JUAN CHAVEZ MOLINA
Nacido en Arequipa,
hijo de Juan Mariano Chávez Eguiluz y Clorinda Molina. Hizo sus estudios de
derecho en la Universidad Nacional de San Agustín. Se casó con Edith Rada
Jordán y tuvo 2 hijos: Alonso y Álvaro. Su vínculo con Puno, al que representó
como senador, se fundó en su ocasional residencia en Churura, Putina.
En abril de 1955, junto
a Javier de Belaúnde, Héctor Cornejo Chávez, Alberto Flórez
Barrón, Mario Polar Ugarteche, Roberto Ramírez del Villar y Jaime
Rey de Castro, fue uno de los autores del manifiesto titulado “Invocación a la
Ciudadanía”, con planteamientos descentralistas y democráticos, lanzado en
Arequipa. Miembro fundador de la Democracia Cristiana y Senador de la
República.
Elegido para integrar el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), como representante del Colegio de Abogados de Lima, fue miembro de ese organismo entre 1989 y 1993. Falleció el 5 de agosto de 2013.
En 1994 escribió el siguiente texto sobre Puno
MI
HOMENAJE A PUNO
Escribe: Juan CHAVEZ MOLINA
2 de noviembre de 1994
Por designio del Poder que desde la noche
insondable de la eternidad de los tiempos gobierna el universo, la naturaleza
de mi cuerpo se arrulló y meció acunada en la cumbre de los Andes, torres
disparadas al cielo en ansias de infinito, donde estos Supremos Señores de
nuestra nacionalidad, dialogan, se abrazan, se estrechan, o inclinan sus
cabezas, en el ceremonial de sus rituales.
Les diré este sueño, que toda la vida es
sueño, según ya lo dijo gran escritor castellano; y... los sueños, sueños son;
pero, también son un hermoso cuento, que los cuentos... cuentos son.
En esas cumbres, techo del mundo, repica
la música de los amaneceres, con tonos mayores, iluminados por el Dios Sol,
para entibiar la blancura de sus nieves perpetúas. Bufandas de armiño con que
se arropan en sus noches negras y estrelladas. O, castigadas para purificar sus
faltas, cuando desatan las iras de sus Dioses.
Entonces, la tempestad azota el rostro del
cielo. Estalla el látigo de 1000 relámpagos de fuego, zigzagueantes, a diestra
y siniestra. Suenan, estridentes, el metal de los platillos. Retumban, broncos,
los tambores de los truenos, que hinchan el vientre de los cerros, en protestas
y gemidos.
Yunque en el que templa el acero de sus
músculos, forja su corazón “grande para amar, fuerte para luchar”. Diapasón que
vibra en las notas tensas de sus nervios, tocando los mejores cánticos y
sinfonías, de cordillera en cordillera, de cumbre en cumbre, de abismo en
abismo.
Allí, en ese teatro que se llama Puno, el
cristal de su Lago, el más alto del mundo, elevan en oración cósmica a sus
sagrados Dioses, sostenido por los fuertes brazos de sus cumbres.
Nuestros Incas lo llamaron Titicaca.
Quiero entender que dice en su dulce y a la vez vigoroso idioma, “Piedra de
roca que alumbra y brilla”. Ofrenda de cristal. Roca diluida. Purísima, con el
bautizo de sus aguas; de un azul tan fuerte que es desafío para la paleta del
más grande pintor.
Cuando Toynbee, uno de nuestros más
grandes historiadores universales, lo vio por vez primera, dijo: “Es un
espectáculo digno sólo para los ojos de los Dioses”.
En ese espejo, burilado en sus noches de
plenilunio, rielan la danza de las sombras y los claroscuros de sus altos
picachos, efebos que contemplan su belleza.
También allí relampaguean los rayos.
Resuenan las tempestades y derraman “baldazos” de fuego, desparramados en su
superficie, encrespan sus olas; y, gigantes, se elevan blancas, espumosas y
amenazadoras. Puro cristal de roca.
Remanso de tranquilidad que sucede a la
tempestad. Diáfana fuente de azul añil. Calma transparente después de la
tormenta. Las aguas se sosiegan y tranquilizan. Nuevamente el Lago, espejo en
el que se miran sus empinadas montañas. Estilizadas por los reflejos, en el
ángulo de sus roquedales, ensayan danzas inverosímiles en sus aguas. Iluminadas
por el amanecer, alumbran fortísimos dorados rayos solares. El Dios Inti,
sonriente se despierta. Amanece. La vida nace, nuevamente, en paz.
