Crece
el peso político de
Evo Morales en Puno, mientras en Palacio de Lima desairan a su gobernador
Escribe: Ricardo
Velazco. HILDEBRANDT EN SUS TRECE 29MAR19
“Lamentablemente el presidente Evo Morales ha
conversado conmigo más seguido que el presidente Martín Vizcarra. Desde hace un
mes le he pedido varias veces audiencia al jefe de Estado, pero hasta ahora no
me recibe”, dice a este semanario Walter Aduviri Calisaya, gobernador de Puno.
El mandamás puneño dice que Vizcarra lo tiene
sometido a la ley del hielo desde que se enteró de que mantiene conversaciones
con el mandatario boliviano para construir un ducto que alimente de gas a todo
Puno. Funcionarios de Palacio de Gobierno: confirmaron a esta
publicación que el gobernador puneño solicitó audiencia con el presidente Vizcarra,
pero señalaron que este ordenó traspasar el pedido hacia el Ministerio de
Energía y Minas (MINEM), la cartera que está encargada de analizar el tema.
Lejos de escuchar la propuesta del gobernador, el
MINEM se enfrascó en una competencia y presentó por su cuenta otra propuesta
al presidente boliviano para la construcción del ducto que, en este caso,
llevaría gas para siete regiones del país. En este caso el combustible ya no
sería boliviano, como contemplaba Aduviri, sino que saldría del yacimiento de
Camisea. El objetivo es claro: bloquear las ínfulas del dirigente puneño.
La disputa entre Aduviri y el Ejecutivo por el gas
empezó en el 2017. "Conversamos con varias organizaciones sociales de Bolivia,
entre ellas la Central Obrera Boliviana (COB), que tiene un gran peso en ese
país. Ahí surgió la propuesta de ayudarnos con el tema del gas para consumo industrial
y doméstico. Tras las elecciones regionales de octubre, hablamos de esta opción
con senadores, diputados y alcaldes de Bolivia,
quienes también estuvieron de acuerdo. En última instancia dialogué con el
presidente Evo Morales y su vicepresidente, Alvaro García Linera, y fue ahí
que se concretó la propuesta”, señala el líder aimara.
El pasado 7 de diciembre la agencia cubana de
noticias Prensa Latina confirmó que Evo Morales se había reunido con Aduviri y
Zenón Cueva, gobernador de Moquegua. También señalaba que el jefe de Estado
boliviano estaba interesado en el proyecto gasífero. Un mes después fue el
propio Morales quien declaró en un acto público en Cochabamba: “Atendiendo la
demanda que tiene nuestro pueblo, estamos preparándonos para prestar este
servicio en el altiplano peruano”.
Según Aduviri, Morales se ofreció a correr con el
gasto de la construcción del ducto, unos 480 millones de soles, y la obra la haría
la empresa estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB). La
gigantesca tubería partiría de la ciudad de Desaguadero y se extendería hasta
Juliaca, desde donde se distribuiría por toda la región. De concretarse el
ducto, sostiene Aduviri, la tarifa de gas en Puno se reduciría de S/. 38 por
balón a solo S/. 10.
Enterados de lo que venía cocinando el gobernador,
el gobierno peruano comenzó a mover sus propias fichas. En enero pasado
funcionarios del Ministerio de Energía y Minas (MINEM) viajaron a La Paz para
invitar a los representantes de la estatal boliviana YPFB a participar en la
licitación de un nuevo proyecto que, según las proyecciones, abastecería de
gas natural a 100 mil familias de siete regiones peruanas, incluyendo Puno. El abastecimiento
de gas saldría del yacimiento de Camisea.
La concesión a la empresa ganadora sería por 32 años
y el presupuesto asciende a 400 millones de dólares. Según informó el MINEM,
además de la boliviana YPFB hay otras dos empresas interesadas: Gas Natural de
Lima y Callao (Cálidda) y el Consorcio Wapsi Perú, conformado por una subsidiaria
de REPSOL y la empresa china Gezhouba.
