domingo, 7 de octubre de 2018

ADUVIRI VIRTUAL GOBERNADOR REGIONAL

Collavino dio capote
Según DATUM (en Canal 4 Lima 5.20 p.m.) Aduvir alcanzó el 46% contra 13% de Hancco 
-Ecuesta a boca de urna)
______________ 
WALTER ADUVIRI: EL AIMARA EMPRENDEDOR CON SED DE REIVINDICACIÓN
Saltó a la palestra con el aimarazo, una revuelta en 2011 para oponerse a las concesiones mineras. Pero antes de esos hechos, Walter Aduviri tuvo un tránsito muy difícil en la vida: hijo de criadores de alpaca, universitario que solventó sus estudios siendo ambulante, guachimán, burócrata estatal... Ahora, dice que quiere ser gobernador de Puno para reivindicar al pueblo aimara, aunque muchos piensan que se trata de una reivindicación personal.
Por Liubomir Fernández LA REPUBLICA 5 oct 2018

Abril de 2011, segundo gobierno de Alan García. Decenas de aimaras bloquearon Desaguadero, el ingreso fronterizo a Bolivia. En las manifestaciones presididas por el joven dirigente Walter Aduviri Calisaya se gritaban consignas que reivindicaban a Túpac Katari y Túpac Amaru, líderes indígenas de la época de la colonia que, vía el camino de la insurgencia, quisieron poner fin al abuso y la dominación española. Casualmente, ambos encontraron una muerte similar: amarrados a los caballos, tironeados y luego despedazados.
Desde la clandestinidad y por teléfono, Aduviri nos confirma que a él también lo quieren descuartizar, como ocurrió con sus referentes revolucionarios. Para el exlíder aimara, su despedazamiento es la sentencia de siete años de cárcel que le dieron por los disturbios del 2011. "Ya no te descuartizan, ahora se paga con cárcel", nos reitera el también candidato al Gobierno Regional de Puno, escondido desde inicios de enero de 2018. Ese mes, la Sala Penal de Apelaciones de Puno confirmó una sentencia en primera instancia y ordenó su captura para que cumpla su pena en una prisión. Desde su escondite, el ahora exdirigente lidera su campaña política. Por lo pronto, el Jurado Electoral le dio luz verde: puede postular hasta que la Corte Suprema no resuelva un recurso de casación presentado para anular o ratificar el fallo condenatorio.
Walter Aduviri sostiene que está sentenciado por defender a los pueblos aimaras, cuya sobrevivencia —según él— la amenazaban las concesiones mineras promovidas por el Estado que con su explotación contaminarían el medio ambiente. Toda una contradicción en un Puno dominado por la minería informal, actividad causante del deterioro ecológico. Basta citar la cuenca del Ramis. Ahí se estima la muerte de 50 mil cabezas de ganado hasta 2016 por los relaves cargados de mercurio provenientes de las minas de Ananea. Sobre eso, nuestro personaje tiene un pensamiento selectivo. Para él, aparentemente, solo la gran minería contamina, en cambio, a la informal la denomina"la minería del pueblo".
La sentencia, sin embargo, no ha sido por liderar la lucha aimara, sino por los desmanes ocurridos en Puno. Hasta la ciudad capital llegaron los comuneros presididos por Aduviri con sus acciones de protesta. A él le encontraron responsabilidad de autoría mediata del delito de disturbios. Ese 26 de mayo de 2011 se quemaron instituciones públicas y se saquearon empresas privadas. Los daños generaron pérdidas por más de diez millones de soles.
Uno de los magistrados, Víctor Calisaya Coila, explica la resolución que avala el reclamo aimara, pues el Estado habría vulnerado sus derechos emitiendo, de manera inconsulta, el Decreto Supremo 083-2007, que exceptuaba a la empresa Bear Creek de una prohibición constitucional: rechazar la inversión extranjera dentro de los 50 kilómetros de zona de frontera. En otras palabras, el reclamo era válido, mas no los métodos.