Y les diré, completando el cuento soñado
–que no son cuentos- allí nacen las aguas de los riachuelos que luego se
arrancan en torrentes, saltan y brincan los abismos, de cascada en cascada.
Agua que fecunda la tierra. Sabía y semen del que nacen sus frutos y engendra
la vida.
Allí, apacientan los venados, las vicuñas,
altivas, de aristocrático y majestuoso caminar, ágiles, danzan permanentemente,
arropadas por el oro de sus pieles y el negro bellísimo de sus ojos. Símbolo de
la gracia femenina. Fieles al amo, al que entregaron su amor, que las guía en
tropillas que escalan rocas y cumbres.
En las orillas de sus lagos, gráciles y
esbeltas “parihuanas”. Serrana belleza competidoras de sus primas hermanas los flamencos,
rojos y blancos, de la costa, que le enseñaron los colores patrios, soplándole
al oído, en el sueño visionario de nuestro Libertador San Martín, cuando en el
reposo del guerrero, dormía la siesta a la orilla del mar, al desembarcar en la
Bahía de Paracas.
Por ahí, rondan también los pumas.
Rivales, en fortaleza y bravura, de los leones. Entigrecidos, defienden su
presa con la que sustenta su vida. O, robustos toros, semisalvajes, que
embisten con coraje; y, ay de aquel que cae en las iras de su empuje fiero, al
que sólo vence el cóndor, emperador de los espacios infinitos.
En el ataque gana el cóndor. Ufano se
eleva. El toro, inerme, se desangra y muere. Los cóndores coronados de rojas
crestas y engoladas plumas. Collar blanco, adorna su cuello y se cubren con la
capa negra de sus alas. Sólo ellos son capaces de vencer la cresta infinita de
esas cumbres. Poderosos señores de las máximas alturas. Vigorosos campeones.
Las águilas, retozan y ensayan piruetas
acrobáticas, en tirabuzón; o, volatines que dibujan su estilizada túnica, en el
universo sideral.
En fin, en ese teatro cósmico, el mayor
del universo, fue donde nació nuestra civilización y salieron, esplendorosos de
las aguas de su Lago, el Gran Señor llamado Inca Manco Capac y su muy amada esposa,
Mama Ocllo. El con su vara y cetro de oro, fundando ciudades, semilleros de
progenie de su estirpe real. Ella, con su rueca, hilando y tejiendo, para
abrigar a sus hijos, frutos de su amor.
En este Perú, al que tanto queremos, con
el que tanto sufrimos y gozamos, mi vida se hizo lucha, fuerte para vencer.
Ideales grandes para amar; y, no es un sueño, que los sueños... sueños son.
Allí nació mi estirpe, que se injerta en
abuelos y bisabuelos. Allí mis pulmones, por vez primera, se inflaron con puro
oxígeno, plenos de ozono; y... respiraron con el primer grito de amor y
protesta, dualidad eterna de la vida. Mi sangre se nutrió de aire puro, no
contaminado por el hollín de nuestros días de civilización, que me permitió
vivir; y templar mi alma, en un corazón grande para amar, fuerte para luchar.
Y aquí, el cuento se acabó, que los
cuentos, sueños son.
Hector Raul Amat y Leon; Leonor, Juan, y Rosa Chavez Molina. Intermedio: Juan Mariano Chavez Eguiluz y Clorinda Molina. abajo: niños Luis Fernando y Leonor Amat y Leon |
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CHAVEZ MOLINA: EFECTIVO SEÑOR DE LA LEY
Edgardo de
Noriega
14 de septiembre de 2013
Era uno de esos políticos que en la actualidad ya no
se ven por la constancia de sus cualidades demostradas a lo largo de su
fructífera vida. Menos en la inmundicia actual del Congreso de la República,
del cual en una oportunidad formó parte. En condiciones, evidentemente,
distintas. Las de la brillantez y el encandilamiento. Honesto, capaz, estudioso
e intuitivo con sólidos principios para actuar y consecuencias demostrables de
acierto. Uno de esos profesionales eficientes que realmente valían. Abogado por
sus cuatro costados, conocedor e intérprete de las leyes, especialista en
asuntos tributarios, económicos y electorales. Amante permanente de la
libertad, con antecedentes y consecuentes probados por completo. Lo que lo
hacía, definitivamente, un prominente personaje que ha dejado huella y que por
obligación tenemos que admirar.