“Nuestros técnicos tienen la información
extraoficial de que, en esas reuniones, los representantes del MINEM les han
pedido a los bolivianos que desistan de seguir prestando atención a nuestro
proyecto. Pero la alternativa del gobierno central no tiene mucha
sostenibilidad y su propuesta para Puno sólo proyecta distribuir gas en dos
ciudades: Juliaca y la ciudad de Puno”, señala Aduviri Calisaya.
EL DÚO DEL ALTIPLANO
La relación entre el gobernador y el presidente
boliviano no se limita a los temas de hidrocarburos sino que es de larga data.
Según el periodista puneño Hugo Supo, Aduviri pertenece a una generación de
dirigentes en el sur que recibieron formación ideológica en escuelas políticas
de la ONG Unión Nacional de Comunidades Aimaras (UNCA).
Entre Aduviri y Evo Morales hay concierto para que gas boliviano barato llegue a Puno, pero el gobierno peruano torpedea las tratativas con el supino egoísmo antipuneño de Vizcarra. ¿Más claro?. |
Según Supo, los lazos del gobernador con la clase
política boliviana se fueron estrechando con el tiempo. “En los últimos años,
Aduviri tuvo constantes salidas a Bolivia no sólo para entrevistarse con Evo
Morales sino con dirigentes de su partido, el Movimiento de Afirmación Social
(MAS). Incluso sabemos que parte de su equipo político estuvo activo por
allá”, dice el periodista. Entre julio del 2010 y diciembre del 2018 el gobernador
regional visitó en quince oportunidades a sus vecinos altiplánicos del otro
lado de la frontera.
Durante la campaña electoral del 2018 la influencia
boliviana también dejó huella en las actividades proselitistas de Aduviri. La
sombra de Morales recorría todo el plan de gobierno del “Movimiento de
Integración por el Desarrollo Regional”, agrupación con la que Aduviri ganó las
elecciones.
En una de las primeras páginas del plan, el ahora
gobernador propone la “reconstrucción del Estado Plurinacional, con la
autoafirmación consciente de los pueblos quechua-aimara y demás pueblos
originarios de la Región Puno”. Y apuesta por una nueva estructura
socioeconómica a la que denomina el “Gobierno Autónomo del Qullasuyo”, con la
idea de “poder trascender el marco legal y asumir el reto de refundar la política”.
Consultado sobre este punto, el gobernador Aduviri
se apura en aclarar que el proyecto de “Gobierno Autónomo del Qullasuyo” “no
tiene que ver con ideas separatistas”. “Nosotros creemos que debemos aplicar el
modelo boliviano en ese sentido. Nos referimos a que el gobierno debería
controlar más del 50% de los recursos naturales y aplicar una política de
consulta al pueblo para todas las decisiones trascendentales en este aspecto.
Sólo así podremos evitar tantas huelgas, paros y manifestaciones que hemos
venido sufriendo a lo largo de los años”, señala el gobernador.
Sus detractores en la zona, sin embargo, creen que
no tiene una idea clara de qué hacer con la región. “Walter Aduviri siempre ha
querido ser Evo Morales, pero no puede porque tiene un techo. Evo Morales tiene
popularidad y arraigo en su país; Aduviri no tiene eso. Además, él puede opinar
mucho sobre el manejo de los recursos naturales y la participación de las
empresas privadas, pero no tiene ninguna atribución real para intervenir en ese
tema. Es puro discurso, pero nada en la práctica. Es un general de tropa que
no tiene claro para dónde avanzar”, señala el periodista local Liubomar
Fernández, quien sigue la carrera del gobernador desde hace varios años. Lo
único claro por el momento es que los desplantes del gobierno central no
facilitan el camino para que Aduviri deje de mirar a Bolivia como una
alternativa. ■
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