DE COOLIES
A PATRONES
INVERSIONES E INVASIONES CHINAS
EN LA MINERIA PERUANA
Jorge Manco Zaconetti
Tomado de diario UNO 16ENE21 p. 7
E |
n el Perú, el único productor de hierro que obtiene
desde 1993 a la fecha altas tasas de rentabilidad operativa, es la empresa
china Shougang Hierro Perú Marcona que extrae anualmente casi 10 millones de
toneladas de hierro que en un 98% “se exportan” hacia su matriz ubicada en China
Popular.
Por ello, la empresa brasileña Gerdau, un gigante
mundial en la industria del acero que opera la siderúrgica de Chimbote tiene
que comprar afuera hierro como insumos en forma de chatarra y gargantillas,
para obtener acero en sus hornos secundarios y abastecer el mercado local.
Resulta una cruel paradoja para el país que
teniendo enormes reservas de hierro en Marcona/Ica, la materia prima
fundamental para obtener acero, se tenga que importar para poder procesar y
obtener acero por medio de dos empresas que operan en el país, Aceros Arequipa
y SiderPerú.
Esta es una expresión de la falta de planeamiento
estratégico del proceso privatizador de los años noventa durante la dictadura
de Fujimori que no impuso ninguna condicionalidad para el abastecimiento
prioritario del mercado local de hierro para la obtención de acero.
En síntesis, tenemos que importar productos planos y
largos de acero para satisfacer el mercado nacional en un 50% y el otros 50%
se satisface con la producción de Aceros Arequipa y SiderPerú que cada vez se
comporta como una gran empresa importadora y distribuidora a nivel país.
Mientras el alto homo de Chimbote el corazón de la siderurgia sigue
desactivado, y la ciudad languidece con un mayor subempleo.
PUNTERO EN COBRE
En lo referente al cobre con la producción de Las
Bambas (Apurímac), Chinalco (Junín) y de Shouxin Perú, los capitales chinos
explican casi el 25% de la producción de concentrados de cobre, con tendencia
al aumento si maduran los nuevos emprendimientos empresariales.
A nivel de proyectos de cobre está en construcción
la ampliación de Toromocho por Chinalco (US$1,355 millones), más los proyectos
de “Don Javier”, “El Galeno” y “Río Blanco”. A todo ello se debe sumar el
proyecto de hierro Pampa de Pongo bajo responsabilidad de la empresa china
Jinzhao Mining Perú (US$2,200 millones).
Todos estos emprendimientos comprometen inversiones
superiores a los US$10,155 millones de dólares que sumadas a las inversiones ya
realizadas ubican a China como el principal inversionista minero en el Perú,
desplazando a los Estados Unidos, Canadá, Australia, Suiza etc.
En función del origen de los capitales China Popular
no solamente sería el principal inversionista minero en el país, sino también
el principal productor de cobre, desplazando a empresas de capitales occidentales
tales como Minera Cerro Verde (Arequipa), Minera Antamina (Ancash) y Southern Perú
Copper Corporation (SPCC) con sus operaciones en Tacna (Toquepala) y Moquegua
(Cuajone)
PATRÓN CONFUCIANO
Si se trata de evaluar las inversiones chinas en el
Perú, tendría que señalar que corresponden a inversiones de largo plazo
pensando en el interés estratégico del Estado chino como potencia emergente.
Es decir, las inversiones chinas tanto públicas como privadas están supervisadas
por el Partido Comunista Chino. Lo cual plantea una serie de interrogantes para
el análisis.
China es la segunda potencia económica después de
los Estados Unidos de Norteamérica a nivel del valor de la producción anual, y
está llamada a ser la potencia hegemónica de la economía mundial en el presente
siglo.
El gigante asiático es también un gran productor
minero de cobre, zinc, plomo, hierro, pero también un gran consumidor de
minerales. Es más, en la producción de acero explica el 51% de la producción
mundial desplazando a la India, Rusia, Japón, Indonesia, Estados Unidos y
Alemania.
Solamente en la producción mundial de cobre, si se
contabilizara la producción de las minas de las empresas chinas ubicadas en el
Perú, prácticamente China sería el segundo productor mundial de cobre después
de Chile y el primer consumidor del metal rojo.
Si tenemos presente que con la revolución en las
energías limpias eólicas y solares, las casas inteligentes, los autos
eléctricos, la robótica son intensivas en el uso del cobre, prácticamente el
gigante asiático está asegurando el abastecimiento a futuro del metal rojo.
Una segunda característica de las inversiones
chinas está en relación al financiamiento estatal de las principales
inversiones por medio de bancos de apoyo a la exportación. Los asiáticos
tienen tanto dinero disponible que pueden “comprar hasta el cielo”.
Así, en 1992 para ganar la licitación de la empresa
estatal Hierro Perú, Shougang pagó casi cinco veces el precio base fijado en la
privatización. Por las reservas de cobre de Toromocho la empresa china Chinalco
abonó más de US$792 millones de dólares, cuando la empresa vendedora no había
invertido ni US $ 100 millones, y por su participación en Las Bambas pagaron
más de US$6,449 millones.
Los capitales chinos no tienen nada de “socialistas
ni solidarios”. Son capitales que se rigen por la maximización de las utilidades
en detrimento de los pagos al Estado, el cuidado ambiental; y, en la relación
con sus trabajadores, son casi siempre conflictivas. Son la esencia del “capitalismo
siglo XXI”. ▒▒
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