LECTURAS INTERESANTES Nº 770
LIMA PERU
30 JULIO 2017
RESISTIR E INSISTIR, POR EL
PERÚ
Claudia
Cisneros
LA REPUBLICA
30 Jul 2017
El
poder no solo lo detentan y ejercen los corruptos que instrumentalizan la
política para sus fines perversos y egoístas de llenarse los bolsillos con
dineros sucios y de acumular más poder. El poder también lo detentamos los
ciudadanos cuando les echamos en cara sus tropelías y delitos, su cinismo y
mentiras; cuando estando mejor informados y ejerciendo nuestra capacidad
crítica exponemos su vileza, su desprecio por los demás y por el Perú, sus
delitos y fechorías, su traición.
Los
ciudadanos detentamos un poder al que los políticos y corruptos le temen: la
voz del pueblo convertida en ruido político, en vociferante multitud que se da
el tiempo, que se entrega por la causa común que no necesita pagos ni
condicionamientos, que no pueden comprar ni alquilar, que sale de las entrañas
porque la justicia y la patria son más que letras o símbolos, más que palabras
son fuego interno y amor desinteresado. Y eso, a los corruptos les enerva, no
lo entienden, no cuadra en sus cálculos en los que todo resuelven con dinero o
amenaza. Por eso es que recurren al amedrentamiento, a la estigmatización del
que marcha, del que protesta para que se le vea como revoltoso, antisistema o
hasta subversivo.
Nos
llaman terroristas cuando salimos a marchar, a gritar, a gritarles sus
verdades, esas que han borrado de sus espejos ya ni siquiera por vergüenza
–porque hace mucho la perdieron– sino por hábito. Nos llaman terroristas o
revoltosos porque nos quieren disminuir, nos quieren desanimar de ejercer este
recurso último que es protestar abiertamente contra el abuso de su poder; nos
llaman terroristas o revoltosos porque quieren que cada vez menos gente
proteste, porque quieren robarnos también de este nuestro último reducto de
lucha ciudadana por el país que queremos para todos. Pero no nos dejemos
engañar, avasallar, amedrentar, amenazar. La calle es nuestra, el país es
nuestro y si ellos no defienden los mejores intereses de todos por defender sus
propios intereses, nosotros tenemos la responsabilidad ciudadana de
articularnos y dar pelea. Confrontarlos y hacerles saber que no, que no
aceptaremos los atropellos, los abusos, los delitos que en nuestra cara
cometen.
Quizás
aún seamos minoría, pero como me dijo claramente César Hildebrandt una tarde en
la que me invadía el desaliento –como peruana, como ciudadana– ante la
avalancha corrupta de Odebrecht-los políticos-y-el-poder-económico: hay que
resistir e insistir. Y dio en el clavo. Por más desaliento y pesimismo que nos
genere la tan putrefacta clase corrupta que nos gobierna desde el Ejecutivo, el
Congreso, los partidos más organizados para el delito, el obstruccionismo
chantajista, los dineros de lavado, de coimas, de platas que llegan solas, de
blanqueo, DEA, Ramírez, narcoindultos, agendas a mano, agendas electrónicas,
AG, indultos extorsionadores, y más, nuestro deber como ciudadanos es resistir
e insistir, permanecer informados, tener conciencia crítica, defender cada uno
desde nuestro rol aquello que los políticos destruyen con la corrupción en la
que despachan: las instituciones, la verdad, la comunidad-Perú, la Justicia, el
Estado de derecho, la calidad de nuestra democracia, el ánimo y la esperanza en
un futuro mejor. A ellos no les importan, solo lo aparentan para poder seguir
robándonos dinero, esperanza y futuro tras ese falso mascarón de proa de
benefacción, legalidad y supuesto servicio social.
De
eso se trata mi libro, recientemente presentado: Resistir e insistir, y cuyo
prólogo ha sido escrito por César Hildebrandt, el periodista y peruano que es
un referente de consecuencia e integridad. Gracias a César por ser y estar; a
Juan Damonte de Editorial Horizonte que me propuso poner en un libro una
selección de mis columnas políticas; a Luis Enrique Mendoza, mi novio, por el
cuidado en la edición, por encargarse de todo y de tanto y con tanto amor; a
Walter Hupiu por la foto de la portada y por el activismo ciudadano
empedernido; al diario La República –Gustavo Mohme, Charly Castro, Ernesto
Carrasco– por permitirme ayer, hoy y mañana, escribir con libertad irrestricta;
a Renato Cisneros y Moni Sánchez por ser compañeros, amigos y cómplices, y por
acompañarme en la presentación en la feria en esa noche que volvieron mágica; a
los cientos de personas que llegaron hasta allí para sentirnos juntos y
fuertes; a mis padres, allá en algún lugar, por haber tenido la fortuna de
beber de su ejemplo de honestidad, lucha y amor por los demás como ideales
regulativos; a los compañeros y compañeras de luchas en las calles, que nos
sumemos cada vez más, cada vez que sea necesario, que no les dejemos en bandeja
el país a los corruptos. Esa es nuestra consigna patriota: Resistir e insistir,
siempre, por ti, Perú.
Debo de leerlo. Hermanos más informados, menos engañado.
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