LIMA – PUNO - PERU
10 NOVIEMBRE 2017
ESTAMOS EN PELIGRO
César
Hildebrandt
Tomado
de HILDEBRANDT EN SUS TRECE Nº 372, 10NOV17 p. 12
El fujimorismo tiene vocación de mafia.
Las instituciones de ese linaje no pueden cambiar
porque dejarían de existir.
No es que el fujimorismo pueda optar. Está
condenado a ser violento, avasallador, intolerante porque todos sus presuntos
méritos están sostenidos en la nostalgia de haber sido una dictadura populista
que creaba clientelas y no ciudadanía y cuyo jefe no era un líder sino un
caudillo sin escrúpulos.
Ahora vuelve a oler a los 90. Conozco ese hedor. Es
el hervor de la mentira, el miasma de la conspiración, el colon que dispara
calumnias de dejo abogadil.
El fujimorismo vuelve a las andadas. En los 90, a
las finales, se encontró frente a frente con la calle y con la prensa indómita.
Su jefe se largó con decenas de maletas llenas de sí se sabe qué y renunció,
qué cobarde, desde el Japón, el país que sentía suyo. Pero aquí quedó,
flotando, su masa bacteriana, la misma que, muchos años antes, se agachó ante
el ejército chileno durante la ocupación, la que quiso matar a Cáceres, la que
alabó al Leguía poderoso y se alegró con su ruina cuando se moría de un cáncer
prostético. La que vivó a Odría a instancias de Beltrán. La que ha vivido en la
humillación. La que cree que la indignidad es un gesto de la naturaleza.
Sobre esa base la señora Keiko ha construido un
partido que es gemelo de aquellas entidades sucesivas fundadas por su padre. Y
ese partido ha vuelto a tener éxito.
El fujimorismo ha raptado el Congreso y cree que ha
llegado el momento de hacer metástasis. Quiere ahora tumbarse al Tribunal
Constitucional, mandar a su casa al Fiscal de la Nación, obligar al presidente
a someterse a una reunión de pandilleros cuyo propósito ulterior es que haga renuncia
del cargo.
La ventaja del fujimorismo es que ahora no están ni
la calle ni la prensa indócil para enfrentársele. La calle es un atasco de
humos y la prensa escrita, radial y televisiva, con breves excepciones, es una
de esas señoras que ahora se llaman trabajadoras sexuales.
¿Quién para al fujimorismo, quién nos libra de esta
nueva septicemia?
Podría ser el presidente. Pero el presidente es una
persona extraña. Parece no tener idea de su responsabilidad ni de lo que
personifica.
KEIKIAPRISMO |
A raíz de la pelea, el presidente y su jefa de gabinete
han dejado de hablarse cordialmente y al escribir estas líneas no estoy seguro
si esas relaciones han sido restablecidas.
Es frente a este gobierno catatónico, y ahora desgarrado,
que el fujimorismo ha emprendido su guerra relámpago. Quiere imponer su
voluntad, claro, pero también se propone castigar a quienes se han atrevido a
enfrentarlo investigando a su lideresa y a personajes como Joaquín Ramírez, el
tenebroso financista de la emperatriz.
Frente a esta embestida anticonstitucional, ¿qué
hacer?
¿Le pedimos a un presidente con rabo de paja que se
enfrente al hampa?
¿Le pedimos a la primera ministra que se lance en
contra de quienes, como los apristas (aliados del fujimorismo), son sus amigos?
¿Le pedimos al gabinete de tecnócratas egoístas y
negociantes que se pronuncien en favor del Estado de Derecho?
Estamos en peligro. Demos señas de estar vivos. Si
la política está tan malograda que acepta el golpismo fujimorista como un
puerto inexorable, desatemos la tormenta perfecta para impedirlo. Que la
sociedad civil haga lo suyo. Que los jóvenes cumplan su papel. Que la izquierda
recuerde que existe para algo más que para disputarse futuras sinecuras. Y que
el periodismo no atado a los poderes fácticos luche todo lo que puede.
El fujimorismo perdió las elecciones. No puede
pretender gobernar. PPK ganó las elecciones. No puede aspirar a seguir
pasándola de tonto.
El hedor de los 90 ha vuelto. Es, como en la novela
de Conrad y en la recreación de Ford Coppola que llevó a la pantalla “El
corazón de las tinieblas”, un olor a pesadilla y a malaria. ▒
PPKK ARMA : GOOOOOL Y FUGA |
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