Se trata de Juan Chávez Molina, quien
lamentablemente con más de 90 años admirables a cuestas vividos con decencia y
transparencia permanente, ha dejado de existir hace poco. Nacido en Arequipa y
de prominentes familias puneñas por angas y por mangas. Un efectivo señor
doctor de la ley que contribuyó, por donde se le mire, al fortalecimiento de la
democracia peruana.
Senador por Puno de 1956 a 1962, formando parte del
Grupo Parlamentario de la Democracia Cristiana, partido que lo contó como uno de
sus fundadores. Luego de intervenir valientemente en las jornadas cívicas
arequipeñas de 1950 y 1955, en contra de la dictadura de Odría. Superintendente
Nacional de Contribuciones durante el primer gobierno de Belaúnde y miembro del
Jurado Nacional de Elecciones (JNE), representante del entonces, y no como
ahora mediocre, Ilustre Colegio de Abogados de Lima. Allá por
1989 hasta 1993, con una constante incólume: defender, a capa y
espada, las decisiones soberanas del pueblo.
LA MEJOR BANCADA
La bancada de esa agrupación en la cámara alta
desaparecida indebidamente hoy por efectos de la Constitución de 1993, actuaba
en el campo político dentro de una férrea y consistente oposición al gobierno
conservador y retrogrado de Manuel Prado Ugarteche. Enarbolando las
encíclicas papales con ideas terceristas de condena al capitalismo y al
comunismo. La integraban además: Mario Polar Ugarteche (Arequipa), Julio
Ernesto Portugal (Arequipa) e Ismael Bielich Flores (Lima)
Mientras que en el hemiciclo de los diputados
brillaban, entre otros: Héctor Cornejo Chávez, Roberto Ramírez del Villar,
Jaime Rey de Castro, Javier de Belaúnde Ruiz de Somocurcio, Jorge Bolaños,
Mario Alzamora Valdez, Roger Cáceres Velásquez, José Barreda Moller y Julio C.
Luque. Para tirios y troyanos, la mejor bancada parlamentaria de los últimos 68
años, de 1945 a la fecha.
Defensor infatigable de lo justo y lo correcto por
convicciones profundas demostradas infinidades de veces y con constancia que de
por sí, ya es una virtud encomiable en un Perú donde precisamente, en
determinadas etapas de la historia, no priman ellas. Hay que reconocerlo para
superar escollos y ser cada día mejores como, precisamente, Chávez Molina.
Hijo de Mariano Chávez Eguiluz y de Clorinda Molina de Chávez. Hizo sus
estudios de Derecho en la Universidad Nacional de San Agustín de
Arequipa.
ONCE ELECCIONES
En el país ocurrieron once actos electorales cuando
fue miembro de ese organismo. Muchos de ellos, además, por primera vez. Entre
los que destacaron el referéndum para aprobar la Constitución de 1993. Pero lo
cierto y concreto que todos esos eventos de carácter cívico dieron lugar a
medio centenar de votos enteramente opositores, con fundamentos precisos y
fundados legalmente en contra, de parte del probo abogado. Alto, delgado con
voz gruesa, lector empedernido y un enternecido amor por el Perú.
El jurisperito hizo un recuento de sus apreciaciones
en un libro de tres tomos que salió a luz bajo el título: “Mis Votos
Singulares. Historia de un fraude que no debe repetirse”. Anteriormente,
le propusieron ser Presidente del JNE y él en ningún momento se nubló con
la oferta, siendo claro al afirmar: ¡Primero se cumple la ley”!. En pleno
fujimorato, Vladimiro Montesinos Torres, muchas veces, lo tentó por
interpósitas personas. Pero él siguió firme y sobre todo independiente,
consecuente con la verdad.
Consideró consistente que tal nombramiento era un
golpe de estado. Lo llamaron sólo a él y no a los otros miembros que en total
eran 7 vocales, los que, dicho sea de paso, estaban esperando en la sala
contigua al Premierato. Los gobernantes querían la traición y la sacadera de
vuelta. Chávez Molina, por supuesto, no se prestó-en ningún momento-al juego
tan poco serio y menos coherente.