El Poder Judicial revocó la detención por temor a que en Puno se desate una revuelta mayor a la de mayo de 2011. Garantizada su libertad, el buen Aduviri recién abandonó la televisora. Sin duda, puso al gobierno contra la pared, ya que nadie podía meterse a un canal privado para detenerlo. Aunque el exdirigente aimara tiene una versión distinta. "Nunca me notificaron legalmente. A mí me invitaron a una entrevista. Cuando salí me quisieron detener. Para demostrar que no me tendieron una celada, me invitaron a quedarme", asegura.
El aimarazo se judicializó y siete años después hubo condena. Siete años de pena privativa de libertad y el pago de 2 millones de soles de reparación civil. Aduviri fue hallado culpable de autor mediato; no el ejecutor de los delitos, pero el instigador. Esta decisión la adoptó el colegiado presidido por Roger Istaña Ponce e integrado por Víctor Calisaya y Yessica Condori Chata.
Ana Pino Jordán, investigadora de las culturas andinas, reconoce el liderazgo de Aduviri ante los aimaras, históricamente discriminados, pues la exclusión desde la época colonial tampoco pudo ser resuelta por la República. Las culturas andinas han sido avasalladas; las políticas de desarrollo no respetaron su cultura y particular forma de organización social y de gobierno.
"Ahí la explicación de por qué Aduviri confronta contra todo aquello que significa el no reconocimiento de sus derechos ancestrales", asegura Pino. Sin embargo, la investigadora no coincide con su protagonismo mesiánico.
"Cuando dice: 'Es mi obligación moral defender...', está asumiendo que solo él lo puede hacer. Los aimaras son colectivos y no individuales. Esa posición [del exdirigente] revela un interés político", precisa Pino.
Casi similar es el punto de vista de Mourik Bueno de Mesquita, del Centro Bartolomé de las Casas. Él asegura que Aduviri busca ser gobernador de Puno para que se le reconozca como el miembro de las discriminadas culturas andinas. Por eso denuncia al centralismo. Su mayor propósito —añade el politólogo e investigador— es una reivindicación a él, el reconocimiento a un personaje que escala de muy abajo, de una familia muy pobre.

El mismo de siempre
Después de varios intentos fallidos, contactamos por teléfono a Aduviri, puesto a buen recaudo mientras esté vigente la orden de captura en su contra. No es el mismo que lideró las protestas contra las mineras. Con 38 años a cuestas, se le percibe más tolerante. En el aimarazo era pecado discrepar con él. Eras su enemigo o defendías al Estado.
¿Por qué mientras los líderes indígenas a quienes evocas perdieron la vida por su causa tú te extraes del lugar donde empezaste la revuelta y prefieres la clandestinidad?
Los tiempos han cambiado. En los tiempos en que se rebeló Túpac Katari, irse contra los españoles se pagaba con la muerte. Esa era la justicia en ese entonces. Eso ha cambiado. Ahora se paga con la cárcel, ya no te descuartizan.
¿Pero ellos asumieron la responsabilidad de sus actos?
En el caso de Túpac Katari, se hizo agarrar, pues, pero por traición. Él fue traicionado.
¿Por qué ingresaste a la política?
Después de los sucesos de 2011, he sido objeto de humillación. El Estado y sus autoridades me han humillado a mí y a mi familia de lo peor. Nos han dicho que somos ignorantes, apestosos. Por todos esos ataques, hasta mi mamá ha muerto de tanta preocupación. Al insultarme a mí se dirigieron a la vez a todas las comunidades andinas y amazónicas.
Entonces, ¿ahora quieres reivindicarte?
Sí. Y para demostrar a este Estado cómo se trabaja con el pueblo.
¿Pero no quieres correr ningún riesgo?
Pero yo no he cometido ningún delito. Que me lo prueben. Sigo pidiendo pruebas. Sigo exigiendo justicia.
Tras estos lamentables sucesos, el Ministerio Público denunció a Aduviri y a otros dirigentes más. El Poder Judicial ordenó su captura. La Policía Nacional intentó aprehenderlo el 15 de junio en Lima, pero Aduviri se atrincheró en Panamericana Televisión. Aprovechó una entrevista que sostuvo con el periodista Beto Ortiz, para no volver a salir del canal.


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario