurso que le pronunciara
al Libertador don Simón Bolívar, en el pueblo de Pucará, cuando se hallaba de
paso a Bolivia, y que al escucharlo se quedó admirado y muy emocionado por la
belleza de sus conceptos, por la estructura formidable de sus ideas con que
exaltaban magníficamente su acción libertadora; y cuyos pensamientos tan
enormemente expresivos se condensaron maravillosamente en tan pequeña pieza
oratoria y que hasta hoy no ha tenido paralelo.
El discurso del doctor don José Domingo Choquehuanca
que fue pronunciado en kechua, fue el siguiente:
‘‘Munarccan
Pachacamaj chuchunchu -cunamanta jalun llajtata ruraita: apurccan
Manco-Ccapajta; huahuancunaj juchaj- cuynimpi carramurccan Pizarrota; quimsa
huarancca ñsc'ariy huatamanta, ccjuyari- curccan América jallppamanta; chicataj
ccanta apurccasunqui; ccan ari canqui Ja- najpachamanta unanchascca ccari;
ñaupaj rurascca. manan rurascccayquiman imapas rijchchacuncho, pipas tupachiyta
atinman, huaj Pacharajchari ruracunman. Ppescca llajtacunata unanchanqui jatun
huiñaynin- huan huajasccapi rijchchayniyquita jocca- rispa, mana pej chayanan pataman
chu- ranccacu.
Huatacunaj puriynimpi rurasccayqui jatunyancca,
himanachus llanttu huiñan Inti huaycupuvnimpi”.
La traducción en castellano es la siguiente:
‘‘Quiso Dios
formar de salvajes un gran Imperio, y creó a Manco Capaj; pecó su raza, y lanzó
a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América y
os ha creado a vos. Sois, pues, el hombre de designio providencial; nada de lo
hecho atrás, se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitaros,
será preciso que haya un Mundo por libertar. Habéis fundado cinco Repúblicas,
que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevaran vuestra grandeza
donde ninguno ha llegado.
Con los siglos crecerá vuestra gloria, como crece la
sombra cuando el Sol declina”.
¡Gloria y honor a la Provincia de Azángaro, por ser
la cuna, de tan ilustre ciudadano!
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