TUFO DE LA CHOLEDAD
Eloy Jáuregui
Tomado
de LA REPUBLICA, 1JUN21
Un letrero en la marcha de las 4x4 del sábado: “No
al serrano resentido”. Es el argumento en estas elecciones. Una brecha al no
aceptar la “otredad” cultural, socioeconómica y racial. Como hace 500 años
cuando se aseguraba que el indio no tenía alma, por lo tanto había que tratarlo
como animal. Los comentarios luego del debate: “Castillo bruto”, “Castillo no
sabe ni hablar”, “Castillo no está preparado”. Obvio, su rival sí.
Asistimos a otro momento del neocolonialismo. La
ideología de la raza. Aquella fundada en las diferencias fenotípicas entre conquistadores
y conquistados. (Aníbal Quijano: Colonialidad del poder, eurocentrismo y
América Latina). Concepto construido como referencia a supuestas estructuras
biológicas en las relaciones sociales que fundadas en dicha idea produjo
identidades sociales históricamente nuevas: indios, negros y mestizos,
blancos. A más racismo, más dominación.
RACISMO VERGONZOSO |
El deporte nacional es entonces exaltar las diferencias. Los blanquitos contra los cholos, los decentes versus los vulgares, los elegantes contra los huachafos y etc. En el fondo: ricos versus pobres. En economía y en la política. Raza, así, es una categoría mental de la modernidad. La cuestión racial está íntimamente ligada al status, lo que a su vez se basa en la idea de que el dinero blanquea. Y ni siquiera eso. Uno de Gamarra no entra en los salones de la Confiep.
Y ese es el plan del neofujimorismo y la pituquería.
El gamonalismo del siglo XXI “El cholo de mierda”. Juan Fonseca escribió que lo
del sábado, además de parecerse a un motor show, era una suerte de invasión
española al Tahuantinsuyo. Los carros de los conquistadores. Cierto:
“evidenciando lo que siempre ha sido el fujimorismo: una maquinaria criminal
para proteger a los ricos a través de la instrumentalización de los pobres”.
Y no es un retrato del ayer. El racismo opera como
verdad absoluta y se hace dogma político incluso entre las cumbres de la
miseria donde los pobres solo piensan en ser ricos. Así aparece el lumpen que
se engarza al populismo del táper y la limosna. Así, el racismo es trasversal a
la sociedad y crea un tramado de relaciones clasistas, de género, étnicas. Un
andamiaje de poder legitimado en el acto político. Y este domingo la choledad
(descrita por Nugent o Quijano) define el drama que viene y el que prosigue. No
se vota por idea sino por pigmentos de piel y por el olor del bolsillo. Una
lástima. ▒▒
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