LECTURAS
INTERESANTES Nº 933
LIMA
PERU 9 DICIEMBRE
2019
BOLIVIA: LA HORA DE LA AUTOCRÍTICA
Katu Arkonada
TELESUR, 8 diciembre 2019
D
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espués de varios análisis denunciando el golpe de Estado en
Bolivia, y el saldo sangriento de más de 30 personas asesinadas y 1000
detenidas, es hora de empezar a analizar los errores cometidos por el proceso
de cambio boliviano, errores sobre los que se han montado los golpistas, para
no volver a cometer los mismos en el escenario político y electoral que se
viene en los próximos meses.
Este análisis (auto)crítico parte también desde el más
absoluto compromiso con el proceso de cambio que transformó Bolivia durante 13
años, y desde la lealtad al MAS-IPSP y a su líder Evo Morales, siempre
acompañado por Álvaro García Linera, y en contra de cualquier utilización
perversa de la crítica, como se ha venido haciendo desde ciertos sectores de centro-izquierda, o
desde algunos feminismos latinoamericanos.
Los procesos hay que vivirlos, hay que conocerlos desde el
barro de la militancia, y no
criticarlos desde la academia o una supuesta equidistancia, mucho menos si esa
crítica sirve para terminar justificando un golpe de Estado.
Mucho se habla estos días del supuesto error de Evo al forzar su repostulación en 2016.
Incluso una funcionaria
que ha cobrado dinero público por muchos años escribe ahora: "Ese es el
tamaño del daño que le ha hecho a nuestra democracia el intento de
repostulación del expresidente Evo Morales".
El primer gran error
fue colocar en el Estado a
gente sin ningún compromiso que a las primeras de cambio se ha dado la vuelta y
apoya o cuanto menos contemporiza con el gobierno golpista. Sustituir el
instrumento por el Estado, por funcionarios mediocres sin compromiso político, es un primer error.
El MAS-IPSP se convirtió en un instrumento de ascenso social (impregnado de
corrupción, además).
Un segundo error
determinante fue Bajar
banderas, de la mano de estos funcionarios mediocres, para querer hablar a las
clases medias desde el liberalismo. Más que atraerlas, se reforzó su
conservadurismo. La
apuesta siempre debía haber sido volcarse sobre el núcleo duro, el movimiento
indígena originario campesino, y no sobre las clases medias, que ya
estaban perdidas, pues no sólo no veían los beneficios inmediatos del proceso,
al contrario que los sectores populares, sino que además iban siendo politizadas contra
el proceso por los medios de comunicación.
El tercer error
fue justamente confiar en
los medios de comunicación, todo ellos hoy justificando a los golpistas,
y así como en los medios, también
en las élites económicas cruceñas, que apoyaron mientras el gobierno
tenía músculo, pero se dieron la vuelta rápidamente.
El cuarto error
fue confiar en la OEA.
Pensar que como no se
había hecho fraude, el Ministerio de Colonias del Imperio nos iba a dar la
razón. Ya hace mucho nos avisaron que al imperialismo ni un tantito así, pero
no aprendimos. Y este error terminó siendo determinante en el golpe de Estado, junto con la confianza excesiva en la Policía
(golpista estructural) y militares.
Y el quinto error,
volviendo al inicio, no
fue buscar la repostulación de Evo, sino el momento en que se hizo (a un año de
haber ganado con el 61% de los votos) y no comunicar bien para qué se
hacía (terminar lo que se empezó con una agenda clara de pobreza 0 y derechos
en 2025, Bicentenario de Bolivia). La no repostulación no estaba en la Constitución, fue fruto de la
correlación de fuerzas en la Constituyente, impuesta por una derecha que
incluso en el referéndum solo pudo ganar 51-49% gracias a la mayor
campaña de guerra sucia y fake news de la historia de Bolivia. Quienes no son
demócratas son ellos, desde el proceso siempre se buscaron fórmulas legales y
constitucionales para volver a postular al único líder que permite la cohesión
y unidad de los sectores tan heterogéneos que componen el MAS-IPSP.
¿Qué hacer?
Dos frentes de batalla se abren ahora.
En primer lugar, seguir denunciando el brutal
golpe que tanta sangre boliviana se ha cobrado. Denunciar todas las
vulneraciones de Derechos Humanos de los golpistas, e impulsar la vuelta de Evo Morales a Bolivia
para poder ordenar los diferentes intereses corporativos que se expresan en el
MAS, incluida la propia Asamblea Legislativa Plurinacional.
En segundo lugar,
levantar las banderas
originales del proceso que nunca debieron ser arriadas. Las y los
candidatos deben ser quienes han estado ahí desde el inicio, el núcleo que nunca te abandona,
quienes han peleado en las calles de Bolivia contra el golpe o han sido
fieles a Evo cuando todo se desmoronaba.
Hay que estar claros en que no han dado un golpe de Estado,
con la complicidad e impulso estadounidense, para entregar el poder en abril en
unas elecciones. Es necesario por tanto prepararse para una travesía por el
desierto, como hizo el kirchnerismo en Argentina, o está haciendo el correísmo
en Ecuador. Toca resistir
desde la Asamblea, y atrincherarse en lo territorial, ganando todos los municipios y
gobernaciones que se pueda, demostrando que el MAS-IPSP es la mayor fuerza
político-electoral del país.
Quizás sea necesario discutir si el golpe de Estado en
Bolivia ha sido fruto de un exceso
de democracia que provocó una escasez de oportunidades de ascenso social para
los históricamente privilegiados, pero de lo que no hay duda es de que
también es parte de una estrategia
imperial donde el gas, y sobre todo el litio, también tienen mucho que ver.
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COMENTARIOS
Juan Leonardo Alvarenga Madrid. El peor error fue no haber organizado al pueblo para su
autodefensa. Fueron miopes durante 14 años de poder, sabiendo que estaban
echando sal a la llaga purulenta del imperio gringo y de sus vastagos de la oligarquía
boliviana.
Javier Perez.- El único error es no controlar el
ejército y la policia.
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Katu
Arkonada. Tiene
un diplomado en Políticas Públicas. Exasesor del Viceministerio de
Planificación Estratégica, de la Unidad Jurídica Especializada en Desarrollo
Constitucional y de la Cancillería de Bolivia. Ha coordinado las publicaciones
"Transiciones hacia el Vivir bien" y "Un Estado muchos pueblos,
la construcción de la plurinacionalidad en Bolivia y Ecuador". Es miembro
de la Red de Intelectuales en Defensa de la Humanidad.
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