GOLPES
Le dijo al Primer Ministro de aquel entonces
durante el primer gobierno de Alberto Fujimori, Oscar de la Puente, quien fue
el que le ofreció el cargo: “Ustedes ya golpearon el 5 de Abril y quieren que
yo de otro batacazo en el JNE”.
El Premier de la Puente le contestó: “No hay ningún
golpe de estado. Eso no está en la Constitución, sino en la Ley Orgánica y una
ley se cambia por otra ley, de manera que usted puede ser designado”.
Muy seguro, el ex parlamentario afirmó: “Están
completamente equivocados. Para yo ser Presidente del JNE tendría que haber
sido vocal supremo y elegido por este último organismo. Nunca he tenido
ese cargo. He sido senador, soy abogado y represento al Colegio de Abogados.
Nada más”
“De manera que-añadió- eso, que me proponen, va
contra la Constitución”. Que tal respeto a las leyes vigentes del país a las
que muchas veces ni siquiera se les hace caso. La trasgreden a cada rato.
Como el pan de cada día.
VIRTUD
En eso, precisamente, eran especialistas los
integrantes del gobierno que inició sus actividades en 1990, con el ex rector
de la Universidad Agraria al mando de la nación, el mismo que se convirtió en
un dictador autoritario de la peor especie y encima con una cleptomanía de robo
desenfrenada, aliado con su socio Montesinos.
Casi siempre lo que ocurre aquí en el país
desafortunadamente, con frecuencia y facilidad, es que se aceptan los cargos
dentro de una viveza total y después se cura el entuerto con ciertas capas de
legalidad. El abogado arequipeño era la excepción y la decisión se convirtió,
definitivamente, en una virtud. En una hazaña total. Dicho esto sin ninguna
hipérbole o exageración. Tal como fue la realidad y como se presentó.
Los fujimoristas tan poco transparentes insistieron e
insistieron. Querían encontrar tontos útiles. Entonces, lo quisieron nombrar
por intermedio de la Corte Suprema. “¿Cómo usted tiene los votos de dicho
organismo en su bolsillo”?, preguntó el abogado al Premier de la Puente.
“No, -le contestó- hay maneras de hacerlo”. Claro que
si tenían al gángster Montesinos que ejecutaba lo que le venía en gana en el
Poder Judicial con su títere, el magistrado Alejandro Rodríguez Medrano. La
corrupción en su mayor expresión
El abogado probo le expresó a su interlocutor un
rotundo no, rechazando otra vez el puesto que le proponían. “Entonces usted -le
dijo de la Puente a Chávez Molina- da cuenta a sus compañeros". El
representante de los abogados volvió a demostrar entereza y decencia: “Yo no
tengo nada que decirles y ni siquiera los he convocado. Eso es atribución del
Premierato". Entonces, la autoridad gubernamental hizo pasar a los
otros vocales y les dio a conocer que el presidente en ejercicio del JNE había
sido destituido y cesado por el Gobierno.
ILEGITIMIDAD
Después vino lo del Congreso Constituyente Democrático
(CCD) donde no se publicó su voto. De acuerdo a lo que sostenía Chávez Molina,
esa elección se terminó sin concluir los escrutinios. No habían llegado los
votos del extranjero.
Los fujimoristas decían que no había que esperar esas
remesas electorales. Para el ex parlamentario, el argumento era válido en
cuanto que uno podía ser destronado de ser constituyente. Pero el problema
estaba en que los votos se suman para ver quien ocupa la presidencia y,
los del extranjero, podían significar mayor porcentaje para cualquiera de ellos
y le daba el derecho de presidir el Congreso.
Por eso Chávez Molina, decía, argumentaba y
repetía que Jaime Yoshiyama Tanaka nunca debió presidir ese poder del
estado, porque su elección había sido ilegitima. Allí, para él, se pusieron las
cifras que les convenía.
FALSEDAD
Los sucesos más alucinantes ocurren la última sesión
del JNE a fin de ver quien ganaba el referéndum. El escenario era el siguiente:
se había votado a través del mecanismo por el “SI o por el “NO” para aprobar la
Constitución.
