LECTURAS INTERESANTES Nº 959
LIMA - PUNO, PERÚ
18 mayo 2020
BOLÍVAR
LO QUE NO TE ENSEÑAN
SOBRE ÉL EN LA ESCUELA
“No se entiende bien como muchos
siguen los textos escolares de este Estado aun criollo y defienden al gran
enemigo del Perú: Bolívar. Cuando pasamos por la Plaza Bolívar, nos da arcadas”
GVC.
B
|
olívar
era un hombre de 1.63 m de estatura y un tanto azambado, al cual desde niño sus
educadores le enseñaron la historia de los pueblos particularmente la del Perú
y sus riquezas y parece que, desde muy temprana edad, mantuvo una serie de
prejuicios hacia el Perú.
Sin
Bolívar el Perú no se hubiera independizado el año 1824. Pero sin él el Perú
hubiera sido más grande y fuerte. Nuestro libertador sacrificó, expolió, engañó y cercenó al país a tal
extremo, que ninguna otra nación latinoamericana jamás llegó a pagar por su
independencia lo que el Perú pagó por la suya, ninguna otra tampoco estuvo en
tanto peligro de perder aún más. Sin Bolívar nuestra independencia
hubiera demorado unos años. Con Bolívar nuestras pérdidas fueron
irrecuperables.
En solo
quince meses Bolívar logró la victoria contundente que puso fin a trescientos
años de colonialismo. Pero la premura por independizarnos el año 1824 nos
costó, entre muchas cosas, la pérdida de más de la mitad del territorio
nacional. ¿Ha habido otro país
latinoamericano que haya pagado por su
independencia más de un millón cien mil kilómetros cuadrados? Bolívar no se contentó con
despojarnos de Guayaquil y el Alto Perú, también pretendió apoderarse de Jaén y
Maynas (que en esos tiempos abarcarían más de cien mil kilómetros cuadrados,
esto es el 10% del territorio nacional actual) y regalar a Bolivia la costa
desde Tacna a Antofagasta.
Otros
pagos por nuestra independencia: atropello a la constitución, el mancillamiento
del parlamento, la traición a la población indígena, la restauración de la
esclavitud (que había sido abolida por San Martín) y lo peor de todo (peor aún
que la pérdida de la mitad del territorio nacional) fue el mal ejemplo de caudillaje militar que dejó
un libertador quien, a pesar de su carisma, indudable genio e
inteligencia, no fue capaz de comprender que el Perú no necesitaba un modelo
como él ni como Napoleón ni el César, sino como el de Washington o Jefferson.
Nuestro
libertador se convirtió en el peor enemigo que ha tenido el Perú en su
historia.
La
ambición de Bolívar por desplazar a San Martín como el libertador del Perú
surgió a medida que fueron aumentando sus triunfos en Venezuela y Colombia,
aunque realmente fue consecuencia de un proceso que estuvo latente en su mente
desde hacía mucho tiempo atrás. Sus
primeros estudios como se ha mencionado,
sobre la historia de los pueblos, inculcó en él una mezcla de admiración y
envidia por la riqueza del Perú, unido a un justificado desprecio a la
acomodaticia sociedad limeña, que a veces hacía extensivo inmerecidamente a la
población en general. Todos
estos sentimientos desembocaron en un temor a que el Perú, luego de su
independencia, pudiese alcanzar en América del Sur la hegemonía que ya había
ejercido en la colonia.
Por otro
lado, ahora que sus seguidores hablan de ir en contra del imperialismo,
Bolívar, mucho antes que sus triunfos en Venezuela y Colombia escribió cartas
desde Jamaica (1815) en las que refleja su ambición de poder y apela a
cualquier recurso incluyendo someterse y negociar con el imperio del momento,
ofreciendo descaradamente territorios y pueblos ajenos, así en carta que dirige a Maxwell Hyslop, importante hombre de negocios
inglés, le pide ayuda material y económica a cambio de regalarle países que no
le pertenecen (Panamá y Nicaragua):
(…) Ventajas
tan excesivas pueden ser obtenidas por los más débiles medios: veinte o treinta
mil fusiles; un millón de libras esterlinas; quince o veinte buques de guerra,
municiones, algunos agentes y los voluntarios militares que quieran seguir las
banderas americanas (…)
“…Con estos socorros pone a
cubierto el resto de América del Sur y al mismo tiempo se puede entregar al
gobierno británico las provincias de Panamá y Nicaragua, para que forme de
estos países el centro del comercio del universo por medio de la apertura, que
rompiendo los diques de uno y otro mar, acerque distancias más remotas y hagan permanente el imperio de Inglaterra sobre el comercio.”
