viernes, 6 de abril de 2018

LA COYUNTURA POLÍTICA EN EL PERU


LECTURAS INTERESANTES Nº 820
LIMA PERU            6 ABRIL 2018
YOSHIYAMA EN EL DECANO
César Hildebrandt
Tomado de “HILDEBRANDT EN SUS TRECE” N° 391, 6ABR18

El Comercio” tiene nostalgia fujimorista. Recuerda la época del 2000, cuando publicó aquel nauseabundo editorial instando a los peruanos a seguir adelante y aceptar sin chistar la re-reelección fraudulenta de quien entonces, habiendo perdido toda legi­timidad, ya era alias “Presidente de la República”.
¡Cuántos negocios hicieron los Grana y Montero en esos años prece­dentes! ¡Cuántos don Emilio Rodríguez Larraín! ¡Qué buena época! ¡De qué modo liquidamos, martillo en mano, las empresas que eran patrimonio de todos para dárselas en ganga a los tiburones que el FMI y el Banco Mundial autori­zaban!
Por toda esa belle epoque sin Café de la Paix pero sí con Cucardas es que quizá “El Comercio” le permite a Jaime Yoshiyama presentarse como víctima en una nota autoexculpatoria que pu­blica nada menos que en su página edi­torial.
Yoshiyama dice que Barata no lo ha señalado como el receptor de parte del dinero negro que fue a parar a manos de Fuerza 2011 (hoy Fuerza Popular). Lo cierto es que Barata ha mencionado a Yoshiyama como el que recibió por lo menos 500,000 dólares en una reunión realizada en la casa de un exministro fujimorista.

Yoshiyama escribe: “Según su ver­sión (la de Barata) entregó el dinero a una persona que no recuerda, de “tal vez unos 50 años” y que “se veía como empresario, (con) buena apariencia”, pero no sabe “exactamente quién era”. Con esta versión sin corroborar, el fiscal se apresuró a allanar mi vivienda”.
YOSHIYAMA Y KEIKO FUJIMORI
Contado así el episodio, da ganas de ir hasta la casa de Yoshiyama y abrazar­lo y decirle: “Hermano, qué injusticia. ¿Cómo te han podido hacer esto?”.
Pero lo cierto es que Jorge Barata, el coimero en jefe de Odebrecht, descartó toda ambigüedad respecto de la identi­dad del señor Yoshiyama en sus decla­raciones ante el Ministerio Público del Perú. Este es un extracto de su colabo­ración eficaz:
(José Domingo Pérez): En la pregunta 19, usted ha señalado sobre entregas de dinero de 500 mil dólares. ¿Estoy en lo correc­to?
(Jorge Barata): Depende a quién sea. He hablado de muchas entregas.
(JDP): En la primera entrega.
(JB): Al partido de la señora Keiko Fujimori.
(JDP): En efecto. ¿Cómo toma usted conocimiento de que había que realizar esta entrega?
(JB): He conversado con el partido, la persona del señor Yoshiyama. Con quien quedó acordado que quería contribuir y que quería contribuir con 500 mil.
(JDP): ¿Dónde conversa con el señor Yoshiyama?
(JB): Fueron varias conversaciones. No sé exactamente dónde fue cada una de ellas, probable­mente alguna en nuestra oficina, pro­bablemente alguna en un café, no sé, no sé exactamente cuáles fueron los lo­cales; pero tuvimos varias conversacio­nes y en esas conver­saciones sugirieron esa definición de aportar a la campa­ña y ahí, cuando tu­vimos los recursos disponibles, le avisé y fui a hacer la entrega.
(JDP): Y estas reuniones, ¿cómo se gestaron?
(JB): Por teléfono.
(JDP): ¿Usted tenía una comu­nicación directa con el señor Yoshiyama?
(JB): Sí. Y con el señor Bedoya, que era un intermediario, un interlocutor de él.
(JDP): Entonces, respecto de esta primera en­trega: ¿quiénes in­tervienen respecto a Fuerza Popular?
(JB): Yo, de mi lado, y del otro lado estaba el señor Be­doya, el señor Yos­hiyama; y había alguien más en esa sala, yo no sé exactamente quién, no me acuerdo qué persona era.
(JDP): Antes de entrar a la re­unión en sí, en los actos previos, anteriores, ¿con quiénes sostiene usted comunicación además del señor Jaime Yoshiyama?
(JB): Con el señor Bedoya.
(JDP): Cuando usted hace refe­rencia al señor Bedoya, ¿se refiere usted al señor Augusto Mario Bedoya Camere?
(JB): No sé el nombre de él comple­to, pero puedo averiguar si es esta la persona.
(JDP): Usted hace referencia a comunicaciones con el señor Yoshiyama. ¿Me puede señalar los medios de estas comunicaciones?
(JB): Por teléfono, y a través de las reuniones que tuvimos.
Hasta aquí la cita textual de las trans­cripciones. Si esto no fuera suficiente, hay en la documentación emanada de la Fiscalía una declaración adicional de Barata aún más definitiva:
(JB): Nosotros nunca entre­gamos dinero a la señora Keiko Fujimori. Nunca hablamos con la señora Keiko Fujimori sobre nin­guna entrega específica. Nosotros aportamos al partido Fuerza Po­pular. Y la persona que represen­taba al partido era el señor Jaime Yoshiyama. Con él hemos con­versado, a él le dimos los apor­tes. Nosotros inicialmente apor­tamos 500 mil, en la campaña de 2011. Ese dinero fue entregado en la calle Octavio Espinoza 220, San Isidro. Era una casa. No sé de quién es, pero era una casa. Fui a hacerla entrega. Y después, justa­mente por haber apoyado al can­didato Ollanta Húmala, me sentí en la obligación de aumentar.
Yoshiyama oculta la verdad en el ar­tículo que “El Comercio” le publica re­cordando los viejos y prósperos tiempos. Tampoco explica cómo fue aquello de que le robaron las computadoras de su casa donde podían estar las
cuentas del parti­do del que era secretario general, algo que a muchos hizo recordar el momento en que el señor Joaquín Ramírez perdió los libros de contabilidad de sus empresas e raíz de un accidente de tránsito.
Yoshiyama dice que es un santo varón, un inmaculado caballero. Sorpresas que da la vida. No sabía que los caballeros sin tacha servían como ministros, presidentes del Congreso por partida triple, consultores siempre : mano, voceros crónicos y válidos para lo que fuera en regímenes putrefacto como el de Alberto Fujimori. ¿Se puede ser un gemelo de cuáquero y servir junto a Joy Way, Martha Chávez, Gilbert Siura y Vladimiro Montesinos?
Hace muchos años que “El Comercio” dejó de ser un periódico y se convirtió en un homenaje al poder del dinero. No es este “El Comercio” antiguo; con razón, temido. No es “El Comercio” del apasionado y honorable Luis Miro Quesada de la Guerra. Es “El Comercio” de los intereses convoyados, el rostro visible de múltiples negocios, la máscara de un monstruo corporativo que ha destituido al periodismo. Y ahora Jaime Yoshiyama es otro de sus explicables colaboradores. Cómo no.

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