Lo real es que se presentaron recursos de nulidad
respecto de las votaciones en Puno, Ayacucho, Lima y Arequipa. El Ejecutivo
exigía, a cada rato y constantemente, los resultados con una premisa falsa:
“reducir el tiempo necesario para garantizar la pureza del sufragio”
Según el proceso legal que tipificaba la ley, el JNE
debía resolver los resultados del referéndum del 31 de octubre de 1993 y dar su
veredicto final e inapelable. De esta votación se publicaría una resolución con
la cual si ganaba el SI, el CCD remitiría el proyecto de la Constitución
al Ejecutivo para su promulgación. Si ganaba el NO, el paso siguiente era hacer
un nuevo proyecto.
Para tratar de salvar el conflicto, el 10 de diciembre
de 1993 se publicó en el diario oficial “El Peruano”, un supuesto comunicado
oficial del JNE según el cual las nulidades habían sido resueltas y la victoria
correspondía al SI. El texto decía también que faltaba resolver 135 actas de
los votos del extranjero.
Lo cierto es que no se había resuelto nada y que
Chávez Molina no tenía idea de tal publicación. El día 12 se anulaba tal
comunicado por errores de tipeo. Para variar y en forma inadmisible, las cifras
publicadas en el comunicado anulado sin la autorización de los vocales son las
mismas con las que se publicó el triunfo del SI por el JNE con nuevos vocales,
meses después de la promulgación de la Constitución.
LIQUID PAPER
Los resultados estaban casi empatados y una ley
constitucional sin número exigía que se considerara ratificada la nueva constitución
si los votos por el SI superan a los del NO. Ridículamente el voto de una
persona podía decidir el futuro
Pero había más irregularidades. En efecto, se había
denunciado la pérdida de actas del Jurado Departamental de Arequipa donde los
sufragios estaban tas con tas, equivalentes a aproximadamente 2 mil votos.
Finalmente se decidió hacer el cómputo del voto total
arequipeño, teniendo como base los resultados que emitiera el Jurado Electoral.
Es decir votos por el SI, el NO, en blanco, nulos y el total acumulado.
La misión fue encomendada a Chávez Molina. Los
resultados llegaron vía fax y el NO había ganado. Había una dedicatoria de
por medio para el jurista: “Con admiración y respeto”. Por eso el abogado
arequipeño consideró que el documento iba a ser mal interpretado y pidió otro
dirigido al Presidente del JNE, César Polack Romero.
INDIGNACION
El vocal Loli Márquez decidió esperar el documento.
Mientras que el Presidente se impacientaba porque quería concluir la sesión y
dar el voto definitivo. El vocal entró con el nuevo fax y sentenció: el SI ha
ganado. Sorprendido Chávez Molina observó el papel y se percató que este tenía
las cifras del SI y del NO escritas con máquina de escribir sobre liquid paper.
El jurista arequipeño mostró su indignación de
inmediato y el fax que le habían enviado primero. La falsificación había sido
hecha en Arequipa, dijeron, como si el liquid paper pasara con textura y todo,
por el fax.
El ex parlamentario exigió al Secretario, Silfredo
Hugo Vizcardo, que se avise a la Fiscalía de la Nación para denunciar el
fraude. El Presidente y los demás vocales decidieron irse, acusándolo de querer
desestabilizar el Estado e incluso lo amenazaron. Inexplicablemente lo
consideraban a la altura de los terroristas. Qué locura.
La intimidación se cumplió cuando su fotografía
apareció en el diario oficial “El Peruano”, bajo el título: ¡Olvidemos sus
rostros! La vista gráfica junto a la del criminal y subversivo, Abimael Guzmán,
con el comentario preciso que textualmente decía: “Puso la nota negra en el
JNE”. Sin duda, las ordenes malévolas y mefistofélicas del inefable Montesinos,
a las que se prestaron los otros miembros del JNE.
Los vocales y su presidente, por miedo a la multitud
abigarrada afuera en las calles, exigiendo a gritos que no se cometiese el
fraude, se retiraron por la puerta falsa. Chávez Molina con seguridad escribió
su voto dirimente en el que declaraba la nulidad del referéndum y decidió
utilizar la principal: “No soy un delincuente para salir por otra”, dijo. Como
tenía que ser y como premio a la consecuencia, la gente lo aplaudió sonora y
largamente.
ACTAS EN EL CUARTEL
El 26 de diciembre de 1993, Loli Márquez murió de un
infarto cerebral. El 29 del mismo mes se promulgó la Constitución en Palacio de
Gobierno con la rúbrica del Presidente de la República, saltándose el proceso
parlamentario, sin resolución del Jurado Nacional de Elecciones y empleando las
cifras de un documento apócrifo aparecido en “El Peruano”.
