LECTURAS
INTERESANTES Nº 948
LIMA PERU
15 MARZO 2020
HUMANIDAD VIRAL
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE”
N° 483. 13MAR20
E
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l coronavirus funciona como un desenmascarador: allí
están los que compran por toneladas para encerrarse en sus casas y aguardar la
muerte del vecino. ¿Solidaridad? ¡Pamplinas! En Lima o Madrid las mascarillas
se acaparan, el miedo cunde, los anaqueles se vacían: el viejo mono se trepara
al árbol más alto mientras el tigre de la muerte mira con codicia.
(De Internet) |
Los que matan en mancha, los que dicen que el
calentamiento global es un invento liberal, los que permiten que los palestinos sean cazados como
moscas y encerrados en jaulas, ahora aparecen preocupados por el destino de las
humanidad. ¡Farsantes!
La señora Merkel, súbdita de los Estados Unidos, miembro
del club de los que cortan el jamón, anuncia que el 70% de la población mundial
puede infectarse. ¿infectarse de qué? ¿No Hablamos acaso de una especie hace
rato infectada por el consumismo, la irresponsabilidad social, la quiebra de la
ética, el corporativismo con antifaz y porra, el asesinato como método, el
encubrimiento como filosofía, el abuso como norma, la desigualdad como mandato
y diosito como alucinógeno?
La Tierra está harta del ser humano. Supura la Tierra de antropocentrismo. El hombre es
el coronavirus del planeta. Vive el hombre como un parásito y, como todos los
virus, aspira tanáticamente a dar muerte a su huésped. Por eso seguimos
perforando en busca de petróleo malogrando sucesivos paraísos y masacrando
toros en plazas inmundas. La naturaleza ya no nos reconoce como suyos, Somos
sus enemigos. Quienes nos creen sus humanos son los incendios forestales, las
lluvias ácidas, las mareas rojas, los huracanes fuera de temporada. El deshielo
de la Antártida nos ama. El fracking nos guiña el ojo. Los plásticos del océano
corean nuestro nombre. Un país donde se come todo lo que camine, vuele o
arrastre hizo que el virus de estos momentos pasase del reino animal al de los
seres humanos. Según cifras oficiales, en las que no creo, han muerto 3,158
chinos por esta causa. Menuda ofrenda a la parca. Mao mató de hambre y purgas a
unos quince millones y pocos dijeron algo. Las guerras del opio que Occidente
perpetró en China mataron a cientos de miles y nadie protestó demasiado. Así somos
de virales.
Hay menos de 5,000 muertos por la pandemia, según la OMS.
Pero solo en Sudan han muerto 385,000 en una guerra civil interminable. ¿Y los
131,000 de Afganistán, contados el año 2000, el año cero de la peste imperialista
desatada por Bush hijo, el de las habilidades diferentes? ¿Y los 380,000 muertos
en Siria? Esos no contagian ¿verdad? Por eso no suelen nombrarse. Por eso no se
leen. Por eso no se temen.
¿O hablamos de Yemen, donde el 80% de la población “necesita
ayuda humanitaria para sobrevivir”, según la ONU y donde, según Acnur “puede
producirse la peor hambruna de los últimos cien años”? ¿No le gusta, amable
lector, que hable de Yemen? ¿Qué le parece Somalia que vive un conflicto
interno que dura ya 30 años? ¿Y qué opina de Irak donde la intervención
estadounidense produjo, del 2003 al 2006 más de 600,00 muertes?
Al 14 de marzo 2020 |
Que distantes se ven esos cadáveres. Qué lejos suenan esos
fusiles, esas bombas inteligentes, esos cohetes disparados desde submarinos.
Que extranjeros son esos gemidos y que remotos son los niños que mueren en
alguna orilla hostil. Mucho más cercanos nos parecen los miedos actuales de los
italianos –tatarabuelos de los D’onofrio- esos que hace poco se negaron a aceptar
a los refugiados de piel oscura y los echaron a la mar de una aduanera patada.
Aterricemos en nuestro proto-país, conato de nación,
borrador de proyecto. Aquí sale el señor Vizcarra a decir que estamos listos
para enfrentar el desafío. No es cierto. Es mentira. Es analgésico decir eso.
Es ridículo repetirlo.
Si nos ocurre lo de Italia, tendremos un problema
colosal. Y nadie puede negar que puede ocurrirnos lo de Italia.
¿Tendríamos que escandalizarnos si eso sucede?
Seríamos cínicos se lo hiciéramos. ¿Cuántos años hemos
perdido mientras nuestros servicios de salud colapsaban, los médicos eran los
apestados del salario, los baños de las postas se atoraban, los aparatos clamaban
de repuestos? ¿Cuántos años de presupuestos canallas, carencia de propósitos de
mediano plazo y déficit en superestructura sanitaria? Cuántos años de compras
ladronas, de no-compras, de negocios sucios en el sector salud? ¿Cuántas veces
nuestros ministros sectoriales dijeron que las cosas iban a cambiar sabiendo
que no tenían dinero para ningún cambio importante?
¿Escandalizarnos? Si el Covid-19 se ensaña con nosotros,
pagaremos todas las culpas de cuarto mundialistas que hemos contraído.
La humanidad está asustada.
Un virus la ha puesto a pensar que la vida es frágil y quizá valiosa. Trump
cancela los vuelos que salen de Europa. En algún laboratorio gigantesco algunos
deben estar calculando a cuánto deberán vender la vacuna contra el Covid-19 y
quienes podrán pagarla. Eso somos. <>
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