ESCOGER
César Hildebrandt
Tomado de HILDEBRANDT EN SUS TRECE N° 535
T |
enemos que escoger entre
Keiko Fujimori, delincuente metida a la política para blindarse con ella, y
Pedro Castillo, un representante de esa izquierda que estaba convencida de que
los tanques soviéticos entraron en 1968 a Praga para liberarla de la
conspiración imperialista.
¿Escoger a alguno de los
dos?
Pues no escoger a
ninguno es una opción ética, quizá la única válida.
Keiko es rapaz, violenta, hereditaria y lo primero que va a hacer es abrirle la reja al ladrón y asesino de su padre. En realidad, ese es su plan de gobierno: liberar a su padre de la condena que se mereció y llenar a la prensa, asustada con sus métodos, con las fotos del “honor familiar restablecido”. En todo lo demás, repetirá el esquema de su progenitor: gobernar para las derechas que se llenaron los bolsillos con sus
HEDUARDO en LA REPUBLICA 16ABR21 |
MECHCAIN, PERU21 16ABR21 |
Votar por Keiko Fujimori es decirles a los peruanos que los muertos de La Cantuta, Pativilca, Barrios Altos no valen un carajo. Es decimos que las decenas de millones de dólares encontrados en las cuentas extranjeras de Montesinos son algo que debemos, mismo valsecito, saber perdonar. Es decirle al Perú que el hundimiento de las instituciones en un lago de estiércol fue un error olvidable. Es decimos que no valemos nada, que nos merecemos la reincidencia en la infamia, la repetición de la deshonra.
Keiko Fujimori no ha
pedido perdón en nombre de su padre. Al contrario: reivindica sus acciones y
alaba su gestión calificándola, todavía, como “el mejor de los gobiernos de la
historia del Perú”. El mensaje es claro: podría imitar al padre en todo aquello
que ella, dentro de sus limitaciones intelectuales, más admira. Es decir, la
mano dura entendida como el desprecio por el reparto del poder, el populismo
como teatralidad, el remedo de la compasión social mientras se mantiene la
estructura de la desigualdad extrema.
Votar por Keiko Fujimori
es borrar de la memoria que Fujimori emporcó el congreso, ocupó el poder
judicial, neutralizó el Tribunal Constitucional, corrompió a la prensa, pudrió
a los militares de las tres armas, engulló a los organismos electorales (por
eso pudo organizar el fraude del año 2000), compró congresistas al peso, condecoró
a los miembros del grupo de asesinos llamado “Colina” y terminó premiando a
Montesinos con quince millones de dólares de CTS sacados del erario público y,
más tarde, fingiendo que iba a Brunéi cuando lo que pensaba hacer era quedarse
en Japón y renunciar por fax al cargo que había usurpado con la re-reelección.
¿De qué tamaño colosal
debe ser la indignidad para poder elegir a la hija de ese monstruo como la
primera mujer que ocupe la presidencia de la república? ¿De qué estamos hechos
los peruanos para que las puertas de ese drama se nos abran como posible
salida? No tengo respuesta. Me avergüenza imaginarla.
Frente a la albacea de
la corrupción fujimorista está Pedro Castillo, un señor que está convencido de
que el Sputnik acaba de ser lanzado como el primer satélite y que también viene
Yuri Gagarin. Si ganara la presidencia, seguro que esperaría la felicitación de
Kruschev y, cómo no, la de Mao Tse Tung.
MOLINA EN LA REPUBLICA |
Capítulo aparte es
recordar el triste papel que Patria Roja y su aburguesamiento como dueños de la
Derrama y compradores de “Crisol” jugaron en el ascenso de un amplio sector
magisterial radicalizado. Eso de imitar a Jin Ping en el Perú de la injusticia
puede ser fatal.
Gracias a Josefina
Townsend y Renato Cisneros, sostuve en una entrevista esta semana que lo más
probable es que Keiko Fujimori obtenga la presidencia. Si así fuera que no crea
la jefa de eso que la Fiscalía llama “organización criminal” que aquí
temblaremos. Nos enfrentamos a su padre, bastante más inteligente y astuto que
ella. Lucharemos contra sus propósitos desde esta modesta trinchera sostenida
por nuestros lectores. Que no le quepa duda. ▒▒
CARLIN en LA REPUBLICA 16ABR21 |
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