A Chávez Molina le pasaron el dato que las actas
faltantes se encontraban en un cuartel cercano al JNE. No se podía hacer nada.
Ni siquiera cambiarlas. El vocal arequipeño no pudo denunciar la situación
inmediatamente por los hechos convulsionados y controlados, totalmente, por la
dictadura.
Antes de que se promulgase la Constitución, apareció
en “El Peruano”, un aviso que decía que el SI había ganado. Registrado, allí en
el texto, una supuesta oficina de relaciones públicas y una secretaría del JNE.
Sin firma ni sello.
CIFRAS
A los ocho meses de la accidentada sesión y de la
promulgación de la Constitución, los nuevos vocales del JNE mandaron a
publicar, por acuerdo de sesión, los resultados.
Incluso a pesar de las irregularidades, los cómputos
finales mostraban al SI con un 52.24%. Le ganaba al NO que acumuló 47.76%.
Había 4.68 porcentuales de diferencia. Ambos sumaban el 100%, a pesar de los
votos en blanco, los nulos y un ausentismo del 29% que fueron para muchos
resultados contra el SI.
Las cifras en el territorio nacional, increíblemente,
eran los mismos de la publicación anulada del JNE del 10 de Diciembre de 1993:
SI, 3 millones 878 mil 964 votos. NO, 3 millones 545 mil 669
votos. En blanco, 215 mil 613. Los nulos 518 mil 274. Cuando todavía faltaba el
fallo sobre nulidades y el conteo de muchos votos.
Específicamente Chávez Molina denunció el fraude, la
contabilización de mayor número de votos que de sufragantes, la falta de firmas
de muchas actas, las impugnaciones y la coacción contra los electores. Sin
embargo, no se registró ninguna investigación. Ni para bien. Ni para mal. La
dictadura dominaba e imponía todo
Fue cesado de su cargo por intermedio de la Novena
Disposición Transitoria de la Constitución que a la letra dice: “la renovación
de los miembros del JNE se inicia con los elegidos por el CAL. La disposición
venía con nombre y apellido propio. Los del distinguido profesional.
El jurista continuó sus actividades profesionales en
su bufete como abogado empresarial y financiero. Asimismo enseñando en las
universidades diversos cursos de la Ciencia Jurídica. Era un convencido de que
los jóvenes se dediquen a la política para poder perfeccionar el sistema. Lo
mismo que de la existencia de los partidos, de forma consistente y plural.
ESTUDIO
Muchos años y hasta el final tuvo estudio
abierto. Una época al lado de otro jurista arequipeño de renombre, Jaime Rey de
Castro, en un edificio cerca de la Cancillería en pleno centro de Lima. Ese
inmueble, dicho sea de paso, sufrió un incendio de proporciones inimaginables,
habiendo salvado la vida muchísimas personas que vivían o trabajaban allí.
Pero también estudiando a fondo la Constitución de
1993, llegando a conclusiones interesantes. Como por ejemplo cuando dice: “La carta
magna actual respecto al Poder Electoral se mantuvo en una situación hibrida
hasta 1995. Con salidas al paso y soluciones transitorias que nada bueno
traían”.
Recordó enfáticamente que el sistema democrático
recurre a la soberanía de los ciudadanos para acabar, definitivamente, con los
golpes de estado, como una prueba fehaciente de que es necesaria la
intervención del pueblo
TRIGEMINO
Abogó por modificar y sustituir el título IV, Capitulo
XIII de la ley de leyes a fin de aprobar un Poder Electoral que siga los
principios científicos, técnicos y jurídicos armonizados coherentemente con las
particularidades de nuestra realidad nacional. Cuánta razón tenía.
Una resistencia total para salvaguardar, de
todas maneras, a la democracia atacada por los tentáculos de las dictaduras.
Casado con Edith Rada Jordán, con quien procreó dos hijos: Alonso y Alvaro
(fallecido). Una frase célebre que lo retrata de cuerpo entero: “Me tocan el
trigémino (nervio del cráneo) y salta la lava del Misti, aunque tengo el genio
muy tranquilo y alegre”. Un hombre de bien, de arraigadas costumbres cristianas
que, con su capacidad y lo hecho en su vida, fortalece moralmente al Perú.
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