Libro fundamental para la nacionalidad peruana |
En otra
carta, que después es conocida como la Carta
de Jamaica, hace un análisis de los países de América del Sur y las
probabilidades que tienen para resolver los problemas políticos, económicos y
sociales.
Sobre el
Perú dice entre otras cosas lo siguiente:
(…) El virreynato del Perú, cuya población
asciende a millón y medio de habitantes, es sin duda el más sumiso y al que más
sacrificios se le han arrancado para la causa del rey, (…) Chile puede ser
libre. El Perú por el
contrario, encierra dos elementos enemigos de todo género justo y liberal: oro
y esclavos. El
primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El
alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la libertad; se enfurece en los
tumultos o se humilla en las cadenas. (…) Supongo que en Lima no tolerarán los
ricos la democracia.”
Cuando
Bolívar menciona los esclavos y siervos, aludía principalmente a los indígenas, por los cuales
no guardaba ninguna estimación (en otra de sus cartas decía:
“…los indios son todos
truchimanes, todos ladrones, todos
embusteros, todos falsos, sin ningún principio moral que los guie”
Bolívar
no cambió de opinión sobre los indígenas durante la preparación de la guerra
por la independencia, a pesar de la ayuda que recibió de los guerrilleros
indígenas y de los batallones peruanos, formados principalmente por indios.
Con ese
criterio de por medio, dispuso de la vida de indígenas sin mayor reparo ni
consideración.
Fue así
como se originó el triste, despiadado y poco divulgado asunto de los miles de peruanos que
reemplazaban las bajas colombianas y que luego de la Independencia fueron enviados
con engaños a la Gran Colombia donde murieron presa de las fiebres tropicales y
el maltrato. Fueron aproximadamente 6,000 peruanos y las condiciones en
que vivieron los indígenas peruanos expatriados eran lamentables.
Vidaurre,
(aquel intelectual limeño que fue tan sumiso y leal a Bolívar y que posteriormente
dio un giro de 180 grados convirtiéndose en uno de sus más críticos y
opositores) cuando estuvo de tránsito en Panamá le escribió al Presidente La
Mar: “He visitado los cuerpos de tropas devueltos
a Colombia. En los primeros, para cada cien soldados peruanos había un
colombiano. En los segundos, conducidos por el general Antonio Valero, no hay
un solo hombre que no sea de mi país, si se exceptúa la oficialidad. ¿Pero qué
clase de hombres? Tomados de improviso en medio de las calles y plazas, sin respetar
su edad, oficio ni pertenencia. Aquí
presencié el llanto de un pintor que dejaba a su mujer y cinco hijos; aquí
conocí esclavos de muy buenos y fieles patriotas;
aquí acompañé el llanto de serranos infelices que iban a morir con la diferencia
del clima”.
En Guayaquil todo se arreglo cumpliendo directivas de la orden de masones |
También
fueron llevados “reemplazos peruanos” a Bolivia, pero en ese caso la cercanía y
las circunstancias harían más llevadera la ignominia, y más fácil la deserción
para regresar al Perú.
La suerte final que corrieron esos
miles de peruanos enviados por el libertador realmente nadie la sabe; las guerras civiles en el
Perú y en Venezuela y Colombia agravaron su situación.
Bolivar con tenida de mason |
Pasaron
más de 25 años cuando en un período de cierta estabilidad política se encontró a
un pequeño grupo de sobrevivientes peruanos en Colombia y otro en Venezuela.
Ellos fueron repatriados en 1852 y 1857. Los jóvenes que salieron de 25 años
tendrían 50. Serían ancianos, si consideramos el promedio de expectativa de
vida de ese tiempo.
Inicialmente
ese ejército libertador fue conformado por extranjeros y luego fue reemplazado
por peruanos que fueron el cimiento del Ejército del Perú.
Ningún
historiador le ha reprochado esta canallada a Bolívar. Y no hablemos de las propiedades de los indígenas
que les fueron arrebatadas y fueron vendidas
para proveerse de fondos y por último el
retorno a la esclavitud que había sido abolida por San Martín.
Por eso
Bolívar al morir, no dejó ni herederos ni herencia. Murió pobre, tuberculoso y
abandonado y enterrado con una camisa prestada. <>
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